Fotocrónica: ‘T&L en el Primavera de Oporto. Sábado’


ALGIERS:

Si dijera del todo la verdad, tendría que afirmar que a Algiers, americanos del sur, «los tengo en observación». Y es así porque no entiendo aún si lo que hacen es una música desprejuiciada y llena de aristas, fruto de la mezcla de géneros (post punk, gospel, pinceladas de industrial..) o algo excesivamente pretencioso. Tener así a un grupo, en cuarentena, sería en todo caso pretencioso por mi parte, así que digamos que simplemente es una banda que llama bastante mi atención. Fue mi primer concierto del sábado, aún calentando tras dos días de festival. En mi encuentro con Algiers en directo pude confirmar que esas aristas de su música no son tan profundas como esperaba y que a su efectiva propuesta le faltan algunas canciones más que me vuelen la cabeza para no quedarse en «efectista». Extraños y dramáticos cuando tiran de colchón experimental, algo más profundos e interesantes cuando alcanzan la plenitud del gospel oscuro que a veces persiguen. Tienen discurso político, querencia afroamericana en las melodías vocales y una intensa vocación interpretativa. A mí me faltaron canciones, como digo, pero ellos sudaron bien la camisa mientras saboreábamos las primeras cervezas frías de la jornada. Y dio mucho gusto pegarse un chute de negritud en un festival bastante blanquito por lo general. Pegadle una escucha.

 

 

CAR SEAT HEADREST:

Ya lo sabe todo el mundo que me acompañaba durante el viaje y los que han cometido la imprudencia de preguntarme sobre el festival. Tarareo las canciones de Car Seat Headrest a diario; y Will Toledo es muy joven; y ha grabado doce discos; y los tiene accesibles en Bandcamp; y suena a ese indie-rock-medio-nerd-old-school que tantas ganas de vivir ha dado a los inadaptados americanos y de medio mundo durante los últimos 30 años; y ahora ha fichado por Matador Records, que tienen el olfato fino, publicando un discazo, ‘Teens Of Denial’, lleno de himnos; y tiene cara de pringao pero un vozarrón; y sus compañeros de banda siguen las mismas coordenadas; y la gente (muchos insultantemente jóvenes como ellos) coreaba sus letras en las primeras filas; y suenan como un cañón; y dominan el arte de la canción pop sin descuidar la contundencia en las guitarras.

Y menuda brasa he pegado con el grupito durante unas semanas, pero creo que merecen la pena. Se trata de las canciones, siempre se trata de eso al final. Gran concierto el que hicieron, cuyo prólogo fue una versión libre del ‘Creep’ de Radiohead unas horas antes, cuando vieron que durante las pruebas de sonido, con el recinto ya abierto, se les acumulaban unas cuantas decenas de personas interesadas por ellos. Apunta el nombre, aunque sea largo.

 

 

TITUS ANDRONICUS:

Las batallitas en este tipo de crónicas parecen quedar bien, así que le haré un guiño a este subgénero contando que la primera vez que vi a Titus Andronicus, muy lejos de mi casa y compartiendo cartel con mis admirados Yo La Tengo, su cantante Patrick Stickles llevaba la misma barba frondosa que luce en ocasiones. Eso fue al principio del concierto, porque al final llegó sin barba y envuelto en una bandera de New Jersey, ya que decidió afeitarse en directo y de forma tan tosca como productiva para el espectáculo. Desde entonces soy admirador de esta banda, de una forma tan irracional como la que ellos emplean para contar sus interminables historias. Una canción punk de cinco o seis minutos no es normal, ese tono de neurótico entonando melodías de taberna para contar parrafadas literarias tampoco. Y como no es normal me gusta. Shane McGowan estaría de acuerdo, si sus piños nuevos no le han restado el poco juicio que le debe quedar entre tanto alcohol.

Resulta extraño su concepto de ópera rock (citan obras de Nietzsche o Jamison entre sus referentes temáticos), que en su última entrega se ha concretado en un disco con 29 cortes, ‘The Most Lamentable Tragedy’. No suele cuadrar todo esto que cuento con la realidad de sus directos. Porque podrían ser un rollo espeso y cultureta mirado sobre el papel, pero realmente son la hostia. Suponen una experiencia intensa y catártica, que abraza el punk rock pero con la sensación de que te han contado muchas cosas, pese a la eterna barrera del inglés en nuestro caso. Además, el bueno de Patrick estaba muy afónico la última vez que lo vi liarla parda hace unos años y en esta ocasión rugía como un bellaco. También son uno o dos menos, sin que por ello se resienta el concierto. Su próximo disco será en directo, por cierto, a ver qué tal.

