Artículo publicado el 16 de noviembre de 2012 en La Tribuna del Noroeste:
Finales de los años noventa, eran otros tiempos, nada que ver con lo que vivimos en la actualidad. Entonces, aunque en la MTV la música aún era algo importante, a algunos los nuevos descubrimientos nos llegaban por el boca a boca y, sobre todo, por los numerosos fanzines que se editaban durante aquellos años. El grunge y el punk rock me habían marcado el camino durante la adolescencia, pero en esta época en la que ya empezaba a escribir alguna cosilla sobre música y en la que, sumergido en el mundillo de las publicaciones independientes, las nuevas amistades se multiplicaban de forma exponencial, esto empezaba a resultar insuficiente. Necesitaba algo más: hardcore, thrash metal, crossover… el cuerpo y la mente – y seguramente los prejuicios – me pedían música rápida y contundente.
Entonces ocurrió: una tarde cualquiera en una de esas habituales reuniones improvisadas en torno a un equipo de música, de forma inesperada Texas is the Reason se incrustaron en mi cerebro con apenas escuchar dos o tres canciones de aquel único disco que lanzaron en 1996. “Do you know who you are?”, así se titulaba aquel álbum, el único largo que la banda liderada por Norm Arenas (ex Shelter) publicó en sus escasos tres años de existencia, entre 1994 y 1997. Nunca antes algo tan “suave” me había impactado tan fuerte como la música de este cuarteto neoyorquino, cuya escueta discografía completan un EP y dos singles compartidos (con Samuel y The Promise Ring).
A pesar de su fugacidad se convirtieron en una clara influencia para un gran número de grupos en los años sucesivos, siendo una de las principales bandas que en aquellos tiempos se encuadraron bajo la etiqueta «emo», que tanto se ha desvirtuado y descontextualizado desde entonces (nada tiene que ver, os lo aseguro, con desproporcionados flequillos cubriendo los ojos de tragicómicos adolescentes). Como se suele decir en estos casos, ¿hasta dónde habrían llegado si no se hubiesen separado? Nunca lo sabremos, en 1997, aclamados como “the next big thing” en Estados Unidos y a punto de fichar por una multinacional, decidieron que no querían seguir ese camino y la banda se disolvió tras el último concierto de su gira europea.
Desde entonces se han reunido en dos ocasiones, tres conciertos en total, todos ellos en Nueva York: dos en 2006 para celebrar el 10º aniversario de su disco, uno hace apenas un mes con motivo del 25º cumpleaños de la discográfica que lo publicó, Revelation Records. Ahora, 16 años después, han decidido que es buen momento para volver a girar por el mundo. En principio hay nueve conciertos anunciados entre enero y abril del año que viene, todos ellos entre Estados y Unidos y Canadá, excepto uno, que realizarán en el Groezrock Festival de Bélgica. Regreso a Europa, donde todo acabó entonces. ¿Se ampliará la gira por el viejo continente? ¿Visitarán España? Eso espero… Gabi Ruiz, confío en ti.