José Esteban (Octubre): «La gente que no escucha mucha música difícilmente seguirá mucho tiempo en esto»

A José Esteban Martínez-Iglesias le avalan más de 25 años de trayectoria en grupos como The Unlikes, Rumor y, sobre todo, Octubre, banda con la que públicó hace unos meses su sexta referencia, el EP ‘Epílogo’ (Hurrah! Música / Snap Records). Pero también su condición de músico imperecedero y apasionado melómano. Hablemos de ello…


 

Después de 25 años liados con esto de la música, ¿por qué crees que seguimos haciéndolo a pesar de estar alejados de lo que se supone que es el éxito?
Ni idea. Supongo que somos unos locos o unos frikis y nos ha dado por esto. O a lo mejor tiene que ver precisamente el no buscar el éxito y no estar quemado por no lograrlo.


Si mantenerse durante tantos años en activo, aunque sea de forma intermitente, es difícil, aún más es conservar la atención de los medios y que los discos publicados sigan teniendo buena acogida. ¿Ayuda pertenecer a un nicho específico como es el power pop?
Probablemente. Todos los géneros que hoy se consideran minoritarios o específicos tienen un público muy fiel. Saben que ellos son una parte esencial de ese género y ese sentirse parte hace que sean muy fieles, compren discos y vayan a conciertos mucho más a menudo. Hay un cierto espíritu de camaradería entre grupos y público que en géneros más masivos es imposible que pueda suceder. Por otra parte, con este último EP hemos tenido más repercusión que otras veces. No sabemos si ha sido porque los grupos más grandes se están esperando para sacar sus trabajos a que la pandemia termine y por eso ha habido hueco para nosotros en medios que hacía tiempo que no salíamos.


Habéis publicado recientemente un nuevo EP de Octubre. El título, ‘Epílogo’, podría dar a entender que supone una despedida, pero lo dudo bastante…
No lo sé. Separarnos no nos vamos a separar, pero sí que vemos un cambio de ciclo. Quién sabe si ya el último ciclo. Hemos grabado cuatro LPs y dos EPs. Está muy bien para una carrera musical. Tengo la sensación de haber dado todo lo que musicalmente podía dar. Ya no tengo la necesidad de seguir componiendo, ni de buscar conciertos. Ahora me dejo llevar. Si siguen saliendo cosas las haremos pero, si no, no pasa nada. Hemos sido muy felices y nos sentimos unos privilegiados por haber podido tocar por toda España e incluso en Liverpool y editar discos. Si ‘Epílogo’ es el último, solo el tiempo lo dirá. Eso sí, nos seguiremos juntando cuando nos apetezca y haciendo lo que nos dé la gana.


Algo que se repite en casi todos los trabajos de la banda es la inclusión de alguna versión. ¿Antes que músico hay que ser melómano?
Puede pasar en ambos sentidos. Puedes ser melómano y entonces querer ser músico, o puedes meterte en un grupo porque estudiabas en el conservatorio o son tus colegas los que lo montan y te meten pero no sabías mucho de grupos y esas cosas. En cualquier caso, si esto te va apasionando, poco a poco tienes que ir conociendo más. No concibo estar en un grupo de otra manera. La gente que no escucha mucha música difícilmente seguirá mucho tiempo en esto. Ese momento en el que escuchas por primera vez a un grupo que te recomiendan de cualquier época y, de repente, te cambia la vida es indescriptible.


Muchos grupos tratan de ocultar o incluso niegan sus influencias. Sin embargo tú las haces públicas detallando incluso canción a canción. ¿Por qué?
Es divertidísimo. Me lo paso genial buscando influencias de mis canciones. Al revés, me hace recordar cuando escuchaba esas canciones o, al contrario, canciones que no me gustan nada veo que también algún giro melódico o armónico mío las recuerda. Yo compongo intentando hacer cosas nuevas, al menos para mí, dentro de los parámetros estilísticos que me he autoimpuesto. Si no tienen algo especial que me llamen la atención, las descarto. Sin embargo, cuando las hemos terminado de grabar, empiezo a ver cosas que me recuerdan a otras canciones que ya he escuchado. Hechas a mi manera, sí. Pero eso son las influencias: La reconstrucción individual inconsciente de todo lo escuchado anteriormente.


Hace unos días estuve viendo y disfrutando la serie ‘McCartney 1, 2, 3’. Me parece una frikada maravillosa. Viéndolo, entre otras personas, me acordé de ti y pensé que, como compositor, productor, musicólogo y además fan de The Beatles, lo disfrutarías tanto como yo o más. ¿Estaba en lo cierto?
Qué bien me lo pasé viéndola. En realidad es lo que solemos hacer los grupos en el estudio: escuchar lo que estás grabando y, a la misma vez, ir hablando de música, de influencias, de trucos de grabación… Yo también me acordé de mucha gente con la que he compartido esos momentos como mis compañeros de grupo, Juan Antonio Ross, Joaquín Talismán, Antonio Illán, Antonio Cassinello… Si tienes un grupo y has grabado en un estudio es una delicia verlo.


En estos momentos de restricciones, está costando bastante que los grupos medianos y pequeños puedan volver a actuar en directo. ¿En qué situación está Octubre?
Me da pena por los demás grupos. Por los que, de verdad, están intentando vivir de esto o, por lo menos, intentar tener algo de repercusión. Nosotros tenemos la suerte de tener otros trabajos y, si ahora no se puede, pues nos adaptamos. Pero hay gente que no puede esperar. Que ahora es su momento y no están pudiendo demostrarlo. No quiero criticar a nadie que puede cambiar esta situación y sé que cualquier decisión tiene también sus consecuencias negativas, pero por favor, cuando tomen sus decisiones piensen también en todas las familias que viven de esto y que ahora mismo no están pudiendo hacer prácticamente nada.


Por último, ¿tú que crees que estará haciendo ahora mismo Daniel Romano?
Se la está agarrando con la mano (y a lo mejor está grabando otro disco).


Foto: Enrique Soler.


Pau from Marc: «Living Room Songs tiene un sentimiento esperanzador»

Podrían haber dedicado aquella avalancha de horas muertas para hacer una maratón de series interminable, sesiones conjuntas de yoga o videollamadas multitudinarias a diario, pero Paula y Marco decidieron que todo ese tiempo encerrados podría ser propicio para terminar de definir el sonido y el estilo de su incipiente proyecto musical, que finalmente, jugando con sus propios nombres, llamarían Pau from Marc. Un año después llegaba ‘Living Room Songs’, su debut y resultado de aquel trabajo que comenzaron durante el confinamiento, como una forma de entretenerse componiendo canciones juntos, en el salón de su propia casa.


Foto: Cherry

 

Durante este verano, a falta de conciertos, estáis llevando vuestro ‘Living Room Songs’ a los salones ajenos. De momento lleváis cuatro sesiones grabadas en vídeo. ¿En qué consiste exactamente esta idea? ¿Era algo que ya se os pasara por la cabeza mientras se gestaban las canciones? ¿Cuántas sesiones tenéis pensado grabar?
El año pasado, cuando empezaron a levantarse las restricciones y empezamos a hacer alguna reunión con amigos en casa, les tocamos las canciones que habíamos compuesto en ese tiempo de confinamiento. Ya que se había gestado en nuestro propio salón y a la vista de que todavía no había noticias sobre si las bandas más underground podrían retomar los conciertos en bares o salas, a nuestro amigo Cherry se le ocurrió la idea de traer su cámara y grabarnos en casa, para luego quizá utilizarlo en algún video. Fue entonces cuando le dimos una vuelta y pensamos que podría ser un proyecto para estar activos y probar nuestro directo, que consistiría en reproducir en diferentes salones. Tenemos grabadas cuatro canciones de las seis que pensamos hacer. Nos estamos divirtiendo haciéndolo, al mismo tiempo que tocamos nuestras canciones. Los amigos nos abren la puerta de su salón, nos reunimos y pasamos un buen rato cantando y bailando los temas.


Pau from Marc ha ido creciendo con la grabación y publicación del disco, los videoclips y ahora las grabaciones en directo, con la ayuda de un secuenciador midi para las bases, pero os seguís encargando de prácticamente todo vosotros mismos. ¿Os habéis planteado ampliar la banda para cuando se pueda tocar con normalidad en salas?
El proyecto nace de una forma muy íntima, en casa, cuando queremos y como queremos. Nuestra filosofía en sí misma es DIY. Por suerte nos encanta hacer nuestras propias movidas y ser independientes. No descartamos en un futuro contar con una banda, pero de momento nos quedamos con el formato dúo.


¿Y posibles colaboraciones esporádicas? Se hace difícil no pensar en ello viendo aparecer por vuestras redes sociales a gente como Cherry, (El Estudiante) Larry o Salva Alambre…
Nos encantaría colaborar con ellos, ya que son nuestros amigos y somos fan de ellos. Para el próximo disco estamos preparando una canción que se llama ‘Cherry in Flames’, en la cual Cherry nos ha prometido que participará.


A la hora de componer las canciones del disco, en una situación tan complicada, ¿qué os inspiró? Y no me refiero solo a grupos o canciones…
El hacer el disco fue una manera de entretenernos y hacer algo en común en esa época de encierro. Fue una forma de evadirnos y dedicar tiempo en algo que nos gusta a los dos. Quizá por eso, el disco está inspirado por todas las cosas que en ese momento rondaban nuestra cabeza (series, películas, libros). Está seguramente influenciado por el momento en el que estábamos, pero también fue un parón en el tiempo en el que pudimos dedicar tiempo a otras cosas, descubrir otras muchas. Por eso, aunque ‘Living Room Songs’ vaya ligado a momentos de pandemia, tiene un sentimiento esperanzador.


