Satarra 2023: una jornada salvaje

Llega una altura del año en la que, si me encuentro a Nasty Franky en algún concierto, me dice «estoy con el cartel del Satarra» (desde los inicios del festival en 2017 es el encargado de realizarlo) y sin necesidad de que yo le pregunte, comienza a enumerar los grupos que lo componen, como el camarero que te canta el menú del bar. Desde la organización del evento, a través de sus redes sociales, suelen jugar la carta de autodenominarse como «una mierda de festival», pero la realidad es que nos encontramos ante uno de los más genuinos e interesantes de los que se celebran en nuestra región. He intentado, sin éxito, que fueran sus propios organizadores los que contaran, para quien no sepa muy bien de qué va la cosa, qué rollo llevan los grupos que tocan en esta quinta edición. Así que lo haré yo.

Los Peyotes, desde Argentina, todo un mito del revival garage rock mundial. Desde Suiza vendrán a pasar calor embutidos en sus disfraces The Sex Organs, a ritmo de sex’n’roll (sea lo que sea eso). Desde Madrid, tres formas distintas de entender el punk, pero todas con gusto por los sintetizadores (da igual que lo llames rave punk, synth punk o como quieras): ¡Miau!, Miss España y Seggs Tape. Y desde la Vega Baja del Segura, el post punk de Barrio Dinamita, a quienes podemos considerar la representación local, porque al menos para esto del punk la Vega Baja cuenta como local en Murcia.

Dicho esto, os dejo con Ángel Ivorra, uno de los representantes del Satarra, para que nos cuente todo lo demás sobre el festival. Es muy probable que me haya contestado desde la terraza del bar de enfrente de la iglesia en compañía de Rata Satán y Nasty Franky.

El cartel, como ya es costumbre, es una obra de Nasty Franky. Nos encanta, como siempre, pero también surge una duda: en el montón de conciertos por los que deambuláis o en alguna noche de las del Plan 9, ¿nunca se os ha arrimado alguien del mundillo de la ilustración con alguna contraoferta?
Estamos empezando a entrenar una inteligencia artificial con los dibujos de Franky, pero le está costando. Nadie nos ha ofertado, pero sería en vano, los dibujos de Franky son una seña de identidad.

Esta va a ser ya la quinta edición del festival. A estas alturas, ¿hay algún grupo al que hayáis tanteado para el festival y se os resista de forma recurrente?
Claro que hay bandas que hemos intentado varias veces y, por hache o por be, no han venido nunca. Luego cada uno tiene sus gustos y caprichitos, hay un saco lleno de bandas que hubiera estado guapísimo que la gente viera. Pero sí, hay una banda que lo hemos intentado en tres ediciones y nanai… estoy empezando a pensar que igual nos tienen un poco de tirria.

Me he perdido varias ediciones del festival por coincidencias o compromisos varios, pero sobre todo porque me da miedo llegar tarde e ir todo el rato a destiempo. ¿Este año habrá aperitivo? Es para ir liberando la agenda…
Muy mal perdértelo. Este año hay concierto por la mañana gratuito también, como todos los años. Si no pasa nada raro, en La Yesería a las 12 o así.

¿Y fiestas de presentación? ¿Se volverá a sortear una hostia a alguien del staff del Satarra?
Esa fue una jugada maestra de marketing, se vendieron más cervezas en el Plan 9 que en el bando de la huerta, pero no hemos visto de momento nada de fiestas presentación. Supongo que algo haremos, pero no está planeado aún.

Algo con lo que soléis petarlo bastante es con los artículos promocionales del festival. ¿Hay alguna sorpresa para este 2023?
Este año tenemos abanicos, tarjetas y «fliers» que se reparten normalmente a altas horas de la noche en sitios random a personas random.

Hace unos días pudimos disfrutar en Murcia de un glorioso concierto de Private Function, tremenda banda australiana, gracias a vuestra ayuda e intermediación. ¿No os habéis planteado la idea de programar conciertos durante el resto del año al margen del festival?
Ni jartos de todo el vino del mundo. Rotundo no.

