Satarra 2023: una jornada salvaje

Llega una altura del año en la que, si me encuentro a Nasty Franky en algún concierto, me dice «estoy con el cartel del Satarra» (desde los inicios del festival en 2017 es el encargado de realizarlo) y sin necesidad de que yo le pregunte, comienza a enumerar los grupos que lo componen, como el camarero que te canta el menú del bar. Desde la organización del evento, a través de sus redes sociales, suelen jugar la carta de autodenominarse como «una mierda de festival», pero la realidad es que nos encontramos ante uno de los más genuinos e interesantes de los que se celebran en nuestra región. He intentado, sin éxito, que fueran sus propios organizadores los que contaran, para quien no sepa muy bien de qué va la cosa, qué rollo llevan los grupos que tocan en esta quinta edición. Así que lo haré yo.

Los Peyotes, desde Argentina, todo un mito del revival garage rock mundial. Desde Suiza vendrán a pasar calor embutidos en sus disfraces The Sex Organs, a ritmo de sex’n’roll (sea lo que sea eso). Desde Madrid, tres formas distintas de entender el punk, pero todas con gusto por los sintetizadores (da igual que lo llames rave punk, synth punk o como quieras): ¡Miau!, Miss España y Seggs Tape. Y desde la Vega Baja del Segura, el post punk de Barrio Dinamita, a quienes podemos considerar la representación local, porque al menos para esto del punk la Vega Baja cuenta como local en Murcia.

Dicho esto, os dejo con Ángel Ivorra, uno de los representantes del Satarra, para que nos cuente todo lo demás sobre el festival. Es muy probable que me haya contestado desde la terraza del bar de enfrente de la iglesia en compañía de Rata Satán y Nasty Franky.

El cartel, como ya es costumbre, es una obra de Nasty Franky. Nos encanta, como siempre, pero también surge una duda: en el montón de conciertos por los que deambuláis o en alguna noche de las del Plan 9, ¿nunca se os ha arrimado alguien del mundillo de la ilustración con alguna contraoferta?
Estamos empezando a entrenar una inteligencia artificial con los dibujos de Franky, pero le está costando. Nadie nos ha ofertado, pero sería en vano, los dibujos de Franky son una seña de identidad.

Esta va a ser ya la quinta edición del festival. A estas alturas, ¿hay algún grupo al que hayáis tanteado para el festival y se os resista de forma recurrente?
Claro que hay bandas que hemos intentado varias veces y, por hache o por be, no han venido nunca. Luego cada uno tiene sus gustos y caprichitos, hay un saco lleno de bandas que hubiera estado guapísimo que la gente viera. Pero sí, hay una banda que lo hemos intentado en tres ediciones y nanai… estoy empezando a pensar que igual nos tienen un poco de tirria.

Me he perdido varias ediciones del festival por coincidencias o compromisos varios, pero sobre todo porque me da miedo llegar tarde e ir todo el rato a destiempo. ¿Este año habrá aperitivo? Es para ir liberando la agenda…
Muy mal perdértelo. Este año hay concierto por la mañana gratuito también, como todos los años. Si no pasa nada raro, en La Yesería a las 12 o así.

¿Y fiestas de presentación? ¿Se volverá a sortear una hostia a alguien del staff del Satarra?
Esa fue una jugada maestra de marketing, se vendieron más cervezas en el Plan 9 que en el bando de la huerta, pero no hemos visto de momento nada de fiestas presentación. Supongo que algo haremos, pero no está planeado aún.

Algo con lo que soléis petarlo bastante es con los artículos promocionales del festival. ¿Hay alguna sorpresa para este 2023?
Este año tenemos abanicos, tarjetas y «fliers» que se reparten normalmente a altas horas de la noche en sitios random a personas random.

Hace unos días pudimos disfrutar en Murcia de un glorioso concierto de Private Function, tremenda banda australiana, gracias a vuestra ayuda e intermediación. ¿No os habéis planteado la idea de programar conciertos durante el resto del año al margen del festival?
Ni jartos de todo el vino del mundo. Rotundo no.

Precisamente, de camino al concierto de Private Function en Alicante, porque hicimos doblete, comentaba con mi compañero Romu que una sesión de Tímpanos y Luciérnagas DJs encajaría perfectamente en el Satarra. Así que aprovecho para dejar por aquí nuestro ofrecimiento para futuras ediciones o eventos varios y ya de paso para pediros que nos contéis algo sobre el elenco de DJs de este Satarra 2023.
Tomamos nota del ofrecimiento, cuando sepáis lo que pagamos se os van a quitar las ganas. Este año pinchan «Guille Balboa» (reduciendo costes), Danielo77 (no puede faltar Danielo), Annie Villamarzo (Premio Empanada 2023) y Las chicas del Tiempo (de Benidorm), que ya dieron una pinchada maravillosa hace poco en Murcia.

Por último, pero no menos importante, aparte de en el bar de enfrente de la iglesia, ¿dónde se pueden conseguir las entradas para el festival?
Pues en compralaentrada, si quieres pagar gastos, y si no, en el bar de enfrente de la iglesia. En un futuro próximo dejaremos entradas en el Plan 9. O el mismo día del festival (si no se agotan).

La coalición de Los Estanques y Anni B Sweet

Cualquier duda que pudiera generar la unión de Los Estanques y Anni B Sweet queda resuelta transcurridos apenas los dos primeros minutos de su álbum. Finaliza ‘He bebido tanto (que…)’, lisérgica pieza que sirve de introducción, arranca ‘(… Estoy) Muerto de Sed’ y ya no hay vuelta atrás. Estás dentro. A lo largo de los 37 minutos que dura ‘Burbuja Cómoda y Elefante Inesperado’, su estreno conjunto, se van sucediendo canciones tan abrumadoras como ‘Bla, Bla, Bla’, ‘Tu Pelo de Flores’, ‘Brillabas’ o ‘Caballito de Mar’ y podemos constatar con gozo que ambas partes se ven favorecidas por esta insospechada combinación, ganando en versatilidad y complementándose de forma fluida, como si llevaran colaborando artísticamente desde hace años. Estamos ante un trabajo tan brillante como complicado de encajar en la actual escena musical estatal, que no escatima esfuerzo creativo alguno. Es emotivo, intenso, cambiante y vibrante. Podrían haber buscado un camino más fácil, pero decidieron poner todas sus armas sobre la mesa y explotar de forma simbiótica todas sus fortalezas. Sus voces e instrumentos se empastan de un modo tan natural que hasta sorprende que hayan decidido conservar sus nombres por separado en vez de denominar a esta alianza con una novedosa nomenclatura neutral. Quizás esta sea una sociedad temporal, o seguramente más imprevisto que otra cosa, como el propio título del disco deja entrever. Pero esto ya lo comprobaremos más adelante. Ahora toca disfrutar de esta maravilla de álbum de pop progresivo.

