Edi Pou (Vivalanumeración): «La música popular puede ser tan compleja como la culta»

Edi Pou es un músico que, sin sacrificar ni un ápice de calidad en la ejecución de sus canciones, siempre demuestra originalidad, capacidad de sorprender y, en el buen sentido de la palabra, extravagancia. Llevamos ya un buen puñado de años pudiendo disfrutar de esta faceta suya en Za! y Los Sara Fontan, grupos en los que, entre otras cosas, se encarga de tocar la batería. Su otra faceta es la de periodista y desde 2018 podemos gozar de lo que supone extrapolar su carácter como músico a la radiodifusión en Vivalanumeración. Este es un programa de radio en el que Edi, de una manera increíblemente amena, nos deleita con su buen gusto y sabiduría sobre música, con especial atención a las canciones con características rítmicas peculiares.

 

 

Esta es ya la cuarta temporada del programa, pero creo que la peculiaridad del mismo permite remontarnos a su origen. ¿Cómo surge la idea de hacer Vivalanumeración? ¿En qué momento decides hacer un programa de radio dedicado a patrones rítmicos poco frecuentes?
La idea surge de mi trastorno obsesivo-compulsivo por clasificar. Antes de hacer el programa, ya configuraba listas ordenando las canciones por sus características rítmicas o tonales, independientemente del estilo y la época. Me gusta contar y analizar la música por dentro, es otra forma de gozar de ella. Quizá por eso me gusta tanto el minimalismo de gente como Steve Reich o Terry Riley, porque su música (muy influenciada por la polirritmia de la música popular africana) se basa en el cruce de compases, en crear texturas donde el cerebro intenta encontrar dónde está el “uno”, pero la respuesta a esa pregunta es múltiple y cambiante.
Dicho esto, cuando me propusieron de hacer un programa para la red de radios comunitarias de Barcelona (XRCB), sólo tuve que poner palabras entre los temas de esas listas que ya tenía. Una vez me puse a hacerlo, me di cuenta de que disfrutaba compartiendo mi trastorno, y de que había otra gente que disfrutaba escuchándolo.
Otro motivo por el que decidí centrarme en la estructura de la música por dentro es la voluntad militante de ignorar la música por fuera, de no centrarme en estilos, en escenas, en modas, en ghettos culturales… Creo que deseaba mostrar, con ejemplos, que la música popular puede ser tan compleja como la culta, o que culturas muy distintas comparten patrones similares.

 

Aunque has demostrado que en esto de los ritmos no hay prácticamente límites, en esta cuarta temporada has decidido dar un pequeño volantazo y reinventarte radiofónicamente con una serie de capítulos temáticos (con ritmos impares siempre, eso sí) y nuevos y sorprendentes giros narrativos. ¿Sentías que se había agotado la fórmula?
Sí: antes de empezar la temporada pensé que no quería repetir un año más de programas clasificados por compases y ritmos. Me aburría la idea, e imaginé que las numerarias y numerarios que escuchan el programa también se aburrirían. Aproveché 10 días de confinamiento «covidiano» en pleno agosto para repensar la fórmula y decidí clasificar las canciones en base a las sensaciones que nos producen. Misterio, rabia, euforia, calma, espiritualidad… Una fórmula que me permitía, una vez más, superar la barrera de estilo, época, escena musical. Eso sí, todas las canciones tienen que poseer alguna de las peculiaridades tratadas en las temporadas anteriores: cambios de ritmo, compases impares, polimetrías, notas infinitas, música sin ritmo alguno, música con cambios de ritmo constantes…
En cuanto a los “giros narrativos”, también empecé a aburrirme de mí mismo, de mi voz, de hacer de periodista radiofónico musical al uso. “La siguiente canción es un melocotonazo”, yatusabes. Como no trabajo en Radio 3, me puedo permitir probar formas distintas y absurdas de presentar las canciones, trucando mi voz, grabando cinco voces que gritan al unísono, hablando conmigo mismo, o conversando con un lector de texto robótico. Y a la buena gente de Radio Primavera Sound no sólo les parece bien, sino que lo celebran.