No sé si estáis trabajando en nuevos temas, pero sí he leído que queréis publicar algunas canciones compuestas previamente a las de ‘Living Room Songs’, que os sirvieron de punto de partida. ¿Qué nos podéis contar sobre esto?
Antes de este primer disco habíamos grabado ya algunos temas juntos sin publicarlos. Son temas de diferentes estilos. En ese momento no teníamos claro el formato que queríamos y solo nos dejábamos llevar por melodías y ritmos. Digamos que nos ayudaron a conseguir el sonido del disco o a encaminarnos hacia lo que queríamos. Por eso queremos publicarlas en forma de EP de caras B para este otoño.


Llama la atención que para vuestros videoclips no sólo os decantéis por hacerlo por vuestra propia cuenta, sino que también habéis optado por hacerlo de forma artesanal, animando cartulinas recortadas o experimentando con agua y tintas, con la carga de horas extra de trabajo que eso supone. ¿Vais a hacer algún videoclip más en el futuro próximo o con la grabación de los directos ya os dais por satisfechos?
En principio pensamos cerrar este ciclo con las grabaciones en directo y ya centrarnos en nuestro próximo trabajo, que esperamos sacar para principios del 2022. No descartamos trabajar con alguien externo en el tema de videoclips, pero es algo que no forzamos. Si surge, pues adelante.


Cuando nace un proyecto, lo normal es que no se plantee como algo pasajero. Vuestra trayectoria muestra que este tiene intención de mantenerse cuando se superen por fin las circunstancias que casualmente dieron lugar a su creación. Pero, ¿qué hay de vuestros grupos anteriores? ¿Queréis retomar la actividad con alguno de ellos y compaginar distintas bandas o vais a centraros exclusivamente en Pau from Marc?
(Marco) Creo que de momento, entre el estudio y Pau from Marc, me deja poco tiempo para retomar viejos proyectos, pero nunca he cerrado la puerta, el tiempo dirá. Paula, además de Pau from Marc, sigue compaginándolo con su otra banda, Green Haya. Están retomando ensayos y sacando nuevas canciones.


Por último, ¿qué creéis que estará haciendo ahora mismo Daniel Romano?
Estará grabando discos, jejeje.


Santos Martínez: «En cualquier sitio puede uno no sentirse parte de nada»

En estos tiempos de inercias, se agradece cruzarte de vez en cuando con gente que conserve la inquietud y la emoción por descubrir algo distinto, que no se deje llevar solo por la facilidad de lo más visible. Santos Martínez, escritor, periodista, columnista y casi músico, se libra de la quema y puede que por ello nunca sea objeto apetecible de una entrevista veraniega. «Inyustisia», que diría aquel. Pero eso es lo bueno del underground, que no hay que dar explicaciones…


 

 

 

No nos andemos por las ramas, ¿la novela pa’ cuándo?
Pues espero que para antes de morirme. Al poco de publicar ‘Mañana me largo de aquí’ me puse a escribir una novela. La terminé hace dos años y me propuse dar un salto. Jugar en Primera. En Primera no quiere decir en Champions: en Primera juegan también el Alavés y el Elche. Me tiré otro año intentando colocarla (creo que quedan pocas editoriales en castellano a las que no se lo he enviado) y a 22 de agosto de 2021 podemos afirmar que…me la he comido. Intento no escuchar a quien me dice que sin padrino y desde Murcia es casi imposible y asumo que la novela simplemente era un buen zurullo. Ninguno de mis ídolos lo consiguió a la primera. Es verdad que tampoco hago autoficción y demás chorradas posmodernas. Además de mantener mi puesto de trabajo, el objetivo más concreto que tengo en mi vida ahora mismo es escribir algo tan bueno que, con mis cartas, sea inapelable para un puñado de editoriales. Siento que o consigo eso o no juego. Y sé que no hay atajos: son horas y horas y horas en calzoncillos o pijama delante del ordenador con la puerta cerrada. Y quizá ni así. Pero bueno, no es ningún drama: lo hago porque quiero e intento no calentarle demasiado la oreja a quien tengo cerca. En enero de este año empecé a escribir otra, tengo algo parecido a un primer borrador, pero queda muchísimo. Espero terminarla antes de que tú tengas otra zagala.


El verano siempre me ha parecido una época propicia para vivir anécdotas surrealistas. A falta de nuevas oportunidades para vivirlas, bien está leer las de otros. Háblanos un poco de tu Mambo Negativo…
Mambo Negativo es una columna que he venido publicando en La Opinión los miércoles de julio y agosto. Como hay pocas cosas que me den más pereza que tener que estar todo el rato opinando de algo, intenté darle la vuelta. Yo estudié Periodismo por haberme zampado a Hunter S. Thompson, a Talese… gente que salía a la calle, encontraba una historia y luego la escribía. Recuerdo una entrevista de Talese al payo que ponía los neones de los carteles de los teatros de Nueva York. Es imposible no querer ser periodista leyendo cosas así. Justo el fin de semana en que me propusieron la columna, un camionero tuvo una avería junto al periódico. Llamó a la redacción, bajé a abrirle y me montó un trajín del copón: llamé a su hermana, a su prima, a su jefe, a su mujer… mis compañeros me compadecían, pero yo disfruto esos jaleos. Luego, una compañera me dijo que ahí había una historia, y era verdad. Esas historias de gente haciendo las cosas que hace la gente en este entorno llamado ‘ciudad’ no salen apenas en la prensa. Y a mí me interesan bastante más que lo que tenga que decir un payo que se apellide Díez de Revenga. He intentado contar los momentos en que he conocido a gente así, gente casi siempre en los márgenes.


Si te descuidas un rato, tu compañero en Llueve, Capullo!, Nacho Space, se monta tres o cuatro bandas nuevas. La última creo que es Pooolosur. ¿Tienes tú algo por ahí en ciernes para equilibrar?
Pues tenemos ocho canciones casi niqueladas. Cuando tengamos un par más yo creo que grabaremos. Y nada, sin ser yo nada cercano a músico, a ver si se va poniendo la cosa en marcha para las bandas diminutas, que estamos que nos tocamos encima. Y sí, lo de Nacho no tiene nombre. Ya me podría descargar el NBA 2K21, que me lo dijo hace siete meses y aquí estoy con Pau Gasol aún en Memphis Grizzlies. ¡Viva Polo Sur!


Como consumidor de cualquier expresión artística, siempre me ha parecido algo de lo más complicado, salvo que dediques la vida a ello, estar al tanto de lo que se hace en la actualidad y dedicarle a la vez tiempo a investigar aquello que por edad no llegaste a conocer en su época. Centrémonos en la música, ¿tú cómo te organizas para intentarlo al menos?
A mí me salva la sensación crónica que tengo de que lo guapo está pasando en otro lado. Me tiro varios días escarbando en una movida concreta del pasado y a las semanas vuelvo a preguntarme qué discos están saliendo estos días. Llevo unos años sin leer apenas prensa musical, y tiro de varias decenas de sellos que tengo fichados y que suelen ser sinónimo de lo que me mola. Luego, paso de playlists casi por norma y de Spotify. Necesito tener los discos en el ordenador. Tengo el Soulseek echando fuego y me puse hace un año una norma: no tener nunca más de cinco discos o bandas descargadas sin haber escuchado. Si no, te plantas con 150 discos de 2021 sin haber escuchado. De hecho, más que eso que comentas, a lo que yo le suelo dar vueltas es a la manera en que escucho música. Me pongo un disco y varias veces no sé si no me gusta porque es una mierda o porque no le he prestado suficiente atención. Pero bueno, con esas mierdas me arreglo yo las semanas.


El mes pasado estuve viendo algunos partidos de la Eurocopa de fútbol y no conocía a casi ningún jugador, cosa que me viene pasando sobre todo desde hace unos 4-5 años. ¿Tú crees que llegará un momento en que te dé igual el fútbol? ¿Y el Real Madrid?
Qué va. Bastantes veces pierdo el interés del momento actual del fútbol, pero lo que siempre está es el cuento. Y eso es lo que me gusta a mí. El Madrid es lo más parecido en mi vida a una religión. En el sentido de que hay un dogma, unos iconos, una catedral, una parafernalia, un credo… y vivo a gusto con esa contradicción. Intento no roncerear y no le hago daño a nadie, pijo. También te digo, y esto lo tengo hablado con varias personas, que al Madrid, después de ganar tres Champions seguidas, solo le queda desaparecer. Luego vi lo de la Superliga y entendí que era puro Madrid: no iba a desaparecer, iba a destruir el fútbol. Mi equipo.


A veces pienso que, para quien se dedique a juntar letras de algún modo, leer con devoción a Hunter S. Thompson, Bukowski, Fante o Burroughs, puede ser hasta contraproducente. No vamos a llevar nunca una vida así que sirva de inspiración. Como dicen en mi barrio, ¿sabes lo que te quiero decir?
Entiendo lo que quieres decir, pero no estoy de acuerdo. De esa gente, más que el hecho de vivir en moteles y no haberse lavado los calzoncillos en su vida, a mí me interesan otras cosas. La mirada, la voz, el espíritu. A Bukowski ahora queda bien lapidarlo, pero, sin ser yo un devoto suyo, para mí es un ejemplo de compromiso con la escritura, por ejemplo, de intentarlo una y otra vez hasta que das con la tecla. Eso que decía él de ser un ejército de uno. Fante, lo mismo y, encima, con humor. Un tío que decía que nadie se ha muerto nunca por exceso de emoción. ¿Qué más quieres? Y, luego, no hace falta vivir en Los Ángeles para sentir la alienación en el pecho cada día. En cualquier sitio, ejem, puede uno no sentirse parte de nada.


