Kamer Twee: «Dejamos que nuestros impulsos sigan su curso»

Kamer Twee es el nuevo dúo formado por Mariajo (ex Los Alambres) al bajo y por Ana (ex Listas Futuristas) a la batería. Una banda cuya formación considero como un pequeño triunfo en un panorama a veces tan monótono y monotemático. Momentos como su estreno en directo, hace unos días en el aniversario de Rancho Rosa, son de obligada celebración. Una reivindicación de aquello que Alfonso Alfonso denominó la nación subterránea.

Foto: Inma Gómez

Por todo lo comentado en la introducción me interesa conocer detalles de estos primeros meses de existencia: quién dio el primer paso, esas primeras decisiones para ver qué camino coger, el proceso creativo, etc. Y evidentemente, ojalá todo empezara en una charla en la puerta de un concierto de la Lonja Negra…
MJ: Hace justo un año estaba hablando con Ana en la puerta del Ocio y me dijo sin venir mucho a cuento: “no desestimes que toquemos juntas”. Un par de meses más tarde, y con unas ganas tremendas de empezar un nuevo proyecto musical, me vinieron sus palabras a la cabeza y le mandé un mensaje para preguntarle si lo había dicho en serio (por la noche y en la puerta del Ocio se suelen decir muchas tonterías). Sí que nos habíamos visto mucho lonja tras lonja, pero fue así. Empezamos a ensayar en octubre.
Ana: Cierto, fui yo la que lo propuso, pero como tantas cosas que digo de hacer y al final no salen… Me molaba la idea de partir de tan solo la base rítmica, que son el bajo y la batería, y ver hasta donde éramos capaces de llegar…

Más que nunca, estamos sometidos a la continúa invitación a consumir (ocio y cultura incluidos) y amarrados a esa tremenda fuente de procrastinación que son las redes sociales. En vuestro caso, en este contexto, sumado a las obligaciones profesionales y familiares, siempre poco ponderadas, ¿cómo se consigue vencer la pereza para ponerse al otro lado y abordar la parte creativa y a qué se debe renunciar para llevarlo a cabo?
MJ: Es una cuestión de salud. Ya tenemos una edad y no pueden ser todo obligaciones. Sólo podemos sacar un día a la semana para quedar, pero es intocable. Como dejaba intuir Elías León Siminiani en su corto ‘Conceptos clave del mundo moderno: El tránsito’ (2009), no todo puede ser “producing” and “resting to keep producing”.
Ana: ¿Vencer la pereza? Hombre, pereza dan otras cosas. Pero quedar para tocar nunca da pereza. Disfrutamos mucho el proceso, tanto en los ensayos como luego, intercambiando ideas y archivos de lo grabado en los ensayos. Y aunque a veces vamos muertas, estamos deseando que llegue el día para ensayar y probar cosas nuevas.

Observando detalles como la elección del nombre del grupo, del idioma de las letras de algunas canciones, las proyecciones en vuestro directo o el lugar escogido para el primer concierto, ¿se podría decir que hay un hilo conductor o una intención arty o conceptual premeditada más allá de la propia música en vuestra propuesta?
MJ: Kamer Twee significa “sala dos” en dutch, que es la sala Orange de los Underground donde nos reunimos todos los martes. El nombre fue una decisión muy espontánea, nos dejamos llevar y, como dice Ana, el resultado es algo muy personal (casi íntimo). Dejamos que nuestros impulsos de señoras sigan su curso sin cuestionar mucho nada; por eso cantamos en latín, como consecuencia de la solemnidad de nuestros ensayos en sí -acontecimiento agendado- y de los ritmos fúnebres de Ana. Valoramos que todo lo bueno se acaba y por eso mola más. Creemos que es hora de que nuestros intereses se conviertan en polaroids espontáneas. Las proyecciones estaban hechas con frames de autocad basadas en las letras y los ritmos percusivos. Todo puede parecer arty, pero no es intencionado, es algo sincero…

En el pasado, por separado, habéis formado parte de bandas tan genuinas como Los Alambres y Listas Futuristas. Individual o colectivamente, ¿qué queda de aquellas experiencias y qué cosas distintas os aporta ahora Kamer Twee respecto a aquellas?
MJ: Está claro que yo siempre seré algo alámbrica y Ana muy lista y futurista, es un poso inevitable. Lo mejor es que ambas coincidimos en gustos musicales y en el rumbo que queremos tomar con nuestro nuevo proyecto, algo así como dance punk dubero con toque oscurete, quasi-bailable. Aún nos queda viaje.
Ana: Para mí sigue siendo lo mismo. En esencia, no hago nada diferente a lo que hacía con las Listas o después en Puño -un proyecto que hicimos Juanfra (aka Someone Spatial) y yo y que duró muy poco, pero con el que disfrutamos mucho durante el primer año de medio confinamiento post-COVID. En todos los casos la búsqueda es la misma. Luego está el tema de los maridajes. Todo sabe diferente según con lo que lo combines y cuando haces música con alguien es parecido: según con quien marides sonidos, salen cosas muy distintas. Por eso mola tanto hacer cosas con gente, ¿no?

