Dare to be one of us, girl se autopresenta como «un webzine con el propósito de poner en valor el trabajo de nuestras artistas favoritas bajo un punto de vista inclusivo, reivindicativo y un poquico macarra». Y en esas lleva, con Ana Andújar siempre al frente, desde 2014, reivindicando el DIY, la diversidad, la hermandad y el amor por la creatividad. Pero seguro que ella te lo puede explicar mucho mejor que yo, así que entremos en materia…
Volvamos a 2014. ¿Cómo nace Dare to be one of us, girl? ¿Parte de una necesidad personal de expresarte, canalizándolo a través del feminismo, el DIY y la exposición del trabajo de tus artistas favoritas, o parte de tu activismo feminista, en búsqueda de un medio de visibilización para esta causa?
Todo empieza con la pretensión de calmar mis ínfulas periodísticas, que tenía bajo tierra al dedicarle tanto esfuerzo a la docencia. Me interesaba hablar de la cultura que consumía, punkarrismos y fanzines cuyo espíritu más macarra y auténtico personificaban mis amigas. Luego me di cuenta de que casi toda la atención se la llevaban los chicos, y a pesar de que en todos los saraos estaba rodeada de colegas que dibujaban, hacían fotos o escribían, ahí estábamos todas viendo a los patanes de nuestros novios tocar la guitarra en el 12&medio. Quería crear un archivo artístico de mujeres en Murcia para reconocer ese trabajo que por entonces yo pensaba que tenía poco crédito en la escenita y los medios (sí, esos dos que piensas) alternativos de la ciudad.
Por todo esto, el blog ya era feminista per se, y yo también he ido aprendiendo en estos años. En una de las primeras entrevistas que me hicieron contesté un montón de gilipolleces al respecto: me comió el síndrome de la impostora y estaba a la defensiva con las preguntas del chaval que se me puso delante y que yo creía solo iba a tocarme las narices. Le solté buenas perlas, como que a nadie le importaba Simone de Beauvoir y cosas así: la esencia de la idea sigo manteniéndola, pues para ser feminista no tienes que estudiar como si te presentaras a la Fulbright (véase el valor ideológico a la causa de personas mayores analfabetas), pero ahora puntualizaría. Leer y formarte, entender otros puntos de vista y compartir experiencias, siempre te harán más fuerte, sobre todo cuando el enemigo a batir se nos está poniendo farruco. El feminismo está además en desarrollo y cambio constante. Me he dado cuenta que el activismo blanco y universitario, como puede ser el de este medio, tiene que dejar espacio a otras voces y es un gustazo poder aprender de otras compas. También he visto que gracias a la turra estos años con ‘DareGirl’ algunos amigos y conocidos (remarquemos que «cuanti» más guay y moderno suele ser el espectro, «cuanti» más machismo te puedes encontrar) han cambiado su pensamiento y evolucionado con nosotras. La intención es estar presentes todo el rato, atender a la diversidad y no retroceder ni un paso.
Aunque en ocasiones cuentas con la colaboración de compañeras en el webzine, el grueso de contenidos del mismo llevan tu firma. No obstante, desde el comienzo has usado el plural mayestático en tus textos. ¿Se puede considerar esto una forma de sororidad? ¿Una invitación abierta a nuevas compañeras a formar parte del proyecto?
El webzine se nutre del trabajo de las artistas, mostrándolo y reivindicándolo, bien como reseña, post o entrevista. El curro es suyo, por eso para mí es imprescindible hablar en plural. Por lo demás, la puerta siempre ha estado y estará abierta a colaboraciones de amigas y desconocidas que saben bien el rollo de ‘DareGirl’ (básicamente, hablar de lo que te mole, y si tiene carga social, mejor). Somos una plantilla inestable y a la vez un club sólido. Hay gente que lo sigue desde el principio y eso también es colaborar y apuntalar el proyecto. Siendo una página que se hace desde la gratuidad absoluta, sin publi ni ataduras -nadie cobra ni paga una perrica aquí- tiene más mérito que todo artículo o colaboración, hasta la imagen de la página que debo en su día al Comodín de la Helvética y a Casa Chiribiri en los últimos tiempos, me ha llegado como una forma de apoyo, porque ellxs también conectaban con el proyecto. Mucha suerte la mía.
Toda disciplina (no solo) artística tiene hueco en ‘Daregirl’, pero diría que la música y la literatura son las que más peso tienen en el proyecto. ¿Es algo premeditado o simplemente van surgiendo así los contenidos?
Se me ve el plumero porque son las disciplinas que más me apasionan. Desde el principio lo sentenciamos en la web: esto no era un medio de información, sino un webzine totalmente subjetivo donde se hablaba solo de las cosas que nos ponían erectas. Al principio alguien comentó que el tono era demasiado buenista, porque solo se escribían críticas positivas, que nos gustaba todo. Pues claro, para poner peña a caldo ya tienes el twitter de Soto Ivars. La literatura y la música que encuentras aquí es la que me toca el corazón: lo mismo te vale para echarte a llorar en los brazos de tu bestie que te anima a salir hasta amanecer sin recuerdos en un carguero hacia Rota o te dan ganas de echarte a la calle a quemar cositas.
Repartes las publicaciones por días: música los lunes, literatura los martes, «arty» los miércoles… ¡y los jueves Murcia! ¿Piensa global, actúa local?
Era la idea principal, centrarse en Murcia. Y ocho años después no iba la cosa mal encaminada, porque sigue habiendo cantera en la que picar. Esta región tiene taras muy gordas respecto a la educación y la cultura, empezando por quien está al cargo y siguiendo por las políticas de amiguismo que solo dejan crecer a unxs cuantxs. Gracias al webzine he conocido a peña increíble, y seguro que hay artistazas que se me escapan, pero sigo con el objetivo de recopilar el talento femenino (por muy chusca que suene esa frase ahora) para demostrar(me) que Murcia no es tan rancia como a veces a nosotras mismas nos parece.