Precisamente, de camino al concierto de Private Function en Alicante, porque hicimos doblete, comentaba con mi compañero Romu que una sesión de Tímpanos y Luciérnagas DJs encajaría perfectamente en el Satarra. Así que aprovecho para dejar por aquí nuestro ofrecimiento para futuras ediciones o eventos varios y ya de paso para pediros que nos contéis algo sobre el elenco de DJs de este Satarra 2023.
Tomamos nota del ofrecimiento, cuando sepáis lo que pagamos se os van a quitar las ganas. Este año pinchan «Guille Balboa» (reduciendo costes), Danielo77 (no puede faltar Danielo), Annie Villamarzo (Premio Empanada 2023) y Las chicas del Tiempo (de Benidorm), que ya dieron una pinchada maravillosa hace poco en Murcia.

Por último, pero no menos importante, aparte de en el bar de enfrente de la iglesia, ¿dónde se pueden conseguir las entradas para el festival?
Pues en compralaentrada, si quieres pagar gastos, y si no, en el bar de enfrente de la iglesia. En un futuro próximo dejaremos entradas en el Plan 9. O el mismo día del festival (si no se agotan).

Nasty Franky: «Cuando me aburrí de dibujar bien empecé a dibujar mal y salieron los monstruos»

Aparte de un montón de monstruos y un número considerable de pin-ups, el universo Nasty Franky está repleto de teléfonos antiguos, navajas y estampados de leopardo, de hot rods y motocicletas, de rock ‘n’ roll, punk y cine de serie B y de gente como Russ Meyer y John Waters y sus personajes. Detrás de este pseudónimo (y de un estupendo tupé) encontramos a Franky Jiménez (Alguazas, 1988), singular ilustrador, gran melómano y mejor conversador y por tanto, idóneo para esta serie estival de entrevistas.

De tus pinceles y rotuladores, aparte de un buen número de pin-ups, han salido caricaturas de gente como Nikki Corvette, Traci Lords, Link Wray, Little Richard, Wilko Johnson o Johnny Ramone. Pero, ¿en qué momento te diste cuenta de que todo el mundo tiene un monstruo en su exterior?
Bueno, Traci Lords me hizo un comentario sobre el dibujo, por privado y todo, y casi me muero. Pero a lo que vamos, que hacer retratos realistas copiando fotos de la gente era una cosa que le gustaba a todo el mundo y eso empezó a resultar muy aburrido, así que cuando me aburrí de «dibujar bien» empecé a dibujar mal y salieron los monstruos.

Hemos citado en la introducción la parte más visible de tu imaginario creativo, pero quisiera saber cuál es la parte menos evidente de tus influencias. Espero que Ibáñez, como mínimo. Por cierto, ¿a quién habrás dibujado más veces: a Rat Fink o a Tura Satana?
Ufff, es que la lista que has hecho abarca todo. Pero vamos, me encanta tirar de las cosas que me han gustado toda la vida y me siguen emocionando, desde las Tortugas Ninja y los tebeos a las revistas de cómic underground ochenteras y los dibujos clásicos. Rat Fink me gusta pintarlo cuando no sé qué pintar, así que gana siempre.

Esta pregunta (y alguna más de las siguientes) quizás te suene a ti y a los lectores, pero échenle la culpa a quien organiza saraos con toda la gente vestida con estampados de leopardo y no a mí. Hablemos del proceso creativo. ¿Sueles partir de ideas previas cuando te sientas a dibujar o hay buenas dosis de improvisación? ¿Necesitas de un entorno determinado y una regularidad o eres capaz de ponerte a dibujar en el primer sitio que pilles y en cualquier momento? ¿En qué formatos o con qué técnicas prefieres trabajar, si es que hay alguna preferencia?
Mi curro está claramente marcado por los jefazos del pintar monstruos (te paso lista, que sé que te gustan: «Big Daddy» Roth, Bill Campbell, Basil Wolverton, Mouse, Dave Burke, Von Franco, Robert Crumb, Robert Williams… por nombrar algunos a los que adoro). De las veces que los he fusilado para poder sacarle punta a un estilo propio, he alcanzado ya una base y me sale fácil. Así que cuando no es un encargo, me siento y aprieto hasta que salga, la lista de cosas que quiero dibujar es infinita. Luego, cada proyecto lleva su trabajo de investigación, sobre todo cuando meto elementos reales, que existen, como un coche o motocicleta concreta o los botines favoritos de Chuck Berry, que me gusta pintar al detalle y lo más fiel posible. Cuando estoy pintando a un personaje real, a veces me rayo porque el monstruo no se parece. Por eso le he pillado el gusto a currar bien cómodo en mi estudio con las referencias delante y vistas al bar. Le doy al gouache sobre papel y también a los acrílicos cuando pillo un lienzo y pinto siempre que puedo y mi cabeza me deja.