Frente a la intimidad de la creación, la presentación en público de una obra puede resultar algo complicado para un artista. Hay que enfrentarse al pudor propio y a la valoración ajena y esto hace que muchas veces ese primer paso se ralentice mucho. Sin embargo vosotras os habéis lanzado con relativa premura al directo, algo que yo personalmente celebro. ¿Qué os ha llevado a tomar esta decisión?
MJ: Gracias por celebrarlo, nosotras aún estamos procesando el resultado. Como sólo somos dos, lo que dice cada una tiene un 50% de peso y de razón… y, aunque nos daba mucha vergüenza porque sabíamos que no estábamos del todo preparadas y que sólo teníamos para media hora de concierto, sabíamos que era necesario un desvirgamiento musical inmediato que nos hiciera inmunes hasta para enseñarle a nuestros propios amigos lo que estábamos haciendo, ya que también para ellos era altísimo secreto.
Ana: A ver, que la mayoría de tus amigos sean melómanos y que muchos de estos, además, sean músicos, tiene cosas buenas, como que siempre dan buenos consejos, en un momento dado te pueden dar support técnico y además te animan a que te lances cuanto antes a tocar porque “se aprende más en un mal concierto que en 20 ensayos”. Pero por otro lado, acojona bastante, jajaja. No sé, pensar que igual solo vienen a verte tus colegas, sabiendo que la mayoría son unos listillos con criterio y conocimiento… Imagínate, jajaja.

Creo que el haber desarrollado buena parte de mi vida en un entorno social de gente creativa y con inquietudes divergentes (o incluso disidentes), junto a determinadas influencias familiares como el humor o el costumbrismo, me han ayudado claramente a definir mi propia personalidad. ¿En qué medida pensáis que os ha marcado a nivel personal formar parte de este determinado entorno social?
MJ: Está claro que tú, que Ana y que yo formamos parte, junto con mucha gente conocida, del mismo entorno. Eso hace que nosotras nos entendamos bien. A través de propuestas artísticas pasadas, con gustos e intereses similares… es como si hubiéramos jugado juntas la anterior partida. Esto hace que nuestro proyecto musical tenga conexión con otra mucha gente y que se puedan producir interacciones interesantes en cualquier momento.
Ana: Bueno, no lo sé. La verdad es que nunca me he sentido parte de ningún colectivo o grupo, ni en lo social ni en lo cultural. Siempre he sido muy tímida y torpe, y en la adolescencia no tenía casi amigos que tuvieran mis mismas inquietudes. Así que me buscaba mucho la vida para llegar a lo que me interesaba. Tardé un poco en encontrar amigos que compartieran mis gustos y aficiones, pero es cierto que cosas como el cómic o el cine, y sobre todo la música, han sido el punto de partida para conectar con la mayoría de mis amigos actuales.

Hablemos de futuro, de próximos conciertos y de la posibilidad de que esta nueva aventura se materialice en una primera grabación y de la faceta gráfica asociada a esto. Como artistas polifacéticas, vosotras mismas podríais encargaros de ello, pero en caso de decidir dejarlo en manos de otra persona, ¿con qué artistas gráficos os gustaría trabajar?
MJ: Esto es difícil de contestar, se nos ocurren muchas ideas… pero aún no hemos pasado a esa fase. Cierto es que a las dos nos entusiasma el mundo de la ilustración. También se nos ha pasado por la cabeza hacer un experimento sonoro-espacial, jugando con las propiedades del espacio arquitectónico donde toquemos… Pero estamos empezando y, de momento, estamos con la prioridad de mejorar nuestros directos. Siempre decimos que tenemos ideazas, pero que necesitamos más tiempo para ensayar.
Ana: Jajajaja, se me ocurren millones de cosas, pero lo primero es lo primero.

Para terminar, siguiendo la tradición y a modo de cajón desastre, os dejo aquí un último espacio para que nos hagáis recomendaciones de todo tipo: colectivos, espacios, grupos, artistas de cualquier otra disciplina, etc.
MJ: Long life the New Flesh, long life to la Lonja Negra (gracias Ana&co), gracias al Rancho Rosa y a tantos espacios que forman ya parte del recuerdo y que podríamos nombrar en latín como El Quirófano, La Azotea… Y a plataformas de información underground como Tímpanos y Luciérnagas y Dare to be one of us ((¡gracias!)).
Ana: ¡Uff! A ver, aparte de los ya mencionados por María José, yo mencionaría algunos espacios como MAGIA ROJA (Barcelona), MOM en Salamanca, LA RESIDENCIA en Valencia… Festivales de autoedición como “ZorroClocos e Lobos”, “Tenderete” o “Gutter Fest”. Festivales de música como “Super Sonic” en Birmingham o “WOS” en Santiago de Compostela…