Qué gran día fue este sábado en Oporto, cómo nos dejamos apalear a guitarrazos. La cara oscura del asunto es que nos perdimos a los esperados Drive Like Jehu porque actuaban a la vez, hubo que elegir.

 

 

TY SEGALL & THE MUGGERS:

Una vez me crucé Memphis con amigos para llegar a una pequeña tienda que se llamaba Goner Records. Fue lo más parecido a una peregrinación que hemos hecho en nuestra vida. Un calor asfixiante, un sitio muy lejano pero sorprendentemente familiar, dentro de nuestro mundo particular de tiendas de discos, cocheras y locales de conciertos desconchados. Era 2011 y llevaba algún tiempo medio obsesionado con Jay Reatard, que nació allí, donde también murió prematuramente en 2010 tras ponerse hasta el culo. Mientras tenía mi copia del ‘Blood Visions’ en la mano, lista para llevármela a casa, me acordé de mi amigo Costalero y su “acho, tráeme algo”. Le compré una chapa feísima, pero era de la portada del ‘Melted’ de Ty Segall, un zagal jovencico con incontinencia creativa que ya estaba haciendo mucho ruido. Pese a venir de la Costa Oeste y, a priori, no compartir escena, siempre lo he ligado mucho a Jay Reatard, por su asombrosa capacidad de proyectar el ruido, añadiéndole encanto pop sin perder actitud por el camino. De hecho, para mí era el legítimo depositario del cetro real de la bestia del garage punk de Memphis. Aunque sabemos el chupe que supone una monarquía para un estado, en el fondo tenemos la cabeza llena de mierda monárquica y acabamos viendo lógico que, muerto el rey, necesitemos un sucesor que cubra el hueco.

Todo eso, salvo que alguien se manifieste a favor, ocurría (y ocurre) solo en mi cabeza, que siempre aparece algún listo que te enturbia tu maravillosa historia con interferencias. Si tú tienes otra historia, escríbela, ésta es la de mi cabeza.

La misma cabeza con ojos, llena de música, que flipó con el ‘Twins’, le hizo un hueco a White Fence y Mikal Cronin en su imaginario particular gracias a sus discos compartidos con Ty, descansó del ibuprofeno con el genial y reposado ‘Sleeper’ y vio al californiano tocar techo con ‘Manipulator’, que ha llegado a mucho público porque es muy bueno, no se me ocurre otro motivo (su presentación en Madrid fue una bacanal de distorsión). Ty Segall se ha convertido en una especie de sucio predicador con mono de trabajo que mantiene la calma, soltando su letanía mientras su banda toca a la máxima intensidad y la gente se da capones en las primeras filas. Tiene loca a la juventud y a los aspirantes a puretas por igual, la senectud musical no le acaba de dar la aprobación del todo. Su aventura con The Muggers está claramente orientada al directo (el disco no está mal pero los ha hecho mejores) y ahora mismo están mandando en lo suyo, haciendo grandes bolos. Lo mismo no te gusta, así va esto, pero si vives en esta época y sueles hablar de rock’n roll no deberías obviarlo. No iba con la intención de hacer pogo y acabar sudado de noche, pero acabé rompiéndole el flash a un fotógrafo con la cabeza. Sin querer, claro. Con esto y la foto, creo tener la crónica del concierto de Oporto hecha. Ah, terminó con un contundente ‘L.A. Woman’ de los Doors, saturándola para nuestro gozo comunal. Todo ocurrió en el mejor escenario del festival, el conocido como ATP antes de la quiebra, ahora denominado con un simple “.” .

 

 

ROYAL HEADACHE:

Shogun es Royal Headache. Sus compañeros («sin ellos todo sería peor para mí») también, claro, pero sin él no existiría el grupo. Más bien sin sus fantasmas, los que le amargan la vida a diario y se convierten en canciones de estructuras mínimas y gran carga emotiva. Hay mucho desamor en general en Royal Headache, en formato rabioso, todo el rato como gato panza arriba. No sé si un gato podría estar tan desencantado pero Shogun sí. Hace un par de días mi compadre Alfonso me enseñó una entrevista del Ruta 66 en la que lo explica todo.

«Siento el peso de esa gran losa, saber que la banda está viviendo su mejor momento y que al mismo tiempo yo me siento tan roto. Todo el mundo nos dice que disfrutemos del éxito, pero para mí esto es el vivo retrato de un fracaso personal». Así lo expresa y así es literalmente, ya que su gran desengaño vertebra su música. «Es por eso que me sentía un poco incómodo con la gira europea», dice, «pero no puedo cantar más esos temas; las conversaciones acaban girando en torno a ese disco y es mentalmente agotador».