Aunque sueles ensamblar digitalmente algunas de tus obras, como los carteles del Satarra, del que hablaremos más adelante, siempre has dicho que prefieres pringarte las manos. ¿Crees que perderían algo tus creaciones si te pasaras al formato digital?
Pues para empezar, perderían el ser un objeto que es original y único, con sus borrones, sus manchas, sus correcciones, su sangre, su sudor y sus lágrimas y demás fluidos. Yo a eso le doy mucho valor, así que para mí no hay comparación. Disfruto del arte digital bien hecho, hasta ahí llego, aunque si está muy mal hecho también le veo su punto (esos retratistas que calcan mal una foto con la tablet para bodas, bautizos y comuniones y que ofrecen sus servicios en Milanuncios). Reconozco que uso lo digital como herramienta de montaje y poco más, aunque no descarto en un futuro marcarme alguna animación molona como está haciendo ahora mismo la Rata Satán.

Salvo una reciente adaptación de 13 Rue del Percebe, con personajes propios y ajenos, no es habitual que te decantes por el formato cómic. ¿Hay algún tipo de barrera que te tire para atrás del mismo?
La verdad es que en muy pocas ocasiones me ha dado por ahí y no sabría explicar muy bien por qué, porque me falta gracia quizás. Mis influencias más fuertes me han venido por otros lados, a pesar de haber consumido drogas duras como el macarrerío del Makoki o el Nazario y babeado con las viñetas de Corben o Frazetta.

Como buena parte del underground murciano, de artistas que nacieron entre mediados de los 80 y mediados de los 90, tienes formación artística. Licenciado en Bellas Artes en tu caso. Si pudieras volver atrás, ¿tomarías la misma decisión? ¿Crees que te ha marcado creativamente tener una formación artística o, a pesar de todo, te consideras autodidacta?
Para lo que he terminado haciendo, la verdad es que Bellas Artes me la puedo meter por el culo. No puedo negar que me ha aportado muchas cosas buenas, pero también malas. Aunque a todo le he sacado partido. Tampoco pagué el puto título, así que creo es como si no hubiera estudiado nada, valga la redundancia al estar hablando de BBAA.
Respecto a lo de ser autodidacta, yo pienso que nadie es realmente autodidacta. Hayas estudiado o no, tus referentes, tu artista o dibujante favorito ya viene de una escuela y ya ha hecho ese estudio para sacar su rollo y uno va y lo fusila, lo traga, lo interioriza y aprende de eso. Así que al final, autodidacta no es nadie, a no ser que seas una persona del paleolítico que se pone a pintar en la pared de una cueva. Pero eso es lo que pienso yo, que soy imbécil.

Además de ilustrar, al menos en un pasado no muy lejano, en tu trayectoria has tatuado unas cuantas calaveras, navajas e incluso alguna pizza. En esta dualidad, ¿qué parte consideras que fue simple evolución natural y qué parte la necesidad de diversificar de quien se mueve por los terrenos del underground? ¿Ha habido alguna ocasión en que hayas pensado: esto no compensa? Más allá de tu repertorio habitual, ¿alguna vez te han pedido que adaptes algún dibujo especialmente peculiar?
Al poco de empezar a tatuar, llegó la explosión absurda del tatuaje y paré porque tatuaba hasta mi abuela. Empecé porque me gustaba y me atraía, pero requiere dedicarle la vida y a mí me falta vida con tantos frentes abiertos. No dio tiempo a que nadie me pidiera nada más raro de lo que ya hacía.

