Si hay hoy en día algún músico que, por trayectoria y por actualidad, merezca aparecer en una sección denominada «¡Libertad creativa!», es Raúl Frutos. Un artista que compone e interpreta música sin demasiadas normas, sin acatar reglas preestablecidas, excepto una, la Ley de Murphy, que todos tenemos que cumplir sin más remedio. Así, después de estar tramando algo con Crudo Pimento desde agosto, de haber concertado con ellos una cita el 24 de septiembre para grabar un programa piloto para esta temporada, no nos quedó más remedio que cancelar la cita, que iba a suponer el estreno de Radio Destroller, apenas unas horas antes de que llegara. Ya sabéis, el nuevo Batman en realidad vive en Murcia y a veces reclama mi apoyo.
No obstante, aunque un mes más tarde, el estreno llegó y ahora, casi dos meses después, también les ha llegado el turno a Raúl e Inma de visitarnos. Con ellos compartimos más de dos horas de tragos y canciones y por fin pude rescatar de mi archivo aquello que hace dos meses preparé para demostrar que Raúl ha sido siempre un tipo con mucha libertad creativa, tanto ahora en esta etapa más reciente en Crudo Pimento, como en su anterior fase a título propio y junto a sus compañeros del Traje de uña nueva o incluso antes, en sus inicios en la escena musical.
En estos inicios tuve yo constancia por primera vez de la existencia de este genial y polivalente músico, que resultó ser prácticamente mi vecino, cuando entró a formar parte de La Brigada, una banda en la que coincidió con dos viejos amigos míos. El de este grupo fue el primer (y que yo recuerde, único) CD de heavy metal que he comprado en toda mi vida y lo hice por amistad y por casualidad, una mañana de 2002 al pasar por la puerta de Discos Tráfico y acordarme de que había prometido comprármelo. No es un estilo que me guste, pero a pesar de ello guardo muy buenos recuerdos de este álbum, original, virtuoso, variado… Del heavy metal pasó a la canción de autor, como batería y como compositor, guitarrista y cantante. De ambas «versiones» de Raúl Frutos dimos cuenta en esta sección esta semana.
Para otra ocasión tuvimos que dejar el resto, porque sí, hay más. Luego llegó, sin dejar de lado su trayectoria en solitario, la San Ramone Lonely Hearts Club Band y las versiones de los Ramones y de lo más selecto del punk y el garage internacional; y al final, tras numerosas mutaciones, las canciones de Raúl han acabado intercaladas entre los ritmos caribeños de The Ben Gunn Mento Band (aunque en este proyecto la gran mayoría de temas son adaptaciones de clásicos) y la mezcolanza de Crudo Pimento. Y aún le sabe a poco, no os extrañe si un día de estos lo vemos liderando una banda de black metal, es una vieja cuenta pendiente de este polifacético músico murciano.