Tras el debut del grupo, Shogun ya colapsó, volviendo a su curro gris, que dice aportarle estabilidad, con la vuelta unos años después han triunfado más todavía gracias a que ‘High’ les ha quedado redondo y es un disco muy sincero. En directo, su sinceridad emotiva se intensifica al verlo menearse por el escenario en una perpetua crisis nerviosa, mientras sus compañeros tocan impertérritos. Su voz impresiona, el resto de músicos la sostiene ante la fragilidad que esconden sus rugidos. Me gustó, es uno de los grupos que más escucho últimamente, pero también me abrumó tanta inestabilidad. Un poco antes de terminar el concierto soltó un crudo y seco «almost finished» con un marcado y urgente acento australiano que dice mucho de la forma en la que éste hombre se comunica, a borbotones.

 

Fotocrónica: ‘T&L en el Primavera de Oporto. Viernes’

 

DESTROYER:

El jueves terminó relativamente temprano para nosotros, en cuanto a conciertos se refiere. Teníamos fuerzas reservadas para un viernes cuya primera decisión derivaba del solape entre Cass McCombs y Mueran Humanos, dos propuestas apetecibles, pero muy distintas para comenzar la jornada. No tuvimos que elegir al final, porque nos perdimos a los dos por nuestra tendencia a alargar las comidas. Estaba claro, llegaríamos directos a Destroyer y sería un comienzo ideal, al ritmo de las historias de Dan Bejar, empujadas por ese groove de la dejadez tan característico. Ocho músicos sobre el escenario acompañándole (tercer saxo del festival incluido),  para aderezar un repertorio con algunos de los clásicos contemporáneos marca de la casa, como ‘ Chinatown’, ‘Kaputt’, ‘Song For America’ o la más reciente ‘Times Square’. La cosa estuvo repartida, aunque el mayor protagonismo se lo llevó su último disco, ‘Poison Season’, algo más oscuro y vinculado al concepto de rock que manejan en casa Destroyer. Da igual el género, toca varios pero todos suenan a él. La luz del atardecer y un ligero viento te componían algunas fotos curiosas para completar el disfrutable momento. Gran sonido, por cierto, algo que fue la tónica del festival.

 

BRIAN WILSON performing PET SOUNDS:

Hay gente a la que le pasa algo muy parecido a lo que le ocurría al tío de Engé Ndomo cuando veía a su sobrino en ‘Amanece que no es poco’ y salía corriendo al grito de: «¡Coño, un negro!». Cambia al negro por un músico anciano y tendrás la ecuación a la que me refiero. Brian Wilson es viejo, efectivamente, lo podemos notar en sus canas, sus movimientos seniles, su voz castigada y también en el hecho de que homenajeaba un disco que le costó mucho sacar a la luz hace ¡50 años! Pero lo publicó, convirtiéndose en una obra de referencia para la historia de la música contemporánea por su variedad  estilística y las, por entonces, arriesgadas piruetas instrumentales que contenía. El pop siempre ha sido permeable desde aquellos años, en parte gracias a mentes inquietas como la de Wilson. Como público, cada uno elige, si quieres que hoy te canten historias como estas en primera persona tiene que ser un viejo el que lo haga, o doce, como era el caso, pero no es de buen gusto restregarle sus achaques a la gente. Brian ponía las canciones y a los que nos gustan nos toca poner la ternura y la comprensión, ley de vida. En lo estrictamente musical, el espectáculo consistió en un repaso inicial a varios de los hits de los Beach Boys, entre los que destacaría una emocionante ‘Surfer Girl’. Tras el calentamiento playero, se tocaron íntegro el ‘Pet Sounds’ con sorprendente fidelidad en algunos detalles. No es un disco de ritmo frenético, con lo que tampoco noté tanto aquello de lo que avisaban algunas crónicas acerca de un tempo más ralentizado, otra vez fruto de la dichosa edad. La historia de los Beach Boys y del propio Wilson está llena de éxito y contratiempos, de fidelidades y traiciones, pero sobre todo de inmortales canciones. No añadamos los prejuicios a estas alturas de una película que ya está rodada. El simple hecho de ver sobre el escenario, junto a Brian, a su inseparable Al Jardine nos habla de toda una vida dedicada a la música. El aura del momento, que ocurrió al atardecer, era de corte otoñal pero para nada triste. ‘Wouldn’t It Be Nice’, ‘God Only Knows’, ‘Sloop John B’, para qué seguir enumerando, fue bonito, entrañable y muy bien interpretado.