Solo hay que ver tu colección de personajes (y tu tupé, sobre todo cuando hay limones a mano) para darse cuenta de que la música ocupa una parte importante de tu vida. En lo personal y en lo artístico, porque trabajas de forma habitual con grupos, pinchadiscos y festivales. Pero me gustaría saber en qué modo influye (y te acompaña) la música en tu creatividad y qué discos estás escuchando últimamente.
La música es lo gordo de todo esto. Imagino que como muchos, mientras curro suena música de fondo cuando no algún podcast. Cuando no sé qué escuchar me pongo a Link Wray o a Bo Diddley y de ahí ya tiro para lo que me pida el cuerpo, o sigo con los clásicos o me pongo tralla o le pregunto a la Rata Satán que me recomiende algo.
Últimamente los discos me los pongo más en el tocata mientras voy rondando por la casa o estoy de after. Cuando curro tiro de alguna lista o algún canal de Youtube con buena mandanga. Y si quieres te hago una lista de esas y te digo los 7 últimos LPs que han sonado y están ahí en la estantería tal cual: Sistema de Entretenimiento, el último de Les Lullies (que los vi el otro día), el de Finale, el ‘Todo Roto’ de Wau y los Arrrghs, el ‘Psychedelic Jungle’ de los Cramps, el ‘Roots of Chicha’ y un directo de Johnny Cash.
Y siempre está bien recordar que cuando te despeines de tanto bailar, los limones de los gin tonics son la mejor gomina en esos momentos.

Forma parte del Tridente Ofensivo, un grupo de pinchadiscos que completan Raü Pagüa y Guille Balboa. ¿Es esto algo que tengáis en mente de forma continua o más bien un recurso solo para las fiestas de guardar?
El Tridente Ofensivo murió porque en realidad odio pinchar, no me gusta nada, estar ahí parao con todo el mundo cascando y dando botes. Pinchaba una vez al año porque me molaba escuchar mis discos a todo volumen, pero cuando vi que se me quería liar para más me retiré del juego. Ahora si eso le hago el relevo al Guille cuando tiene que salir de la cabina, pero yo solo «aprieto el botón».

Desde sus comienzos eres el responsable de la imagen del festival Satarra, cuya quinta edición tendrá lugar el próximo mes de septiembre. Ya sabemos que es una mierda, pero yo este año quiero ir, así que cuéntame: ¿Cuál es el secreto para optimizar la experiencia Satarra?
Yo recomiendo ir con resaca.

También eres una de las personas que está detrás de la organización de la feria de autoedición Zorroclocos e Lobos, cuyo regreso ha sido anunciado recientemente. ¿Qué nos puedes contar sobre esta esperada nueva edición que no nos haya contado ya Rata Satán?
No sé lo que ha puesto la Ratita, pero ya se sabe lo que pasa allí, fanzineo, cerveceo y punkarreo. Pero esta vez en las mazmorras de la Biblioteca Regional. El 28 de octubre, apunta la fecha. Ya tengo «apalabrá» a la primera banda.

En tu trayectoria has publicado un buen número de fanzines monográficos y has participado en otros cuantos colectivos. Ahora que se avecina otro Zorroclocos, ¿qué tienes en mente en este apartado?
Para empezar sacaré por fin el NASTY #4, que ya está bien. Igual que los últimos números, un puñao de colaboradores de Murcia y parte del extranjero a todo color. Y volveré al ruedo con algún monográfico actualizado de fotocopia y grapa, que lo echo de menos.

Hace poco diste a entender que en breve habrá una exposición itinerante con algunas de tus creaciones. Esto siempre es algo interesante y demos por hecho que empezará en el bar de enfrente de la iglesia, pero me preguntaba si, aparte de tu Instagram, ¿hay ahora mismo algún lugar, físico o digital, donde la gente pueda acudir a ver tus originales y comprarlos si es menester?
La gente puede venir a mi casa si quiere ver los originales en directo porque no tengo ningún sitio ni ninguna tienda habilitada. Quiero hacerme una online antes de que acabe el año, a ver si engaño a Ángel (Satarra). Y lo de las exposiciones, estoy estudiando una forma de expo relámpago que puede que salga bien, ya avisaré. Eso es todo, ¡me bajo al bar!

