Josele Santiago: «El arte no tiene que seguir una agenda si el artista no quiere»

Josele es un tío que está de vuelta de todo, pero con la ilusión y la magia intactas. Poco vamos a contar nosotros de alguien cuyo grupo, Los Enemigos, lleva más de treinta años en la carretera y ha editado, además, cinco discos en solitario. Esta noche actúa en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia a partir de las 21 horas y nosotros llegamos por los pelos a publicar esta entrevista. Que hable el maestro.


 

El título de este disco lo asocias al mal, a un paisaje nada cómodo e incluso desagradable. Luego, prestando atención a las letras, todo empeora. Dejas claro que todo se va a la mierda y es irreversible. Es curioso que esta visión coincida con tu mejor momento a nivel personal. Igual era necesario y de otro modo no podrías haber parido Transilvania. ¿Lo ves así?
Pues no lo sé, no me lo he planteado nunca así. Simplemente voy escribiendo canciones y cuando encuentro que juntar una docena o así de ellas tiene sentido, aunque sea a un nivel intuitivo, las grabo. Además, el proceso de composición de un disco, al menos en mi caso, es lo suficientemente largo como para abarcar más de uno y más de dos momentos personales.


Dices que hay que cuestionarlo todo. ¿Crees que estamos más manipulados hoy en día que en otras épocas? ¿Somos más conformistas? ¿O es simplemente la misma historia siempre?
La historia se repite, eso es cierto, pero nunca ha habido tantos y tan sofisticados instrumentos ideales para manipular al personal como hoy en día.


¿Sigues firme en eso de que «la única responsabilidad que tiene el arte es conmover»? El siguiente paso debería ser concienciar. ¿Eso es imposible? ¿Siempre lo fue?
Yo sigo pensando que el arte no tiene que seguir una agenda si el artista no quiere. Otra cosa es como te posiciones en las entrevistas y las redes, ya que tienes esa oportunidad. Me encanta pescar versos en la realidad sociopolítica actual, es un magnífico caladero. Pero no me siento obligado a hacerlo. Es sólo que está ahí.


Estamos acostumbrados a ver músicos que, después de una larga trayectoria, se acomodan. En tu caso, sin embargo, siempre estás abierto a nuevas ideas. «Hay que ser consciente de que eres un eterno aprendiz y mantener la ilusión», reconoces incluso, y reivindicas que hay que echarle imaginación al asunto y no dejarlo todo al oficio. ¿En algún momento de tu carrera sentiste que te habías estancado?
Claro. Ocurre constantemente. Esa es precisamente la sensación que le empuja a uno a mover el culo, si se me permite la expresión.


En los discos de Josele Santiago siempre hay alguna/as canción que pensamos «esta podría estar en un disco de Los Enemigos». En este caso, nos pasa con «Prestao», por ejemplo. Cuando compones, ¿cómo vas mandando canciones al cajón de Josele o al de Los Enemigos? ¿Qué hace que una canción vaya a uno u otro?
En realidad no hago más distingos que los puramente musicales, si es que los hago. Quiero decir que si a una melodía le sienta bien un riff poderoso va directamente para Los Enemigos, pero hasta ahí hemos llegado. Intento centrarme en las letras y en las melodías, y el tema de si vestirlas de esta o de aquella manera viene después. La mayoría son intercambiables y depende más que nada del momento en que me pille.


Afirmas que lo importante es que las canciones resistan la prueba de la guitarra acústica. En los tiempos complicados que corren para la música en directo, se podría decir incluso que esto se ha convertido en algo casi imprescindible, ¿no?
Bueno, tampoco es tan imprescindible. Me encantan muchas canciones que son irreproducibles con una acústica. Sin embargo, es verdad que el formato folk cada día me gusta más. Me siento muy cómodo en ese terreno.


¿Cuáles son, en este sentido, las «trampas técnicas» que te permites en directo a la hora de interpretar tus canciones? O, mejor dicho, ¿cuáles son tus cacharros imprescindibles para subirte al escenario?
Ya ves, con una guitarra y una botella de agua me puedo apañar. Uso un modelo bastante raro de Martin, la Shenandoah, que es básicamente una dreadnought tipo D-35. En cuanto a las eléctricas, para Los Enemigos utilizo una Fender Telecaster y con mi banda prefiero las guitarras huecas con pastillas simples tipo P 90 como la Gibson 330 o la Duesenberg Hollow Body que llevo últimamente. Los amplis siempre Fender o similares, aunque me estoy planteando seriamente hacerme con un Vox AC30 o AC15. Ya veremos.


