El «concierto privado» de Jeremy Jay

“Pues para mí que era inglés”, le decía yo a un amigo con el que compartí el rato durante el concierto de Jeremy Jay en la murciana sala 12 y Medio. Ignorancia puntual del que escribe aparte, lo cierto es que el americano de Los Ángeles se pasa gran parte del concierto (y de su discografía) saltando de lado a lado del Atlántico con soltura y naturalidad estilística. Lo suyo es el pop de carácter melódico con latigazos ocasionales de saturación guitarrera. Lo lleva al directo, al menos en esta ocasion, con unos músicos franceses muy solventes, que aportaron una contundente base rítmica (mención especial al bajista lesionado y a su “discreto” calcetín) y un colchón de teclado omnipresente que a veces enriquecía y otras, para mí, no tanto. Se agradeció la empatía y el buen humor del artista, tímido pero dispuesto pese al escaso público que se enfrentó a una fría tarde de martes para acercarse a escuchar su propuesta. El sonido fue impecable y el repertorio, trufado de canciones nuevas (presentaba su reciente ‘Abandoned apartments’), bastante más atractivo y consistente que en su último paso por Murcia, hace ya algunos años. Con un “cheers” entonado mientras levantaba su cerveza, tras un bis generoso solicitado por los que allí estábamos, Jeremy se despidió dejando buen sabor de boca. Una lástima que hubieran tan pocas bocas para saborear, es complicado llenar en Murcia y menos un martes. Tomemos nota y hagamos lo que podamos para que los promotores locales de música en directo no se desanimen.

Kurt Baker has the power (pop)

Llegaron desde la costa este de Estados Unidos con su ‘Brand new beat’, que además del título del disco que presentaban es una perfecta definición de su música. No es que lo que hacen sea «brand new», porque el rock con aires new wave que practican ya está más que inventado, pero se trata de un género que cuando se hace bien te inyecta la misma energía de la primera vez. Lo del «beat» si que se explica solo desde el primer acorde de su concierto. Referentes tienen muchos, como referencia empiezan a ser dentro de su escena: todos los miembros de la Kurt Baker Band (sí, hablamos de ellos) han tocado o tocan en formaciones como Screeching Weasel, The Queers, Riverdales, The Leftovers, The Connection, The Guts…O sea, que son de todo menos lángidos. Lo del pasado domingo en la sala 12 & Medio fue uno de los mejores cierres de semana posibles para evadirse de una realidad paupérrima que nos bombardea con malas noticias a diario. Mover el culo no llena el bolsillo pero te alegra la vida durante un rato, y ahí el que no bailó, aunque fuera un poco, es porque no le corre sangre por las venas. Ya que hemos mencionado el bolsillo, hay que decir que los precios asequibles de los discos, el trato de los amigos de Torreznetes (organizadores de la gira española de Baker) y la alegría con la que regalaban chapas y pegatinas a todo el que se acercaba contribuyeron a que todos mantuviéramos la sonrisa hasta el final. La humildad y sencillez (excesiva en lo musical) que Los Cachorros aportaron como teloneros supuso una bienvenida tan entrañable y bienintencionada como necesitada de un buen batería y algun que otro ensayo.


La versátil dulzura de Alondra Bentley

Pese a lo que se podía leer en los simpáticos adornos que coloreaban el escenario del Teatro Circo de Murcia, no estábamos, ni estamos, en «holidays». Sí que estábamos en «weekend», disfrutando de un domingo familiar con una de las mejores bandas sonoras posibles, la de Alondra Bentley presentando su disco infantil «Sings for children. It´s holidays».  Se puede decir que fue un éxito, vista la empatía que tanto ella como su inseparable Nacho Ruiz (Nine Stories, The Secret Society) demostraron con los niños, y viceversa. Fue un concierto cantado, contado (sí, hubo cuento interactivo) y bilingüe, o casi, aunque Alondra se hizo entender con mucha gracia. Hubo juegos y niños afortunados que subieron al escenario a tocar. La naturalidad y sensibilidad de las canciones, verdaderas protagonistas, funcionan muy bien con pequeños y mayores, de hecho el repertorio incluía piezas del disco para niños combinadas con otras de ‘Ashfield avenue’ e incluso de su recién editado ‘ The Garden Room’. Y ya que hablamos de discos, eso también pareció funcionar a la salida, ya que el puesto se abarrotó de compradores de todas las edades mientras los niños comían golosinas, eran pintados por una voluntariosa amiga de la artista y, ojo, pedían también su cd correspondiente. Recompensa, pues, al talento de una de nuestras mejores voces (y compositoras) y muy buenas sensaciones con su llegada a la discográfica Gran Derby, sello pequeño gestionado entre amigos, con ediciones muy cuidadas y precios asumibles por los consumidores habituales de formatos tradicionales. Ya había ganas de escuchar a Alondra en vinilo, con ‘The Garden Room’ lo vamos a poder hacer, yo ya tengo el mío.

