Repite con nosotros: ¡sí, te gustan los festivales, lo que pasa es que no has ido al tuyo! Olvídate de los ríos de meados remojando la tela de tus zapatillas, nada de agónicas búsquedas de tus amigos atravesando una masa amorfa de carne mientras se te va derramando la bebida que has tardado 37 minutos en conseguir. Rompe tus gafas de cerca, aquí hablamos de festivales con pocos (y buenos) grupos, escritos todos en letras grandes en el programa. Vamos a dedicar esta nueva sección a recomendar propuestas basadas en la enriquecedora experiencia de disfrutar de varias bandas en un día, o en un fin de semana, de forma acogedora y sin traumas, evitando todos esos momentos en los que vamos rebotando por las paredes de un recinto interminable como pollo sin cabeza y viendo mitades de conciertos.
Nuestra primera parada, el motivo de que hayamos creado esta sección que esperamos continuar, es la inminente llegada de la segunda edición de Transtropicalia.
Se presenta como un festival destinado a “celebrar la contracultura y pasar a la acción”, y de momento parece que predican bien con el ejemplo. No os asustéis, que con toda la mierda que nos meten los medios convencionales en la cabeza, palabras como contracultura pueden sugerir en nuestras mentes manipuladas que aquello va a ser un nido de freaks bolivarianos reivindicativos con pico de tucán y cuernos de demonio. Nada de eso, se trata de gente normal con talento, ya sea para organizar, divulgar o hacer música, artistas que en un mundo más justo saldrían del cajón del underground para formar parte de la cultura con mayúsculas. Aunque, pensándolo bien, si esto se hiciera masivo ya no se podría limitar el aforo de Transtropicalia a 150 personas, todo sería más caro, menos acogedor, cada vez más negocio, menos disfrute y además seguro que acabaría apareciendo Mario Vaquerizo por ahí a beber de gorra.
En fin que le deseamos un feliz desarrollo a este festival y si dicen de crecer, que sea de forma sostenible. De momento, con lo que han conseguido programar en esta segunda edición nos podemos dar bien fuerte con un canto en los dientes y luego sonreir. Repasamos pues…
Betunizer:
Si ya los has visto lo sabes y si no ya te avisamos nosotros: se te va a poner cara de velocidad si te pones muy cerca del altavoz. Llevan ya tres discos y gozan de un nervio imparable en directo, que se traslada además a los númerosos proyectos en los que sus miembros participan cuando no están dándole betún al personal. Canciones bien rodadas en directo para caderas españolas como las nuestras. Gran veta.
Pablo Und Destruktion:
Sombrío, crudo y un tanto poético se suele mostrar en sus apariciones en directo este artista asturiano. Goza de una lírica particular que divierte pese a la oscuridad y una versatilidad instrumental que lo enriquece todo, sencillo y efectivo, incluso cuando aparece en solitario sin banda que le acompañe. Presenta su segundo disco, repleto de canciones gigantes, entre gritos recitados y melodías punzantes, unas veces de corte más folk, otras veces fronterizo… ¿Superdotado o autista?
Me & The Bees:
Muchas veces la falta de pretensiones acaba siendo el atractivo principal de una propuesta musical. No es la primera vez que pasa, pero la clave de la fórmula no está solo en ese ingrediente: hacer buenas canciones es lo que al final acaba abriendo pequeñas puertas a la sencillez. Empezaron como dúo, maquetaron sus canciones, llamaron la atención, llegaron a ser un cuarteto para grabar su primer álbum y ahora juegan en formato trío con un nuevo disco de pop del bueno (‘Mundo fatal’) que bebe de los 90 pero que tiene otras fuentes, todas frescas y nutritivas. Arpegios, algo de feedback y buenos juegos de voces, todo con el sello de calidad de La Castanya. No les puede salir mal.
Da Souza
Si eres de los que disfrutan de contemplar esa oleada de pop y rock underground que poco a poco va creciendo en nuestro país, Da Souza son de los tuyos. Nos referimos a una banda que comparte con otras (si estás atento sabrás cuales son) esa vocación de inmediatez, melodías ganadoras y cierta afinidad por la progresión llevadera en sus canciones. Mallorquines con un ritmo trepidante y con un disco de debut (‘Flors i violencia’) en el que recogen las composiciones que han ido coleccionando en su aún corta vida como grupo.
De Pirámide
Echando un vistazo a los tags de su bandcamp, nos encontramos con que lo suyo es algo «devotional, siberiano y tropical». Para qué esforzarse en buscar más definiciones, si así está bien la cosa ya. Tres zagalas juguetonas de Alicante que te lo explican claro en sus canciones sin artificio, directas al cerebelo. A jugar pues…
Por si todo esto fuera poco, la programación de Transtropicalia 2014 se completa con las ‘Pooltalks’, una serie de microcharlas pensadas para ser disfrutadas con los pies a remojo y comisariadas por la agitadoras ‘Fru Fru’. Pasarán por el borde de la piscina los guardianes de la huerta de la asociación ‘Huerta Bizarra’, el director de cine Chema García Ibarra, las chicas del colectivo ‘Mujeres con pajarita’, el escritor Miguel Ángel Hernández y Katafú, componente del colectivo Familea Miranda. La entrada cuesta 30 euros de nada e incluye una deliciosa comida a cargo de La Clandestina. También tiene un aire clandestino el propio festival, ya que su ubicación es secreta y es la propia organización la que se encarga de trasladarte en autobús hasta el lugar de los hechos. Ya sabes, hay que ir. Para más información, razón aquí.