2019 en diferido en forma de simulación. Parte 2

Aquí va la segunda entrega de esta lista de discos de grupos que no conocía antes de Navidad o al menos no había prestado atención a sus últimos trabajos. Si no sabes de que va esto, pincha aquí antes de comenzar a leer lo que viene debajo de la foto de El Puto Amo.

 

 

DHIDALAH ‘THRESHOLD’ (GURUGURU BRAIN)
Primer larga duración de este trío japonés. Cuatro canciones y 35 minutos de space rock, krautrock, stoner-doom y rock psicodélico, todo bien pesado e intenso. El nombre de la banda viene de la leyenda japonesa de los Dioses Gigantes, conocidos como los creadores de montañas, lagos e islas y de este disco han dicho que trata sobre la evolución de la raza humana y el comienzo del universo. Con estos datos ya podréis entender que les gusta dejarse llevar…

 


 

FATAMORGANA ‘TERRA ALTA’ (LA VIDA ES UN MUS)
La Fata Morgana es un efecto óptico por el que objetos que se encuentran en el horizonte adquieren una apariencia alargada y elevada, como si de ciudades flotantes se tratara en el caso del mar. Casualmente hace unos días este fenómeno se pudo ver en Barcelona, ciudad en la que viven Patrycja Proniewska, también vocalista de Belgrado, y Louis Harding, los componentes de esta banda que toma el nombre del mismo y que se estrena en larga duración con este ‘Terra Alta’, publicado por La Vida es un mus. Un disco de synthpop sosegado, gélido y minimalista que consigue atrapar desde la sencillez.

 


 

BRAIN TOURNIQUET ‘BRAIN TOURNIQUET’ (PAINKILLER RECORDS)
El nombre del grupo y la portada de este 7″ no podrían ser más explícitos. Hardcore extremo desde Washington DC para amantes del powerviolence y el grindcore, con algún ramalazo sludge. 10 canciones en menos de 10 minutos (y porque hay un tema de tres minutos y otro de dos). Grupos como No Comment, Crossed Out, Capitalist Casualties o Infest pueden servir de referencia.

 


 

CONTROL TOP ‘COVERT CONTRACTS’ (GET BETTER RECORDS)
Frenético y retorcido, así es el post punk que ofrece este trío de Philadelphia liderado por la bajista y vocalista Ali Carter. Después de una demo publicada en cassette en 2016, Carter rehízo la banda con la incorporación a la guitarra de Al Creedon (productor de la demo) y de Alex Lichtenauer a la batería, para estrenarse en larga duración con este ‘Cover Contracts’ a través del sello de su ciudad Get Better Records, en el que también han publicado bandas como Sheer Mag, Dyke Drama o Potty Mouth.

 


 

HANK WOOD AND THE HAMMERHEADS ‘HEADS’ (TOXIC STATE RECORDS)
En unos días tendremos girando por la península a esta maravilla del garage-punk desde New York City. El sonido de Hank Wood and the Hammerheads es sucio y a la vez sorprendentemente fresco, algo pegadizo que te hace vibrar en cada impulso. Vienen haciendo gala de ello desde hace ya unos cuantos años, con hasta cuatro discos largos a sus espaldas, aunque su edición más reciente es esta escueta «2-song cassingle», publicada a principios de 2019 precisamente para vender durante una gira y ya agotada en su versión física.

 


 

OUTER SPACE ‘INTO THE UNKNOWN’ (251 PROMOCIÓ CULTURAL)
Pulsar el play en este segundo álbum de Outer Space es como embarcarse en un viaje cinematográfico lleno de groove, que te lleva mentalmente hacia un mundo de clásicos de ciencia ficción y de películas de James Bond. La música instrumental (salvo una pequeña concesión) de este septeto barcelonés, catalogada como «afrospace» y en el que los vientos toman un protagonismo vital, bebe de la influencia del ethiojazz, el afrobeat y las músicas afroamericanas en general, como ellos mismos afirman, con notable gusto por el legado de figuras como Mulatu Astatke o Fela Kuti.

 


 

GONZO ‘DO IT BETTER AGAIN’ (ANTI FADE RECORDS)
«Gonzo aren’t punk, indie, shoegaze, psych, whatever. Gonzo are a rock band. And a real one». Y te recordarán a bandas clásicas como Gang of Four, Devo, The Saints o Easybeats, hermanándose con bandas actuales como Eddy Current Suppression Ring o Uranium Club. Una nueva muestra de la buena salud de la escena underground australiana, para cuya comprobación no es preciso ni salirse del catálogo de Anti Fade Records, responsable de la publicación de este disco, en el que encontramos a bandas como Civic, Ausmuteants, Parsnip, Alien Nosejob o Constant Mongrel, que nuestro gurú Pepe Llobregat recomienda constantemente con fervor.

 


 

clipping. ‘THERE EXISTED AN ADDICTION TO BLOOD’ (SUB POP)
Tercer álbum publicado a través de Sub Pop de este grupo de rap de Los Ángeles, formado por Daveed Diggs en las voces y William Hutson y Jonathan Snipes en la producción. Esto es un hip hop experimental, una especie de transmutación del horrorcore, un subgénero intencionalmente absurdo y de contenido lírico basado en el horror, cuyo origen encontramos a mediados de los 90. Un disco intenso, extraño e inquietante, desde el propio sonido hasta el mismo título y la portada.

 


 

SUSS ‘HIGH LINE’ (NORTHERN SPY RECORDS)
SUSS es un quinteto de country ambiental afincado en la ciudad de Nueva York y este es su segundo LP, con un 7″ intermedio entre ambos discos largos. Combinando mandolina, guitarra barítono, pedal steel, violín, armónica, dobro, teclados y loops abren una nueva vía sonora, una nueva mirada hacia el horizonte en el Oeste americano, siguiendo el legado de Ry Cooder, en un saco en el que también podríamos meter a Boards of Canada o las bandas sonoras de Warren Ellis y Nick Cave. Entre lo cósmico y lo ambiental, enormemente apropiado para los momentos de introspección en cualquier caso.

 


 

PREENING ‘GANG LAUGHTER’ (DIGITAL REGRESS)
Trío de Oakland, California, formado por Max Nordile (saxofón y voz), Alejandra Alcala (bajo y voz) y Sam Lefebvre (batería), que tras varias demos y eps publicados en los dos años previos, se estrenan en larga duración con este disco. Es básicamente punk, pero con la particularidad de que no hay guitarras y hay un saxofón acaparando protagonismo en su lugar. También podríamos hablar de no wave, pero con la costa cambiada. Podemos mencionar además el funk, el post punk o el free jazz, pero en realidad no se podría explicar como suenan Preening mejor que lo hizo Layla Gibbon en Maximum Rocknroll: «Este tipo de sonido podría ser un castigo, pero en cambio es un placer».

 


 

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