Chimo (guitarra y voz), Javato (bajo y voz) y Oliver (batería y voz) son Hogar, un trío valenciano que factura el mejor punk que te puedes encontrar en la actualidad por estos lares. Elocuente e inconformista, Chimo atiende nuestras preguntas.
Casi dos años después de grabarse, pandemia mediante, se puede escuchar vuestro primer disco (publicado por Mata La Música y Flexidiscos). Para la edición física en vinilo aún faltan algunas semanas, el pre-order está abierto. ¿Cómo ha sido lo de tener vuestras canciones grabadas tanto tiempo y no poder mostrarlas?
Hogar se forma de manera muy natural y rápida, tres colegas que teníamos que acabar sí o sí tocando juntos. Sacamos los temas bastante rápido, sin letras, y decidimos grabarlos. Con la mala suerte de que los cabezales de la grabadora estaban dañados y la grabación queda con una ondulación rara que conforme avanza la cinta se va haciendo más notoria.
De repente nos mandan a casa. Todo mal.
Bajo el poder de la soledad y los pensamientos más limítrofes nacen las letras de Hogar. Ya se va complicando el proyecto y al salir de la cuarentena volvemos a grabar.
Por un lado la impotencia de no poder tocar y sacar de la casa todo eso que lleva uno dentro va apalancando cada vez más el proyecto y haciéndolo más distante… hasta el punto de sufrir disociación, querer cambiar las letras y cosas de esas. Desmotivación total.
Ya todo vuelve a la normalidad, y los amigos nos animan a mover el disco. Entra de nuevo el gusanillo. Van apareciendo conciertos. El hecho de tener eso ahí parado y de cogernos y decirnos: “oye, peña, ¿esto qué?”. Y lo más importante de todo, lo que nos da la última fuerza, es el apoyo de Flexidiscos y Mata La Música. No hay nada que nos haga más felices que dos amigos de forma altruista confíen en nosotros y nos acompañen en el proyecto.
Perdón, respondiendo a tu pregunta: pues ha sido hasta un alivio tardar tanto en sacarlo.
A veces es algo tan personal que uno piensa si es bueno o no exponerse emocionalmente de manera tan directa a que la gente sepa lo que hay dentro de ti. Demasiadas pistas. Hoy en día estoy totalmente orgulloso de esto. O no.
El disco lo grabó Nick Trampolino (Cuello), lo mezcló José Pazos (Futuro Terror) y lo masterizó el australiano Mikey Young (Eddy Current Suppression Ring, Total Control), músicos y supongo que (al menos 2/3) amigos. ¿En qué momento tuvisteis claro que queríais que se encargaran ellos?
En el caso de Mikey Young, somos muy seguidores del movimiento que hay en Australia y especialmente de ese hilo de grupos relacionados como Eddy Current, UV Race, etc. Pensamos que sería un buen plan masterizarlo con él. Pero hoy en día, viendo los resultados, casi que hubiéramos elegido a alguien con una trayectoria más punk. Eso no quita que estemos orgullosísimos del trabajo. De hecho para cosas tipo Total Control sería un candidato estupendo.
En cuanto a Nick, tiene su estudio portátil y ha sido siempre el candidato por excelencia, puesto que hace muy bien su trabajo. Y José, sabiendo cómo trabaja, empleando y exprimiendo la máxima sencillez y pureza…
No sé, creo que está todo en su sitio. Agradecer a los tres su trabajo. A Mikey no lo conocemos, ni él a nosotros, pero gracias igualmente. Y evidentemente fue el primero en cobrar, debido a la inexistente afinidad que nos une.
Para lo próximo queremos hacerlo todo nosotros, nos vemos con fuerzas de hacerlo y además creo que le va mucho al concepto del grupo.
Me acabo de dar cuenta de que no he escuchado vuestro disco nunca sin hacerlo al menos dos veces (o más) seguidas. ¿Qué explicación le veis a esto?