 

 

DINOSAUR JR:

Fue, para mí, el peor solape del festival. Mientras la banda de Brian Wilson tocaba los últimos compases del ‘Pet Sounds’ se escuchaban a lo lejos los acordes atronadores de Dinosaur Jr. Los he visto muchas veces en directo y nunca me han fallado. Siempre intensos, evocadores de un agujero espacio-temporal en el que solo importa la sencillez formal, el doctorado en feedback, los amplificadores al 11 y la sobriedad escénica mientras en el público están explotando las cabezas de placer por el ruido y sus melodías eternas. Impertérrito J. Mascis, engorilado Lou Barlow, aporreando los parches con sus gafas de cerca el bueno de Murph, y que sean muchos más. Obviamente, al no tener el don de la ubicuidad me perdí medio concierto pero salí cortando a fotografiarlos, corearlos y pegar los saltos de rigor. La gente hacía pogo, surfeaba las cabezas y sonreía. Los Dinosaur son de la familia, los queremos. El repertorio da igual, sabéis que siempre mola.

 

 

 

PJ HARVEY:

Al ritmo marcial de ‘Chain Of Keys’ comenzó el mejor concierto del Primavera de Oporto de 2016. Polly Jean reventó desde el primer minuto el termómetro de la elegancia, rodeada de su harén rítmico particular, compuesto por nueve señores músicos de mediana edad. Todos vestidos de negro riguroso. Ella también, deslumbrante y armada con un saxo, instrumento muy presente en su nuevo disco (de hecho, ella es saxofonista desde su adolescencia) e inteligentemente mezclado con el resto.

Basta de tibiezas, ‘The Hope Six Demolition Project’ es un gran álbum y además crece en directo. No sé bien cuando empieza la madurez, pero si es eso lo que está viviendo PJ Harvey, coincide con su mejor momento creativo. Siempre ha sabido combinar la temática que le ha interesado en cada época con el planteamiento instrumental adecuado, la puesta en escena efectiva e incluso ha moldeado una estética certera como puerta de entrada visual a su mundo. Su atrevimiento primero, las adecuadas alianzas después, siempre sumando. El resultado, casi siempre, un nuevo escalón hacia la gloria. Y ahí parecía encontrarse, así estábamos nosotros durante el concierto, en la gloria compartida. ‘Let England Shake’ y su posterior gira ya supusieron un atractivo giro de timón al principio y una ovación generalizada al final. La riqueza lírica y melódica de aquel disco envuelve a éste, compartiendo protagonismo con otra PJ más accesible en las melodías, menos ambiciosa en la búsqueda del misterio, pero muy poderosa y directa tras toda una carrera dedicada al rock’n roll más creciente y poliédrico. Hace tiempo que no es solo una chica dura con una guitarra, sino una de las mejores artistas de su generación, una referencia capaz de asumir el papel, reventando las barreras del género sin más doctrinas que su música.  Tocó prácticamente todo su último disco, salvo una canción, repasó grandes piezas del anterior porque ya son imprescindibles en su repertorio, en un bloque de tres canciones. Se asomó al ‘White Chalk’, al venerado ‘Rid Of Me’ (despeinando al personal con ’50ft Queenie’, quien tuvo retuvo) y al ‘To Bring You My Love’ por partida doble, incluyendo el tema homónimo. Así nos desarmaron, rematándonos con ‘River Anacostia’ una bella pieza de cierta inspiración gospel que terminó a capela, casi a oscuras. Cuando nos marchábamos le comentaba a una amiga: «¿Para qué coño pide la gente un bis? Si ha sido perfecto». No volvió a salir al escenario, ni falta que hacía.

 

Fotocrónica: ‘T&L en el Primavera de Oporto. Jueves’

Es la segunda vez que nos decidimos por Oporto para disfrutar de esa cita que revoluciona durante estas fechas a los melómanos del mundo, el Primavera Sound. Quieras o no, te guste o te moleste, esta marca se ha convertido en referente internacional con todo lo que eso conlleva. Dejando las miserias (artículos en contra, revanchas varias, críticas lógicas, indiferencia hacia el formato festival…) a un lado, que las hay si uno busca, la programación musical que incluyen los carteles del Primavera Sound es sólida, llamativa y te asegura varios momentos gloriosos en cada edición. Y es que soy de mucho disfrutar la experiencia completa, pero a los festivales por lo general voy por la música y luego va ocurriendo el resto. Así que, al tajo:

 

