Úrsula Bravo: «La colectividad es la única forma que conozco para existir»

Úrsula Bravo (Murcia, 1988) podemos presentarla como activista, creadora audiovisual, investigadora cultural, podcaster, experimentadora sonora, educadora experimental o diseñadora gráfica. En definitiva, una artista multidisciplinar a la que nos complace poder dar voz en este espacio.

 

 

En alguno de tus perfiles públicos te defines, entre otras cosas, como activista. Creo que esto describe muy apropiadamente cómo enfocas tu trabajo, en el que actualmente conceptos como la ecología sonora o la conciencia auditiva tienen bastante peso. ¿En qué medida crees que la experimentación y la investigación sonora requieren de una implicación, que pueda ir incluso más allá del propio arte, a la hora de relacionarse con la realidad que nos rodea?
El arte es la perspectiva que construye los mitos colectivos, el uso de la imaginación que supera las fronteras de lo posible en la producción de objetos y hechos. No sé si te refieres a ir más allá del hecho material, sólido. El trabajo con el sonido siempre trasciende las dimensiones en las que estamos habituadas a desarrollar nuestro eje de percepción sensible con la realidad. Pero afecta inevitablemente a la forma en la que lo sólido y lo real se habita.
Dentro del activismo tengo que hablar de esta campaña, para la reducción de la huella de carbono en la industria musical, una campaña preciosa ambientalista. https://musicdeclares.net/gb/declaration
Y celebro gratamente la conquista legal que las compañeras han conseguido otorgando derechos a la laguna del Mar Menor. Gracias a Indirect Film por documentar el proceso.

 

En una entrevista reciente decías que tus trabajos no te reportan directamente experiencias de satisfacción, pero sí de catarsis. ¿De qué forma piensas que el arte sonoro y la experimentación auditiva sirven, tanto para quien lo crea como para quien lo percibe, para canalizar emociones o como elemento liberador respecto a otros aspectos de la vida cotidiana?
Considero que la experimentación con el sonido nos ofrece unas prácticas que abren lo suficiente la estructura de la imagen, dando campos de composición más libres, además de ser lo suficientemente abstracto como para superar las barreras de las palabras y construir diálogos con colectividades, que pueden ir más allá de nuestra especie. En la cualidad empática que tiene el sonido, estoy trabajando en un discurso poético que define esa característica, que gracias a un error tipográfico me trajo la palabra «infonía» (del catalán infondre, que es el participio de infundar), que me abre esta cuestión: ¿Cómo la onda mecánica sonora, en su deriva frecuencial, puede sintonizarnos a través de golpear la superficie permeable de nuestra piel, tan profundamente, con significados emocionales de manera colectiva? Como si fuera una placa de Chladni pero a nivel sensible.

 

«La desindividualización hacia lo colectivo reduce las posibilidades de colapsar», decías en esa misma entrevista en la revista ‘Who It’s Art?’. Iremos viendo a lo largo de este cuestionario cómo lo colectivo y las colaboraciones tienen gran importancia en tu actividad artística, pero para empezar, ¿cómo influye la colectividad en la formación de tu identidad creativa? ¿Y qué nos puedes contar del proyecto Las Petite Comité?
El otro día leía una frase por ahí que me pareció muy afilada. Se necesita una comunidad para criar a un artista. La colectividad es la única forma que conozco para existir. Pero supera las islas por afinidades o gregarismos.
Somos seres sociales, y la desindividualización no habla solo de superar el solipsismo con nosotros mismos como ego, sino que va más allá de la construcción cultural de lo que significa ser un humano, para acercarnos a la comunicación entre distintas especies. Habla de la superación de los límites culturales que definen nuestro ecosistema antropocéntrico.
El proyecto de Las Petite Comité (Isabel Flores, Eliana García, Puçanga, Úrsula Bravo) nació con la urgencia de empoderar a personas con distintas vulnerabilidades emocionales, que les impedían usar su capacidad expresiva en los espacios públicos por miedo al juicio de reclamar su lugar. Por no ser grandes instrumentistas, por no ser músicas ortodoxas. Era un espacio de reflexión en el que hablábamos sobre transfeminismos y creábamos discurso y práctica juntas. Pero se ha disuelto. El último ejercicio que realizamos fue en Samhain 2021, en el que propusimos una instalación sonora, en la que recopilamos discursos de distintas mujeres que expresaban su dolor ante las dificultades por ser mujeres. Afirmaciones como “claro, como tengo un hijo no me van a dar ese trabajo”. Enterramos un altavoz en el suelo, con la intención de construir una tumba simbólica de todas las muertas que por levantar la voz han sido asesinadas.
Aunque quizá vuelva a resurgir. Sigue siendo una práctica necesaria, siempre que encontremos espacios amables y afectivos que acojan estás prácticas. Porque Murcia, buf, no veas el cachondeo.
https://www.instagram.com/p/CWlQ84dq38O/
https://www.instagram.com/p/CVQfjRcsmWP/

