¡Volveremos!

El pasado miércoles 26 de junio, beodos, felices y rodeados de vinilos, cerramos un ciclo de 36 programas de Tímpanos y Luciérnagas (34 para Lisardo Ruiz de Mendoza, el dueño de todo esto -aunque su hermana Encarni le lleve los papeles- al que fastidiamos al hacer un par de especiales sin aclararle su participación). El programa se ha convertido casi sin darnos cuenta en un pequeño monstruito con vida propia, una espiral de chascarrillos, situaciones felizmente inesperadas y, sobre todo, buena música. Solo quiero deciros a todos los que habéis demostrado un mínimo de interés por lo que hemos hecho, que Alfonso Zaplana y yo os estamos muy agradecidos, incluso sorprendidos por vuestra predispuesta y sonriente participación en esta locura, que ya se puede llamar colectiva. Lo hemos emitido en directo desde ROM, donde hemos dicho y hecho lo que nos ha dado la gana, sin romper nada, faltaría más… Realmente se podría, se puede, hacer desde cualquier sitio, lo que nos asegura la independencia y el don de la ubicuidad. Nos queda mucho que mejorar, cantidad de cosas que pulir, pero lo más valioso de todo esto, sin lo que la radio no existe, es el increíble equipo de sabios ilusionados con la música del que nos hemos rodeado. Ha sido, y será, un placer contar con Jaime Parra y su infinita bondad con aristas, sorprendente como los mejores personajes de cine (‘Me llamaban Coyote’); Antonio Ayora, un ser especial, inteligente y viajero (‘Toni Crespillo por el mundo’); CASCALES como pieza fundamental, creador de la imagen del programa, clarividente pensador y mayúsculo ilustrador; Victor Martínez y su infinita prudencia acompañada siempre de la mejor banda sonora (‘Graduado en underground’); Domingo Nosurf (‘Vinos y vinilos’), que es la generosidad y el buen gusto en persona y además tiene un Soundburger y cientos de programas futuros en sus maletas; Serguey Piwenko como especialista, siempre que lo hemos necesitado, en las escenas peligrosas de esta “Radio Movie”… Si a esto le añadimos la numerosa lista de amigos-oyentes que nos han prestado su tiempo y la gran cantidad de artistas que nos han regalado su talento, la lista sería interminable. La paciencia de nuestras zagalas los mércoles por la noche ha hecho el resto. Y todo esto, lo de formar un equipo, de forma natural, sin azucaradas adulaciones ni floridas retóricas barateras de por medio, con mucha y buena comunicación, e intensas ganas de crear un mundo propio donde todo suene mejor.

A los que sentís que el programa es un poco vuestro, estáis en lo cierto: “ES”.

Gracias de corazón, que siga girando la rueda…

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *