Toni Crespillo por el mundo – ‘El alien de la champeta’

Recuerdo que la primera vez que escuché a Abelardo Carbonó fue en el coche de Romu conduciendo hasta Roquetas de Mar. Me dijo algo así como «Crespillo, este es de los tuyos». La canción que puso fue «Muévela» y, hace unas semanas, Jaime me lo recordó pasándome la retrospectiva que el año pasado sacó Vampisoul (El Maravilloso Mundo de Abelardo Carbonó: Psychedelia, Afroroots & Champeta in 1980’s Barranquilla) que homenajea y da a conocer a esta desconocida leyenda. Desde entonces no he parado de escuchar estas divertidísimas y bailongas canciones.

Me gusta pensar que lo que he leído por ahí es cierto y que Abelardo llegó a la Tierra en un ovni punk. Quizás también aprendió a tocar la guitarra en alguna galaxia lejana, porque si no, no me explico de dónde sale ese sonido frenético y alucinado que da el toque ácido a ese cóctel bien agitado de frutas exóticas que son sus canciones: sin ir más lejos, muchos se refieren a él como ‘el padrino de la champeta’. En su música se conectan las alegres y vitalistas melodías antillanas propias del calypso y la soca con las africanas del soukous o el highlife (¿os acordáis de Sir Victor Uwaifo?). La polirritmia africana, a su vez, se destila con la tradición del porro y la cumbia colombianos dando lugar a estos rompepistas no aptos para todos los bullates.

Gracias a la miniserie documental del periodista francés Etienne Sevet En busca de Abelardo, que se puede ver en Youtube, nos podemos acercar un poco más a la historia de este maestro del groove que nunca llegó a triunfar y permaneció en el anonimato, trabajando toda su vida como policía. No obstante, he leído por ahí que, gracias a la atención que está recibiendo a través del recopilatorio, está reuniendo de nuevo a su banda para grabar material nuevo. A ver si se alinean los planetas y lo podemos ver encima de un escenario repartiendo baile. Yo, desde aquí, vuelvo a recomendar la escucha indiscriminada de su obra. Al menos la edición de Vampisoul, que no tiene desperdicio ninguno.

Un abraz0.

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