Firmaste tu libro de relatos como Santini Rose. En prensa, hasta donde yo he podido leer, vienes firmando con tu nombre real, algo que me congratula. Seguro que te he gritado alguna vez en un concierto por el uso del pseudónimo, con sorna, como si este fuera el nombre de algún sello discográfico. ¿Santini Rose debe morir?
Sí me lo has dicho, sí. Y no una vez. Pues me costó entenderlo, pero Santini Rose es un alter ego literario. Sin más. Sin menos, tampoco: da bastante libertad situar en el centro de la acción a alguien que no eres tú pero se parece bastante a ti. Desde hace un tiempo firmo todo con mi nombre, que luego a mi madre también le da más gusto.


Por último, ¿tú que crees que estará haciendo ahora mismo Daniel Romano?
Yo creo que se acaba de esclafar en un taburete de su cocina. Ha resoplado y ha dicho: “La primera vez que me siento en todo el día”.


Los Estanques: «Estamos encantados con las críticas, pero preferimos que el público disfrute»

Van por el cuarto álbum. Todos buenos. Ninguno ha pasado desapercibido, más bien han ido generando una creciente atención a cada entrega. ¿El motivo?, su orfebrería pop de aire progresivo e intensidades cambiantes, grabada con atención al detalle y plasmada con energía en llamativos directos. Son muy versátiles tocando, jóvenes experimentados y buenos contadores de historias. Además no le hacen ascos al humor. Son Los Estanques, más que una propuesta ‘retro’ al uso, una banda contemporánea que actualiza discursos musicales aún vigentes, pero procedentes de otras épocas. Heredan la atención al detalle y el gusto por lo orgánico, aplicando los medios de difusión actuales y su condición de jóvenes en este cambiante inicio del siglo XXI. Les lanzamos unas preguntas porque vienen a Murcia a tocar.


 

 

Vuestro último disco, ‘IV’, fue editado el verano pasado (tras el famoso robo del ordenador y disco duro previo), con todo esto de la pandemia encima. ¿Cuáles eran vuestras expectativas y cuáles se han cumplido?
Intentamos no pensar mucho en las expectativas y simplemente disfrutar del proceso y de cómo vaya ocurriendo, por supuesto todo lo bueno que pase con algo a lo que le hemos puesto tanto esfuerzo y cariño será muy bienvenido.


Sí, mejor vivir al día en esta época con tanto imprevisto y encierros intermitentes. Aunque si hay que estar encerrado, mejor rodeado de instrumentos. A estas alturas, se intuye que sois animales de estudio, ¿qué es lo que más disfrutáis del proceso?
Siempre mejor rodeados de instrumentos. Componer es la parte que más disfrutamos pero todo tiene su punto.


Ya habéis contado en varias ocasiones la historia del robo del ordenador en entrevistas y demás. Aparte del disgusto, ¿le sacasteis algo positivo al hecho de tener que regrabarlo todo?
Sí, superar las zancadillas que te pone la vida te hace más fuerte, o eso creemos. Además nos gusta pensar que han quedado mejor de cómo estaban, a pesar de que hay dos que no regrabamos ‘Inés Moral’ y ‘Niño soy’.


Los cuatro discos han sido recibidos con los brazos abiertos por parte de los medios de comunicación especializados. ¿Os sentís más un grupo de crítica que de público?
Estamos encantados con las críticas recibidas pero preferimos que el público disfrute de lo que hacemos.


Vuestras canciones son historias en miniatura, muy al estilo de CRAG, Vainica Doble… Siempre han sido así. Todo lo opuesto a una ópera rock, por ejemplo. Pero en este disco hay cierto aire conceptual entre todas. ¿Está en vuestra cabeza hacer, algún día, el ‘Tommy’ de Los Estanques?
Sí, se llamará ‘Jerry’ (carcajadas). El ‘Tommy’ es un discazo, ojalá algún día hagamos algo la mitad de bueno.


 

 

 
 

 

Además del costumbrismo y cierta poética de la rutina, el humor también tiene cabida en vuestras canciones. Y puede ser tentador, visto el tirón de canciones como ‘Soy español, pero tengo un kebap’ ¿Tenéis líneas rojas para mantener la sutileza y no caer demasiado en el chiste, o vais sin filtro?
Hablando de humor no tenemos línea roja pero hablando de amor no hay quien nos coja.


¿Cómo lleváis lo de ‘enebrar la aguja’ con los bares de copas cerrados?
Llevamos hecho siete tapetes, así que ni tan mal.


Si no llevamos mal la cuenta, os vimos en Murcia por primera vez en septiembre de 2019, con motivo del festival Lemon Pop. ¿Os dio tiempo de conocer la ciudad? ¿Hubo algo que os marcara para siempre (para bien o mal)?
Recordamos ese concierto con mucho cariño pero no pudimos visitar la ciudad de día. Deseando volver pronto.


Algo que empezó como una especie de ejercicios de práctica, se ha convertido en uno de los contenidos más interesantes en la maraña actual de las redes sociales: los vídeos en Instagram de Iñigo. Desde ponerle música a una canción de Karina a sorprendentes colaboraciones con Alma o Roberto Cubero. Cuéntanos más detalles sobre esta serie de vídeos.
Son vídeos que hago en una sesión, desde llegar con una idea o a veces incluso nada hasta acabar en 12 horas con el video montado y subido a Internet. Todo grabado en directo y lo que prima es la naturalidad y la espontaneidad de cada uno de los que participamos en él. Además estamos conociendo unos músicos muy interesantes y me parece una muy buena forma de compartir música tal y como está ahora mismo la situación.


En estos tiempos de restricciones se ha complicado más aún lo de darse a conocer en el mundo de la música. Los formatos de comunicación digitales, con las redes sociales al frente, han tomado más importancia incluso de la que ya tenían, encumbrando a nuevos nombres, ya sea por suerte/casualidad o por el buen trabajo de los equipos de comunicación. Aprovecha este hueco para mencionar 5 grupos/artistas que merecerían viralizarse según tu opinión.
Malcolm Scarpa
Jon Bap
Ombligo
Alpargata
Alien Tango.


Alguno  teníamos ya en el radar, otros los apuntamos. Encantados de charlar con vosotros.
Muchas gracias por la entrevista, un placer. Un saludo para todos los lectores.


 


Entrevista realizada junto a Romu López y Víctor Martínez para Tímpanos y Luciérnagas.

Againsters: «Esa cosa indefinible que tiene el punk que te llena de endorfinas»

Si publiqué ayer una entrevista a Jipis Atómicos que iba destinada originalmente a Againsters, salvo alguna cosa, ¿no iba a publicar hoy la entrevista original, aunque sea del pasado mes de junio, que rescató Jordi ‘Unclu’ de algún lugar en el limbo entre su ordenador y mi correo electrónico? Las circunstancias han dado lugar a que casi 10 meses después preguntas y respuestas sigan vigentes…


 

Sois gente curtida en mil batallas musicales, habiendo pasado por bandas tan míticas como Mostros (Macky, voz), Budellam (Jordi, bajo), Subterranean Kids (Boliche, batería) o E-150 (Beni, guitarra), por mencionar solo algunos ejemplos en vuestros más de 20 años, o incluso más de 30 en algún caso, de trayectoria. En activo además en varias bandas algunos de vosotros cuando decidisteis formar esta nueva banda que finalmente se llamó Againsters. ¿Qué empuja para que os sigáis embarcando en nuevas aventuras y además compaginando varias a la vez?
Macky: Creo que hay cierta pulsión irresistible que te acaba llevando otra vez al local de ensayo. Yo voy bastante a mi bola y me apunto a bombardeos varios, y tenía muchísimas ganas de volver a tocar en una banda después de bastante tiempo de «sólo” hacer colaboraciones esporádicas en discos de otra gente o estar muy centrada en mis giras como road manager y mi spoken word. Pero me sigue pareciendo un milagro, como bien apuntas, coincidir a esta altura del campeonato con gente que, sólo por el rango de edad y sus correspondientes responsabilidades, tiene trabajos, familias y bandas aquí y allá, y aún tiene ganas de meterse en un sótano mal ventilado dos veces por semana. Si hay algo que nos “empuja”, creo que es esa cosa indefinible que tiene el punk rock que te conmueve, te acelera, te divierte y te llena de endorfinas. Y ya sabemos que el resto de la vida diaria tiene poco de eso, a menos que la hagas girar alrededor del punk rock, claro.
Unclu: Al principio todo fue culpa de nuestro amigo Edorta. Quedamos un día los cuatro y el amor floreció entre nosotros a la primera. Y aquí estamos. Lo raro hubiera sido que hubiéramos coincidido en el gimnasio o en clase de yoga, pero para punkrockear siempre estamos listos.


A pesar de todo, se podría decir que formáis parte de ese tipo de personas sospechosas habituales para estas cosas, siempre activas, ya sea tocando, organizando conciertos, diseñando, conduciendo furgonetas… Si bien, al menos visto desde la distancia, sorprendió el caso de Beni (guitarra), que había dicho en varias ocasiones que se había acabado lo de tocar en bandas para él tras haber pasado por multitud de ellas, como E-150, Kissin’ Cousins, Fix Me o The Urgent Kicks. Y sin embargo, creo haber leído en alguna parte que tuvo un papel principal en la formación del grupo. ¿Cómo fueron los comienzos de Againsters?
Macky: Sí, en mi caso lo de conducir furgonetas empezó muy naturalmente por ser la que menos bebía en bandas y pandillas, por disfrutar de conducir llueva o truene y por una tendencia a la alegría tonta en cuanto me pongo al volante. Todo ello dejó claro que podía ser una salida laboral disfrutable y además una solución a la precariedad a la que parece obligarte el sistema y el mercado cuando pasas de los cuarenta. Luego también está comprobado que todas las tareas periféricas de estar en una banda me producen gran placer (diseñar carteles y portadas, montar bolos y giras, la parte de comunicación, etc.). Creo que el resto de la banda también disfruta en mayor o menor medida de toda esa mandanga, o al menos se ha visto en el brete de encargarse de ello en algún momento. Ya Beni te contará, si quiere, por qué ese alejamiento de las bandas y por qué ese retorno, pero sí que fue él quien nos azuzó (ndr: No, pero ya contestaron Jipis Atómicos por él ayer). A pesar de conversar en redes desde prácticamente la época del MySpace y los foros, yo a Beni lo había visto en persona una vez, y muy recientemente. Era al que menos conocía de los otros tres. El comienzo de Againsters fue también a través de las redes: hora del desayuno sentada en la furgo, un colega me avisa de que habían colgado una foto de Mostros en un grupo de Facebook sobre bandas punk con chicas, yo reboto la foto, otro colega comenta que cuándo vuelvo a cantar, yo comento una chorrada de que ya haré una banda un día de estos y sigo conduciendo, que estaba de gira por ahí. A la hora de comer paro en una gasolinera, monto mi picnic, miro el móvil y había cuarenta comentarios. Beni dijo: “venga, hagamos esa banda. Unclu y Bolo, ¿os apuntáis?”. Estos dijeron que sí y de repente teníamos banda nueva y fecha fijada para el primer ensayo en los comentarios de un post de Facebook. La mandíbula todavía la tengo por los suelos. Fue probablemente la mayor alegría que tuve en 2019.
Unclu: Es que mis últimos 35 años han girado alrededor de todo esto, forma parte de mi vida: música, conciertos, radio, etc. No sé hacer muchas cosas más, así que la propuesta de tocar con estas tres bestias del punk rock me sedujo mucho y me hizo una ilusión tremenda. Lo estoy pasando bomba con ellos, además yo toda la vida he tocado con la misma gente del pueblo, La Roca del Vallés, y esto es una nueva e interesante manera de hacer las cosas, diferente de como las había hecho siempre.


Da la sensación de que todo ha ido muy rápido para esta banda, al menos hasta la llegada de la pandemia, pasando apenas un año entre el primer ensayo y la publicación del EP de debut el pasado mes de junio. Imagino que todo más rodado y hay pasos que directamente se saltan cuando se acumula tanta experiencia. ¿Cuál es vuestra visión al respecto?
Macky: ¿Te parece? Yo tengo la sensación de que, en un año (casi dos ya a día de hoy), en cualquier otra circunstancia, hubiéramos dado veinte bolos. Evidentemente la coyuntura es la que es, pero el ejercicio de aceptación que se nos pide en este momento, con todas las ganas y la furia, es bastante fuerte. Lo de la publicación del disco sí que es un gran paso, y fuimos afortunados de tener tantos sellos locales que quisieran colaborar. Volviendo al tema de directos, teníamos programados varios shows muy chulos que se nos han ido cayendo por la pandemia, y eso me deja la sensación de estar un poco coja. Que llevemos casi dos años, tengamos un vinilo en la calle y hayamos dado un solo bolo (en octubre de 2019) me da ganas de gritar por dentro. Pero bueno, tengo cierta tendencia al dramatismo también.
Unclu: Lo de la pandemia ha sido una putada para el grupo. Ya teníamos varios conciertos programados, varias propuestas más, el disco en la mano y se ha ido todo a la mierda. Eso sí, nos hemos centrado en hacer nuevos temas, pero eso de no poder salir del local a tocar nos ha jodido bastante, y tal como van las cosas no te extrañe que tengamos el LP grabado sin haber podido aún tocar en directo otra vez.


Como ya es habitual en el punk actual, hasta 10 sellos se han unido para la publicación de vuestro ep. ¿Se ha convertido en una práctica imprescindible y que os hayáis visto obligados a buscar o son a veces los propios sellos los que se ofrecen porque no quieren dejar de formar parte de determinados proyectos?
Macky: Sí, yo creo que a menos que vengas con un presupuesto holgado de serie o tengas algún tipo de sponsor o padrino, prensar un vinilo cuesta mucho dinero, y ninguna banda que recién empieza puede permitirse eso. Es verdad que algún que otro sello se ofreció, como tú dices, para no perdérselo. Para ello desde luego fue inestimable la influencia y experiencia de mis compañeritos de grupo, que seguro que tendrán más que contar sobre el particular. Yo soy la chica nueva en la escena catalana.
Unclu: La verdad es que a todos los sellos que les propusimos si querían sacar el disco aceptaron encantados, y a lo tonto lo que quería ser una tirada de 300 copias se ha convertido en una tirada de 650 copias. Como dice Macky, hoy en día hacer una tirada grande con solo un sello es complicado y más para un grupo nuevo que no ha tocado aún en directo, así que el sistema este de colaboración de varios sellos es estupendo y hace también que el disco este repartido por todo el estado o incluso Francia.


Habéis incluido en el EP una versión de un clásico del rock australiano de los 70, ‘Erotic Neurotic’ de The Saints. Si me pongo en vuestro papel, me parece complicado lo de ponerse de acuerdo para tocar versiones, más aún para grabarlas. Así que me pregunto, ¿por qué esta en concreto?
Macky: Ah, podríamos hacer 300 versiones si Beni no nos sujetara un poco, jajajajaja. Unclu y yo tocaríamos casi cualquier tema, nos gusta todo. A Bolo suelen gustarle más rápidos y que le planteen algún desafío. Los cuatro compartimos bandas fetiche, e hincharse a covers ha sido siempre el casillero uno de las bandas que se juntan a tocar por primera vez. Y sí que es complicado ponerse de acuerdo con cuál queda y cuál no. Por suerte tenemos ya unos cuantos temas propios, que surgen generalmente de un riff de Beni, y cada vez los covers ocupan menos espacio en nuestro repertorio. Aunque tocamos muchos en el ensayo porque nos divierten. No te diremos cuáles para no joder la sorpresa, si es que podemos volver a tocar. Creo que grabamos esa porque era corta y extremadamente divertida de tocar, en plan “si nos queda bien, la incluimos”. Era más un comodín que otra cosa. Y quedó porque, bueno, es un temazo y creo que también la pudimos llevar con éxito a nuestro terreno.
Unclu: Yo creo que hicimos esa porque sigue mucho la línea de lo que hacemos con el grupo. A mí me encanta como ha quedado, tiene una energía de la hostia. En el ensayo es un continuo de tocar versiones y probar cosas, luego ya veremos cuales se harán en directo, pero es divertido hacerlas, destensa y relaja las horas de ensayo, además estos cabrones se las saben todas. Aunque yo no estaré contento del todo hasta que hagamos una de Wilson Pickett, jajajaja.


Ibais a tocar, por mencionar un concierto concreto, en el festival Summer Blast de Barcelona en 2020, que finalmente se aplazó, como tantos otros eventos en los últimos meses por la pandemia. Luego habéis retomado los ensayos en varias ocasiones, pero sin poder volver a los escenarios. ¿Os planteáis la posibilidad de volver a actuar en directo en breve?
Unclu: This is Badalona, not Barcelona, jajaja. El Summer Blast era en el Estraperlo. Después de 3 meses sin vernos, confinados en casa, a la que pudimos volvimos a los ensayos de cabeza. Además yo con más ganas, pues los días de ensayo me libro de ir a caminar 5 kms, jajajaja.
Macky: Sí, ni bien desescalamos. Durante los primeros 3 días de reapertura de las áreas sanitarias de Barcelona durante la desescalada quedamos para ensayar 2 veces. Teníamos un mono bestial. Por supuesto nos morimos de ganas de tocar, pero no depende de nosotras ahora mismo y hay que hacer las cosas bien porque hay algo más importante en juego.


Aunque las nuevas generaciones se decantan en muchos casos por estilos de reciente esplendor, otros como el indie o el rap aguantan el tirón. Sin embargo parece que en el caso del punk cada vez es más difícil el relevo generacional. ¿Cómo veis esto desde vuestra perspectiva? ¿Conocéis gente que esté formando en la actualidad su primer grupo y este sea de punk?
Macky: No sé si primer grupo. En este caso, tener una edad es una putada, porque te diría que hay un montón de ‘gente joven’ haciendo punk y, claro, quizás esos jóvenes tengan veintiséis años, no dieciséis. Sí que he llevado de gira a veinteañeros que hacen punk, como Ratpak, ahora ya desactivados. Pero haberlos, haylos.
Unclu: Bueno, a lo mejor no hay tantos como hace años, pero vaya, aquí en el pueblo hay dos grupos de chavales que hacen punk/rock/metal y ninguno de ellos tiene ni 18 años. Sí es cierto que en los conciertos de punk se ve poca gente jovencilla, pero siempre ha sido un estilo bastante minoritario, no nos engañemos.