Rata Satán: «Todo lo que dibujo tiene algo autobiográfico»

Rata Satán es el pseudónimo artístico de María A. Jiménez (1990), ilustradora y tatuadora murciana de estilo peculiar y reconocible. De sus pinceles nace con regularidad y diligencia una serie de personajes con tendencia al histerismo y cierto gusto por lo escatológico, con los que, a pesar de todo, es muy probable que te identifiques de algún modo. Más aún en estos soporíferos tiempos veraniegos. Quizás por ello es la escogida para abrir la serie de entrevistas estivales «del bar de enfrente de la iglesia», aunque en realidad esté hecha por email, o quizás sea por esto último. De cualquier modo, ella afirma que «no podrás creer la número 4».

Antes de hacerte llamar Rata Satán, tu nombre artístico era Doctor Zombie. ¿Por qué este cambio? No obstante, tanto con uno como con otro, siempre me viene a la cabeza un amigo que cada vez que se llama a alguien por un pseudónimo, sea artístico o no, dice: ¡No le digáis nombrajos!
Lo de Doctor Zombie me lo puse sin ninguna historia apasionante detrás. Me gustaban las pelis de terror de serie B y me parecía divertido que no supieran si era chico o chica. Pero (sorpresa, sorpresa) no era la única con este nombre. Hay un tío en alguna parte de América Latina con el mismo pseudónimo, que encima se ve que antes dibujaba cómics y ahora (o al menos hasta hace unos años) tiene un programa de radio dedicado al cine. Me llegaban muchos mensajes a la página de Facebook preguntándome que qué me parecía tal película o qué película era esa en la que salía un señor nosequé y hacía nosecuantos. Aunque me hacía mucha gracia y yo contestaba a todo, pensé que cuando triunfase no quería problemas con la autoría de nada. Todavía no he triunfado, pero busqué un nombre guay y que molestase a mi madre: Rata Satán. Está feo que lo diga yo, pero mola mucho. Además, es que me llamo María y ya hay otra que es virgen y es mucho más famosa.

Hablemos del proceso creativo. ¿Sueles partir de ideas previas cuando te sientas a dibujar o hay buenas dosis de improvisación? ¿Necesitas de un entorno determinado y una regularidad o eres capaz de ponerte a dibujar en el primer sitio que pilles y en cualquier momento? ¿En qué formatos o con qué técnicas prefieres trabajar, si es que hay alguna preferencia?
Tengo una libretita donde apunto y aboceto ideas locas, normalmente nunca se parece nada lo que empieza con lo que acaba siendo. Una vez alguien me dijo que David Lynch empezó Twin Peaks sin saber quién era el asesino (información cero contrastada), y básicamente eso define muy bien todo mi proceso creativo y mi manera de trabajar. La mayoría de ideas se me ocurren haciendo cosas que nada tienen que ver con dibujar.
Respecto a lo del entorno, como en mi casa somos familia numerosa y la casa de mis padres era enana y compartí habitación hasta que me fui de casa; yo puedo dibujar en absolutamente cualquier parte. Otra cosa son mis preferencias: mesa gigante para llenarla de cosas y papeles. Regularidad sí que tengo, porque además si no dibujas regularmente luego se te olvida y esto es así. De lunes a viernes hay un horario y un mínimo de horas por cumplir.
Las técnicas las tengo pilladísimas: gouache para los dibujos a color, tinta china para los cómics y a veces robo de la mesa de Nasty Franky unos rotuladores. Siempre pincel y, aunque el formato depende de varias cosas, a mí me gustan grandes. Prefiero dibujar en A3.

En más de una ocasión he leído a artistas comentando el carácter terapeútico del momento creativo, que no necesariamente incluye la muestra del resultado en público. ¿Coincides en esto?
La verdad que no sé contestar a esto, yo dibujo porque me sale solo y porque me gusta. Cuando lo necesito y tengo dinero, voy a terapia, jaja.