Los Estanques y Anni B Sweet estarán actuando próximamente en:
MURCIA @ Teatro Circo. Viernes 14 de abril. + Fernando Rubio & The Inner Demons
BARCELONA @ Sala Apolo. Sábado 15 de abril.

La novena de Airbag

Aunque repitieron en el festival Caravaca Power Pop el año pasado, ese día yo estaba cumpliendo con mi compromiso con la nostalgia y el hardcore en el concierto de reunión de Fuerza de Lucha en el TNT de Cox. Así que mi último encuentro con Airbag fue precisamente en su anterior visita al mencionado festival, en 2019. Andaba yo renqueando en aquel momento ya unas dos semanas con una tos nerviosa bastante molesta, pero cómo iba a perderme al trío de Estepona, al que apenas había visto anteriormente en siete ocasiones. Eran otros tiempos aquellos. «Me lo tomaré con calma», me dije. «Últimas filas. Nada de pogo. Está todo controlado». Lo de las bebidas frías, que no ayuda mucho tampoco, sería más difícil de encauzar, pero ya se improvisaría algo. Me hubieran venido bien esa noche aquellas odiosas sillas que no veíamos venir entonces. «Ese concierto tranquilo de Airbag del que usted me habla», me repetía, como un mantra de autoconvicción, con el concierto ya en marcha incluso, mientras sonaban sobre todo canciones de ‘Cementerio Indie’, ‘Gotham te necesita’ o ‘Manual de montaña rusa’, sus últimos discos publicados hasta entonces. Todo en orden. Hasta que decidieron hacer el sprint final y tocar del tirón ‘Marta no es una punk’, ‘La chica no’, ‘Elena’ y alguna más de sus primeros discos. ¡A la mierda el mantra! Allí estaba yo en las primeras filas pegando botes como hacía años que no ocurría y cantándolas a grito pelao, dejándome la voz en el intento y ganándome otras dos semanicas de tos persistente. Cero remordimientos.

El viernes Airbag vuelven por aquí, esta vez a la sala REM de la capital murciana, dentro del ciclo Microsonidos, para presentar su nuevo disco, ‘Siempre Tropical’. Y aparte del cambio de hora, la primavera ha llegado jodiendo un poco con las alergias y esas cosas, pero cómo voy a dejar yo de ir a verlos por novena vez. Que encima es con Bigote Chino. Me lo tomaré con calma…

10 canciones de Los Chichos que me gustaría escuchar en la Sala REM

Aunque a mí por aquel entonces me dio por buscar otros caminos, también alternativos, realmente lo que pegaba fuerte en mi barrio en los 90, durante mi adolescencia, era Camela, a los que se escuchaba con orgullo y devoción, aunque haya algún gurú despistado por ahí afirmando que era algo que nadie reconocía. No obstante, el gusto por la rumba ya me había quedado inculcado años atrás, gracias a los conjuntos de los 70 y los 80 y la afición por este género de diversos miembros de mi familia. No fueron pocas las horas de viaje en coche hacia el Campo de Cartagena escuchando cintas de grupos como Los Chunguitos, Los Choqueros, Rumba 3, Los Calis o Bordón 4. Quizás sea cosa de mi imaginación, pero me vienen a la cabeza imágenes de mí mismo escuchando rumbas en los 80 en un ya destartalado Seat 124 o incluso en un 131 Supermirafiori. Supongo que por esto, cuando alguien me pregunta cuál es mi grupo favorito, disparatada cuestión casi imposible de contestar, suelo simplificar diciendo que Los Chichos, estandarte de aquella generación de bandas, porque sin duda está en mi top y porque, como dijo mi amigo Urisick (DEP), “los temas de Los Chichos entre los años 1974 y 1977 son GLORIOSOS todos ellos. Es una cosa clara y diáfana”. Hasta la mitad de los 80 añadiría yo, al menos en buena parte. Afortunadamente, como ocurre con otro de mis favoritos, Neil Young, aunque los hermanos González Gabarre, junto al malogrado Jeros, grabaron el grueso de sus mejores canciones hace mucho tiempo ya, tenemos la suerte más de 40 años después de poder seguir disfrutando de estas en directo. Son tan grandes que resisten el paso del tiempo intactas. Teniendo en cuenta que llevan ya unos años amagando con una separación que espero que, como ocurre con tantas otras anunciadas despedidas, alargue algunos años más su llegada, se presenta para mí como ineludible la ocasión de verlos en una sala como la murciana REM (completa el cartel de la noche La Húngara). ¿Qué más podría decir yo que no sepáis de una banda tan longeva y tan popular, que ha actuado hasta en el Primavera Sound y que después de 1991, aparte de multitud de recopilatorios, solo ha publicado un par de discos a principios de este siglo, pero ha girado prácticamente sin cesar? Pues nada, simplemente añadir una lista de canciones imprescindibles, que no son 10, en realidad son 23, y que no voy a explicar tampoco por qué lo son, pero me hacía ilusión escribir por primera vez un texto con un clickbait por titular. Nos vemos el sábado en la REM.

