Me llamaban Coyote – ‘Gigi (1958) en París y en mi revistero: the night they invented champagne’

Gigi me mira mientras escribo estas líneas. Aparto la vista del ordenador y Leslie Caron me guiña el ojo desde un revistero regalo de cumpleaños: mi cartel de cine favorito y también mi musical, obra del productor Arthur Freed (el visionario detrás de Cantando bajo la Lluvia, Brigadoon, Un americano en París, Cita en St. Louis) y del director Minnelli, que entre otras había trabajado con el primero en Cita en St. Louis. A Minnelli tanto le daba el musical (El Pirata, Yolanda y el ladrón…) como la comedia (El padre de la novia…) o el melodrama (Cautivos del mal, Como un torrente…).

En Cita en St. Louis conoció a la que fuera por un tiempo su esposa, Judy Garland, con la que tuvo a Liza Minnelli, actriz y cantante (Cabaret, New York New York…). Las andanzas del trío. O de madre e hija, darían para otro post. Uno rosa, de esa sección que nos hurtan en Tímpanos y Luciérnagas.

A Gigi (1958) vuelvo y revuelvo, que cantaba Calamaro, un par de veces al año. Me conquista desde ese comienzo en un parque parisino en el que Maurice Chevalier canta con su aire de vividor Thank heaven for little girls y vemos a Leslie Caron vestida de colegiala (se barajó para el papel de Gigi a Audrey Hepburn) hasta la misma Gigi, vestida de princesa cenicienta por una noche en Maxim, que en su habitación canta solitaria Say a prayer for me tonight. En verdad canta por ella Betty Wand (aunque no en la canción al final del post).

Es París a finales del siglo XIX, donde todo el que aspirase a «una educación sentimental» debía ocurrir, la capital del mundo: moda, cortesanas, carreras, vividores, cafés, rumores… un París no tan alejado de una gran ciudad de la actualidad y que a Julia Holter ha inspirado su Loud City Song con dos temas con el nombre del café Maxim’s I y Maxim’s II.

La joven Gigi, que proviene de un noble linaje de mantenidas (cortesanas), con sus dos tías y su madre ausente; y Gaston (Louis Jordan), rico aburrido (It`s a bore), y su tío, el vividor que hemos conocido al principio, que recuerda ¿estupendamente? I remember it well. Un día, ¿será el champagne (the night they invented champagned)? comienza a mirar a Gigi con otros ojos. Y comienza el juego de Pigmalión y se logra un musical espléndido que logró 9 oscar, mejor banda sonora y mejor canción (Gigi) incluidos.

Puede, como ocurre con quienes leyeran antes de ver la película Desayuno con diamantes, que se edulcore (es cierto) el estilo de Colette (no lo tengo tan claro). Pero yo no me imagino otra película que represente mejor el musical (género por excelencia cinematográfico junto al western) en  su década cumbre. Ni que quieren que les diga tampoco imagino que en lugar de Leslie fuese Audrey la que me guiñase el ojo esta mañana de domingo.

Audrey para Eliza Doolittle; Leslie para Gigi; y las piernas de Cyd Charisse para cualquier musical en el que se baile.

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