 

 

 

 

Corizonas, fin de gira

Corizonas son simplemente una banda de rock. Puede que sean previsibles, que su primer disco no suponga ningún hito en la historia del género o incluso que muchos no se acaben de creer la propuesta de ese Frankestein que han creado, fruto de la unión de Los Coronas y Arizona Baby. Poco convencido con su álbum de debut, fui a verlos y a fotografiarlos, basicamente porque me gusta el rock´n roll de toda la vida, el que se hace sin demasiadas pretensiones y con mucha energía. Y calidad, claro. Eso fue precisamente lo que me encontré, un concierto mejor y más divertido que cualquiera de los que he podido ver de las dos bandas fusionadas. Sonó bien, fuerte, con riffs contundentes, una base rítmica impecable que hacía crecer a las canciones y mucha comunicación con el público. Era su de fin de gira y tenían ganas de marcha, aunque sugirieron que alguno de la banda venía sin dormir. Al final consiguieron que todo el mundo se levantara de sus asientos y se montara lo más parecido a una fiesta que puede ofrecer un concierto de auditorio. Mención especial para la entrañable aparición de Miqui (no el Puig, gracias), ilustre ye ye que puso mucha energía y poca memoria con la letra de la canción. Buenos músicos con mucha carretera en el cuerpo, pasándoselo bien, era eso el rock´n roll ¿no?

Patti Smith, flashes y sombras

Curioso, es la segunda ocasión que tengo de ver a Patti Smith (la primera en un auditorio) y la verdad es que musicalmente me puso más y mejor las pilas cuando la vi en un escenario grande, en abierto, con electricidad. Hasta ahora había pensado justo lo contrario, que una recitadora experimentada como ella ganaría mucho en las distancias cortas, en un espacio cerrado con el ruido atenuado a su alrededor, incluso lo sigo pensando ¿Me gustó entonces su concierto en Cartagena? La respuesta sería un sí, sin más. Por lo que representa, por lo poético de de su idealismo, por la fiel relación de largo recorrido con Lenny Kaye y por la forma en la que transforman todo eso en música sobre el escenario. Mi «sí», por supuesto, tiene varios peros.


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Richard Hawley, elegancia bien peinada

Con una actitud más tímida que distante, aspecto impecable, con tranquilidad pero sin apatía y arropado por una banda precisa y afinada, Mr Hawley impartió otra de sus lecciones de elegancia melódica en el Nuevo Teatro Circo de Cartagena. No hay que dejarse despistar por lo agradable y cálido de su voz, Richard es sobre todo un magnífico guitarrista. Así construyo el éxito de su concierto, a base de superponer inspiradas capas de riffs contenidos y arpegios mágicos. Y claro, al sumar una base rítmica infalible y  un teclista atento a los detalles la ecuación se completa, traduciéndose en una empatía con el público que fue creciendo hasta rozar la genialidad con esa obra maestra que es ‘The Ocean’, canción que cerró el concierto.

¿Wilco? Bien gracias…

Wilco estuvo aquí, en Murcia, bajo la lluvia, tocando frente a un mar de paraguas y chubasqueros. Algunos les pedían más empatía, otros simplemente bebían y anhelaban más verbena. No fue su mejor concierto, pero con el freno de mano echado todavía le siguen pasando a muchas bandas por encima. Tuvieron sus momentos de toreo de salón en el coso de la Condomina, pero lo sublime ya lo habían alcanzado en otros lugares, como el Liceo, en la misma semana. Concierto correcto y a seguir haciendo historia por el mundo. Nosotros lo fotografiamos.

 

Imágenes Funtásticas, «bailemos el Bimbó»

El Funtastic Dracula Carnival, un festival divertido, bizarro y con criterio, que se realiza en la mejor ciudad del mundo para divertirse sin complejos, sin que nadie te mire raro, en la capital del frikismo español, en Benidorm. El cartel es uno de los mejores que puedes encontrar para ponerte las pilas si lo que te gusta la música abierta en cuanto a estilo, pero con alma de rock ‘n roll, y ahí cabe de todo: desde el garage al soul, pasando por el punk y el pop más sucio. Todo ello aderezado por un desfile impresionante de personajes con ganas de fiesta, por una estupenda organización, un presentador gorila y unas go-go´s tremendas, entre las que destaca una ya habitual Trixie Malicious.

Cartelón!

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