La «inflexión» de Nueva Generación

Tan solo un ep y un lp le han bastado a Nueva Generación para convertirse en una de las bandas más activas de la escena underground estatal actual, girando de forma asidua a este lado de los Pirineos e incluso cruzándolos para recorrer buena parte de Francia en una ocasión. Lo del cuarteto murciano es simplemente punk, tan sencillo y sensato como eso: actitud, autogestión, compromiso, valentía, inquietud, iniciativa… y buenas y melódicas canciones. Como las nuevas que presentarán en esta ocasión, 8 de junio en la sala Rock Zone del Garaje Beat Club, que formarán parte de sus dos próximos trabajos, un nuevo ep y un split con una banda por confirmar, que verán la luz a lo largo de este año. En esta velada acompañarán a Nueva Generación, desde A Coruña, Ultrasurf, power punk trio, como parte de la gira en la que recorrerán la península presentando su reciente split con Nadsat. Se completa el cartel con el rap y la electrónica de Keba, MC y productor cartagenero, que recientemente ha entrado a formar parte de la familia Mutown Records.

Viva Belgrado: «La música es algo totalmente subjetivo y ligado a un contexto emocional»

Hace apenas 15 meses que, sin previo aviso, se publicó ‘Ulises’, el primer disco de Viva Belgrado con el sello Aloud Music. Desde entonces, más de 100 conciertos a sus espaldas y multitud de países visitados avalan la carrera de este cuarteto cordobés, convertido en rara avis de la escena musical estatal. A medio camino entre el screamo y el post rock, sin concesiones a la hora de crear su propuesta sonora, no han dejado de progresar, especialmente en este tramo más reciente, desde que comenzara su trayectoria hace unos seis años. Ahora les toca poner el broche a ‘Ulises’ y afrontar nuevos retos.

Habéis vuelto a sorprender con la imprevista publicación del single ‘Epílogo: La Cima’, un título bastante simbólico. ¿Por qué un single por separado? ¿Sentíais la necesidad de cerrar un ciclo o poner un punto y aparte, por decirlo de algún modo,
en vuestra trayectoria?
Una de las razones es esa, necesitábamos poner un punto y final a una época que ha sido intensa y, en ciertos sentidos, agotadora. Hemos hecho 102 conciertos en un año desde que salió ‘Ulises’, sin contar estos últimos de fin de gira que serán otros 24 como poco. Por otra parte creemos que la música y la forma de presentarla se está renovando, cosa totalmente necesaria, y están saliendo nuevas propuestas y formas de difusión, como por el ejemplo el tema de los videosingles. Esto se ha hecho más en otros estilos como el rap y no en el estilo en el que se nos encuadra, pero a nosotros nos parece interesante probar cosas nuevas y teníamos ganas de renovar nuestro propio discurso, en el que hasta ahora no nos habíamos preocupado mucho por la parte visual de la banda. Este es nuestro segundo videoclip en 6 años que llevamos como banda, siendo el primero el vídeo de ‘Annapurnas’ este mismo año.

Con ‘Ulises’ ya fuisteis a contracorriente, publicando sin anunciarlo antes, sin adelantos y escogiendo un mes algo complicado como es agosto. He leído un comentario vuestro al respecto, en el que creo que dais a entender que, desde vuestro punto de vista, determinadas formas de promoción acaban por perjudicar al disco y a su impacto en el oyente como conjunto, como obra completa. ¿Vivimos tiempos de excesiva ansia e inmediatez?
Sin duda la inmediatez es parte de nuestra sociedad, pero no lo vemos como algo negativo, al final somos animales que se adaptan como pueden al medio y con Internet se ha añadido una nueva variable de entorno que ha cambiado ciertos aspectos de nuestra forma de vida, igual que la implantación de la escuela, el horario de trabajo o con la misma agricultura. Hoy en día con la cantidad de información que se recibe a diario sentimos que no tiene sentido anunciar una fecha de salida con meses de antelación, seguramente a la semana ni te acuerdas porque en esos 7 días han salido singles nuevos de 20 grupos, 4 vídeos en directo de otros, 3 discos… y además al hacerlo de esa forma estás haciendo que la gente se crea unas expectativas que seguramente no concuerden con la realidad, y creemos que eso impacta negativamente al resultado. Se podría decir que somos reacios a todas las noticias en las que encaja un ‘stay tuned!’ al final. Concretamente con Ulises sentíamos que era algo que se tenía que consumir entero, es un disco pensado como tal, con un orden concreto, y no una colección de canciones.

La sensación es que Viva Belgrado está siempre en la carretera y, de momento, tenéis fechas de conciertos anunciadas hasta enero. Después de este “Epílogo” de Ulises, ¿ha llegado el momento de crear un nuevo disco? ¿Hasta qué punto, teniendo en cuenta vuestra prolificidad en directo, se puede avanzar en un nuevo trabajo sin hacer una larga pausa?
Al final lo más difícil es terminar ideas cuando estas moviéndote tanto. Nosotros no somos genios a los que les salen las cosas al vuelo en una tarde, así que para hacer canciones necesitamos un ordenador, y un sitio cómodo donde poder echar horas durante muchos días. Sin una pausa se puede avanzar en un trabajo en el sentido de que puedes sacar varios riffs, pequeñas ideas que podrían ser algo más, pero lo que nos cuesta tiempo a nosotros es concretar, y para eso sí que necesitamos e intentamos hacer pausas.

Destacabais la diferencia entre ‘Flores, Carne’ y ‘Ulises’, siendo el primero algo más improvisado (“una colección de las canciones que teníamos en ese momento”) y el segundo algo más estructurado y equilibrado, con un planteamiento previo claro antes de la grabación y publicación. Vistos los resultados, ¿será este último el camino a seguir en futuros trabajos?
Sí, pero no lo hacemos para forzar ciertos resultados, es porque a nosotros nos gusta el orden y la coherencia. No pensamos que sea una fórmula o que todo lo que hagamos vaya a ser igual, lo que sí sabemos es que todo lo que hacemos tiene que tener un sentido para nosotros, y eso es algo que se puede ver en Viva Belgrado que viene reflejado de nuestra forma de ser.