Pareces tener una estrecha relación con los productores y colaboradores de tus discos desde el inicio de tu carrera en solitario. Pese a que siempre mantienen tu sello inconfundible en giros melódicos, letras y demás, ¿cuál es la parte más permeable de Josele Santiago a la hora de afrontar un proceso de grabación?¿En qué te ha logrado meter más mano Raúl Refree en este disco?
Raül es un fenómeno, pero yo soy bastante estrecha, sabes. Es broma, hacía tiempo que estaba planteándome trabajar con sintetizadores y ahora que por fin estábamos trabajando juntos (hace ya más de diez años que nos lo planteamos) pensé que había llegado el momento. Sacó un montón de cacharros de los armarios de su estudio, pero no le dejé usarlos todos. La aportación de Raül ha sido fantástica a nivel de arreglos, que los hemos discutido mucho, y sobre todo en cuanto al sonido general del disco, donde le dejado hacer más entre otras cosas porque yo estoy sordo como una tapia. Ha conseguido una profundidad y un equilibrio acojonantes.


¿Por qué crees que debemos seguir a Xarim Aresté? Solo se te escuchan elogios para su música.
Bueno, me limito a recomendarlo. Escribe unas canciones maravillosas y sabe cómo interpretarlas. Realmente, Xarím Aresté es uno de los artistas más interesantes con los que yo me haya topado nunca.


Los escándalos de la SGAE «ayudan» a que cada vez más bandas y artistas opten por la autoedición de sus discos, libres de derechos, además. Hablamos de discos grabados en estudios profesionales y con una calidad evidente, no maquetas). Parece que es una realidad ya (e irá a más en el futuro) pero no tienen hueco aún en la prensa especializada, salvo excepciones. ¿Cuándo empezarán los medios a prestar atención a la autoedición? ¿Crees que se puede dar o el poder de las multis (incluso las independientes) hará que estos trabajos siempre permanezcan en el underground?
Las multinacionales y la música hecha por el simple placer de hacerla, con paciencia y dedicación, hace ya tiempo que transitan por caminos diferentes. Las excepciones, que las sigue habiendo, son cada vez menos.


Entrevista realizada junto a Romu López y Víctor Martínez para Tímpanos y Luciérnagas.

Satarra Festival: ‘Diecinueve horas de fiesta’.

Benidorm tiene el Fuzzville y el Funtastic. Valencia el Surforama y el Wáchina Wáchina… «¿Y en Murcia qué?», debieron pensar nuestros protagonistas de hoy. Así que, en vez de esperar a que alguien se decidiera a organizar algo así en nuestra región, después de muchos años pateando conciertos y festivales por todo el Levante español, se liaron la manta a la cabeza y decidieron crear ellos mismos el primer festival murciano de garaje, rock y punk: ¡El Satarra! ¡Desmadre asegurado!

Los que formáis la cúpula de este Satarra sois asistentes habituales de festivales y conciertos de punk y garaje, especialmente en el Levante español. ¿Qué os lleva a dar el paso al otro lado y convertiros en organizadores de un festival?
La idea de esto nació en Valencia, en un festival llamado Wáchina Wáchina, el cual organizan parte de Los Glurps. Simplemente queríamos hacer algo parecido en nuestra zona y el equipo del Garaje Beat Club suplió nuestra falta de experiencia en estos asuntos.


El cartel del festival es una nueva virguería del maestro Nasty Franky. Es de esas decisiones que caen por su propio peso, ¿no?
Ni dudamos en que fuera Nasty Franky, lo conocemos desde que abrió el Trémolo por sus carteles y sabíamos que su estilo era lo que pedía el Satarra.