 

Otro proyecto en el que estás involucrada es el Laboratorio Experimental Do Som de las Azores, dedicado al estudio de la naturaleza de la cultura aural, los paisajes sonoros y las múltiples formas en las que el sonido se puede usar. ¿Podrías explicarnos con más detalle en qué consiste el trabajo de este espacio?
Es un programa cultural que se activa con la potencia de cambiar lo que entendemos como realidad desde su distintas vertientes, desde las rítmicas de la sociología, antropología, estética, y se nutre de las corrientes filosóficas del nuevo materialismo, y algo de física experimental. De momento es un proyecto piloto que se va a intentar aplicar el año que viene con unos talleres de grabaciones de campo para la divulgación y práctica de la ecología sonora, estén atentos, será bonito.

 

 

Últimamente has participado también en varias residencias de arte sonoro (Lux in Tenebris, CAMPfr, Nomadic Soundsters, etc). Háblanos sobre tu intervención en estas y sobre planes futuros en esta línea.
En estas residencias, por ejemplo en Nomadic Soundsters, no conseguí aportar más a la colectividad porque estaba muy agobiada y estresada con algunos proyectos y lo tuve que dejar apartado a un lado dejando a mis compañeros…
Lux in Tenebris fue una experiencia muy hermosa, aprendí mucho con los mentores. Nos facilitaron trabajar en equipo para una gran producción, los juguetes, el equipo de personas, además de tener el lugar adecuado para reflexionar creativamente sobre lo que significa el mito católico siendo una mujer, y sobre cómo se utiliza el terror para construir su base de poder.
CAMPFR está simplemente increíble. He tenido la oportunidad de conocer, cohabitar e intercambiar experiencias con artistas impresionantes, como Aviva Rahmani, Chris Watson, la banda Deerhoof, Francisco López, Mark Feld, Zoe McPherson, Florence Peake, entre otrxs. Recomiendo encarecidamente los workshops de CAMPFR, son una experiencia única en su especie. Sus fundadores son lxs artistas más fabulosxs que conozco. Masters del arte relacional.

 

Las colaboraciones y residencias te están llevando a lugares como Budapest, los Pirineos franceses y catalanes, las islas Azores o Grecia. ¿De qué forma contribuyen estos viajes a la definición de tu faceta como creadora, investigadora y experimentadora?
Este año postpandémico y post trauma me está salvando de la extinción como persona. Soy una luchadora, pero casi me destruye. Así que agradezco al karma el flujo del movimiento que el arte ha agotado como inevitabilidad.