 
Siendo un programa de periodicidad mensual, más que el proceso de grabación, que también daría para hablar (sobre todo después de escuchar los programas más recientes), me gustaría conocer cómo es el proceso de preparación de un capítulo de Vivalanumeración. ¿Hay canciones que ya tengas en mente antes de incluso de empezar a idear un programa? ¿Cuánto tiempo te suele llevar completar el setlist? ¿Decides el tema de cada programa cada mes o los tienes ya decididos y ordenados al principio de cada temporada? ¿Sueles recordar con facilidad canciones que se ajusten a cada capítulo o te cuesta dedicarle unas cuantas horas a escuchar y hacer cuentas?
Para empezar, las listas están ahí, antes de que existiese Vivalanumeración, y se van agrandando cada día, cada vez que descubro una canción con un patrón rítmico interesante. En las tres temporadas anteriores, la temática de cada programa ha funcionado así: cuando una de estas listas tenía suficiente buen material para convertirse en programa, la convertía en episodio. En la cuarta temporada, en cambio, he hecho una enumeración previa de 11 sensaciones musicales que voy tratando mensualmente, episodio a episodio.
Antes de grabar, le destino un día entero, o dos, a configurar un setlist que sea suficientemente diverso, investigando músicas que no son tan cercanas a mi background musical, que es el rock experimental. Es ahí donde disfruto más, aprendiendo nuevos sonidos, documentándome sobre otras épocas, sobre culturas musicales infrarrepresentadas… Aprendo mucho haciendo este podcast, y esa es quizás la mayor recompensa.
Grabar es siempre rápido, sin muchas segundas tomas. John Coltrane decía que la primera toma era casi siempre la buena. En mi caso, no es que la primera sea buena, es que la segunda toma es peor que la primera, y la tercera es peor que la segunda. Así que me quedo con la primera.

 

 

En el pasado, en algunas entregas, exploraste la opción de los remixes, creando tus propias remezclas para ajustar canciones populares al ritmo que tocara en cada ocasión. ¿Es algo en lo que te hayas planteando profundizar más en próximas temporadas? ¿Y fuera del programa?
Los remixes impares (como convertir un tema de Nirvana, Sinatra, Billie Eilish o Bad Bunny a compás de cinco) son muy divertidos de hacer, pero también me aburrí del chiste y en esta temporada no lo estoy haciendo. A ver qué ocurre en la próxima…

 

Este es un programa que lleva aparentemente una carga de investigación alta, lo que desde mi punto de vista lo convierte ya en algo gratificante de hacer. Pero por concretar, ¿qué has descubierto gracias al programa que te haya sorprendido o agradado especialmente?
He descubierto muchos artistas, palos tradicionales, escenas enteras, que si no me hubiese puesto a investigar para el programa seguirían siendo desconocidas para mí. Eso es un regalo inmenso. Recuerdo descubrir y devorar toda la música de Meredith Monk (y preguntarme por qué no la conocía antes y sí conocía a tantos colegas suyos, todos hombres), o fascinarme con la música tradicional tanto de los Bosavi de Papúa como los pigmeos Mbuti, un amasijo de polirritmias muy simples a nivel individual, pero complejísimas cuando las escuchas en conjunto. Es una metáfora que me encanta y que nos recuerda que para hacer música increíble no hace falta tener una técnica increíble, sino estar dispuesto a escuchar, a poner atención y dedicación al colectivo.

 

Supuestamente has grabado entregas de Vivalanumeración, al menos en parte, en un coche en marcha, viajando en tren e incluso en medio del bosque. ¿Cuál es el lugar más raro en el que has grabado o ideado algo para el programa? ¿Hay algún lugar peculiar en el que te gustaría hacerlo?
La mayoría de estos programas en sitios curiosos fueron grabados así… ¡por necesidad! A menudo, la fecha de emisión del programa se acerca y me encuentro de gira. El del tren fue porque me iba a Suiza con Los Sara Fontan, otro en el que estoy de paseo por una ciudad me encontraba en Alemania con ZA!… Siempre intento aprovechar estas circunstancias y sacarle partido: por ejemplo, cuando me iba a tocar con ZA! & la TransMegaCobla a Huesca y compartía coche con Tarta Relena, el día anterior me preparé la playlist de sólo voces y percusiones para comentarla con ellas mientras conducíamos, y luego convertirlo en el episodio “Voces y Percus” de Vivalanumeración.