En un festival de estas características supongo que todos los grupos del cartel tienen un peso más o menos equilibrado para vosotros como organizadores. No obstante, ¿hay alguno con el que os haga especial ilusión contar? ¿Cuál fue el primer grupo a por el que fuisteis una vez tomada la decisión de crear este Satarra?
Todos nos hacen mucha ilusión. Los Galleta por ser de aquí, los Come por la estrecha relación que tenemos desde hace un año, La Moto de Fernan porque no han venido nunca a Murcia y son la caña… pero todos y cada uno por lo fácil que nos lo han puesto para que esto pueda salir adelante. Quizás el primer grupo en el que pensamos fueran Los Chicos, en ese momento los veíamos muy a menudo. Cuando realmente la fiesta pasó de proyecto a realidad el cartel fue saliendo solo, tirando de grupos de amigos y conocidos.


Aunque estaba previsto que la fiesta empezara a partir de las 17 horas, horario de apertura previsto en la sala Garaje Beat, habéis sorprendido en estos últimos días con el anuncio de una prefiesta a la hora del aperitivo en el Bar Las Morcillas, con la actuación de Dead Elvis and His One Mane Grave. Como diría Matías Prats, ¿pero esto qué es? ¿Se os quedaba corta la fiesta?
Efectivamente, se nos quedaba corta. Habíamos pensado en quedar para almorzar el día del festival, nos ofrecieron a Dead Elvis and His One Mane Grave y poco a poco la pelota se ha hecho más grande. Incluso puede que haya alguna sorpresa más en Las Morcillas.


 

Fue la última confirmación, pero creo que desde el primer momento había idea de incluir un cabeza de cartel internacional. En ese aspecto, supongo que con cierta contención, se percibe que hay ambición por convertir el Satarra en algo grande. Al final, de la mano de Folc Records, cayeron Powersolo, que estarán de gira por la península. Se podría decir que los astros se alinearon bien, ¿no?
Al principio no había ninguna intención de traer un grupo internacional, en realidad. Ni de que nos fuéramos a diecinueve horas de fiesta. Pero Gerardo (Folc Records, Los Chicos) nos ofreció una banda que finalmente no pudimos cerrar. A partir de ese momento, un grupo internacional no podía faltar en el cartel, y con la ayuda del Turista y de Gerardo seguimos buscando hasta que finalmente se cerró con los Powersolo.


¿Hay alguna banda que se os haya escapado por poco para este debut y que tengáis ya entre ceja y ceja para una futura edición?
Entre ceja y ceja para la próxima edición no hay ninguna banda, pero sí que, con el cartel cerrado, pensamos en otras bandas que nos hubiese gustado tener. Si no nos arruinamos, no descartamos que algunas de ellas estén en una próxima edición.


Entre los djs encontramos algunos nombres habituales de las pinchadas levantinas, pero también alguna que otra sorpresa. ¿Hay algo que queráis contar sobre esta parte del cartel?
Tener al Turista capitaneando los platos para una primera edición es un lujazo. Domingo, el Pharaón y Danielo77 son amiguetes que no podían faltar. Los Odioalosglurps son una excentricidad de los muy grandes Les Ton Ton Macoutes. Y Maldita y Nereida van a debutar, como nosotros. Muchos se han quedado fuera, pero muy a nuestro pesar, el Garaje a las 7 dice que cierra…


Por último, pero no menos importante: presentáis esta primera edición del festival, ya de antemano, como “el mayor desmadre jamás visto a este lado del Río Segura”. Vamos, que no hay festival de garaje que se precie sin su buena dosis de crapulismo, ¿no?
La finalidad de todo esto es que los asistentes suden y que los grupos disfruten… ¡y para eso es fundamental el crapulismo!


Estrenos T&L: M76 ‘Una lección’

 

M76 siguen con la costumbre de convertir sus canciones en «videomontajes apropiacionistas». En este caso, nos entregan el correspondiente a ‘Una lección’, macabro quinto corte de su nuevo EP, ‘¡Muera la libertad!’, realizado por el infame Doctor Mike Poleman; y han tenido de nuevo la gentileza de dejarnos hacer el saque de honor.

 

Ya sabéis de qué va la cosa, garage-punk medio tabernero, medio psiconáutico. M76 a tope.