Imagino que volveréis a escoger a los hermanos García para ello, ¿no?
Puede ser, aunque nos gustaría trabajar con otras personas porque la producción es algo que nos apasiona cada vez más y a lo que le estamos empezando a dar más importancia. A Santi ya le conocemos, sabemos cómo trabaja y tenemos una idea en la cabeza de lo que puede ser el resultado, pero nos parece interesante probar otras formas de trabajo incluso con gente que suele trabajar en otros estilos, tanto por nosotros como músicos como por el resultado. Por ponerte un ejemplo, nos fliparía poder hacer algo con Will Yip, pero estamos a años luz de poder permitírnoslo.

En tiempos en los que se intenta acallar cualquier voz disonante y se pretende convertir la música en algo bastante inocuo, es destacable que hagáis hincapié, al hablar de vuestra banda y de vuestra forma de funcionar, en los valores y la filosofía de trabajo como algo vital. De hecho, esto es algo que os unió a Aloud Music en su día. ¿Cómo se sobrevive en el mundo de la música actual tratando de mantener la honestidad?
Por suerte esto es algo que está cambiando gracias a la gente joven y las redes sociales, y si las personas de otras generaciones, normalmente anteriores, dejaran de demonizarlas se darían cuenta. Ahora es la propia gente la que da voz a los artistas que muestran valores que les parecen interesantes, y esto es genial para bandas que hacen las cosas de otra forma. Ya no tenemos a un colectivo imponiéndonos en los medios a quién tenemos que escuchar, y esto hace que cualquiera pueda tener cabida. Nosotros somos gente joven e idealista, siempre buscamos ser honestos con la banda y con la imagen que da la propia banda, pero a veces se hace difícil y te tienes que comer el orgullo. Por ejemplo, a nosotros nunca nos ha gustado que la música esté ligada a marcas de alcohol y al mundo de la noche, y como te imaginarás esto es algo totalmente utópico hoy en día por como está construida esta industria. Si tú montas tu concierto lo puedes controlar en mayor o menor medida, pero si te surge la oportunidad de tocar en un Resurrection o un Primavera Sound, que como banda que quiere vivir de ello es casi necesario, y detrás te ponen un cartel de Jäger, tienes que joderte y encontrar un equilibrio para sentir que no estás haciendo algo malo. Siempre hemos intentado desmarcarnos de la típica imagen de banda de rock donde parece que tienes que ir de guay o de chulo, poner la pierna encima del monitor mientras tocas y miras a la gente poniendo cara de enfadado. Por supuesto respetamos a quien decide hacerlo, pero nosotros vemos que esto es lo que se espera por defecto y que se hace normalmente sin pensar, intentando emular una imagen de lo que has bebido a nivel musical, pero nosotros no somos así. Somos 4 chicos de los que ninguno fue el popular de la clase, no somos vergonzosos pero si un poco introvertidos, y eso no significa que no tengamos cabida en la música o lo hagamos peor. Ángel por ejemplo toca de espaldas y hacemos un círculo entre los 4 porque así es como nos gusta y nos sentimos cómodos, y esto es algo que se nos ha criticado muchas veces y no entendemos por qué alguien puede sentirse ofendido por eso.

Afirmáis que el artista y el músico deben estar al mismo nivel, algo que contrasta con las sobredosis de ego y la megalomanía que se pueden observar con frecuencia en el mundillo artístico. ¿Dónde se alcanza ese equilibrio?
Siendo honesto y no ser tan inocente de pensar que eres el mejor artista del mundo, hay muy pocas probabilidades de que sea así, primero porque la música es algo totalmente subjetivo y ligado a un contexto emocional e incluso histórico, y segundo porque el valor de algo se lo da el conjunto de personas, no el propio ‘objeto’ en sí. También es un hecho que el que hace algo le da más valor que alguien que lo ve desde fuera porque tiene más variables en consideración, sabe cuantas horas le ha costado hacerlo, todas las dificultades que se ha encontrado, y eso hace que su valor percibido suba, así que no nos parece raro que sea algo que se observa con frecuencia en este mundo.

Creo que en vuestra trayectoria, partiendo del DIY y la autogestión y sin alejaros nunca demasiado de esas raíces, habéis superado muchas barreras, además en poco tiempo, girando y publicando en multitud de países y llegando cada vez a más gente. Pero también decís que “el rock no deja de ser algo residual”. ¿Creéis que hay un tope insalvable para una propuesta musical como la vuestra?
Esto es algo de lo que quizá no éramos muy conscientes cuando empezamos, pero ahora lo sentimos 100% así. Para que una propuesta musical crezca tiene que haber gente que la escuche, y gente que haga grupos parecidos a esa propuesta para crear una escena entre todos, seguir llegando a más gente y hacer que cierto sonido se establezca en la normalidad. Nosotros muchas veces pensamos que lo que hacemos no es tan loco y no entendemos cómo puede haber gente que escucha grupos con guturales y que cuando nos escucha a nosotros le salta la alarma. Estamos seguros de que hay mucha gente a la que le podría gustar lo que hacemos, pero falta esa ‘escena’, más de grupos que de gente ahora mismo, para que lo que hacemos se considere ‘normal’, así que la barrera que ahora queremos romper es precisamente esa. Sería gracioso que un grupo como Viva Belgrado saliera en algún medio como Los 40, eso sí que sería romper una barrera que no ha roto nadie hasta ahora en España.

Viva Belgrado estará actuando en la Sala Rem de Murcia el próximo día 30 de noviembre junto a Munmira.

Josele Santiago: «El arte no tiene que seguir una agenda si el artista no quiere»

Josele es un tío que está de vuelta de todo, pero con la ilusión y la magia intactas. Poco vamos a contar nosotros de alguien cuyo grupo, Los Enemigos, lleva más de treinta años en la carretera y ha editado, además, cinco discos en solitario. Esta noche actúa en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia a partir de las 21 horas y nosotros llegamos por los pelos a publicar esta entrevista. Que hable el maestro.

El título de este disco lo asocias al mal, a un paisaje nada cómodo e incluso desagradable. Luego, prestando atención a las letras, todo empeora. Dejas claro que todo se va a la mierda y es irreversible. Es curioso que esta visión coincida con tu mejor momento a nivel personal. Igual era necesario y de otro modo no podrías haber parido Transilvania. ¿Lo ves así?
Pues no lo sé, no me lo he planteado nunca así. Simplemente voy escribiendo canciones y cuando encuentro que juntar una docena o así de ellas tiene sentido, aunque sea a un nivel intuitivo, las grabo. Además, el proceso de composición de un disco, al menos en mi caso, es lo suficientemente largo como para abarcar más de uno y más de dos momentos personales.

