Toni Crespillo por el mundo – ‘Congas animosas y elegancia carioca’

Hola amiguicos, mientras que sigo intentando solucionar qué va a ser de mi vida en la fría Westfalia, me dispongo a despachar las dos citas que tenía pendientes con el blog.

Hace un par de semanas recomendé a Lecuona Cuban Boys en el programa. Los descubrí hace unas semanas, cuando me puede escapar unos días a mi querido Berlín y mi amigo Xosé me invitó a cenar: como otras tantas veces, se levantó a poner un disco y sonó Rumba Tambah, la canción que sonó en el programa. Como me suele pasar siempre que me pone estas canciones, me tuve que levantar a mirar a ver de qué se trataba. En fin, amor a primera vista con la música.

La orquesta toma su nombre del prolífico e importantísimo compositor cubano Ernesto Lecuona. Aunque nunca llegó a tocar con ellos, ejerció de empresario, y les cedió algunas composiciones y su nombre, lo que supondría la apertura de muchas puertas a la hora de tocar en directo por todo el mundo. Poco después de creación en la primera mitad de los años 30, la agrupación ganaría gran fama y reputación gracias a sus contundentes directos: grandes composiciones ejecutadas con maestría y ricos arreglos por sus 11 miembros, los que incluso podían alternarse varios instrumentos durante el concierto. Eran imparables tocando congas, aunque gozaban de gran versatilidad tocando todos los palos de la música popular cubana. Los Lecuona Cuban Boys dieron exitosas giras por América y los sitios más selectos de Europa; y siguieron dando conciertos hasta los años 70, con algunas rotaciones entre los miembros de la banda.

Por ahí (Discogs, por ejemplo) circulan cantidad de recopilatorios de la agrupación que os recomiendo por si tenéis la curiosidad de escucharlos. Son bastantes variados, pero todas las composiciones comparten una calidez apta para estos últimos coletazos del invierno, acentuada por el tierno crujido de la pizarra donde fueron grabadas por primera vez.

La semana pasada, en el programa donde tuvimos a The Crime como invitados, en mi sección sonó algo de Tim Maia como motivo de un recopilatorio que David Byrne (alma libre de modas donde las haya) publicó el año pasado mediante su sello Luaka Bop, enfocado a las músicas del mundo. Tim Maia está considerado el padre del soul brasileño y es reverenciado por mitos como Caetano Veloso y Jorge Ben. Su estilo era bastante amplio y alternaba canciones más relajadas con otras más funkies y discotequeras, siempre con elegantísimos arreglos, y un regusto hedonista y sensual apto para llevar a las mozas a mover el buyate y luego realizar el cortejo. Su apariencia era la de un auténtico león (misma mata de pelo) pasado de calorías, curtida y devorada por los excesos (era un drogadicto reconocido), y el buen comer y beber; pero gozaba de una potentísima voz más amplia que la de Barry White, con quien tantas veces lo han comparado.

El recopilatiorio del año pasado Nobody can live forever: The existential soul of Tim Maia contiene una muestra de las distintas facetas de su dilatada carrera, además de presentar un diseño colorido e impecable marca de la casa Luaka Bop.

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