 

Otra parte importante de tu trabajo es el de la pedagogía experimental y sonora, las intervenciones educativas sobre paisajes sonoros. Imagino que entra en este campo la actividad de Paisajes Sonoros Murcianos. ¿En qué consistía exactamente? ¿Tenéis pensado repetirlo próximamente? ¿Tienes planificado realizar en breve alguna otra intervención pedagógica de este tipo?
En este taller trabajábamos la consciencia acústica interespecie, entendiendo nuestra huella sonora en el mundo y como, cuando entramos en el estado de escucha, nos molesta hasta nuestra propia especie, como la especie humana utiliza métodos violentos para comunicarse y como en la cultura occidental han sido eliminadas las practicas sensibles de reconocernos con el medio natural, y ahora en el poscapitalismo estamos intentando recuperar las formas en las que se relacionaban nuestrxs ancestros con la naturaleza y el territorio, entendiendo los ciclos, los biorritmos etc. Para el año que viene estamos preparando unos pequeños talleres con el proyecto 432Hz, relacionados con estas prácticas.

 

En lo relativo a tu faceta como creadora audiovisual, tus obras más recientes son ‘Survival’, una colaboración con Martín López, en la que él toca la batería y tú te encargas de los sintetizadores y el videoarte, y un tema de 12 minutos publicado a través del sello Vultureculture. En este campo (grabaciones, conciertos, performances, instalaciones, etc), ¿en qué estás trabajando ahora mismo?
Acabo de lanzar con Vultureculture Label un peque álbum llamado Clima (climate en inglés), en el que sintetizo paisajes sonoros naturales deformados que hablan de una atmósfera contaminada, y cómo resuenan los seres en este nuevo espacio no natural.
https://vultureculturelabel.bandcamp.com/album/climate
También estoy trabajando con mi amigo del que estoy enamorada como artista, Pablo Jordán, en un proyecto audiovisual, al que llamamos Cave. Aquí podéis escuchar el single que lanzamos en pandemia: 
https://youtu.be/EyjGBBUGU1g

 


 

Formas parte de la organización del festival de arte sonoro y músicas raras Samhain de Murcia que se celebra cada año el 31 de octubre (o fecha cercana). ¿Puedes contarnos algo sobre lo qué tenéis preparado para esta edición? Por cierto, ¿qué es el tecnochamanismo?
Por desgracia el año pasado fue la última edición. Utilizábamos la palabra tecnochamán como un neologismo que definía las prácticas rituales a través de formas contemporáneas de dispositivos tecnológicos.

 

He estado escuchando la última entrega de tu podcast en Tesla FM, Espace Plein, y me ha parecido un complemento idóneo para el resto de tu obra, una especie de diario o making of de la misma, al que llamas documental radiofónico experimental. ¿Qué más nos puedes decir sobre este? ¿Planificas sus contenidos o dejas que estos simplemente vayan surgiendo?
Son pequeños documentales autobiográficos. Muestran parcialidades abstractas de lo que habito durante ese mes de producción. Compongo la música que acompaña esas derivas y a veces se apoyan en textos que fundamentan mi discurso.
Va surgiendo, y como la vida es así de hermosa, muchas veces tengo el honor de que mi hábitat sonoro resuene con las manos de artistas preciosxs. Fue mi primer ejercicio seriado de piezas sonoras y estoy eternamente agradecida a Shak por su paciencia y dedicación.

 

He dejado para el final el diseño gráfico, que es tu formación original, pero no quisiera terminar sin hacer mención. Entre otras cosas has realizado diseños para el sello de música experimental vultureculture. ¿En qué otros diseños estás trabajando en la actualidad o has trabajado recientemente?
Pues gracias a mis queridos Andrés Navarro y Emilio Saura, que me propusieron la comunicación gráfica del festival de percusión Coper_accion, que se celebró a principios de septiembre en Cartagena. A los que no tenéis que perderle la pista, mueven y trabajan un flujo de composición contemporánea y pedagogías experimentales muy interesantes. También estoy editando un manual para la liberación económica, para compartir la hermosa paparajotería.
Murcia da un poco de asco, es muy difícil que te contraten en algún estudio si no eres lameculos, o que cuenten contigo para compartir trabajo. Eso sí, si transgredes te van a sacar hasta los ojos, pero olvídate de ver dinero.

 

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