Dices que hay que cuestionarlo todo. ¿Crees que estamos más manipulados hoy en día que en otras épocas? ¿Somos más conformistas? ¿O es simplemente la misma historia siempre?
La historia se repite, eso es cierto, pero nunca ha habido tantos y tan sofisticados instrumentos ideales para manipular al personal como hoy en día.

¿Sigues firme en eso de que «la única responsabilidad que tiene el arte es conmover»? El siguiente paso debería ser concienciar. ¿Eso es imposible? ¿Siempre lo fue?
Yo sigo pensando que el arte no tiene que seguir una agenda si el artista no quiere. Otra cosa es como te posiciones en las entrevistas y las redes, ya que tienes esa oportunidad. Me encanta pescar versos en la realidad sociopolítica actual, es un magnífico caladero. Pero no me siento obligado a hacerlo. Es sólo que está ahí.

Estamos acostumbrados a ver músicos que, después de una larga trayectoria, se acomodan. En tu caso, sin embargo, siempre estás abierto a nuevas ideas. «Hay que ser consciente de que eres un eterno aprendiz y mantener la ilusión», reconoces incluso, y reivindicas que hay que echarle imaginación al asunto y no dejarlo todo al oficio. ¿En algún momento de tu carrera sentiste que te habías estancado?
Claro. Ocurre constantemente. Esa es precisamente la sensación que le empuja a uno a mover el culo, si se me permite la expresión.

En los discos de Josele Santiago siempre hay alguna/as canción que pensamos «esta podría estar en un disco de Los Enemigos». En este caso, nos pasa con «Prestao», por ejemplo. Cuando compones, ¿cómo vas mandando canciones al cajón de Josele o al de Los Enemigos? ¿Qué hace que una canción vaya a uno u otro?
En realidad no hago más distingos que los puramente musicales, si es que los hago. Quiero decir que si a una melodía le sienta bien un riff poderoso va directamente para Los Enemigos, pero hasta ahí hemos llegado. Intento centrarme en las letras y en las melodías, y el tema de si vestirlas de esta o de aquella manera viene después. La mayoría son intercambiables y depende más que nada del momento en que me pille.

Afirmas que lo importante es que las canciones resistan la prueba de la guitarra acústica. En los tiempos complicados que corren para la música en directo, se podría decir incluso que esto se ha convertido en algo casi imprescindible, ¿no?
Bueno, tampoco es tan imprescindible. Me encantan muchas canciones que son irreproducibles con una acústica. Sin embargo, es verdad que el formato folk cada día me gusta más. Me siento muy cómodo en ese terreno.

¿Cuáles son, en este sentido, las «trampas técnicas» que te permites en directo a la hora de interpretar tus canciones? O, mejor dicho, ¿cuáles son tus cacharros imprescindibles para subirte al escenario?
Ya ves, con una guitarra y una botella de agua me puedo apañar. Uso un modelo bastante raro de Martin, la Shenandoah, que es básicamente una dreadnought tipo D-35. En cuanto a las eléctricas, para Los Enemigos utilizo una Fender Telecaster y con mi banda prefiero las guitarras huecas con pastillas simples tipo P 90 como la Gibson 330 o la Duesenberg Hollow Body que llevo últimamente. Los amplis siempre Fender o similares, aunque me estoy planteando seriamente hacerme con un Vox AC30 o AC15. Ya veremos.

Pareces tener una estrecha relación con los productores y colaboradores de tus discos desde el inicio de tu carrera en solitario. Pese a que siempre mantienen tu sello inconfundible en giros melódicos, letras y demás, ¿cuál es la parte más permeable de Josele Santiago a la hora de afrontar un proceso de grabación?¿En qué te ha logrado meter más mano Raúl Refree en este disco?
Raül es un fenómeno, pero yo soy bastante estrecha, sabes. Es broma, hacía tiempo que estaba planteándome trabajar con sintetizadores y ahora que por fin estábamos trabajando juntos (hace ya más de diez años que nos lo planteamos) pensé que había llegado el momento. Sacó un montón de cacharros de los armarios de su estudio, pero no le dejé usarlos todos. La aportación de Raül ha sido fantástica a nivel de arreglos, que los hemos discutido mucho, y sobre todo en cuanto al sonido general del disco, donde le dejado hacer más entre otras cosas porque yo estoy sordo como una tapia. Ha conseguido una profundidad y un equilibrio acojonantes.

¿Por qué crees que debemos seguir a Xarim Aresté? Solo se te escuchan elogios para su música.
Bueno, me limito a recomendarlo. Escribe unas canciones maravillosas y sabe cómo interpretarlas. Realmente, Xarím Aresté es uno de los artistas más interesantes con los que yo me haya topado nunca.

Los escándalos de la SGAE «ayudan» a que cada vez más bandas y artistas opten por la autoedición de sus discos, libres de derechos, además. Hablamos de discos grabados en estudios profesionales y con una calidad evidente, no maquetas). Parece que es una realidad ya (e irá a más en el futuro) pero no tienen hueco aún en la prensa especializada, salvo excepciones. ¿Cuándo empezarán los medios a prestar atención a la autoedición? ¿Crees que se puede dar o el poder de las multis (incluso las independientes) hará que estos trabajos siempre permanezcan en el underground?
Las multinacionales y la música hecha por el simple placer de hacerla, con paciencia y dedicación, hace ya tiempo que transitan por caminos diferentes. Las excepciones, que las sigue habiendo, son cada vez menos.

Satarra Festival: ‘Diecinueve horas de fiesta’.

Benidorm tiene el Fuzzville y el Funtastic. Valencia el Surforama y el Wáchina Wáchina… «¿Y en Murcia qué?», debieron pensar nuestros protagonistas de hoy. Así que, en vez de esperar a que alguien se decidiera a organizar algo así en nuestra región, después de muchos años pateando conciertos y festivales por todo el Levante español, se liaron la manta a la cabeza y decidieron crear ellos mismos el primer festival murciano de garaje, rock y punk: ¡El Satarra! ¡Desmadre asegurado!