Tus ilustraciones están protagonizadas por animales varios (ratas sobre todo, pero también perros, gatos o cerdos), indigentes, vampiros y una serie de personajes bastante cafres, que viven situaciones de lo más rocambolesco. En alguna historia hablas además de una «Devil Town» (la de la canción de Daniel Johnston). ¿En qué medida dirías que estos reflejan de un modo autobiográfico tu entorno y que vivir en Murcia te ha influido a la hora de dar forma a tu particular universo creativo?
Todo lo que dibujo tiene algo autobiográfico, hasta la apariencia física de los personajes monstruosos e histéricos. Reflejan mi manera de ver las cosas y cómo las percibo, y desde luego si no fuera por Murcia, quién sabe, igual dibujaría cosas más bonitas y aburridas y para toda la familia y retratos de parejas. Qué asco.

Formas parte de un amplio sector del underground murciano, de artistas que nacieron entre mediados de los 80 y mediados de los 90, que pasaron por la Escuela de Arte. Si pudieras volver atrás, ¿tomarías la misma decisión? ¿Crees que te ha marcado creativamente tener una formación artística o, a pesar de todo, te consideras autodidacta?
Esto tiene gracia, porque cuando fui a apuntarme a la Escuela de Arte, yo quería hacer Diseño de Moda, pero no quedaban plazas. Como siempre me ha gustado dibujar y siempre lo he hecho, no pensaba que fuese necesario estudiarlo. Además, me admitieron en un módulo de Imagen y Sonido, del que al final rechacé plaza e hice la prueba de acceso a Ilustración. Encima ni me cogieron al principio, entré en los llamamientos en octubre, jaja.
No me arrepiento para nada de haber estudiado Ilustración, que por cierto aún no he recogido mi título y veremos a ver si lo hago. Luego empecé Animación, pero no la terminé. Volvería a hacer lo mismo, fueron años divertidos. Nunca me he considerado autodidacta; es cierto que a dibujar se aprende dibujando, pero aprendí muchas cosas y probé muchas técnicas, y sobre todo de tener compañeros se nutre una mucho. Lo que pasa que estudiar algo artístico tiene una gran parte de trabajo personal, no es aprobar exámenes: te enseñan técnicas y tú decides desarrollarlas o no, dibujar en tu casa o no. Y desde luego un título no te va a dar trabajo.

Teniendo en cuenta que nos conocemos, sobre todo, por coincidir en conciertos (y por sufrir el ataque de los mosquitos en comunidad), doy por hecho que la música ocupa una parte importante de tu vida personal. También de la artística, porque has trabajado en numerosas ocasiones con grupos, pinchadiscos y festivales. Pero me gustaría saber en qué modo influye (y te acompaña) la música en tu creatividad y qué discos estás escuchando últimamente.
Buf, la música me influye muchísimo y uno de mis sueños frustrados es tener una banda guapísima e irme de gira y vivir todo lo que me imagino que es eso. Las canciones me sacan un dibujo, un capítulo de un cómic o el tono que le doy a la narrativa. Últimamente estoy escuchando mucho a Private Function (joder, qué guay poder haberlos visto hace poco y como molan tanto, me devolvieron las ganas de vivir fuertemente). Aunque me pongo discos en el tocadiscos, me cuesta recomendar discos enteros porque cuando dibujo me pongo listas, pero venga ahí va: Hex Dispenser ‘III’, Billy Childish ‘Devil in the flesh’, Roots Of Chicha vol. 1 y 2 y todo el Bandcamp de ¡Miau! (miaumiaumiau.bandcamp.com). Ahí dejo el buen batiburrillo.

Diría que en tu obra juegas con lo feo, lo escabroso y lo surrealista de un modo bastante singular, al alcance de poca gente en la actualidad. ¿Te sientes identificada con autores clásicos como Robert Crumb o Johnny Ryan o con autoras contemporáneas como Roberta Vázquez o Irene Márquez, que también lo trabajan muy bien? Y ya que estamos, ¿a qué artistas actuales nos recomendarías?
Soy súper mega fan de toda la gente que has nombrado. Identificada no sé, pero me influyen mucho, son lo mejor. De más joven quería ser una versión de Peter Bagge mezclada con Matt Groening, jaja.
Artistas actuales que recomiendo muy fuerte y también me insipiran: Wati Bakan (@wati_bakan en Instagram), DAVAT (@dxpxmx en Instagram), Flavita Banana por supuestísimo, Igor Hofbauer (@igorhofbauer), el gran Magius (premio nacional del cómic y paisano murciano), BRULEX (@brulex.fr), Juarma por supuestísimo, Pippa Toole (@pippatoole), Libertad Ballester, Ana Galvañ, Mik Baro, Mister Sister (@mr.sisster), Aroha Travé, Nasty Franky, Ruth Mora (@_meanmachine), Sr Kruel y podría seguir. Y por supuesto, al único dios al que le rezo: John Waters.