¿En serio? Jo, gracias de corazón. Esto es una cosa que no entendemos y que forma parte de la disociación adquirida con esto de Hogar. En los últimos conciertos había algunas unidades de personas cantando las canciones. Me ha llegado a parecer hasta absurdo a la vez que algo precioso y super reconstituyente. Pero ya saliendo de la autoflagelación y el victimismo, parece ser que algunas de las personas que pierden su tiempo en escuchar Hogar se han podido ver reflejadas en las letras. No sé, es muy extraño y, joder, al final la música es sentirte vulnerable, libre. Se trata de ser tú mismo y no sé, pensando que eso sería algo malo, resulta ser algo precioso. En términos musicales la música es frenética, el charles cerradito y rapidito, melodías en la voz… Esta explicación debería ser cortesía del que lo escucha. Nosotros no pensamos en nada más que en tocar los tres y ver que salía, ninguna ambición más que hacerlo lo más natural posible .
Si nos centramos en Valencia, lugar en el que al menos visto desde aquí la escena underground goza de buena salud, aparte de Finale, Paz SS o Podium, bandas en las que estáis implicados y que ya recomiendo yo, ¿con qué bandas os sentís hermanados?
Al final la salud es lo que importa y Valencia sistemáticamente nunca ha gozado de buena salud. Ahora hay un resurgir de bandas nuevas y es un buen momento de lanzar otro tipo de propósito para que podamos disfrutar todos, de entender que hay muchos tipos de personas y que el disfrute personal no tiene que limitar el disfrute ajeno. Y sobre todo de levantar la mirada hacia el mundo para tratar de ser mejores personas. Hay algo de lo que no se habla mucho, pero al final es lo que somos, un colectivo de personas. Pero reafirmo que el rollito de Valencia está en un momento musical brutal y hay grupazos nuevos como Perdón por todo, Mecherete, Disli, Colisión, La Culpa, Presagio, Caída o Amor, que te recomendamos muy fuertemente.
¿En qué medida pensáis que la existencia de espacios como La Residencia contribuyen a la proliferación de bandas en una ciudad relativamente grande como la vuestra?
Sitios como La Residencia son indispensables a la hora de educarnos con unos valores y una manera de hacer las cosas al margen de los intereses, mediante el trato directo y el trabajo en equipo, y de llevar esos valores a la práctica y a la organización. Como muchos colectivos hay situaciones en las que se les pone entre la espada y la pared a la hora de tomar decisiones de cara al público y es un trabajo que de manera individual es invisible y por eso aplaudo y valoro su trabajo. Al final es gente que trabaja y se lo curra para que haya puntos donde nos podamos expresar en función de nuestras inquietudes.
La primera vez que escribí algo sobre vosotros, para la gente que no os conociera, puse que lo vuestro es punk de la misma liga que La URSS, Biznaga, Futuro Terror o Nadsat. ¿Os sentís identificados con estas bandas? ¿Con qué bandas no valenciana lo hacéis?
Puede ser que Hogar esté en un punto raro a la hora de clasificar. Han llegado a decir que tenemos influencia de Carolina Durante. Por favor, vamos a ver, la única vez que los he escuchado ha sido a raíz de esa crítica y mi impresión fue que no tenemos absolutamente nada que ver. Por otro lado sí que veo bastante razonable y gratificante la comparación con Los Claveles, que oye, mira, no lo habíamos pensado, pero me la guardo, todo un halago. Por nuestra parte le veo un símil bastante guay con Rata Negra. Probablemente nos haya influenciado. O no, no lo sé, pero nos encanta Rata Negra. Con Biznaga le encuentro yo menos parecido. Con Nadsat toqué una vez con Techo Lunar en La Mistelera y fue muy familiar y bonito. Un saludo a Nadsat. Pero, igual que con La URSS, los veo más parecidos entre sí. Con Futuro Terror hay influencia directa. Alicante y Benidorm están al lado y muchos de los que hoy hacemos nuestros tejemanejes en Valencia los hacíamos más por la zona de Alicante y esta gente tenía grupos muy guays en aquella época que me petan el cerebro, como Los Plátanos por ejemplo.
Voy a poner un ejemplo menos asequible, pero sí, producto nacional y nunca mejor dicho, porque menudos canallas, jejeje: Los Nikis. También, por algún motivo, la forma de tocar nos recordaba al principio a los Adolescents o grupos así, que no podría comparar con ninguno de por aquí. Al final el sonido que nos mola a cada uno se va fusionando con el de los otros y van saliendo las bandas. Igual por eso podría parecer que una ciudad tiene un sonido característico o algo así.