Los que formáis la cúpula de este Satarra sois asistentes habituales de festivales y conciertos de punk y garaje, especialmente en el Levante español. ¿Qué os lleva a dar el paso al otro lado y convertiros en organizadores de un festival?
La idea de esto nació en Valencia, en un festival llamado Wáchina Wáchina, el cual organizan parte de Los Glurps. Simplemente queríamos hacer algo parecido en nuestra zona y el equipo del Garaje Beat Club suplió nuestra falta de experiencia en estos asuntos.

El cartel del festival es una nueva virguería del maestro Nasty Franky. Es de esas decisiones que caen por su propio peso, ¿no?
Ni dudamos en que fuera Nasty Franky, lo conocemos desde que abrió el Trémolo por sus carteles y sabíamos que su estilo era lo que pedía el Satarra.

En un festival de estas características supongo que todos los grupos del cartel tienen un peso más o menos equilibrado para vosotros como organizadores. No obstante, ¿hay alguno con el que os haga especial ilusión contar? ¿Cuál fue el primer grupo a por el que fuisteis una vez tomada la decisión de crear este Satarra?
Todos nos hacen mucha ilusión. Los Galleta por ser de aquí, los Come por la estrecha relación que tenemos desde hace un año, La Moto de Fernan porque no han venido nunca a Murcia y son la caña… pero todos y cada uno por lo fácil que nos lo han puesto para que esto pueda salir adelante. Quizás el primer grupo en el que pensamos fueran Los Chicos, en ese momento los veíamos muy a menudo. Cuando realmente la fiesta pasó de proyecto a realidad el cartel fue saliendo solo, tirando de grupos de amigos y conocidos.

Aunque estaba previsto que la fiesta empezara a partir de las 17 horas, horario de apertura previsto en la sala Garaje Beat, habéis sorprendido en estos últimos días con el anuncio de una prefiesta a la hora del aperitivo en el Bar Las Morcillas, con la actuación de Dead Elvis and His One Mane Grave. Como diría Matías Prats, ¿pero esto qué es? ¿Se os quedaba corta la fiesta?
Efectivamente, se nos quedaba corta. Habíamos pensado en quedar para almorzar el día del festival, nos ofrecieron a Dead Elvis and His One Mane Grave y poco a poco la pelota se ha hecho más grande. Incluso puede que haya alguna sorpresa más en Las Morcillas.

Fue la última confirmación, pero creo que desde el primer momento había idea de incluir un cabeza de cartel internacional. En ese aspecto, supongo que con cierta contención, se percibe que hay ambición por convertir el Satarra en algo grande. Al final, de la mano de Folc Records, cayeron Powersolo, que estarán de gira por la península. Se podría decir que los astros se alinearon bien, ¿no?
Al principio no había ninguna intención de traer un grupo internacional, en realidad. Ni de que nos fuéramos a diecinueve horas de fiesta. Pero Gerardo (Folc Records, Los Chicos) nos ofreció una banda que finalmente no pudimos cerrar. A partir de ese momento, un grupo internacional no podía faltar en el cartel, y con la ayuda del Turista y de Gerardo seguimos buscando hasta que finalmente se cerró con los Powersolo.

¿Hay alguna banda que se os haya escapado por poco para este debut y que tengáis ya entre ceja y ceja para una futura edición?
Entre ceja y ceja para la próxima edición no hay ninguna banda, pero sí que, con el cartel cerrado, pensamos en otras bandas que nos hubiese gustado tener. Si no nos arruinamos, no descartamos que algunas de ellas estén en una próxima edición.

Entre los djs encontramos algunos nombres habituales de las pinchadas levantinas, pero también alguna que otra sorpresa. ¿Hay algo que queráis contar sobre esta parte del cartel?
Tener al Turista capitaneando los platos para una primera edición es un lujazo. Domingo, el Pharaón y Danielo77 son amiguetes que no podían faltar. Los Odioalosglurps son una excentricidad de los muy grandes Les Ton Ton Macoutes. Y Maldita y Nereida van a debutar, como nosotros. Muchos se han quedado fuera, pero muy a nuestro pesar, el Garaje a las 7 dice que cierra…

Por último, pero no menos importante: presentáis esta primera edición del festival, ya de antemano, como “el mayor desmadre jamás visto a este lado del Río Segura”. Vamos, que no hay festival de garaje que se precie sin su buena dosis de crapulismo, ¿no?
La finalidad de todo esto es que los asistentes suden y que los grupos disfruten… ¡y para eso es fundamental el crapulismo!

Ruidismo: «Somos el ‘hecho a mano’ frente a la producción industrial».

¿Qué pasa en Bullas? Esa pregunta la hemos oído unas cuantas veces. Una localidad de apenas 12.000 habitantes que siempre ha tenido un tejido cultural envidiable. Con artistas de todo tipo: gente involucrada en la música, la ilustración, la fotografía… Ahora además, desde 2014, tiene un festival de música, el Ruidismo, admirado con extrañeza y asombro más allá de la Región. Por lo arriesgado de su propuesta, dando cancha a géneros que no son mayoritarios (noise, shoegaze, psych, kraut, electrónica, post rock, dream pop…), por ser gratuito en su inmensa mayoría (sólo una de las quince actuaciones será de pago) y porque todo el que va, repite. El cartel de esta edición (recordamos que la cita es este sábado, 30 de septiembre) no tiene desperdicio: Pega Monstro, Svper, Kokoshca, Linda Guilala, Anntona, Papaya, Lidia Damunt, Alexanderplatz, Garaje Florida, Cineplexx, Agustín García, Marina Te Lo Pincha, Man Pop y Pecado Pixelado. También se espera a Ruidismo DJs; nombre bajo el que se esconden Luismi y Paco, los responsables de todo este milagro. Ellos son el eje principal de la Asociación Cultural Bullas Noise Pop y los que mueven los hilos pertinentes para convertir cada año a esta comarca del Noroeste en capital de la cultura y la vanguardia a nivel nacional. Dejemos que nos cuenten cómo lo hacen.