DEERHUNTER

Me parece un inicio inmejorable para un festival. No es la primera vez que los veo en directo. De hecho, sin contar algún encuentro con Atlas Sound, creo que debe ser la tercera vez que recuerdo disfrutar de la música de Bradford Cox y compañía. La primera que me quedó grabada fue muy psicodélica y etérea, la segunda, también en Oporto, cruda y sucia como correspondía a la presentación de su anterior LP, ‘Monomanía’. Esta ocasión fue la más pop de todas, me encontré con unos Deerhunter accesibles y redondos, con sus articulaciones melódicas bien engrasadas. Mezclaron temas de varias épocas con los de su última entrega, ‘Fading Frontiers’, que quizá goza de un peso menor en su discografía pero ofrece algunos momentos álgidos que colorearon muy bien el concierto. La sensación fue la de encontrarse con un viejo amigo y que te salga del alma decirle: «qué bien te veo». Precisamente coincidió con el momento de encontrarnos literalmente a unos cuantos amigos y darnos unos abrazos mientras intentábamos no perdernos detalle con el rabillo del ojo. El final del concierto fue bailongo, gracias al groove enfermizo de ‘Snakeskin’, una de sus últimas dianas, saxo incluido. Por cierto ¿vuelve el saxo con fuerza?¿Alguna vez se fue?¿No estaba denostado?. Muy bien Deerhunter y sus conciertos que nunca te dejan indiferente.

 

JULIA HOLTER

Con el concierto de Julia comenzó uno de los típicos debates de festival, sobre la conveniencia de programar esto o aquello a según qué horas. O la necesidad de que algunas propuestas cuenten con una alternativa más o menos opuesta. Vamos, que el primer día de festival a las nueve de la noche hay gente que quiere que le den un buen empujón  y otros que disfrutan de una subida de ritmo amable para no descarrilar. Yo suelo ser de los del empujón, pero me gustan las canciones de Julia Holter y la forma en la que las arregla en directo. Influye el hecho de que la conocí cuando actuó en Cartagena, en la Catedral Vieja, un escenario en el que ella misma estaba flipando por la magia que implica. A priori, el del Parque Da Cidade de Oporto, con su vegetación y cuidadas laderas, también lo era, pero entre el público amante de la velocidad había cierta inquietud y ningún plan B. Y después era el turno de Sigur Ros, iba a faltar café. Estas sensaciones, extraídas de los que me rodeaban, suponían cierta presión para el disfrute pleno de la experiencia. Aún así lo conseguí, y entre inevitables conversaciones (somos un animal social, no olvidemos) me metí de lleno en algunas melodías y recibí con gusto un formato tan poco «festivalero» como el de teclado, contrabajo, violín y batería, con un saxo ocasional, segunda aparición de este instrumento en el festival. Valiente Julia Holter y muy atractivo su último disco, ‘Have You In My Wilderness’. La próxima vez sentado y en silencio.

 

SIGUR ROS

Lo intentamos, pero poco. Lo que hablábamos antes de la velocidad, si el cuerpo te va pidiendo un poco de cachondeo solo acepta que lo frenes a cambio de canciones que te gusten, lo que sostiene un buen concierto. En el caso de Sigur Ros no me pasa eso. Ni los he seguido nunca, ni conozco bien su obra, ni me apetecía verlos en ese momento, con lo que era imposible que aguantara su propuesta. A su favor diré que sonaban como esos ángeles a los que parecen evocar y que cuentan con una puesta en escena espectacular en producción y juegos de luces. Todo en el buen sentido, con algún bostezo pero sin rencores. Como seguía sin haber Plan B musical, nos fuimos a cenar y a beber un poco, preparándonos para tocar el techo de la jornada un rato después. Aprovecho para mencionar la variada oferta gastronómica de la zona de jalar, con su moderado sobreprecio pero buen sabor en general.

 

PARQUET COURTS

Con la barriga llena, los ojos rojos y los pies descansados nos plantamos ante una de las sensaciones continuas (no dejan de serlo) de lo que cada uno denomina como le apetece, pero yo reduzco a un simple concepto: rock. Para mí es eso lo que ejecutan a la perfección Parquet Courts, música rock con los dos pies bien plantados en la época que vivimos, sin miedo a las influencias pero con la punta de la lengua siempre bien cargada, preparados para escupirle a los etiquetadores compulsivos. ¿O acaso el fraseo hipnótico con el que sueltan sus versos no es una forma elegante de escupir? Son rudos para hacer música y eso te hincha el pecho, pero cada vez acentúan más su huida de lo obvio. Ya comienzan a impresionar con intensos desarrollos instrumentales basados en su característico trenzado de guitarras crujientes. Parecen estar en un momento estupendo, con su último (y quizá mejor) disco, ‘Human Performance’, que todavía quema y embrutece a la gente. Te atrapan porque son como tú, pero saben quejarse mejor, hasta el punto de convertirse en lo más parecido a un cronista oficial de lo cotidiano que podrías soportar.