Para acabar, ¿cuál es el secreto para ensayar un sábado por la mañana después de haber hecho un desayuno comunal comiendo como si fuera la hora de la comida?
Macky: Que respondan los señores. Debe ser algo del país. Yo en esos casos sólo me clavo un té con leche y una tostada, que luego tengo que berrear y, si no, regurgito.
Unclu: No hay nada más bonito en esta vida que un buen desayuno, por supuesto compartido con los amigos. Es uno de mis vicios, los findes desayunar de ‘forquilla’ como han hecho toda la vida los payeses el día del mercado, y a la gente mayor y sabia se le tiene que hacer caso siempre.


Jipis Atómicos: «Aún quedan personas con las que es gratificante compartir cosas»

Recuerdo aquella vez que descubrí que un periodista musical profesional había cogido la nota de prensa de una artista, le había cambiado el nombre de la misma y cuatro cosillas más y lo había publicado en un periódico para otro grupo. Viendo el panorama, ¿no iba a coger yo una entrevista que envié hace algunos meses a mis amigos de Againsters y que finalmente no se publicó y se la iba a mandar con cuatro retoques a los también amigos Jipis Atómicos, que acaban de publicar en CD y cassette su debut, ‘Paz, amor y plutonio’? Lo de contestar lo que ellos quieran o lo que piensen que hubieran contestado Againsters dejo que lo decidan Guelo, Moncho y Peter…


 

Sois gente curtida en mil batallas musicales, habiendo pasado por bandas tan míticas como A Palo Seko, Chickenman, Ketchoop, Moloko Plus, Nitropollo, Culandra o Aceswords, por mencionar solo algunos ejemplos en vuestros más de 20 años de trayectoria. En activo además en varias bandas algunos de vosotros cuando decidisteis formar esta nueva banda que finalmente se llamó Againsters Jipis Atómicos. ¿Qué empuja para que os sigáis embarcando en nuevas aventuras y además compaginando varias a la vez?
Moncho: Yo de pequeño me di un golpe, creo que es eso. Supongo que tendrías que preguntarle a un antropólogo por qué las tribus ancestrales tocaban el tam tam… Será insatisfacción perpetua, hedonismo, ganas de dar la nota, ¿quién sabe? Me inclino por pensar que aún quedan personas con las que es gratificante compartir cosas. En este caso hacer canciones, y si de vez en cuando alguien te dice que le gusta lo que has hecho y te invitan a un calimocho en un tugurio apestoso, joder, eso es la vida.
Guelo: En el caso de Jipis, además, el propósito es bien claro: vernos. Es un grupo-excusa para que nosotros tres, que casi no nos veríamos si no fuera por la banda, nos veamos. Y espero que me dure mucho tiempo, siempre que no me quite tiempo para Culandra, que es lo que mantiene mi estatus económico.


A pesar de todo, se podría decir que formáis parte de ese tipo de personas sospechosas habituales para estas cosas, siempre activas, ya sea tocando, organizando conciertos, publicando fanzines… ¿Cómo fueron los comienzos de Jipis Atómicos? Por cierto, ¿a vosotros os sorprendió lo de Beni (guitarrista de Againsters), después de haber dicho en varias ocasiones que se había acabado lo de tocar en bandas para él tras haber pasado por multitud de ellas, como E-150, Kissin’ Cousins, Fix Me o The Urgent Kicks?
Moncho: ¿Los comienzos? Sencillos, una vez que convencimos a Peter de que tocara con nosotros todo lo demás eran flecos sin importancia. Peter es una persona que tiene la capacidad de generar una onda expansiva de positividad mucho más poderosa que la que por ejemplo generaría Aznar en sentido inverso. No conozco tanto a Beni como para opinar seriamente, pero supongo que si de verdad quieres dejar de tocar tienes que hacer como Juanfer de Moloko Plus: poner un anuncio en Wallapop de «regalo bajo al primero que venga a por él» y no arrepentirte.
Guelo: Es lo que decía antes. Moncho me dijo que quería montar una banda para verse con Peter y yo dije “me apunto” (un poco pensando en que aquello no progresaría… y mira). Moncho nos forzó a ensayar por la mañana y en los locales más próximos a su domicilio y lo demás es historia. En cuanto a lo de Beni, anda que no hemos oído todos eso de “no vuelvo a beber nunca más” y al finde siguiente se vuelve a beber con más sed, si cabe. Con las bandas creo que es algo parecido.


Incluso habiendo sufrido estos ineludibles tiempos de cuarentenas y distanciamiento social, da la sensación de que todo ha ido muy rápido para esta banda, pasando muy poco tiempo entre la formación y la publicación de vuestro debut. Imagino que todo más rodado y hay pasos que directamente se saltan cuando se acumula tanta experiencia. ¿Cuál es vuestra visión al respecto?
Moncho: En realidad no creo que sea cuestión de experiencia, sino más bien de tiempo. No hay duda de que el confinamiento y el hecho de que hoy en día con 2 cacharros muy sencillos puedas componer cosas en casa (a ver, con todo el respeto para el verbo ‘componer’) ha facilitado mucho que hayamos podido preparar este y casi la mitad de otro ‘disco’ en un tiempo bastante breve.
Guelo: Bueno, y que Moncho ha estado disparado haciendo temas en los primeros meses de pandemia. En lo que otros hacían pan de masa madre, ejercicio, o vídeos de coña con rollos de papel higiénico, Moncho dale que te pego haciendo temas. Peter y yo a remolque, como siempre. Nos mandaba deberes y nosotros… pues cumpliendo regular. También depende, creo, un poco de lo perfeccionista que seas y de lo que te importe o no eso de “no, aún no estamos preparados para grabar/tocar”. Nos surgió la oportunidad de grabar unos cuantos temas con Paco Daytonas en Navidad y la aprovechamos, aunque no tuviéramos los temas superpulidos.


Es habitual en el hardcore punk actual que multitud de sellos se unan para la publicación de discos. A veces parece que se ha convertido en una práctica imprescindible y que incluso son los propios sellos los que se ofrecen porque no quieren dejar de formar parte de determinados proyectos. Sin embargo vosotros habéis optado por autoeditarlo. ¿Por qué?
Moncho: Sinceramente, después de tantos años a mí no me pareció que hiciera falta esperar a que un montón de gente se decidiera. Si de verdad queremos que se vaya todo a la mierda no nos puede pillar debatiendo. No nos hemos atrevido con el vinilo, que tienen un precio que roza lo obsceno… y sí, a todos nos hace ilusión ese formato, pero a veces la lógica es buena consejera: vinilo en tiempos de pandemia, sin conciertos, pfff. Las ediciones en CD son baratas y casi imposibles de vender, pero pesan poco y siempre puedes regalarlos con unas camisetas más o menos majas.
Guelo: Y además un poco por acelerar y no dejar que la grabación se enquiste esperando la edición en vinilo, juntar sellos, decidir la portada… Aunque bueno, la nuestra nos la hizo el gran Pietro Foller y pocas discusiones hubo al respecto.


Habéis incluido en el ep una adaptación de un clásico del punk rock, ‘I love to hate’ (‘Me gusta odiar’) de Screeching Weasel. Si me pongo en vuestro papel, me parece complicado lo de ponerse de acuerdo para tocar versiones, más aún para grabarlas. Así que me pregunto, ¿por qué esta en concreto?
Moncho: ¿Por qué «I love to hate»? Seguramente porque nos salió mejor que ‘Valium Housewife’ de Sofa Head, que es la otra que probamos. Y el mensaje era muy agradable y positivo, por supuesto.
Guelo: A mí, de hecho, me mola bastante más ‘I love to hate’. Y no soy yo mucho de versiones ya, a pesar de los karaokes de 7 Seconds que hacíamos con Ketchoop. Ahora lo que me apetece es hacer temas nuestros y tocar solo eso. Tenemos tanto que ofrecer al mundo, tanto talento, que no podemos gastar tiempo en tocar cancioncitas de otros.


Dadas las circunstancias, creo que aún no os habéis estrenado en directo. ¿Os planteáis la posibilidad de actuar en directo en breve?
Moncho: ¿Tocar en directo? Por favor, ¿cuándo? ¿Dónde? Supongo que eso será un gran día. Puede que además alguien pueda cantar los temas mientras los tocamos y será una sensación bastante inusual y divertida.
Guelo: Ojalá, aunque ahí yo peco un poco de aguafiestas y las poquísimas oportunidades que han surgido de tocar por los alrededores de Madrid (que son casi nulas), he pedido rechazarlas por ser en lugares cerrados. Igual peco de excesivamente prudente, pero creo que gente como nosotros, con una legión de seguidores que sigue nuestros pasos y trata de imitarnos (en lo que pueden, claro, hasta donde llegan), tenemos que dar ejemplo. Todos unidos (detrás de los líderes de Jipis, claro) saldremos de esta.


