Nepal Napalm a priori es un proyecto de metal, pero que parezca un accidente. A mí el metal no me gusta mucho y esto me gustó bastante. Será porque se derivan a lugares sonoros originales y atractivos, hasta esquivar el callejón sin salida en que a veces se convierte el género de partida. Del mismo toman, entre otras cosas, una desafiante y contundente energía. Un metalhead me diría que yo no sé de esto. Yo le daría la razón y añadiría que ni falta que me hace. Al menos mientras existan grupos así, que utilizan los géneros como herramientas de transversalidad. Seguramente a su pesar, Nepal Napalm son, en el fondo, unos pacificadores. Sobre lo innecesario de los dogmas pensaba yo mientras hacía algunas fotos y escuchaba ese ‘Brandy Soaked Path’ que parece Black Sabbath con vocoder. Está en su flamante nuevo disco, ‘A Hate Supreme’ (gran título). Os gustará.
Esto fue en una nueva jornada de Lonja Negra (larga vida) que abrió una electrónica y siempre recomendable Susan Drone con nuevo EP (Stupor Mundi) bajo el brazo. A su concierto no llegué por cuestiones de la exigente vida adulta. A la próxima será, seguro.
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