 

El Bandcamp nuestro de cada día #10

¡Estábamos tomándonos un descanso! Pero ya volvemos con otra serie de recomendaciones…

FAJARDO ‘ARRULLO MAGNÉTICO’ (COSTALERO)
Hace poco me regalaron este disco que me ha conectado de cierta forma con mi etapa de escuchar cortavenismo noventero. Aunque el LP saliese el año pasado, la guitarra acústica y voz afiladas de Fajardo, instrumentos de los que se basta este ‘Arrullo Magnético’, me remiten tanto a ciertos cantautores malditos como a algunas bandas cenizas de cuando el emo no era vestirse de mamarracho. Aún así, sus acordes escurridizos y letras que van recortando viñetas de soledad y felicidad perdida para nada adolecen de falta de originalidad, además de recordarme el placer de escuchar música intimista y sincera. Advertencia: no escuchar de resaca.
https://fajardomusica.bandcamp.com/album/arrullo-magn-tico

CHAIN AND THE GANG ‘MINIMUM ROCK N ROLL’ (ROMU)
The Make Up, Nation Of Ulisses, Weird War, Scene Creamers… Todos estos nombres permanecen ligados a la figura de uno de esos zumbados, aunque demasiado cuerdos para ser ignorados, que deambulan por el mundo raro de la música underground. Hablo de Ian Svenonius, artesano del molestar, mosca cojonera del establishment, disfrutador de escenarios, frontman, escritor y agitador musical en general. Epatar sin perder el sentido del humor y componiendo buenas canciones no es nada fácil. Nuestro protagonista lo consigue rodeándose bien, haciéndolo simple y riéndose hasta de su sombra con actitud. Es capaz de leer esta reseña, de rebote, decirme a la cara que es una mierda y luego invitarme a su concierto, o eso creo yo. Da igual, lo que importa es que hay ganas de verlo en directo y dentro de unos meses viene a España con Chain & The Gang, uno de sus proyectos más duraderos, sugerentes han sido todos. He visto que tiene Bandcamp, podéis empezar por aquí, aunque el personaje merece dedicarle una temporada, incluso leerse alguno de sus libros. Os dejo con su último disco hasta la fecha.
https://chainandthegang.bandcamp.com/album/minimum-rock-n-roll-2

TURBIAN ‘BARRACA POPULAR EP’ (ALFONSO)
El concierto había terminado, pero parecía que nadie se quería marchar. Un tipo alto y barbudo con cara de no haber comido en una semana nos hizo un gesto con la cabeza desde el otro lado de la cortina. «¿Qué?», dijo mi socio. «Venga, no te hagas el tonto», contestó. Nos fuimos adentrando por una sucesión de inhóspitos pasillos hasta llegar a aquel habitáculo poco glamuroso en el que nos esperaba otro tipo con pinta de Steve Albini de la Vega Baja. «Escucha esto, te va a gustar», dijo mientras me daba unos auriculares. Era ‘Barraca popular’, el EP de debut de Turbian. No se equivocaba. Post hardcore, black metal y fiestas municipales. Cinco sospechosos habituales al mando. «Una cabra entre la espuma». ¿A quién no le va a gustar?
http://thebravesrecords.bandcamp.com/album/turbian

SUPERCRUSH »I DON’T WANT TO BE SAD ANYMORE B/W HOW DOES IT FEEL (TO FEEL LIKE YOU)? (VÍCTOR)
Últimamente estoy muy pesado con dos de mis grupos favoritos de power pop de siempre: Teenage Fanclub y Gigolo Aunts. Con los primeros porque sacan disco nuevo en septiembre (aunque ya han dejado caer un aperitivo llamado «I’m in Love» en su Souncloud oficial) y con los segundos porque vuelven a España, diez años después, con una mini gira de tres conciertos (de momento en Festival VdeValarés, Vértigo Estival y Festival Aspesuena, aunque todo apunta a que caerá alguno más). Pero, ¿qué vamos a hacer? Hablar de lo que te gusta es inevitable, a la par que necesario. Todo este rollo viene porque, como es lógico, con cada revivalismo siempre se acaba descubriendo alguna banda nueva (que entra directa a tu lista de ‘predilectas’). En este caso, le ha tocado a Supercrush, el último proyecto de Mark Palm (Modern Charms). Pop luminoso, pluscuamperfecto, con mimadas armonías vocales desde Vancouver (Canadá). De ese que los expertos recomiendan como desayuno, para aguantar a tope el resto del día. ¿No había llegado ya el verano?
https://supercrush.bandcamp.com/album/i-dont-want-to-be-sad-anymore-b-w-how-does-it-feel-to-feel-like-you

