«De tertulias musicales…», para La Tribuna del Noroeste

Artículo publicado el 14 de marzo de 2013 en La Tribuna del Noroeste:


 

Hace unos días me encontré, mientras navegaba por Internet, la siguiente frase de Walter Lippmann (1889-1974): “Donde todos piensan igual, nadie piensa mucho”. Y leyendo esta afirmación del escritor y periodista estadounidense, me vino a la cabeza algo que para mí se ha convertido prácticamente en cotidiano: las charlas, que no discusiones, sobre música. Recalco esta última matización, porque sí, a mí me gusta debatir sobre todos esos asuntos relacionados con la música como arte, y como negocio, pero siempre como un enriquecedor intercambio de opiniones, próximas o alejadas. Unas veces más en serio, otras de forma más distendida y desenfadada. Ya sea a través de las redes sociales (en privado o para todos los públicos) o mejor aún, cara a cara con una cerveza en la mano, disfruto de esos momentos de tertulia con mis interlocutores favoritos: compadres de toda la vida, compañeros de aventuras y esa gente que irrumpe en tu devenir diario de forma inesperada y te acaba marcando.

 

Los temas suelen ser recurrentes y en más de una ocasión las conversaciones acaban girando sobre un mismo punto. Y es que me choca tanto que algo que, al menos en teoría, debería tender a la fragmentación, a la heterogeneidad en los gustos, como es la música (más aún si nos centramos en el universo “indie”… bueno, eso que llaman “indie” hoy en día), en ciertos segmentos resulte, enlazando con la frase de Lippmann, tan homogéneo, tan concentrado en determinados artistas. Por ello me satisface comprobar que en la lista «Lo mejor EN 2012, según los expertos» de festivalesdepop.com, publicada la pasada semana, en la que se reúnen las votaciones de aproximadamente 90 personas del mundo de la música (uno o dos votos por cabeza) aparecen más de cien discos recomendados. Ya lo adelanté en este espacio en su día, pero lo repetiré, para quien no lo leyera o no lo recuerde: en esta lista colectiva yo escogí “III” de Toundra. Bueno, también la dupla “Harvest / Zuma” de Neil Young, que la idea era “en 2012”, no necesariamente de 2012. Fui el único, pero como se puede deducir de la proporción entre discos seleccionados y “expertos”, no es extraño. Algo que contemplo con agrado. Concretamente, sólo doce álbumes han recibido más de una mención y de estos, únicamente dos han sido elegidos por tres personas. Los destacados, “Santa Leone” de Pájaro y “Come of age” de The Vaccines.

 

«De listas de mejores del año… o algo», para La Tribuna del Noroeste

Artículo publicado el 4 de enero de 2013 en La Tribuna del Noroeste:

 

 

Ahora sí. Ha llegado el momento de hablar de los mejores discos del 2012. O casi. Porque siempre que alguien me pregunta por el tema, respondo que no creo que a nadie le interese cuáles son mis discos favoritos del año. Seguramente esté en lo cierto, aunque en realidad el motivo para no hacerlo no es ese, es que me da una pereza tremenda, por todo lo que ello conlleva. El simple hecho de tener que hacer recuento de los trabajos que se han publicado durante el año ya me da vértigo y si entramos a revisar las listas que han ido dando a conocer los medios especializados durante los meses de noviembre y diciembre, la cosa se pone tan complicada que mejor me ahorro la mía… Bastante tengo con aprovechar para tratar de descubrir esos grupos (o esos nuevos álbumes) que se me han ido escapando o que he ido dejando pasar sin escucharlos por falta de tiempo, es el único sentido (y utilidad) que le veo a esto de los tops. Porque eso de tener que ordenar los discos y de hacer listados con cupos concretos siempre me ha recordado más a Los 40 Principales que a lo que, a mi modo de ver, debe ser una publicación especializada en música.

 

A estas razones comentadas habría que añadirle otra más significativa si cabe. Un resultado de los tiempos que corren y de la sobrecarga de material sonoro. Y es que, siendo sincero, si me pusiera a elaborar un listado, creo que muchos de los discos que aparecerían no los he escuchado con la atención que se merecen y estarían incluidos en el mismo más que por el álbum en su conjunto, por intuición y por las buenas sensaciones que me transmiten unas cuantas canciones. Es lo que tiene la conjunción entre hacer un programa de radio, el uso de Spotify y el streaming en general y la generalizada costumbre de los grupos y los sellos discográficos de ir dando a conocer sus nuevos trabajos por entregas, que a veces más que discos parecen coleccionables. En este contexto, me pregunto muchas veces si merece la pena que algunas bandas sigan grabando discos largos. Más aún cuando muchas de ellas apenas distribuyen unos pocos cientos de copias en formato físico o incluso no llegan a fabricarlas y distribuyen su música en formato virtual a través de plataformas como Soundcloud o Bandcamp. Cada día que pasa veo más acertada la idea de mis compadres de El Estudiante Larry, que durante el 2012 se han dedicado a ir lanzando cada cierto tiempo tandas de dos canciones exclusivamente a través de la Red.

 

A pesar de lo dicho, tengo la costumbre y el compromiso de colaborar cada año en la lista de mis amigos Chema Helmet y Miguel Tébar para Festivalesdepop.com, en la que recopilan las opiniones de sus allegados dentro del mundo de la música, que son unos cuantos. Así que, a bote pronto, lo primero que me viene a la cabeza pensando en el 2012, musicalmente hablando, es que me han gustado los discos de Betunizer, Toundra, Beach Beach o The Evens, por ejemplo. Sirvan estos nombres como aportación personal a la causa. Otro día quizás fueran otros, hoy se me ocurren esos. Aunque si me paro a pensar en mis verdaderos discos favoritos de 2012, diría que son “Zuma” y “Harvest” de Neil Young, o “Do you know who you are?” de Texas is the Reason, del que ya hablé aquí hace algunas semanas. Esos vinilos que he disfrutado escuchando en los necesarios y siempre insuficientes momentos de calma. Evidentemente no son de 2012, pero… ¿a quién le importa eso realmente?