 

Hablemos de otros podcasts. Aparte del tuyo, entre mis favoritos actuales están ‘Pop y muerte’ (de Kiko Amat y Benja Villegas, también en Radio Primavera Sound), ‘Media Offline’ (de Carlo Padial, para Playground) y, uno que empecé a escucharlo cuando lo recomendaste en el programa, ‘Infrashow’ (de Miguel Noguera). ¿Qué otros podcasts recomendarías tú?
Me gustaría que hubiera más podcasts de música arriesgada, y si los hay, no los conozco. Uno de los pocos podcasts musicales que escucho cada semana es el Independent Music Podcast, donde en cada episodio presentan 10 nuevas canciones muy variadas entre sí, pero todas comparten ese riesgo, esa sorpresa, esa apuesta fuera de lo normal que agradezco.
En Radio Primavera Sound -donde se emite Vivalanumeración- creo que Andrea Gumes y Ana Pachecho son muy muy buenas abordando cualquier tema con frescor, rigor e inteligencia. Fuera de la música, otro podcast que escucho casi cada semana es Today in Focus de The Guardian: 30 minutos diarios centrados en sólo UNA noticia, tratada a fondo y con especialistas.
Y bueno, luego está el Infrashow de Miguel Noguera, que para mí no es un podcast, ni son episodios: es una performance artística de envergadura que se extiende en el tiempo. Tengo la suerte de haber trabajado y actuado con él hace años, y en momentos de flaqueza del Infrashow -porque es una apuesta dura y desagradecida- le he escrito algún Whatsapp para decirle que, para mí, lo que hace en el podcast con las palabras es lo mismo que hacía Cecil Taylor con las notas: improvisación libre. Pero no free jazz, sino una libertad REAL que supera los estilos, que se vacía totalmente de contenido, que no es nada que se haya dicho antes, porque no se está diciendo absolutamente NADA. Es una obra de arte, es un tratado de filosofía wittgensteniana y al mismo tiempo es un chiste malo, tedioso y que se está alargando mucho.

 

 

El otro día estaba en casa de un amigo y encendió la radio. No recuerdo cuando fue la vez anterior que había escuchado un programa de radio en directo en esta era de contenidos a la carta. De las emisoras de radio convencionales lo poco que consumo son programas como Las Noches de Ortega, La Vida Moderna o Nadie sabe nada, que son programas para nada convencionales, grabados y, salvo el primero, con más espectadores que oyentes, porque se emiten en Youtube. ¿Cuál es tu caso?
Pues yo escucho muchísima radio en directo. Soy adicto a Catalunya Informació (que es como la Radio 5 Todo Noticias de la radio pública catalana), la escucho a diario. Cada 30 minutos repiten las noticias, y yo quizás las escucho en bucle 4 veces. Otro trastorno obsesivo-compulsivo. Además, mi coche es viejo y no tiene bluetooth ni nada, por lo que casi cada día me doy una vuelta por la FM y caigo en Cadena Dial, MaximaFM, Rac1, la SER, etc. He trabajado más de 10 años en radios convencionales haciendo directos y me siguen gustando. Eso sí, también he trabajado muchos años en programas de humor y hoy en día no puedo con ellos: haber sido guionista de humor -bajo la presión de las audiencias, los nervios entre bambalinas y las mierdas de los directivos- me ha producido un efecto rechazo que me impide reír con alguien que pretende hacerme reír.