Aunque las nuevas generaciones se decantan en muchos casos por estilos de reciente esplendor, otros como el indie o el rap aguantan el tirón. Sin embargo parece que en el caso del punk cada vez es más difícil el relevo generacional. ¿Cómo veis esto desde vuestra perspectiva? ¿Conocéis gente que esté formando en la actualidad su primer grupo y este sea de punk?
Moncho: El punk es de abuelos y punto. Aunque una vez en un concierto en una okupa en Madrid vi varios jovenzuelos muy animados. Eran rollo cresta y tal, pero joder, si con 18 años ya estás contemporizando, mal vamos. De todos modos, respecto a mi esperanza en cualquier cosa que apunte al futuro me remito a Eskorbuto y la teoría de la sanación mediante plutonio.
Guelo: Yo conozco contadísimos casos. Para empezar porque en realidad, no conozco jóvenes: no me junto con ellos, no sé qué hacen. Yo soy un viejo y hago cosas de viejos. Igual tienen miles de bandas y tocan en sus lugares secretos cuando yo ya me he quedado dormido en el sofá viendo A3Series, quién sabe. Sí he visto un par de bandas los últimos años con jovencitos… yo qué sé, Bonestorm de Catalunya, que me gustaron mucho, pero poco más.


Para acabar, ¿cuál es el secreto para ensayar un sábado por la mañana después de haber hecho un desayuno comunal comiendo como si fuera la hora de la comida? (Sí, esta iba para Jordi Garrotada Smith de Againsters, pero siendo Guelo otro gran titán de los platos consistentes y además compañero de Jordi en Culandra, seguro que me la puede contestar igual o mejor)
Moncho: Lo que haga Jordi Garrotada siempre es una referencia. Eso sí, estética, que yo me decanto más por una tostada con aceite de oliva y ajo.
Guelo: No llego a la altura, no cumplo los preceptos del maestro Unclu. Para empezar, aunque me avergüence confesarlo, me ducho antes de desayunar, algo que está completamente prohibido según Jordi. Y luego que, si tengo tiempo, me gusta desayunar huevos revueltos y tostadas. Y encima, en Madrid no es fácil encontrar sitios con “esmorzar de forquilla”, que estén a mano para luego ir al ensayo… Un desastre.


iou3R: «Con la edad nos sentimos más incómodos con lo aprendido»

Lo que empezó como un divertimento paralelo a su actividad con (lo:muêso) de Juanma Medina y Raül de los Ríos, en el que intentaban flirtear con la electrónica, acabó convertido en su proyecto principal en 2017, una vez finiquitada su anterior banda. Borrón y cuenta nueva, con un backline totalmente renovado y desconocido para ellos empiezan a experimentar, dejando las ideas fluir y buscando nuevas formas de trabajarlas; incorporan sintetizadores modulares y definitivamente iou3R comienza a cobrar sentido. Con la incorporación al grupo de Karlos Navarro, también componente de (lo:muêso), se completan las piezas del proyecto, pero la evolución del mismo no ha cesado en ningún momento. Hace unas semanas lanzaban su segundo trabajo, ‘La Serp EP’, una excusa perfecta para hacer una rápida retrospectiva.


 

Uno de los clichés sobre los músicos de rock es que con el tiempo se acomodan, suavizan sus propuestas y van a haciendo cada vez música más «amable». Y aquí os tenemos a vosotros, que habéis evolucionado desde el indie, el noise y el post hardcore con (lo:muêso), vuestra anterior banda, en la que ya había buenas dosis de experimentación, hacia el ambient, el spacerock, el krautrock y la experimentación sonora en general y habláis de trabajar más con el concepto de pasajes y ambientes que con la idea tradicional de canción. ¿Qué es lo que no habéis entendido?
Juanma: No hemos entendido nada de nada. Pensábamos que con la edad nos volveríamos folkies y aprenderíamos a hacer canciones geniales con tan solo una guitarra acústica y algo de percusión. Vamos, el backline justo y necesario para que cupiese en un maletero estándar de un coche… pero no, con la edad nos sentimos más incómodos con lo aprendido y más curiosos con nuevas formas de trabajar. Nos gusta y motiva mucho poder trabajar el concepto de canción de una manera diferente a lo que íbamos haciendo. Con ‘Escornalbou’ intentamos explorar la improvisación con un guion mínimo. En ciertas partes de la pieza uno de los tres es quien lleva la “batuta” y los demás lo siguen esperando un gesto o movimiento para pasar a la “siguiente pantalla”. Con ‘La Serp EP’ hemos aprendido a componer a distancia. Nos enviábamos ideas por mail y las íbamos evolucionando hasta volverse los temas que conforman el EP. Y el próximo trabajo que editaremos son Synth Vicious… bueno, habrá una entrevista, ¿no?


Acabáis de estrenar el ep ‘La Serp’, vuestro segundo trabajo. Como adelanto, fue presentado con un vídeo de la canción que da título al ep, que se estrenó además en el Lavs Festival Mataró (Laboratorio de Arte Visual y Sonoro). ¿Qué importancia tiene lo visual, lo gráfico, en la obra de iou3R?
Raül: Tiene mucha importancia. El artwork de ‘Escornalbou’ estaba lleno de simbología y el de este EP es claramente una declaración de principios. Uno de los objetivos que nos marcamos con iou3R era el de acompañar los directos con imágenes. Es algo que aún no hemos llevado a cabo, pero estamos en ello. El video de ‘La Serp’ nace de esa idea, funciona como clip promocional, pero también será parte visual de los conciertos. Actualmente ya estamos trabajando en imágenes para el próximo álbum.


Lo publicáis bajo vuestra propia etiqueta, Lapena Distel, en una edición en CD limitada a 50 copias, cada uno con portada distinta hecha a mano. Imagino que en estos tiempos de plataformas y descargas digitales en esto hay más de simbolismo y romanticismo que cualquier otra cosa, ¿no?
Raül: Sobre todo de realidad. Nuestro proyecto es diminuto y nuestro público va poco más allá de la gente que puede venir a vernos a un concierto. No es una cuestión de exclusividad de la edición. La gente nos escuchará en sus dispositivos digitales, y hacer una edición así de especial tiene mucho de agradecimiento a la militancia. Nuestra idea era que solo iba a estar disponible en los directos. Las circunstancias hacen que de directos, pocos, así que decidimos que se pudiera conseguir vía Bandcamp o parándonos educadamente por la calle.
¿Lo de Lapena Distel? Queríamos ver qué pasa cuando has de controlarlo todo. Pero seguimos en nuestra idea de trabajar con el mayor número de sellos posible.


Remontémonos a vuestro debut, ‘Escornalbou’, un álbum instrumental, pensado como una única pieza de 30 minutos, creada en directo, sin nada decidido de antemano, grabada en una sola toma y con la mente en su puesta en escena, pero dividido en 6 movimientos cuyo orden puede variar en directo. Lo definíais como «un ejercicio sonoro donde poco importan las etiquetas y en el que los diferentes instrumentos y samplers se utilizan como recursos narrativos». ¿Cómo ha evolucionado iou3R y cómo se nota esto en ‘La Serp’ desde este anterior trabajo o incluso desde vuestros comienzos de experimentación electrónica?
Raül: Las sonoridades de ‘La Serp’ ya las manejábamos mucho antes del concepto de ‘Escornalbou’. Hasta este EP era algo muy libre que discurría como una transición entre dos pasajes del directo. No sé si hablaría de una evolución o de retos autoimpuestos en la banda. En ‘Escornalbou’ componíamos de una manera, y ahora lo hacemos de otra totalmente opuesta, no queremos repetir fórmulas, todo tiene que ser siempre nuevo para nosotros y nunca un problema. Los tres temas que parecía iban a ser el núcleo duro de nuestro próximo disco quedaron anulados por sus ramificaciones. Todo va muy rápido. Ha habido un proceso de desaprendizaje considerable.


Durante los últimos meses de confinamiento y desescalada se han gestado y publicado varios recopilatorios en los que habéis participado con canciones inéditas. De estos, me gustaría destacar, por afinidad, ‘Dràstik Punkaires’, el recopilatorio publicado por L’Arcada Koncerts para financiar la reforma de su sede en Granollers en el que han participado más de 70 bandas. Vosotros compusisteis ‘Tout Le Dràstik’ expresamente para la ocasión. Volem més canya?
Juanma: Sin gente como Arni de Dràstik los grupos estaríamos perdidos. Son gente que dinamizan espacios, ciudades y dan salida a propuestas menos convencionales. Siempre que podamos apoyaremos y contribuiremos a todas las acciones de gente/colectivos como el suyo. Una persona que sin haber escuchado un tema nuestro nos ofreciera una fecha para tocar… es que lo tienes que querer y apoyar por narices. La canya que no pari mai!


Curiosamente, habéis grabado una nueva versión de la canción anteriormente mencionada para ‘La Serp’. ¿Y eso?
Juanma: Cuando estábamos componiendo ‘Tout le Dràstik’ hicimos dos pruebas de canción, una con guitarras y otra sin ellas. Nos pareció super curioso cómo podía cambiar el tema y los matices de una versión y de otra. Cuando estábamos confeccionando el tracklist de ‘La Serp EP’ Raül nos propuso al resto incluir la versión sin guitarras en el EP y después de escucharlo de tirón lo vimos muy claro, tenía que estar. Además, de esta manera, el tema que hay en el recopilatorio sigue siendo exclusivo y podemos dar salida a las dos versiones de ‘Tout le Dràstik’.


Otro de los recopilatorios en el que habéis participado es un disco de versiones de Yo la tengo, publicado por Edita la servidumbre, el sello especializado en cassettes asociado a la tienda de discos barcelonesa Ultra-Local Records. La idea nace a partir de una convocatoria realizada en el programa de radio Hip-Hip Ultra, también asociado a la citada tienda. Las circunstancias actuales y la amplia respuesta a la propuesta por parte de las bandas lo han dejado en pausa, pero tengo entendido que había intención de llevar esto mucho más allá de un simple recopilatorio en Bandcamp, ¿no?
Raül: Creo que en un principio la idea era editarlo en modo físico, pero el aluvión de versiones lo hizo imposible. Paralelamente a esto se quería hacer una presentación, o bien con los grupos tocando en directo en el programa de radio, o en una sala. Cosa más imposible aún dadas las circunstancias. Pero aún no han renunciado a nada… Yo La Tengo nos encantan, así que hemos disfrutado mucho con el recopilatorio.