En 2019, para celebrar el quinto aniversario, publicaste un fanzine con un recopilatorio en cassette. ¿Tienes intención de repetir la experiencia?
Como fan incondicional de los fanzines, crear una versión física de DareGirl era algo que me hacía muchísima ilusión. Con todas mis taras sociales es una suerte que me rodee de personas que comparten esas ganas de llevar este webzine adelante. Empezando por Mati de Chiribiri, que es una gestora de locuras estupenda, pasando por las artistas que cedieron sin miramientos su obra (fotos, relatos y canciones, la mayoría inéditos y creados para este zine) hasta las amigas que siempre están ahí para apoyarte en los saraos y de paso gozarse una fiesta.
Precisamente ahora estamos a punto de repetir la experiencia con otro artefacto colaborativo que pone en valor algunas joyitas locales y que a la vez traspasa fronteras murcianas. Lo presentaremos muy pronto, a principio de año, y pinta guapante.
Has formado parte de nuestro programa de radio, ahora en standby, y has participado en alguna ocasión en el podcast Ruda FM. En estos tiempos de espacios multimedia y gente polifacética, ¿te has planteado la opción de ampliar Dare to be one of us, girl a algún formato audiovisual?
Para las personas que nos gusta escribir, escuchar nuestra propia voz o vernos en un vídeo oscila entre el pánico y la brujería. Estoy convencida que ‘DareGirl’ ha crecido lo suficiente para funcionar en directos y twitches varios, pero tenemos el hándicap de que soy una millenial posmoderna que se siente vieja de cojones, así que de momento nos veremos por escrito.
Otra cosa es sentarte con amigxs a charlar y hacer la pava, que básicamente era lo que más me gustaba de Tímpanos y Luciérnagas. Creo que el formato era una chulada, y los eventos de radio en directo por locales de Murcia, también apoyando a creadorxs y autónomxs fue algo muy grande que, por muchos stories que ahora caigan, yo no he visto después en la ciudad. Como todo lo que hacemos en esta casa, fuimos pioneros cuando a nadie le importaban un carajo los podcasts y se paró cuando despuntaba. Siempre hemos tenido mucho ojo para medir el éxito. Me gustaba mucho verme en mitad de ese divertido guateque cipotesco y lo echo bastante de menos. Respecto a Ruda FM, Irene Bebop fue la primera persona que me entrevistó y de ahí ya salimos colegas. Ella sí que hace una labor increíble, usando la radio como arma activista sin complejos y tratando temas sociales y emocionales, llevando el podcast a espacios que importan. En ‘Dare’ hacemos más feria, pero lo suyo sí es marcar la diferencia.
Otro de los proyectos en los que estás involucrada es el Club de Lectura Feminista de Murcia. Cuéntanos algo sobre este.
El Club de Lectura ha supuesto pasar de lo digital a lo físico en todas sus formas. Tomando la iniciativa del club de La Tribu en Sevilla utilizamos el webzine para crear dos grupos de lectura que han crecido sin parar, llevándome a conocer a tipas maravillosas, hablando de socias y autoras. Se ha convertido en batallón de terapia, juergas muy locas y amistad salvaje. Leer, a veces, también leemos.
Ya que estamos a final de año, a modo de recapitulación, aprovecha para recomendarnos tus favoritos del 2021, ya sean obras, eventos, etc.
Precisamente hemos andado jodidas de eventos en vivo, esos conciertos o presentaciones que es lo que más hace conectar con las artistas. Quedándome en lo nacional, sí que han pasado cosas que te hacen conservar la esperanza en otro tipo de cultura. El centenario del nacimiento de Carmen Laforet ha acercado su novela “Nada” a un tipo de público distinto, y en nuestro club fue un verdadero bombazo. También fue de traca la presentación en Murcia este noviembre de ‘Feminismo Bastardo’ de María Galindo, esclafada patiabierta en el púlpito de la Facultad de Derecho de la Merced, seguramente en el mismo donde otros señoros sentaron cátedra con sus santos testículos. He tenido la inmensa suerte de entrevistar, y hasta hacer amistad, con la cantante y poeta Laura Sam y la ilustradora Ilu Ros, dos talentazos que podemos llamar “nuestras” y que han creado las obras del año, lo que será el disco de electrónica y spoken Word de la primera, y la biografía ilustrada ‘Federico’ de la segunda. Lo que más he echado de menos ha sido la música en directo, pero aún así han habido alegrías: las Tiburona se marcaron bolazo en el Watusi de Valencia, demostrando que se puede ser igual de cafre que sus compañeros de cartel; el Funtastic de Benidorm sobrevivió con su versión “rara” y lxs valencianxs “Podium” aprovecharon su oportunidad, estableciéndose su vocalista Africa Mansaray como frontwoman indiscutible; y mención especial para el Ruidismo de Bullas: top de bandas con presencia femenina (de las leyendas Iluminados a las fresquérrimas Lisasinson) sin necesidad de medir cuotas ni hacer “escenarios especiales támpax”. Esperemos tener mucho más material para el 2022.
Para terminar, ¿para cuándo lo de dar el salto al otro lado y montar tu propia banda?
Con la de bandas de tíos que he visto que sonaban como el culo, no sé por qué todavía me importa mi falta de talento musical, pero algo de eso pesa. Con todo, quede aquí abierta la convocatoria de “cuanto peor, mejor”: amiga, montemos una banda.