 

Ya que estamos, recomiéndanos algunos discos que estés escuchando últimamente en el que predominen los ritmos impares, los polirritmos o los patrones atípicos en general…
A ver, lo primero que me viene a la mente son los King Gizzard & the Lizard Wizard, que van a disco por semestre, y todos ellos plagados de ritmos impares, juegos tonales… De discos no sabría decirte muchos ahora mismo, pero el año pasado presencié una velada con tres propuestas repletas de ritmos impares que me voló la cabeza: Yegor Zabelov (acordeonista bielorruso que trabaja con loops y con emoción profunda), 13 Year Cicada (quizás mi grupo europeo favorito, math-pop arriesgado y fresco) y Hassan K (solista francés-iraní que hace surf-metal-árabe la guitarra, un clarinete MIDI y un mando de la Wii, el mejor concierto para el fin de una pandemia).

 

Para terminar, frivolicemos un poco: ¿A qué renunciarías para evitar un mundo en el que solo hubiera canciones en 4×4?
Renunciaría a tocar la batería -lo que más me gusta en el mundo- si todas las baterías del mundo sonasen en ritmos impares. Entonces, me pillaría un teclado muy simple en el Cash Converters y haría melodías muy tontas, de 4×4 todas, mientras los ritmos de las baterías se van descabalgando y cabalgando de mi melodía, en modo polimétrico, cuatro contra cinco, cuatro contra siete, cuatro contra once, cuatro contra Pi… Y así podría estar hasta el amanecer de los tiempos, feliz.

 

Unas cuantas canciones favoritas de 2022. Marzo

Aquí va la lista de mis canciones favoritas de este pasado marzo de 2022.

 

 

YOLA ‘Diamond Studded Shoes – Reimagined’
Aunque lo descubrí por casualidad y en el último momento, ‘Stand For Myself’ (Easy Eye Sound, 2021) de Yola se convirtió en uno de mis discos favoritos del año pasado. El “retro country soul with bite” (The Guardian) y la poderosa voz de esta británica afincada en Nashville me cautivaron casi a primera escucha. Este año ha lanzado como single una nueva versión de la canción ‘Diamond Studded Shoes’ y claro, se ha convertido en una de mis canciones favoritas del mes.

 


 

COMPRO ORO ‘Tiempo’
En realidad esta canción la conocemos desde hace bastante tiempo, pues se publicó como single en octubre de 2020. Pero como el pasado mes de marzo vio la luz por fin ‘Estarantos’ (Desorden Sonoro, 2022), el nuevo disco de Compro Oro, que la incluye, aprovecho para recomendarla. Es mi canción favorita de la banda almeriense.

 


 

MAUSOLEO ‘Un testigo’
Las canciones de Mausoleo son de esas que ganan con cada escucha y para muestra este adelanto de su nuevo disco, que publicará Humo Internacional durante 2022. Lo del trío ha sido descrito como «devotional punk», que vendría a ser post punk de toda la vida, pero con una carga extra de oscuridad, emotividad e intensidad.

 


 

YAWNERS ‘Rivers Cuomo’
La banda liderada por Elena Nieto es una debilidad en esta casa desde sus primeros singles y en más de una ocasión se ha gritado en grupo aquello de «creo que te llama tu madre por el hueco de la escalera, creo que está gritando tu nombre por el hueco de la escalera». Así que se celebra con devoción cada adelanto de ‘Duplo’ (Montgrí, 2022), como esta canción dedicada al cantante de Weezer.

 


 

MONOPHONICS ‘Warpaint’
Creo que nunca había escuchado tanta música soul concentrada en tan poco tiempo y gran parte de culpa la tiene Colemine Records. El sello de Ohio será el encargado de publicar ‘Sage Motel’, el quinto disco de la banda californiana de soul psicodélico liderada por Kelly Finnigan, y este pinta así de bien. Soulful sounds para todos.