Sigamos hablando de versiones. Ya con (lo:muêso) grabasteis una magnífica adaptación de ‘Mistery’ de Wipers, en vuestro Bandcamp hay una carpeta titulada ‘VRSNS’, en la que de momento solo se puede escuchar una de ‘Isolation’ de Joy Division, pero se puede leer también «covers for fun». ¿Es algo que vayáis a convertir en costumbre? ¿Os sirve como puente con el que conservar el vínculo con vuestro pasado musical y con la etapa de (lo:muêso)?
Karlos: Hacer versiones de bandas que nos gustan es algo que va con nosotros desde el principio. Un principio que se remonta a mucho antes de (lo:muêso). Yo no creo que el hecho de hacer versiones tenga una relación consciente con mantener un vínculo con el pasado. Es algo que nos ha gustado siempre y que nos sigue gustando. A mi modo de ver, cuando surge una propuesta de versión y por nuestra manera de trabajar, se establece un nuevo reto. Un reto personal a la vez que para el grupo. En nuestro caso, versionar canciones forma parte de nuestras inquietudes comunes por descubrir y disfrutar experimentando. La intención es seguir haciendo versiones, siempre bajo la premisa de que no es una obligación, es más bien un capricho. Evidentemente, las compartiremos con los y las fanes en la carpeta titulada ‘VRSNS’.


Otra curiosidad de vuestro Bandcamp es que tenéis subidos varios conciertos completos, incluido vuestro debut en el AMFest de 2018. ¿Es una cuestión más de casualidad o de premeditación?
Raül: Nunca hacemos dos directos iguales, así que subirlos a Bandcamp tiene bastante sentido. Es cierto que cuando subimos nuestro primer concierto había sobre todo la necesidad de explicar de qué iba lo que estábamos haciendo. Es algo que continuaremos haciendo en el futuro.


Aunque no publiquéis los discos de iou3R con Aloud Music, es evidente que sigue habiendo vínculo con vuestro antiguo sello. Como hemos dicho, vuestro debut fue en el AMFest, festival impulsado por este sello, y ahora Sergio Picón, su capo, ha masterizado 2 de los 4 cortes de ‘La Serp’ en su Siete Barbas Estudio. ¿La familia que crece unida permanece unida?
Karlos: En la organización del AMFest del 2018 además de Aloud Music como cabeza impulsora, colaboró la gente de Befaco, una plataforma de hardware abierto centrada en el hardware musical profesional DIY, que llevan a cabo su propia investigación electrónica, musical y artística. Suponemos que el hecho de que iou3R utilicemos instrumentos electrónicos y modulares en nuestra propuesta musical, fue la razón por la que Befaco nos invitase a tocar en el festival. En cuanto a “la familia que crece unida, permanece unida”, entendemos que estas cosas dependen de las relaciones que se procuren en cada familia. En nuestro caso, y con la familia de Aloud Music, se creó un vínculo de los que molan, y que a día de hoy, todavía nos permite tenernos en cuenta y disfrutarnos a través de nuestras inquietudes musicales.


Habladnos de thëm, el proyecto en solitario de Juanma Medina, y otros asuntos paralelos.
Juanma: Siempre todos hemos tenido un proyecto en solitario. Raül con meth14, Karlos con Las Abejas Cloro y yo antes con tick, bonitahorse y ahora con thëm… Somos culos muy inquietos. thëm es un proyecto de música drone/ambient, pero ante todo es un proyecto de aprendizaje. Cuando cae en mis manos algún modulo, cacharro-mete-ruido, software, sinte, sampler o lo que sea, intento aprender cómo hacerlo sonar e incorporarlo a mi set. A veces el resultado lo propongo a los iou3R y otros me los quedo para thëm. Actualmente estoy recopilando y retocando algunas grabaciones que he ido haciendo y me gustaría editarlo y poder tocarlo en directo.


Para terminar, otro cliché de los músicos es el del ”síndrome de Diógenes» con los instrumentos, pedales, amplificadores y demás cacharrería. ¿Se incrementa esto exponencialmente cuando pones un pie en la experimentación sonora? ¿Nunca se tienen suficientes cacharros?
Karlos: Personalmente pienso que ese “síndrome de Diógenes” que suele acompañar a los músicos, más que por una insatisfacción con lo que ya tienes, puede producirse por un incremento del conocimiento, de las ideas creativas y de las expectativas para las mismas, que te van seduciendo e inyectando la necesidad de lo que no tienes. A mí, un solo cacharro de los que utilizamos en iou3R, me tendría entretenido para toda la vida. De lo que no estoy tan seguro, es que eso me exima del “diogenesismo”.


Copper Age: «Intentamos no dejar títere con cabeza a nuestro paso»

Hace ya unos cuantos años que me crucé por primera vez con la música de Copper Age, a través de alguna lista de los compañeros de Rock Culture, y desde el inicio captó mi atención, algo que se fue reforzando con cada nueva publicación, gracias a canciones como ‘Jinete’, ‘Señores del este’, ‘Capsicum Annuum’ o ‘Monetes del espacio’, una colección de auténticos hits, sin necesidad de alejarse de los desérticos senderos del stoner rock que siempre ha practicado este trío de Cehegín. Ahora, para su segunda entrega de larga duración, se descuelgan con un disco experimental, muy extenso y completamente instrumental, un total de 78 minutos para 5 canciones, que oscilan entre los 12 y los 27 minutos, que han decidido estrenar, de forma inesperada, a través de un canal de Youtube especializado en estilos como el doom, el sludge, el stoner o el desert rock. ¡Qué hermosura Cehegín!


 

La primera es fácil. Stoner desde Cehegín, ¿a quién no le va a gustar?
Salva: ¿A quién no le va a gustar un stoner ceheginero romano del siglo V a. c.? ¿A quién? La verdad es que caemos bien allá donde vamos, tenemos menos enemigos de los que nos gustaría, qué le vamos a hacer. Seguramente es algo ocurra cuando vas de cara. Nosotros hacemos la música que nos sale de dentro, sin trampa ni cartón, creo que eso es algo que hace que a la gente le caigamos bien.


Acabáis de estrenar vuestro segundo largo, ‘Buerismo’, y habéis escogido una forma poco habitual, antes que en cualquier otra plataforma, el disco se puede escuchar a través de un canal de Youtube de 666MrDoom, un entusiasta de estilos como el doom, el sludge, el stoner o el desert rock afincado en Grecia, con diversos canales especializados, varios miles de discos compartidos de este modo, más de 100.000 suscriptores y un total de más de 32 millones de visualizaciones. Vuestro disco lleva más de 5000 visualizaciones en apenas 3 días. ¿No queda otra que, como vosotros mismos decís, salirse de la linde? ¿Habrá edición física más adelante?
Mateo: Siempre nos hemos arrimado a la gente que hace lo que nos gusta y creo que subir un disco en el canal de un griego que se toma la molestia de subir 5 discos de stoner cada día es precisamente eso. Para nosotros es un placer. Puede que haya edición física, pensábamos que el disco lo iban a escuchar cuatro fumaos, pero vista la acogida que ha tenido lo mismo hay que hacer algo.


No es además un disco al uso, nos encontramos ante un álbum aparentemente temático en torno a vuestro pueblo en el que os habéis decantado por canciones instrumentales de muy larga duración. No es la primera vez que hacéis algo así, hace un par de años publicasteis ‘Proyecto 24’, un single de 24 minutos. ¿Qué os ha llevado a alargar el experimento? ¿Cómo se gestiona esta alternancia entre las canciones al uso y el ‘empantane’?
Fernando: El disco era algo que teníamos en mente desde hace mucho tiempo. Llevamos juntos en otras bandas desde los 14 años, lo que más nos gusta es precisamente eso, juntarnos y tocar horas y horas, no se ha hecho difícil. ¿Cómo gestionarlo? La verdad es que no lo sabemos… Habrá que meterlo en el repertorio para algún concierto y joderle la noche a alguien.


Las publicaciones previas a este álbum fueron sendas colaboraciones con un colectivo argentino, primero en un homenaje a Spinetta y luego en un recopilatorio publicado para hacer más amena la cuarentena, siendo en ambos casos la única banda no sudamericana de la compilación. ¿Cómo surge este vínculo intercontinental?
Mateo: A decir verdad, no tenemos ni idea de cómo llegaron a nosotros. Un día encontramos un mensaje en Instagram en el que nos pedían participar en un disco homenaje a Spinetta de bandas stoner de habla hispana, pensábamos que era una broma… Para nosotros ha sido todo un honor y hemos disfrutado muchísimo la experiencia.


En alguna que otra ocasión os he visto relacionados con eventos en el que digamos que a priori no encaja un grupo con un sonido como el vuestro. No sé si es el empuje de la edad, pues sois mucho más jóvenes de lo que uno podría imaginar escuchando vuestra música. ¿Sentís una obligación de luchar para que el ruido y la distorsión ocupen espacios a los que tradicionalmente se les ha negado el acceso?
Salva: Una de nuestras máximas es tocar donde te dejen. Ocupar espacios que no son a priori los tuyos sirve para abrir camino y mostrar otros caminos. En Murcia hay más que indie y gente tocando pianicos pequeños y eso hay que demostrarlo.