LAS ODIO ‘VITAMINAS / JULI LA PUNK’ (ANA)
El Ladyfest puede parecer vintage, que huele a noventero, que es la nostalgia de feministas con flequillo de finales de siglo y pegatinas de Katheleen Hanna en sus olvidadas carpetas. Error: ahora más que nunca el movimiento feminista se mueve con más originalidad, más frescura y más reivindicación, lamentablemente, porque sigue haciendo falta esa voz. Este fin de semana el Ladyfest Barcelona 2016 celebra, de forma autogestionada y festiva, el nuevo «girls to the front». Ilustración, poesía, performance, talleres, reflexión y muchos conciertos con colectivos y artistas de toda España, y entre ellas, Las Odio. La banda de Madrid, formada por grandes nombres del punk local [Paula y Ali (ex Dúo Divergente, Matarse en la Castellana), Sonsoles (ex Las Cruces) y Ágata (Agnes)] y parte del colectivo Sisterhood Madrid reventarán el Ladyfest el sábado con su sonido garagero sixties y esencia riot grrrl punkarra para defender su «Vitaminas». Este verano grabarán con Guille Mostaza lo que esperamos sea un EP que suene a locomotora salvaje por la M30. Dedicado a todas las «ladies» que saben que la revolución se lucha juntas.
http://lasodio.bandcamp.com/album/vitaminas-juli-la-punk

Milkhouse reestrenan ‘No hay control’. Adelanto de ‘La basura se esconde en los armarios de la cocina 2.0’

Después de despachar varios miles de copias de su segunda maqueta, de publicar uno de los mejores discos de hardcore punk de la historia de nuestro país (‘La basura se esconde en los armarios de la cocina’, Fragment Records, 2001), de patearse de arriba a abajo la península y de convertirse en una banda de referencia en la escena estatal, Milkhouse decidieron poner punto y final a su trayectoria a principios de este siglo. Hubo varios intentos de recomponer la formación tras la salida de la banda de su vocalista, Raquel, pero no terminaron de cuajar. Una pena. Más aún teniendo en cuenta que, aunque muchos no lo sabíamos entonces, dejaban grabadas varias canciones pertenecientes a la sesión de grabación del mencionado disco, a falta de la voz para poder ser publicadas. Una espina clavada para la banda cartagenera, que empezaron a quitarse, a pesar de encontrarse dispersos actualmente sus componentes entre Cartagena, Valencia y la ciudad sueca de Malmö y a pesar de haber transcurrido 15 años, en el momento en que decidieron reeditar el disco en vinilo incluyendo cuatro nuevas canciones, aquellas que estaban inconclusas, terminadas para la ocasión: dos inéditas y dos nuevas versiones de canciones ya publicadas en referencias previas. Esto se hará realidad después del verano, gracias a Culpable Records, corresponsable de la reedición junto a Fragment Records. De momento, para ir abriendo boca, nos adelantan una de estas cuatro canciones, la nueva versión de ‘No hay control’, uno de sus hits, publicado originalmente en la demo ‘Da Igual’ (Fragment Records, 1998).

El Bandcamp nuestro de cada día #9

Nueva entrega…

VV.AA ‘SPACE ECHO. THE MISTERY BEHIND THE COSMIC SOUND OF CABO VERDE FINALLY REVEALED’ (COSTALERO)
Recién sacado de la nevera del sello alemán Analog Africa está este recopilatorio cargado de baile y sonidos insólitos. En el Bandcamp cuentan que a finales de los 60 un barco salió de Inglaterra cargado de los más novedosos sintes y demás cacharros musicales con destino a una exposición mundial en Río de Janeiro. Para sorpresa de los pobladores, dicho barco terminó encayando en las aguas de Cabo Verde y, como era de esperar, no tardaron en sacarles todo el pringue a los trastos y aplicarlo a sus frenéticas músicas; dando como resultado algunas de las canciones refrescantes, con sonido futurista, que aparecen en este recopilatorio trufado de hits para el verano.
http://analogafrica.bandcamp.com/album/space-echo-the-mystery-behind-the-cosmic-sound-of-cabo-verde-finally-revealed