 


 

PINCH POINTS ‘Am I Okay?’
Raro es que pongas un programa de MRR Radio y no eches algún grupo nuevo a la buchaca. Uno de los últimos que he descubierto gracias al mítico radio show con sede en Oakland, California, es este cuarteto australiano. Publicado en marzo, ‘Process’ (Exploding In Sound Records, 2022) es el segundo álbum de los de Melbourne y ‘Am I Okay?’ es una de las canciones que seleccionaron como adelanto del mismo. Por no decir que todo es post punk y atendiendo a las etiquetas que la propia banda indica en su página de Bandcamp, llamémoslo «turbo-punk».

 


 

screensaver ‘Clean Current’
Háganle caso a mi amigo Bigote Letal, él ya dijo hace tiempo que había que escuchar a screensaver. Con su disco debut aún fresco, la banda de synth-punk de Melbourne (Australia una vez más, claro) acaba de publicar, de la mano de Upset The Rhythm, un nuevo 7″ con dos canciones. Esta fue la primera que dieron a conocer.

 


 

ROTTEN MIND ‘Lose Lose’
Que viva el punk sueco. Rotten Mind, en activo desde 2015, combinan el melódico punk 77 con toques de dark wave e incluso de garage rock, para dar forma a verdaderas colecciones de hits como su más reciente ‘Unflavored’ (Lövely Records, 2022), el quinto disco en la trayectoria de la banda de Uppsala. He seleccionado este ‘Lose Lose’ para la lista, pero realmente podría haber escogido casi cualquier canción del álbum.

 


 

NEUTRALS ‘Gary Borthwick Says’
Allan McNaughton (guitarra y voz), oriundo de Glasgow, llegó a principios de siglo a San Francisco y empezó a tocar en diversas bandas de punk de la Bay Area, hasta llegar a Neutrals en 2016. En este trío de mod-punk coincide con el batería Phil Lantz y el bajista Phil Benson. ‘Bus Stop Nights EP’ es su tercer 7″, después de un LP y dos cassettes promocionales, y esta es su canción principal.

 


 

RUDIMENTARY PENI ‘Blind Dogs’
El año pasado Sealed Records, subsello de La Vida es un Mus (Reino Unido), publicaba ‘Great War’, nuevo disco de esta mítica banda de deathrock de los 80. En este año le han sucedido las reediciones de su EP homónimo (1981) y del LP ‘Death Church’ (1983). A la primera de estas reediciones pertenece esta canción, una de mis favoritas de su discografía.

 


 

PARK ‘Réveil Heureux’
El cuarteto francés Park es la unión de Frànçois & The Atlas Mountains y Lysistrata, que aprovecharon el parón pandémico para dar forma a un nuevo proyecto musical. Un punto de encuentro entre el indie pop y el post hardcore de uno y de otros, que se ha estrenado este año con un disco homónimo (‘Park’, Vicious Circle, 2022) y con esta canción como primera referencia.

 


 

black midi ’21st Century Schizoid Man’
Para cerrar este listado, solo diré: ¡Vaya pedazo de versión de King Crimson que se marcan black midi en su EP de versiones! (‘Cavalcovers’, Rough Trade, 2022).

 


 

Hogar: “Ya no distinguimos entre nuestros intereses y nuestras necesidades”

Chimo (guitarra y voz), Javato (bajo y voz) y Oliver (batería y voz) son Hogar, un trío valenciano que factura el mejor punk que te puedes encontrar en la actualidad por estos lares. Elocuente e inconformista, Chimo atiende nuestras preguntas.

 

 