¿En qué momento se os pasa por la cabeza montar la asociación y el festival?
Alguno de nosotros estaba en un grupo y acabamos montando la asociación, precisamente, para poder desarrollar acciones como el Ruidismo. En verdad, nos pilló en un momento en el que teníamos ganas de hacer cosas y en el que la escena cultural de la zona no contemplaba propuestas similares. Una cosa llevó a la otra y en estas estamos.

¿Cómo recordáis aquella primera edición?
Pues con inmenso cariño. Nos embarcamos en la organización del festival con más ilusión que experiencia, lo que hizo que tanto el proceso como el resultado final fuese algo como muy de andar por casa. Cuando ves que, al final, has conseguido crear algo bonico y recibes el apoyo y el respaldo de la gente, eso es guay.

¿Por qué optáis por hacer un festival de género y no uno para el público masivo, de esos que están tan de moda?
Se ve que no somos modernos. Lo que pasa es que el Ruidismo juega en otra liga. Por infraestructura, por medios, por presupuestos… Pero, principalmente, porque para nosotros tiene sentido ofrecer algo diferente, algo cuidado y cercano. Nosotros somos como el «hecho a mano» frente a la «producción industrial».

¿Por qué en Bullas?
Porque de Bullas es de donde somos, donde vivimos y porque aquí siempre se han hecho cosas muy chulas. Bullas es pueblo de festivales y siempre ha estado vinculado a la escena cultural más independiente gracias a aquel legendario Festival Independiente de Bullas, que recordamos como algo flipante. Además, es un auténtico lujo poder contar con el apoyo del ayuntamiento y de comercios del pueblo, que nos miman y apuestan por este proyecto desde hace cuatro años. Más majos…

Aunque hay una línea clara (shoegaze, dream pop, electrónica, kraut… ) parece que el festival se va abriendo cada vez más a nuevos sonidos. ¿Qué tiene que tener un grupo para tocar en el Ruidismo?
Lo que intentamos es que en el Ruidismo toquen artistas que no se hayan prodigado mucho por la Región, grupos que vayan a sacar algún trabajo por las fechas del festival, bandas que, precisamente, no hayan tocado en todos y cada uno de esos festivales masivos… En definitiva, pensamos: ¿qué grupos nos gustaría ver en un festival bonico? Et voilà!

¿Qué concierto recordáis con más cariño, de todas las ediciones?
Es que cada uno ha tenido su aquel. Pero, igual por la implicación emotiva y por la situación alrededor del concierto, el show de Iluminados en la primera edición fue algo muy grande. El grupo volvía a reunirse después de un tiempo, con motivo del 25 aniversario, y fue muy guay verlos tocar en el Ruidismo, con llenazo total. Emocionante y divertido.

¿Qué recomendáis este año (qué concierto no se puede perder la gente) por encima de todas las cosas?
Si es que el Ruidismo es un festivalico tan pequeño, tan amanoso y con una programación tan apetecible, que no es posible perderse ninguno. Es más, si te pierdes a alguno, lo sentimos por ti.

¿Estáis contentos con el cartel que ha quedado para esta edición o echáis en falta algún nombre más?
En un festival con un line-up tan limitado (en cuanto a número, claro) como este, es inevitable no echar en falta algún nombre. Pero, un año más, estamos locos de contentos con el cartel que hemos podido cerrar. Deseando ver a todos y cada uno de los artistas.

¿Qué banda o artista soñáis con traer al Ruidismo?
Pues si no contamos a los que ya han venido o vienen este año… ¡Los del cartel de la próxima edición! Al fin y al cabo, es lo que hacemos todo el rato: traer artistas que soñamos.

Ya tenéis un público fiel y conciertos o DJs desde mediodía hasta la madrugada. Esto se va haciendo grande. ¿Hay posibilidad de que el festival crezca más y acabe siendo de (al menos) dos días?
De momento somos un festival muy joven que parece que va creciendo poco a poco. Hasta ahora, el formato se ha ido adaptando, dependiendo de las necesidades e inquietudes por mejorarlo y hacer del Ruidismo un festival al que nos gustaría ir. Sobre cómo va a seguir evolucionando el formato, es algo que tendremos que esperar para ir viendo.

¿Qué objetivos tiene el festival para próximas ediciones?
Seguir mejorando. Cada edición forja un poco más la personalidad de un festival en el que intentamos apostar por las propuestas musicales y culturales más interesantes y que estas se complementen a la perfección con el entorno y los productos locales.

¿Qué pensáis sobre el boom actual de festivales? ¿Pensáis que durará mucho?
Estamos muy a favor de todo lo que sea acercar la música a la gente. El hecho de que cada vez haya más festivales implica que cada vez hay más propuestas atractivas. En una escena tan masificada, tienes que tener claro qué quieres ofrecer y cómo quieres ofrecerlo. De eso, imaginamos, dependerá que un proyecto determinado dure más o menos. Es el público el que al final decide si sí o si no.

¿Qué consejo daríais a quien lea esto y le entren ganas de montar su propio festival?
Pues que avanti tutti. Con ganas y teniendo claro lo que quieres hacer, es una putada quedarse sin saber lo que podría haber sido, ¿no?

Foto: Ana Roma
Cartel: Ana Mundana

Alfonso Alfonso (Schwarz): «La nación subterránea es la de aquellos cuya voz intenta ser acallada»

En estos tiempos de consumo rápido y búsqueda de lo fácil, todo reconocimiento será siempre poco para todo un estandarte de la disidencia musical y el rock de riesgo como Schwarz. La banda murciana alcanza los diecinueve años en activo y, tras cuatro años de vacío, publica «Nación subterránea» (Goecia / Verlag, 2016), su noveno disco, insólito y espléndido, en el que Alfonso Alfonso, Juanma Martínez y compañía siguen haciendo cara a lo establecido, ajenos a lo convencional y a las voces dominantes. Larga vida a la nación subterránea.