 


 

 

 

 

Podéis escuchar el albúm completo aquí mismo:
https://miranda76.bandcamp.com/album/muera-la-libertad

Estrenos T&L: M76 ‘Animal’

 

La nueva entrega de M76, titulada ‘¡Muera la libertad!’, está ya caliente, contiene seis canciones y, como ya ocurriera hace un año con su debut, este segundo EP ha sido grabado en los estudios El Miradoor de Alhama de Murcia y producido por Marco A. Velasco y la propia banda. Podréis escucharlo completo en breve, pero de momento, aquí tenéis un adelanto en formato videosingle, ‘Animal’, un latigazo garage-punk en toda regla.


¿Y quiénes son M76? Pues Jota Chillerovic (guitarra, voz), Carlos 77 (bajo, voz), Sergio Nicolei (batería, coros) y Gabi Holden (guitarra). Y según dicen ellos mismos, son «una banda de rock psiconáutico post-yeye que parte de la inmediatez etílica del himno de taberna para sumergirse en derivas más psicodélicas cuando el trip sónico lo exige. En sus canciones confluyen el garage-punk, el alt-country y el power-pop entre otras referencias sonoras». Yo no sabría describirlo mejor, así que no lo haré.


Aquí os dejo con ‘Animal’. A disfrutarla y a desgañitarse cantándola.


 


 

Incidente Tunguska. Segundo Round

Hace cuatro meses os presentábamos a Incidente Tunguska, la nueva banda formada por Bluemīnda (Tumefactum), Guillermo (Nueva Generación) y Fran (Mad Mao & The Tse-Tungs), y ahora, para celebrar el año nuevo, estrenamos ‘Semiconductor’, el primer adelanto de su ‘Single II’. Grabado, mezclado y masterizado en los estudios Central Esclavo (Alcantarilla), como su debut, mantienen su espíritu punk y su apuesta por el sonido oscuro del post punk y la dark wave, como muestra este anticipo. Adelante.

 


 

Conciertos: mi resumen de 2016

Que el primer concierto que vea seguramente este año sea de Futuro Terror es un arranque prometedor. Así que, ya que no hago lista de mejores discos del año, porque no me sale, diré que 2016 ha sido un buen año, a pesar de todo, de música en directo. He disfrutado por igual viendo, otra vez, a Neil Young rodeado de miles de personas y en un local de ensayo, apiñado junto a otras 30 personas, viendo a Fuêgo, Tumefactum y Sabotaje. Lo he gozado como hacía tiempo que no lo hacía viendo el show místico tribal de Schwarz y Triángulo de amor bizarro en el Lemon Pop me peinaron para atrás en su momento justo y en el modo apropiado. Rejuvenecí 15 años de golpe viendo a Milkhouse y viendo a la gente de Nueva Generación tocando y organizando giras propias y conciertos ajenos recuperé la esperanza en (una parte de) la humanidad. Mención especial para el bolo de Suicidas en La Madriguera, excelente espacio artístico. Me he perdido mogollón de conciertos en Alicante y a Perro yéndose al mainstream en Madrid, pero al menos pude ver a Jacco Gardner en la Stereo, a Isasa y Geoff Farina haciendo filigranas en un museo y un par de veces a los zagales en nuestra ciudad. Y otro par de veces a Octubre, que siempre viene bien. Aunque ya estaban descubiertos, hemos organizado movidas muy chulas con Los Pepsicolos, Garaje Florida y Alien Tango en Tímpanos y Luciérnagas y lo hemos hecho a nuestro aire, por el simple goce de hacerlo. Por fin he podido ir al Ruidismo, que es el mejor festival de Murcia, e incluso he vuelto a ir al SOS, para ver a Nueva Vulcano, aunque al final no los vi demasiado y sí acabé metido en un camerino sin saber muy bien cómo. Cuando tocaron Los Bengala y Triángulo de Amor Bizarro ya estaría yo durmiendo, pero no pasa nada, porque a los primeros ya los había visto en pleno esplendor en Microsonidos junto a Galleta Piluda y sobre los segundos, ya lo he dicho más arriba. El cierre del C-FEM volvió a ser maravilloso, sólo faltó un círculo de fuego para terminar de redondear el espectáculo de Bosco. Y hasta he visto dos veces a Mad Mao & the Tse Tungs: ¡Metal!