Casi dos años después de grabarse, pandemia mediante, se puede escuchar vuestro primer disco (publicado por Mata La Música y Flexidiscos). Para la edición física en vinilo aún faltan algunas semanas, el pre-order está abierto. ¿Cómo ha sido lo de tener vuestras canciones grabadas tanto tiempo y no poder mostrarlas?
Hogar se forma de manera muy natural y rápida, tres colegas que teníamos que acabar sí o sí tocando juntos. Sacamos los temas bastante rápido, sin letras, y decidimos grabarlos. Con la mala suerte de que los cabezales de la grabadora estaban dañados y la grabación queda con una ondulación rara que conforme avanza la cinta se va haciendo más notoria.
De repente nos mandan a casa. Todo mal.
Bajo el poder de la soledad y los pensamientos más limítrofes nacen las letras de Hogar. Ya se va complicando el proyecto y al salir de la cuarentena volvemos a grabar.
Por un lado la impotencia de no poder tocar y sacar de la casa todo eso que lleva uno dentro va apalancando cada vez más el proyecto y haciéndolo más distante… hasta el punto de sufrir disociación, querer cambiar las letras y cosas de esas. Desmotivación total.
Ya todo vuelve a la normalidad, y los amigos nos animan a mover el disco. Entra de nuevo el gusanillo. Van apareciendo conciertos. El hecho de tener eso ahí parado y de cogernos y decirnos: “oye, peña, ¿esto qué?”. Y lo más importante de todo, lo que nos da la última fuerza, es el apoyo de Flexidiscos y Mata La Música. No hay nada que nos haga más felices que dos amigos de forma altruista confíen en nosotros y nos acompañen en el proyecto.
Perdón, respondiendo a tu pregunta: pues ha sido hasta un alivio tardar tanto en sacarlo.
A veces es algo tan personal que uno piensa si es bueno o no exponerse emocionalmente de manera tan directa a que la gente sepa lo que hay dentro de ti. Demasiadas pistas. Hoy en día estoy totalmente orgulloso de esto. O no.

 

El disco lo grabó Nick Trampolino (Cuello), lo mezcló José Pazos (Futuro Terror) y lo masterizó el australiano Mikey Young (Eddy Current Suppression Ring, Total Control), músicos y supongo que (al menos 2/3) amigos. ¿En qué momento tuvisteis claro que queríais que se encargaran ellos?
En el caso de Mikey Young, somos muy seguidores del movimiento que hay en Australia y especialmente de ese hilo de grupos relacionados como Eddy Current, UV Race, etc. Pensamos que sería un buen plan masterizarlo con él. Pero hoy en día, viendo los resultados, casi que hubiéramos elegido a alguien con una trayectoria más punk. Eso no quita que estemos orgullosísimos del trabajo. De hecho para cosas tipo Total Control sería un candidato estupendo.
En cuanto a Nick, tiene su estudio portátil y ha sido siempre el candidato por excelencia, puesto que hace muy bien su trabajo. Y José, sabiendo cómo trabaja, empleando y exprimiendo la máxima sencillez y pureza…
No sé, creo que está todo en su sitio. Agradecer a los tres su trabajo. A Mikey no lo conocemos, ni él a nosotros, pero gracias igualmente. Y evidentemente fue el primero en cobrar, debido a la inexistente afinidad que nos une.
Para lo próximo queremos hacerlo todo nosotros, nos vemos con fuerzas de hacerlo y además creo que le va mucho al concepto del grupo.

 

Me acabo de dar cuenta de que no he escuchado vuestro disco nunca sin hacerlo al menos dos veces (o más) seguidas. ¿Qué explicación le veis a esto?
¿En serio? Jo, gracias de corazón. Esto es una cosa que no entendemos y que forma parte de la disociación adquirida con esto de Hogar. En los últimos conciertos había algunas unidades de personas cantando las canciones. Me ha llegado a parecer hasta absurdo a la vez que algo precioso y super reconstituyente. Pero ya saliendo de la autoflagelación y el victimismo, parece ser que algunas de las personas que pierden su tiempo en escuchar Hogar se han podido ver reflejadas en las letras. No sé, es muy extraño y, joder, al final la música es sentirte vulnerable, libre. Se trata de ser tú mismo y no sé, pensando que eso sería algo malo, resulta ser algo precioso. En términos musicales la música es frenética, el charles cerradito y rapidito, melodías en la voz… Esta explicación debería ser cortesía del que lo escucha. Nosotros no pensamos en nada más que en tocar los tres y ver que salía, ninguna ambición más que hacerlo lo más natural posible .