Quizás estés harto de explicarlo, pero es un punto de partida inevitable: aparte de un homenaje a Julian Cope, ¿qué idea hay detrás de Nación subterránea?
La nación subterránea es la nación de lo que en política se llama disidentes y en religión herejes, y cuya voz intenta ser acallada por el pensamiento dominante y la dictadura de la mayoría, lo que es imposible porque esa voz resuena potente en el subsuelo. En cierto sentido y con los matices que se quieran, es la nación cuya historia glosó Greil Marcus en «Rastros de carmín».

En un momento en el que en la música casi todo tiende hacia caminos muy marcados, Schwarz parecéis cómodos en el underground, siguiendo un camino alternativo “a sangre y fuego”, y entregáis un disco “dirigido a la tribu subterránea”, más electrónico, más oscuro, más tribal… ¿Tendría razón de ser Schwarz si no escogiera caminar siempre por la senda complicada?
Se puede escoger el camino, pero no el destino, que es la verdad, musical o de cualquier otro tipo, pero la verdad. Y el camino que, en nuestro caso, nos lleva más directamente a esa verdad es este.

Desde nuestra perspectiva, siempre habéis estado bastante bien valorados en nuestra región por los medios y bien considerados por otros músicos. Sin embargo, dices que no hay bandas aquí de generaciones posteriores que se fijen en vosotros como ejemplo a seguir. ¿Por qué?
La respuesta está clara: a todo el mundo le gusta mirarse en el espejo del éxito y nosotros no lo tenemos. Aunque lo del éxito es relativo. Acabamos de publicar nuestro noveno disco, eso para mí ya es un éxito, aunque para personas más ambiciosas pueda parece un logro insignificante. Pero es cierto que estamos bien considerados aquí, especialmente entre los músicos. En cierto sentido nos hemos convertido en un grupo que gusta a los músicos y que el resto ignora.

Uno de los elementos de peso en este nuevo disco es la percusión, instrumentos como congas o güiros establecen un equilibrio en vuestras canciones con el cada vez mayor protagonismo de la electrónica y, en general, con los “germanismos” con los que siempre se os ha relacionado. ¿A qué se debe este nuevo toque “latino”?
A nivel superficial, a una voluntad consciente de acercarnos a sonoridades más acordes con nuestra cultura. A un nivel más profundo, a potenciar el sentimiento tribal que en cierto modo subyace a la idea de nación subterránea. Y a nivel lúdico, que también es importante, a que yo siempre he sido aficionado al bolero.

Cuando hablas de electrónica, haces hincapié en que su uso en las canciones no debe ser una “coartada moderna”. ¿Podrías desarrollar esta idea?
Es una idea que expuse a principios de los 2000 en una época en que multitud de grupos de pop estaban añadiendo arreglos electrónicos como una coartada moderna, ya que entonces la electrónica era lo más. Sin embargo, sus canciones seguían siendo lo de siempre, la electrónica no era más que cosmética que no tenía otra función que embellecer o, mejor, modernizar. Para mí, la electrónica dentro de un contexto pop (o rock, para mí es lo mismo, música popular) tiene que tener una función fundamental, tiene que ser algo sin lo cual la canción no funciona, o más aún, ni siquiera existe. Eso de que una buena canción tiene que poder ser tocada sólo con una acústica es una gran gilipollez. Es reducir la música a la melodía, y afortunadamente la música es mucho más que melodía.

Otra de las novedades de este disco es la incorporación de Fran del Valle (Perro) a la batería. Quizás para alguien que no conozca a Fran y no haya conversado con él sobre música no entienda a priori lo idóneo que es para Schwarz, ¿no?
Entiendo que lo dices porque lo conoces. Efectivamente, Fran es el batería idóneo para Schwarz en este momento, tanto por su forma de tocar como, sobre todo, por su amplitud de miras, que es algo fundamental para tocar en esta banda. De hecho, fue el primer batería en el que pensé para esta nueva etapa, aunque curiosa y significativamente (las casualidades no existen) fue él quien dio el primer paso.

De las percusiones en el disco se encarga Miguel Ángel Orengo, que se incorpora también a la banda en directo. Además, al menos en la cita de Murcia (17 de diciembre), contaréis con Raúl Frutos (Crudo Pimento). Estamos deseosos de ver cómo funciona en directo este engranaje. ¿Cómo surge esta colaboración?
Con Orengo viene de lejos, ya que estuvo a punto de ser el percusionista en el primer concierto que dimos, hace dieciocho años, en la sala Colors como teloneros de Manta Ray. Llegamos incluso a hacer varios ensayos pero al final él no pudo tocar y han pasado dieciocho años hasta que ha vuelto a surgir la ocasión. En cuanto a Raúl, la idea de incorporarlo partió de Fran, ya que sus otras bandas respectivas, Perro y Crudo Pimento, comparten o compartían discográfica. En todas los conciertos donde nos sea posible logística y financieramente vendrán los dos, pero en la mayoría de salas pequeñas sólo contaremos con uno de ellos para esta gira.

Aunque con la colaboración de Verlag, “Nación subterránea” está editado por Goecia, sello creado para la autoedición de los discos de Schwarz. ¿Os habéis planteado dar cobijo en el sello en un futuro a otras bandas para tratar de contribuir a que se abra el abanico de lo que consideráis músicas interesantes o vuestra experiencia pasada os tira para atrás a la hora de embarcaros en una faena así?
Absolutamente lo segundo. Salí muy escaldado de mi experiencia en Sandwich Records, y, aunque hoy día no cometería los errores que cometí en su momento, cometería otros. Tengo cierto criterio para seleccionar bandas, pero dirigir un sello es mucho más que eso, y en ese «mucho más» soy una nulidad.

Para terminar, aunque sabemos de tu escaso gusto por la «oficialidad» de la música murciana y aunque suene un poco a Lonely Planet, ¿podrías hacernos una pequeña guía de esa parte de la «nación subterránea” que reside en Murcia?
Pues no voy a dar nombres porque la injusticia de las listas es toda la gente que se queda fuera, pero, teniendo en cuenta el criterio expresado en la primera respuesta, cualquiera puede elaborar su propia guía. Y aclaro que esa no es una guía exclusivamente de bandas, locales, asociaciones o radios, sino, básicamente, una guía de individuos.