 

Alien Tango en Tímpanos y Luciérnagas

 

Alfonso Alfonso (Schwarz): «La nación subterránea es la de aquellos cuya voz intenta ser acallada»

En estos tiempos de consumo rápido y búsqueda de lo fácil, todo reconocimiento será siempre poco para todo un estandarte de la disidencia musical y el rock de riesgo como Schwarz. La banda murciana alcanza los diecinueve años en activo y, tras cuatro años de vacío, publica «Nación subterránea» (Goecia / Verlag, 2016), su noveno disco, insólito y espléndido, en el que Alfonso Alfonso, Juanma Martínez y compañía siguen haciendo cara a lo establecido, ajenos a lo convencional y a las voces dominantes. Larga vida a la nación subterránea.


 

Quizás estés harto de explicarlo, pero es un punto de partida inevitable: aparte de un homenaje a Julian Cope, ¿qué idea hay detrás de Nación subterránea?
La nación subterránea es la nación de lo que en política se llama disidentes y en religión herejes, y cuya voz intenta ser acallada por el pensamiento dominante y la dictadura de la mayoría, lo que es imposible porque esa voz resuena potente en el subsuelo. En cierto sentido y con los matices que se quieran, es la nación cuya historia glosó Greil Marcus en «Rastros de carmín».


En un momento en el que en la música casi todo tiende hacia caminos muy marcados, Schwarz parecéis cómodos en el underground, siguiendo un camino alternativo “a sangre y fuego”, y entregáis un disco “dirigido a la tribu subterránea”, más electrónico, más oscuro, más tribal… ¿Tendría razón de ser Schwarz si no escogiera caminar siempre por la senda complicada?
Se puede escoger el camino, pero no el destino, que es la verdad, musical o de cualquier otro tipo, pero la verdad. Y el camino que, en nuestro caso, nos lleva más directamente a esa verdad es este.


Desde nuestra perspectiva, siempre habéis estado bastante bien valorados en nuestra región por los medios y bien considerados por otros músicos. Sin embargo, dices que no hay bandas aquí de generaciones posteriores que se fijen en vosotros como ejemplo a seguir. ¿Por qué?
La respuesta está clara: a todo el mundo le gusta mirarse en el espejo del éxito y nosotros no lo tenemos. Aunque lo del éxito es relativo. Acabamos de publicar nuestro noveno disco, eso para mí ya es un éxito, aunque para personas más ambiciosas pueda parece un logro insignificante. Pero es cierto que estamos bien considerados aquí, especialmente entre los músicos. En cierto sentido nos hemos convertido en un grupo que gusta a los músicos y que el resto ignora.


Uno de los elementos de peso en este nuevo disco es la percusión, instrumentos como congas o güiros establecen un equilibrio en vuestras canciones con el cada vez mayor protagonismo de la electrónica y, en general, con los “germanismos” con los que siempre se os ha relacionado. ¿A qué se debe este nuevo toque “latino”?
A nivel superficial, a una voluntad consciente de acercarnos a sonoridades más acordes con nuestra cultura. A un nivel más profundo, a potenciar el sentimiento tribal que en cierto modo subyace a la idea de nación subterránea. Y a nivel lúdico, que también es importante, a que yo siempre he sido aficionado al bolero.


Cuando hablas de electrónica, haces hincapié en que su uso en las canciones no debe ser una “coartada moderna”. ¿Podrías desarrollar esta idea?
Es una idea que expuse a principios de los 2000 en una época en que multitud de grupos de pop estaban añadiendo arreglos electrónicos como una coartada moderna, ya que entonces la electrónica era lo más. Sin embargo, sus canciones seguían siendo lo de siempre, la electrónica no era más que cosmética que no tenía otra función que embellecer o, mejor, modernizar. Para mí, la electrónica dentro de un contexto pop (o rock, para mí es lo mismo, música popular) tiene que tener una función fundamental, tiene que ser algo sin lo cual la canción no funciona, o más aún, ni siquiera existe. Eso de que una buena canción tiene que poder ser tocada sólo con una acústica es una gran gilipollez. Es reducir la música a la melodía, y afortunadamente la música es mucho más que melodía.


