Toni Crespillo por el mundo – ‘Dame 50 euros’

«¡El arte! ¡Ese mundo de sinvergüenzas!», como diría Ernesto Sevilla en su famosa interpretación de El Gañán en La Hora Chanante. En el sketch se hace un repaso a algunas de las corrientes artísticas de la historias hasta que llega al siglo XX, donde el arte «se malogra». ¡Es la risa!

Algunos de los que escuchen la canción que recomendé podrán pensar similar. El tema es que esto es lo que pasa con mucha música cuando cae en manos de los «artistas». Esta versión del clásico de Barrett Strong está despojada de toda la calidez y crudeza de la original (así como de las versiones que hicieron gente como The Sonics o The Beatles). Solo queda un esqueleto de ritmo cutre con algunos huesos rotos y una voz «desganá» que resalta la frívola letra («Tu amor me da tanta emoción pero no paga mis facturas. Quiero dinero»). De todas formas, esta versión es mi favorita ya que soy muy de ruidicos raros y en esta canción los hay.

The Flying Lizards eran eso, «artistas». De los que hoy día algún hostión se merecen si te piden que cambies la música que estás pinchando. El final de los 70 y los principios de los 80 eran tiempos locos y de ahí salió este colectivo avant-garde, amigos de la improvisación, con miembros tan insignes como David Cunningham (productor de gente tan insigne como This Heat o Michael Nyman) y la vocalista y periodista musical Viviene Goldman. Su canción más exitosa fue este Money que llegó a entrar en las listas británicas de baile y fue usada para varias bandas sonoras. El grupo siguió grabando material a raíz del éxito de la canción; sobre todo versiones de clásicos como el Move on up de Curtis Mayfield o el mismísimo Suzanne de Leonard Cohen. Todas ellas robóticas y «desganás«.

¡Nos vemos esta noche!

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