 

Si nos centramos en Valencia, lugar en el que al menos visto desde aquí la escena underground goza de buena salud, aparte de Finale, Paz SS o Podium, bandas en las que estáis implicados y que ya recomiendo yo, ¿con qué bandas os sentís hermanados?
Al final la salud es lo que importa y Valencia sistemáticamente nunca ha gozado de buena salud. Ahora hay un resurgir de bandas nuevas y es un buen momento de lanzar otro tipo de propósito para que podamos disfrutar todos, de entender que hay muchos tipos de personas y que el disfrute personal no tiene que limitar el disfrute ajeno. Y sobre todo de levantar la mirada hacia el mundo para tratar de ser mejores personas. Hay algo de lo que no se habla mucho, pero al final es lo que somos, un colectivo de personas. Pero reafirmo que el rollito de Valencia está en un momento musical brutal y hay grupazos nuevos como Perdón por todo, Mecherete, Disli, Colisión, La Culpa, Presagio, Caída o Amor, que te recomendamos muy fuertemente.

 

¿En qué medida pensáis que la existencia de espacios como La Residencia contribuyen a la proliferación de bandas en una ciudad relativamente grande como la vuestra?
Sitios como La Residencia son indispensables a la hora de educarnos con unos valores y una manera de hacer las cosas al margen de los intereses, mediante el trato directo y el trabajo en equipo, y de llevar esos valores a la práctica y a la organización. Como muchos colectivos hay situaciones en las que se les pone entre la espada y la pared a la hora de tomar decisiones de cara al público y es un trabajo que de manera individual es invisible y por eso aplaudo y valoro su trabajo. Al final es gente que trabaja y se lo curra para que haya puntos donde nos podamos expresar en función de nuestras inquietudes.

 

La primera vez que escribí algo sobre vosotros, para la gente que no os conociera, puse que lo vuestro es punk de la misma liga que La URSS, Biznaga, Futuro Terror o Nadsat. ¿Os sentís identificados con estas bandas? ¿Con qué bandas no valenciana lo hacéis?
Puede ser que Hogar esté en un punto raro a la hora de clasificar. Han llegado a decir que tenemos influencia de Carolina Durante. Por favor, vamos a ver, la única vez que los he escuchado ha sido a raíz de esa crítica y mi impresión fue que no tenemos absolutamente nada que ver. Por otro lado sí que veo bastante razonable y gratificante la comparación con Los Claveles, que oye, mira, no lo habíamos pensado, pero me la guardo, todo un halago. Por nuestra parte le veo un símil bastante guay con Rata Negra. Probablemente nos haya influenciado. O no, no lo sé, pero nos encanta Rata Negra. Con Biznaga le encuentro yo menos parecido. Con Nadsat toqué una vez con Techo Lunar en La Mistelera y fue muy familiar y bonito. Un saludo a Nadsat. Pero, igual que con La URSS, los veo más parecidos entre sí. Con Futuro Terror hay influencia directa. Alicante y Benidorm están al lado y muchos de los que hoy hacemos nuestros tejemanejes en Valencia los hacíamos más por la zona de Alicante y esta gente tenía grupos muy guays en aquella época que me petan el cerebro, como Los Plátanos por ejemplo.
Voy a poner un ejemplo menos asequible, pero sí, producto nacional y nunca mejor dicho, porque menudos canallas, jejeje: Los Nikis. También, por algún motivo, la forma de tocar nos recordaba al principio a los Adolescents o grupos así, que no podría comparar con ninguno de por aquí. Al final el sonido que nos mola a cada uno se va fusionando con el de los otros y van saliendo las bandas. Igual por eso podría parecer que una ciudad tiene un sonido característico o algo así.

 

Esta temporada invierno/primavera tenéis por fin varios conciertos fuera de Valencia en poco tiempo. Mientras tanto os habéis dejado ver alguna vez en vuestra ciudad. Pero antes de todo esto, al terminar el confinamiento, os tocó hacer unos cuantos bolos en lugares raros y de forma imprevista. ¿Qué sacasteis en positivo de aquella experiencia?
La liberación de tocar en una situación tan rara. Era el principio de la pandemia y todo el mundo pensaba que ya podríamos tocar y bailar, no sabíamos a lo que nos exponíamos y tampoco estaban las leyes tan consolidadas al respecto. A partir de ahí, ya era imposible tocar en cualquier sitio, ya que te podría caer un buen marrón. Después de eso ya mundo sillas y mesas y nosotros no andábamos nada motivados, como contaba antes. Intentamos hacer una gira por el norte y se canceló toda de un día para otro. La verdad que fue raro, tanta incertidumbre no te deja disfrutar mucho. Se queda un recuerdo variopinto.