Otra de las novedades de este disco es la incorporación de Fran del Valle (Perro) a la batería. Quizás para alguien que no conozca a Fran y no haya conversado con él sobre música no entienda a priori lo idóneo que es para Schwarz, ¿no?
Entiendo que lo dices porque lo conoces. Efectivamente, Fran es el batería idóneo para Schwarz en este momento, tanto por su forma de tocar como, sobre todo, por su amplitud de miras, que es algo fundamental para tocar en esta banda. De hecho, fue el primer batería en el que pensé para esta nueva etapa, aunque curiosa y significativamente (las casualidades no existen) fue él quien dio el primer paso.


De las percusiones en el disco se encarga Miguel Ángel Orengo, que se incorpora también a la banda en directo. Además, al menos en la cita de Murcia (17 de diciembre), contaréis con Raúl Frutos (Crudo Pimento). Estamos deseosos de ver cómo funciona en directo este engranaje. ¿Cómo surge esta colaboración?
Con Orengo viene de lejos, ya que estuvo a punto de ser el percusionista en el primer concierto que dimos, hace dieciocho años, en la sala Colors como teloneros de Manta Ray. Llegamos incluso a hacer varios ensayos pero al final él no pudo tocar y han pasado dieciocho años hasta que ha vuelto a surgir la ocasión. En cuanto a Raúl, la idea de incorporarlo partió de Fran, ya que sus otras bandas respectivas, Perro y Crudo Pimento, comparten o compartían discográfica. En todas los conciertos donde nos sea posible logística y financieramente vendrán los dos, pero en la mayoría de salas pequeñas sólo contaremos con uno de ellos para esta gira.


Aunque con la colaboración de Verlag, “Nación subterránea” está editado por Goecia, sello creado para la autoedición de los discos de Schwarz. ¿Os habéis planteado dar cobijo en el sello en un futuro a otras bandas para tratar de contribuir a que se abra el abanico de lo que consideráis músicas interesantes o vuestra experiencia pasada os tira para atrás a la hora de embarcaros en una faena así?
Absolutamente lo segundo. Salí muy escaldado de mi experiencia en Sandwich Records, y, aunque hoy día no cometería los errores que cometí en su momento, cometería otros. Tengo cierto criterio para seleccionar bandas, pero dirigir un sello es mucho más que eso, y en ese «mucho más» soy una nulidad.


Para terminar, aunque sabemos de tu escaso gusto por la «oficialidad» de la música murciana y aunque suene un poco a Lonely Planet, ¿podrías hacernos una pequeña guía de esa parte de la «nación subterránea” que reside en Murcia?
Pues no voy a dar nombres porque la injusticia de las listas es toda la gente que se queda fuera, pero, teniendo en cuenta el criterio expresado en la primera respuesta, cualquiera puede elaborar su propia guía. Y aclaro que esa no es una guía exclusivamente de bandas, locales, asociaciones o radios, sino, básicamente, una guía de individuos.


Entrevista realizada junto a Romu López, Víctor Martínez y Antonio Ayora para Tímpanos y Luciérnagas.

Bienvenidos, Incidente Tunguska

Si juntas al bajista de Mad Mao & the Tse Tungs, al guitarrista de Nueva Generación y a la cantante de Tumefactum en un estudio, ¿cómo sonaría?


 


 

Acostumbrados a coincidir en conciertos y a compartir escenarios, Fran (Mad Mao & The Tse-Tungs), Guillermo (Nueva Generación) y Teresa (Tumefactum) decidieron unir fuerzas y poner a prueba su afinidad. Lo que comenzó con la idea inicial de experimentar en el estudio, de forma paralela a sus bandas principales, acabó convertido en un EP de tres canciones, grabado, mezclado y masterizado en los estudios Central Esclavo (Alcantarilla), de donde han salido también algunos de las grabaciones de sus otras bandas, con el propio Fran a los mandos. Estrenamos aquí la primera de estas canciones, el punto de partida para este nuevo proyecto, cuya línea está claramente marcada por el post punk y la dark wave y clásicos como Décima Víctima, Joy Division o The Sisters of Mercy. «Música antigua para modernos», bromean. «Pero somos punks», advierten. Durante este próximo otoño oiremos hablar bastante de ellos.