CHICAGO TOYS ‘COLOR’ (ROMU)
El sábado pasado estuvimos de fiesta. Parece algo poco interesante, pero es una percepción engañosa. Hay una diferencia entre salir por salir e ir a una verdadera fiesta. Se trataba de una barbacoa-fiesta piscinera-pinchada-concierto para celebrar la puesta de largo de El Miradoor -audio estudio-, de Alhabama de Murcia, tras su reforma. El lavado de cara se ha quedado genial, podéis ver las fotos en su página. La fiesta también lo fue. Entre las numerosas cosas que allí pasaron durante horas, podemos destacar la música en directo, con unos Hipsbreakers que calentaron al personal a guitarrazo limpio (rock sin concesiones) y con los protagonistas de nuestro Bandcamp de hoy: los chilenos CHICAGO TOYS. Están de gira por España, donde harán parada en el Primavera Sound y, de camino desde Granada hacia otros lares, hicieron parada en la capital del maikelismo, Alhabama. Allí, en familia y encantados de compartir el rato, desplegaron su arsenal de sonido de sintes y pedaleo para regalarnos un montón de canciones pop redondas con vocación ruidista pero vitalidad contagiosa. Hubo unanimidad en el disfrute de su concierto. Fuera del escenario transmitieron lo mismo hasta bien tarde y repartieron descargas del disco que se traen bajo el brazo en esta gira. No está en Bandcamp, así que os enlazamos su anterior EP y un poco más abajo si eso os ponemos el disco en Soundcloud. ¡Viva Chile!
https://chicagotoys.bandcamp.com/album/color

MEGAHERZIOS ‘MAQUETA’ (ALFONSO)
Os traigo material fresco. Fresco no, fresquísimo. Grabado el 27 de mayo en el Rock Palace y publicado un día después en Bandcamp. Son Megaherzios de Madrid y esto es sencillamente punk. La voz seguro que te suena, se trata de la inconfundible Violeta de Juanita y Los Feos / Rata Negra. Le acompañan Héctor y Coke de Sudor y Laura de Troika. En este estreno, titulado simplemente ‘Maqueta’, despachan seis canciones de minuto y pico, con unas referencias tan claras como estimulantes, y es tontería que yo siga escribiendo cuando tú mismo puedes pinchar el play. ¡Dale!
http://megaherzios.bandcamp.com/album/maqueta

EXPLOSIONS IN THE SKY ‘ALL OF A SUDDEN I MISS EVERYONE’ (VÍCTOR)
Finde de Primavera Sound. Y, aunque no me vais a ver en Barcelona ni en Oporto, no puedo evitar ojear el cartel de esta edición, una y otra vez. Entre el disparate de nombres que leo, me fijo en uno muy discreto: Explosions in the Sky. Y recuerdo el concierto del Wintercase 2007 en Madrid, junto a Spoon. Un bolo repleto de silencios, bocas abiertas, aplausos y vellos de punta. Aunque repasaron toda su discografía, por entonces presentaban el ‘All of a Sudden I Miss Everyone’; un disco recibido con poco entusiasmo en su momento, por parte de la crítica especializada. Para el grupo, el más difícil de escribir y de grabar. Pero también, del que están más orgullosos. Ahora han vuelto en plena forma, tras una pausa de tres años, con ‘The Wilderness’, sexto álbum de estos postrockeros de Austin y uno de los mejores de su carrera. Pero aquel del que os hablaba antes tenía algo especial. O simplemente lo tuvo sobre las tablas de Joy Eslava aquella noche de invierno. Tanto, que tuve que irme de la sala para asimilar lo que acababa de suceder. Spoon no tuvo la culpa. Lo intenté, pero solo aguanté un par de canciones. Demasiada emoción en vena durante una hora y pico como para ponerme, de pronto, a tararear estribillos. Lo siento, mea culpa. Y de Chris, Michael, Munaf y Mark.
https://explosionsinthesky.bandcamp.com/album/all-of-a-sudden-i-miss-everyone

THE COATHANGERS ‘NOSEBLEED WEEKEND’ (ANA)
Formaron la banda de coña y ya llevan cinco discos. The Coathangers sacaron nuevo trabajo en abril con Suicide Squeeze Records, «Nosebleed Weekend», y ya han empezado su gira europea. Dicen que las chicas de Atlanta han aplacado un poco su rabioso punk, que ya peinó flequillos a principios de siglo con «Suck my shirt», pero siguen defendiendo su música en directo con la misma ferocidad. Quizá ahora suenen más como un bofetón de almohada más que un ladrillazo en la boca, pero huella seguro que te va a dejar.
https://thecoathangers.bandcamp.com/album/nosebleed-weekend