Hablando de sonido, ¿seguís funcionando con amplificadores artesanales? ¿Es lo único que puede alimentar vuestras ansias de fuzz?
Fernando: Hemos pasado a los Orange y a los Sunn Beta, pero aún seguimos modificando esos amplis y dándoles nuestro toque.


Por último, ¿lo más importante es dejarlo todo hecho un solar?
Salva: Siempre intentamos no dejar títere con cabeza a nuestro paso. La gente viene a nuestros conciertos a disfrutar pero saben que también habrá algo de sufrimiento. Es nuestra marca personal.

 


 

Llueve, Capullo!: «Somos zagales vacilones de mecha corta y gran corazón»

He llegado tarde a conciertos de Llueve, Capullo!, cuando ya habían terminado de tocar, en tiendas de ropa, en ferias de autoedición, en okupas y hasta en un skate park, y lo más gracioso de todo es que, al menos en este caso, nunca ha sido de forma premeditada. Así que, en estos tiempos de incertidumbre, he decidido compensar esta ofensa involuntaria al Dr. Llueve y al Sr. Capullo, y el no haber llegado aún a verlos actuar en directo, con una entrevista. Al fin y al cabo su disco es uno de mis favoritos de la temporada. Por lo que sea.


 

Si Fulgencio Zurullo os dejara, ¿cómo os gustaría definiros a vosotros mismos?
Dr. Llueve: No somos otra cosa que zagales vacilones de mecha corta y gran corazón, amigos de lo oculto y de gustos sencillos.


¿Qué os ha unido más, Vistabella o Fernando Morientes?
Sr. Capullo: Morientes, sin duda. Yo llegué a Vistabella cuando ya éramos amigos. Sin el Madrid, seguramente más que sin las bandas que desde el primer momento vimos que compartíamos, a la segunda o tercera vez que nos cruzáramos nos hubiéramos liao a palos.


Me gusta pensar que no es nadie en la música murciana si no te han echado nunca de un bar por culpa de Santos o te has montado una banda con Nacho (o al menos lo has intentado). De bares a lo mejor está todavía feo hablar, así que enumerad los grupos de Nacho con los que al menos haya llegado a sacar alguna canción en el local de ensayo.
Dr. Llueve: Ese Nacho que mencionan, je je, en estas latitudes es llamado Dr. Llueve, sease, un servidor; He tocado y hecho canciones con Pepsicolos, Pelacats, Muertos de Hambre, Blandiblú, Escombros de colores, Meteorito, Kaneda, Sandía/Sol, Mamá y Dadá, Transistor, Bici Ninja y… alguno más que no recuerdo. Un besito.


Decís que ‘121 goles’ es un álbum abiertamente emocional y que Llueve, capullo! es la historia de vuestra amistad. ¿Puede que, aunque nos hayan vendido otra cosa, no haya nada más punk que esto?
Sr. Capullo: Pues seguramente no lo haya, no. Más que como una estética determinada o una forma de hacer canciones, yo entiendo el punk como un vehículo expresivo en el que tienen cabida nuestras emociones más viscerales, ya sean positivas o negativas, todo lo que vaya de sentirte vivo. Y yo pocas veces he sido tan consciente de estar vivo como cuando toco con mi compadre el gorras.


Las referencias al Real Madrid en ‘121 goles’ son diversas. Si yo tuviera que comparar a Llueve, capullo! con un momento en la historia de este club, sin duda sería el primer paso de Camacho por su banquillo. ¿Cómo lo veis?
Sr. Capullo: Está bien, pero yo creo que la historia de nuestra generación es la del Madrid de Queiroz: un equipo que parecía que iba a salir en los libros de Historia con un pie de foto que hiciese alusión a semejante forma de sacarse la polla y que luego no se comió ni medio colín. Cuarto en liga, el Zaragoza ganándote la Copa y el Mónaco echándote de la Champions. Dime tú si esos no somos todos nosotros. Con respecto a Camacho, por cierto, quiero reivindicar que aquella destitución nos trajo con los años a un comentarista capaz de decir «tamién».


Una buena parte de las canciones de vuestro primer LP ya las pudimos escuchar en una demo ya no disponible en la red, ¿qué os llevó a hacer este borrón y cuenta nueva de temas?
Dr. Llueve: La primera grabación nos molaba porque fue orquestada por nuestro querido y solicitado Javi ‘Polémico’ Arnedo, en una tarde fatídica de emociones transformadoras, bochorno y precariedad técnica y creemos que el sentir de esa tarde está perfectamente encarnado en las grabaciones que comentas, que quedan ahora para uso y disfrute privado. Sentimos también que en los dos años entre grabación y grabación (2017-2019) mejoramos con la batería y guitarra y decidimos grabarlo con un alberqueño de dos metros e infinita paciencia. Tampoco hay mucho más.


Si os da por hacer como vuestros amigos de Pedriñanes 77 y aumentar la banda a formato trío, ¿a quién os gustaría fichar si Antonio Hidalgo rechazara la oferta?
Sr. Capullo: Solo hay dos opciones: o el Pepelu y entregarle sin contemplaciones los designios de la banda, o el de Tame Impala y pegarle pescozones. Que el Dr. o yo la liemos y que el de Tame Impala amague el lomo porque sabe que le viene un pescozón. Echarle la culpa de cualquier cosa. Que venga el Ruto Neón a un concierto nuestro porque sabe que toca el otro y que en medio de una canción paremos y lo echemos de la banda y Ruto se dé cuenta de que no lleva camino ninguno.


CROMO: «Nos identificamos con las bandas a las que les apasiona lo que hacen»

Siempre he tenido cierta fijación por las «microescenas», unas pocas personas montando un montón de buenas bandas de estilos similares en un entorno territorial limitado y en un periodo de tiempo determinado, como el hardcore de la Vega Baja o aquellas bandas de ‘maikeles’ de Alhama de Murcia y Totana a principios de este siglo. Si tengo que extrapolar esto a la actualidad, no me cabe duda de que debo nombrar a otras bandas murcianas como Nueva Generación, Sabotaje, Tumefactum, Incidente Tunguska o Pintauñas Negro. A estos nombres se unió hace unos pocos meses el de CROMO, la nueva banda de punk formada por Vanesa (Sabotaje, Absoluta), Manuel (Tumefactum, Pintauñas Negro) y Guille (Nueva Generación, Incidente Tunguska), que se estrenaba con una demo publicada en formato cassette el pasado mes de noviembre y con cuya entrevista quiero retomar la actividad después de la cuarentena.


 

En el momento de vuestra formación cada componente de la banda estaba tocando ya en otras dos bandas, ¿qué os llevó a iniciar la actividad con una tercera? ¿Qué os aporta cromo con respecto a vuestras otras bandas?
Pues lo de empezar a tocar con una nueva banda fue casualidad, ya que con el resto de bandas no estás siempre a tope y existen períodos de tiempo muerto en los que puedes aprovechar para tocar con otra gente. Empezar con CROMO nos ayudó a salir un poco de nuestra zona de confort, nos proporciona desaprendizaje en unas cosas y aprendizaje en otras.


En un primer momento, cuando se anunció vuestro primer concierto, que luego se aplazó, vuestro nombre era Tercera Dimensión, como una de las canciones de vuestro primer EP. Finalmente, en el momento del debut efectivo, os presentasteis como CROMO. ¿Por qué este cambio de nombre?
Porque el nombre lo elegimos a última hora, después, al tener más tiempo para pensar le seguimos dando vueltas hasta que nos decidimos por CROMO. Pero tenemos claro que si hubiéramos tenido otra oportunidad seguramente nos llamaríamos de otra forma.


Habéis dado a entender que vuestra nueva grabación no tardará mucho. ¿Os ha cundido este período extraño de encierro y desescalada?
La verdad es que sí. Aunque más o menos teníamos los temas planteados y este tiempo nos ha servido para darle un poco de vueltas a lo que teníamos (cosa que no solemos hacer), también hemos estado en casa sacando cosillas nuevas y en la desescalada nos empezamos a juntar para ensayar, ya que este verano entramos a grabar.


¿Cómo se consigue hacer el punk más sencillo que de costumbre?
No teniendo una pandemia de por medio que te permita pensar y repensar las canciones que vas sacando.


Aún estamos en un período de incertidumbre y es complicado hablar de conciertos con certeza. No obstante, ¿os habéis planteado cómo y cuándo será vuestro regreso a los escenarios?
Tenemos muchas ganas de tocar la verdad, pero eso no depende de nosotrxs. Nos han propuesto un par de cosas muy guapas para después de verano, pero tal y como está todo ahora mismo, no tenemos muy claro qué va a pasar.


Sin contar en los que tocáis, ¿con qué bandas de vuestro entorno local o estilístico os identificáis más?
Nos identificamos sobre todo con las bandas o personas que se curran su proyecto y a las que les apasiona lo que hacen.


Habéis entrado recientemente a formar parte de la familia Grabaciones Vistabella. ¿En qué va a consistir exactamente esta unión?
Principalmente, en apoyarnos mutuamente. Echarnos un cable para crear una especie de red y poder darnos cobertura en ciertos aspectos en los que cada cual tiene más facilidades. Básicamente, nosotrxs seguimos haciendo lo que nos da la gana y ellxs nos echan una mano en lo que necesitemos.