Además de ilustrar, hace ya un tiempo que también tatúas. Algunos de tus personajes recurrentes ocupan brazos, muslos y hasta algún que otro culo. En esta dualidad, ¿qué parte consideras que ha sido simple evolución natural y qué parte la necesidad de diversificar de quien se mueve por los terrenos del underground? ¿Ha habido alguna ocasión en que hayas pensado: esto no compensa? Más allá de tu repertorio habitual, ¿alguna vez te han pedido que adaptes algún dibujo especialmente peculiar?
Lo de empezar a tatuar surgió cuando mi amiga y genia del tatuaje Ana (@pajari.tattoo) me lo propuso. Me gustó, me pareció divertido y además estaba muy arropada por ella (eternamente agradecida). Después de aquellos años, decidí centrarme un poco más en los cómics, aunque sigo tatuando, pero bastante menos. Obviamente, tatuar da más dinero que los cómics, aunque actualmente que hay más tatuadores que personas, pues ya no lo sé. Tengo que decir que aún no he tatuado ningún infinito, aunque sí varias veces el nombre de Patricia. Creo que lo más peculiar que he adaptado a tatuaje (que no a mi rollo) fue una chica que vino de otra comunidad autónoma a que le tatuase el logotipo de una amiga suya que hacía velas.
Respecto a lo de “esto no compensa”, no puedes pensarlo si quieres dedicarte a un mundo artístico sin que tus padres sean ricos. A veces me hundo en la mierda y otras me vengo arribísima, pero al final, sin querer sonar prepotente, no he elegido dibujar, simplemente no puedo no hacerlo.

Eres una de las personas que está detrás de la organización de la feria de autoedición Zorroclocos e Lobos, cuyo regreso ha sido anunciado recientemente. ¿Qué nos puedes contar sobre esta esperada nueva edición?
Puedo contar que será al aire libre si hace buen día y si no, hay plan B a cubierto. Será en la Biblioteca Regional (que tienen espacios abiertos y unas catacumbas chulísimas), que habrá talleres y concurso de dibujo infantil, conciertos muy molones y cerveza barata. Invitaremos a gente molona del fanzine de otras regiones, esperemos que digan que sí. Y por supuesto, que habrá fanzines para enterraros.

En tu trayectoria has publicado un buen número de fanzines monográficos y has participado en otros cuantos colectivos. Ahora que se avecina otro Zorroclocos, ¿qué tienes en mente en este apartado?
Cada vez que se acerca un Zorroclocos, mi único objetivo es no suicidarme del estrés que conlleva montarlo. Pero llevaré un fanzine nuevo íntegro de cómics, participo en otros cuantos y por supuesto mi gran obra nada valorada: el fanzine de test de la DGT. Si me vengo muy arriba, tengo otro fanzine pensado nuevo, pero no tan pensado como para decir de qué va.

Últimamente has expuesto algunas de tus creaciones en estudios y centros varios, que siempre es algo interesante, pero me preguntaba, aparte de tu Instagram (y del bar de enfrente de la iglesia), ¿hay algún lugar, físico o digital, donde la gente pueda acudir a ver tus originales y comprarlos si es menester?
Lo de hacer exposiciones me parece importante porque, aunque Instagram esté bien como ventana, obviamente no es lo único. Y allí hay demasiada oferta, además de que los originales siempre mola más verlos en directo, sobre todo si hay cerveza gratis. Llevo como varios meses detrás de hacerme la web, pero me pesa el culo un poco bastante, a ver si este verano no tengo ningún accidente y la termino. De momento quien quiera algo puede escribir a rata.satan@gmail.com o echarle un ojo al Instagram (@satanlovesrats) y mandar mensajes directos con preguntas, ruegos e insultos.