 

En la presentación de la banda en Instagram hace dos años decíais que venís a hablar, entre otras muchas cosas, de lo frito que tenemos el cerebro de tanto mirar el móvil y aquí estoy yo, escribiendo esto directamente en las notas del mío y recordando la de veces que últimamente se me olvida lo que realmente quería hacer o buscar cuando me pongo a mirarlo en el mismo. ¿Somos una sociedad dispersa? ¿Pensáis que es algo, en términos generales, generacional o más bien global?
Lo frito que tenemos el cerebro por el móvil y otras cosas. Pero queda más actual decir el móvil y así nos entendemos todo el mundo. ¿Pero qué es el móvil? ¿Una dependencia más? ¿Una forma de esclavitud más? ¿Una manera más de controlar el mundo? ¿Otro tipo de droga más? Hay muchas otras herramientas que están en nuestras manos y que generan un efecto antagónico en nuestras vidas. En cambio lo vemos como una liberación, una herramienta hacia el futuro y hacia la mejora de nuestra calidad de vida. Podría serlo, pero no lo es. O es irrelevante o no. Y como consecuencia somos una sociedad dispersa, cero comprometida, egoísta y absolutamente controlada. Por lo tanto, dejamos todo el trabajo hecho al poder. Lo del teléfono hace referencia a cómo está hoy en día la sociedad, totalmente domotizada. Es el símbolo de la época. Somos una mierda de gente en términos generales y en términos generacionales. ¿Qué pensábamos, que la guerra no nos la íbamos a comer más? ¿Que estamos todos ya muy bien asentados con una buena flor en el culo? En conclusión, creo que el móvil va a ser un punto de cambio evolutivo influenciado por el interés del ser humano hacia un camino no natural. No sé, como en la peli de Wally, como en Benidorm… Puede que lleguemos a dejar de andar, a dejar de tener relaciones de contacto humano. No sé, una especie de futuro como en Matrix en el caso hipotético de que esto se consolide. A no ser que pase como en Mad Max, que no sabría qué decirte, jajaja. Al fin y al cabo aquí estamos sufriendo un golpe de realidad los acomodados y lo estamos viendo gracias al teléfono móvil, porque en la tele poco vamos a sacar en conclusión. Pero da igual, al final todo cae por su propio peso antes de que pase cualquier cosa determinante. Aunque de nada sirve lo determinante cuando el poder máximo manipula y tapa la realidad en función de su interés, para que sigamos viendo el móvil o drogándonos. Un claro ejemplo de la incongruencia y de que lo que te venden nunca es lo que has comprado. El pez que se muerde la cola.

 

Para acabar, pero no por ello menos importante: ¿Qué es lo que hay?
Lo que hay es lo que hay. Hollywood y Disney son propaganda militar. Nuestras ambiciones son mentiras y nuestros sueños son falsos. Como digo en la canción ‘Penúltima generación’, ya no distinguimos entre nuestros intereses y nuestras necesidades. Lo que hay es la aceptación de lo que nos pasa. La decepción, la incertidumbre, la depresión o la ansiedad son cosas horribles. Dejas de ser tú mismo y hasta que no empiezas de cero a quererte y a valorarte, como cuando gozabas de la inocencia infantil, no te das cuenta de que lo que ves es lo que hay y de que no eres el centro de la Tierra, pero sí una piedra de un gran muro. No hay más. Bueno, sí: miseria, hambre y guerra. Parece que algunos ya no nos acordamos de lo que se siente. Otros sí lo ven y otros hasta lo disfrutan.