Toni Crespillo por el mundo – ‘El tío con más sintes del barrio’

De esto que vas buceando por blogs y te topas con una instantánea tan simpática como la de arriba y piensas «¿qué pijo hará haciendo el mongol con tanto micro? ¡Mierda, seguro que esto está guapísimo!». Entonces empiezas a descargar morralla y descubres que el material es tan friki y divertido como las portadas de los discos.

De la poca biografía que se puede encontrar por internet, sabemos que William Onyeabor montó su propio sello y estudio de grabación de música y cine en Nigeria allá por los años 70, después de haber estudiado cine varios años en Rusia. Pero el tema es que sacó un puñado de discos sin desperdicio para la pista de baile: ritmos repetitivos sin perder el pulso funky, pero dando paso a sonidos más sintéticos conforme avanza su discografía; siempre con la diversión y el positivismo por delante, como demuestran sus sencillas letras (vamos, que no hay que ser ningún Shakespeare para entender lo que canta este hombre). Difícilmente encontraremos una canción que baje de los siete minutos en su discografía, pero eso no es nada raro cuando hablamos de música africana. Esta música no aburre y ya me dirás el día que quieras arrimar la cebolleta en la discoteca bailando el cruzaíto al beat de estas maravillosas canciones. Como apunte a añadir, David Byrne contó con la sensual «Better change your mind» en el recopilatorio World Psychedelic Classics 3: Love’s a Real Thing de su sello Luaka Bop, del que ya hablé en este blog.

Una de mis favoritas esta de «Good name» que puse en el último programa. Es del año 83 y me flipa su cascada de tecladillos hipnóticos y ritmos casiotónicos endiablados. Good name is better than silver and gold, and no money no money no money no money can buy a good name!

¡Eres grande, Willy!

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