Esta temporada invierno/primavera tenéis por fin varios conciertos fuera de Valencia en poco tiempo. Mientras tanto os habéis dejado ver alguna vez en vuestra ciudad. Pero antes de todo esto, al terminar el confinamiento, os tocó hacer unos cuantos bolos en lugares raros y de forma imprevista. ¿Qué sacasteis en positivo de aquella experiencia?
La liberación de tocar en una situación tan rara. Era el principio de la pandemia y todo el mundo pensaba que ya podríamos tocar y bailar, no sabíamos a lo que nos exponíamos y tampoco estaban las leyes tan consolidadas al respecto. A partir de ahí, ya era imposible tocar en cualquier sitio, ya que te podría caer un buen marrón. Después de eso ya mundo sillas y mesas y nosotros no andábamos nada motivados, como contaba antes. Intentamos hacer una gira por el norte y se canceló toda de un día para otro. La verdad que fue raro, tanta incertidumbre no te deja disfrutar mucho. Se queda un recuerdo variopinto.
En la presentación de la banda en Instagram hace dos años decíais que venís a hablar, entre otras muchas cosas, de lo frito que tenemos el cerebro de tanto mirar el móvil y aquí estoy yo, escribiendo esto directamente en las notas del mío y recordando la de veces que últimamente se me olvida lo que realmente quería hacer o buscar cuando me pongo a mirarlo en el mismo. ¿Somos una sociedad dispersa? ¿Pensáis que es algo, en términos generales, generacional o más bien global?
Lo frito que tenemos el cerebro por el móvil y otras cosas. Pero queda más actual decir el móvil y así nos entendemos todo el mundo. ¿Pero qué es el móvil? ¿Una dependencia más? ¿Una forma de esclavitud más? ¿Una manera más de controlar el mundo? ¿Otro tipo de droga más? Hay muchas otras herramientas que están en nuestras manos y que generan un efecto antagónico en nuestras vidas. En cambio lo vemos como una liberación, una herramienta hacia el futuro y hacia la mejora de nuestra calidad de vida. Podría serlo, pero no lo es. O es irrelevante o no. Y como consecuencia somos una sociedad dispersa, cero comprometida, egoísta y absolutamente controlada. Por lo tanto, dejamos todo el trabajo hecho al poder. Lo del teléfono hace referencia a cómo está hoy en día la sociedad, totalmente domotizada. Es el símbolo de la época. Somos una mierda de gente en términos generales y en términos generacionales. ¿Qué pensábamos, que la guerra no nos la íbamos a comer más? ¿Que estamos todos ya muy bien asentados con una buena flor en el culo? En conclusión, creo que el móvil va a ser un punto de cambio evolutivo influenciado por el interés del ser humano hacia un camino no natural. No sé, como en la peli de Wally, como en Benidorm… Puede que lleguemos a dejar de andar, a dejar de tener relaciones de contacto humano. No sé, una especie de futuro como en Matrix en el caso hipotético de que esto se consolide. A no ser que pase como en Mad Max, que no sabría qué decirte, jajaja. Al fin y al cabo aquí estamos sufriendo un golpe de realidad los acomodados y lo estamos viendo gracias al teléfono móvil, porque en la tele poco vamos a sacar en conclusión. Pero da igual, al final todo cae por su propio peso antes de que pase cualquier cosa determinante. Aunque de nada sirve lo determinante cuando el poder máximo manipula y tapa la realidad en función de su interés, para que sigamos viendo el móvil o drogándonos. Un claro ejemplo de la incongruencia y de que lo que te venden nunca es lo que has comprado. El pez que se muerde la cola.
Para acabar, pero no por ello menos importante: ¿Qué es lo que hay?
Lo que hay es lo que hay. Hollywood y Disney son propaganda militar. Nuestras ambiciones son mentiras y nuestros sueños son falsos. Como digo en la canción ‘Penúltima generación’, ya no distinguimos entre nuestros intereses y nuestras necesidades. Lo que hay es la aceptación de lo que nos pasa. La decepción, la incertidumbre, la depresión o la ansiedad son cosas horribles. Dejas de ser tú mismo y hasta que no empiezas de cero a quererte y a valorarte, como cuando gozabas de la inocencia infantil, no te das cuenta de que lo que ves es lo que hay y de que no eres el centro de la Tierra, pero sí una piedra de un gran muro. No hay más. Bueno, sí: miseria, hambre y guerra. Parece que algunos ya no nos acordamos de lo que se siente. Otros sí lo ven y otros hasta lo disfrutan.