 

Incidente Tunguska son:
Teresa, voz (Tumefactum)
Guillermo, guitarra y teclado (Nueva Generación; ex Bicihardcore, Mobilette)
Fran, caja de ritmos, punk console y bajo (Mad Mao & The Tse-Tungs; ex Deus Vult, Sudores de muerte, Sepelio oculto, Criaturas del Río Segura)

 

Milkhouse reestrenan ‘No hay control’. Adelanto de ‘La basura se esconde en los armarios de la cocina 2.0’

 

Después de despachar varios miles de copias de su segunda maqueta, de publicar uno de los mejores discos de hardcore punk de la historia de nuestro país (‘La basura se esconde en los armarios de la cocina’, Fragment Records, 2001), de patearse de arriba a abajo la península y de convertirse en una banda de referencia en la escena estatal, Milkhouse decidieron poner punto y final a su trayectoria a principios de este siglo. Hubo varios intentos de recomponer la formación tras la salida de la banda de su vocalista, Raquel, pero no terminaron de cuajar. Una pena. Más aún teniendo en cuenta que, aunque muchos no lo sabíamos entonces, dejaban grabadas varias canciones pertenecientes a la sesión de grabación del mencionado disco, a falta de la voz para poder ser publicadas. Una espina clavada para la banda cartagenera, que empezaron a quitarse, a pesar de encontrarse dispersos actualmente sus componentes entre Cartagena, Valencia y la ciudad sueca de Malmö y a pesar de haber transcurrido 15 años, en el momento en que decidieron reeditar el disco en vinilo incluyendo cuatro nuevas canciones, aquellas que estaban inconclusas, terminadas para la ocasión: dos inéditas y dos nuevas versiones de canciones ya publicadas en referencias previas. Esto se hará realidad después del verano, gracias a Culpable Records, corresponsable de la reedición junto a Fragment Records. De momento, para ir abriendo boca, nos adelantan una de estas cuatro canciones, la nueva versión de ‘No hay control’, uno de sus hits, publicado originalmente en la demo ‘Da Igual’ (Fragment Records, 1998).

 


 

Derrick presenta ‘Nonresistance Maneuver’

 

Después de unos años funcionando como Carson Blew, su cantante decidió irse de paseo. No es una forma de hablar, dejó la banda por el senderismo. Llegados a este punto, el resto de componentes de la banda decidió que era el momento de poner un punto y aparte en su carrera musical. Nueva voz, nuevo estilo, nuevo nombre. Había nacido Derrick.

 

A Quique Hernández (bajo; Hoax, Virtual), Miguel Ángel Fernández (batería; Hoax, Controversia) y Fran Abad (guitarra; Hex) se unían Pablo Morante (voz) y Alfonso Pérez Ripoll (guitarra; Hans Topo, Nahia), dándole un giro al sonido que había marcado su trayectoria en los últimos años, heredero del grunge y el rock de los 90, para recuperar influencias que ya habían estado presentes en sus proyectos anteriores y sumar nuevas referencias. Las canciones de Derrick fluyen con naturalidad entre el grunge, el metal alternativo y el stoner, situándose en algún punto dentro del triángulo que formarían Soundgarden, Deftones y Queens Of The Stone Age. Si les mencionas a Biffy Clyro, Hermano, Silverchair o Fumanchu tampoco te mirarán mal.

 

Muestra de ello es este, su nuevo single digital, «Nonresistance Maneuver», resultado de un día en AMA Studios entre comidas, cafés trucados y patatas fritas, con Antonio Navarro a los mandos. Lo componen dos canciones: Gandhi y Protest Song. Al habla Pablo Morante, vocalista de Derrick: «Maniobra de no resistencia es una táctica de protesta relacionada con la desobediencia civil, basada en el principio de no resistirse a la autoridad aún cuando esta sea ejercida de manera injusta. En ‘Gandhi’ este concepto se extrapola a un plano más existencial, dentro de una metáfora inspirada en mis experiencias en el mar, como surfista. Este término era perfecto para incluir la canción ‘Protest Song’, la cual critica el actual zeitgeist individualista que rige el comportamiento de la sociedad occidental, situando al hombre como eje, amo y señor del planeta Tierra. Aquí se recuerda que sólo somos animales, parte de un todo, dependientes de recursos finitos e influidos por cualquier forma de vida… remarcando la idea de que cada acción tiene su consecuencia».