Mis favoritos de 2013

No lo he podido evitar, he tratado de resistir la tentación, he tratado de autoconvencerme de que las listas de mejores del año no molan, pero no he podido. Así que, otro año más, aquí va mi lista:

 

5. ‘Al fin llegó la cosecha’, el nuevo álbum de Trastorners. Más que un disco, es una leyenda.

 

4. ‘Electrolatino, el Origen, el primer recopilatorio oficial con los éxitos originales del género. Presentado nada más y nada menos que por Juan Magán. El único disco que tienen los de la comisión de fiestas de mi pueblo, que no dudan en hacerlo sonar a volumen atronador en cada desfile que organizan.

 

3. ‘Reflektor’ de Arcade Fire. Vale, no lo he escuchado, pero la lona del Primavera Sound y la Mercería Santa Ana bien merecen una aparición en un top.

 

2.La velocidad del tocino‘ de Dorian. Gracias a Vanishing Point por hacerme descubrir este grupo, no entiendo por qué nos los ponen más a menudo en Radio 3.

 

1. ‘Así soy yo’, el primer single como cantante de Kiko Rivera (vamos, Paquirrín, de toda la vida), número 1 de descargas en iTunes. No sólo por la canción, sino por todo el conjunto: su campaña de lanzamiento, mezclada con polémicas familiares; su estreno en playback en Sálvame Deluxe; su suave contoneo cuando canta, mientras los colaboradores del programa se hacen polvo bailando detrás como si no hubiera mañana (como para no acordarse de los «secretos» desvelados por Belén Esteban en su libro… perdón, «libro»); su voz cuando se pone meloso («directo a tu corazón»); la inmediata aparición de rumores de plagio… TODO.

 

 

 

La gran bola de nieve. Hoy, las listas de mejores.

Otra reflexión a bote pronto que publiqué hace unos días en Facebook, esta vez sobre las listas de mejores del año:

 

«Estoy prestando menos atención que nunca a las listas de mejores del año. Es por saturación, como viene pasando en las últimas temporadas, hace un mes ya que prácticamente no se ve otra cosa (eso, los corruptos, Chus Lampreave y el nuevo vídeo de El Adri, poco más). Así que cada vez me agradan menos. Cierto es que tienen algo bueno, que a los grupos les viene bien aparecer en ellas y que a los oyentes nos sirve para recuperar discos que no hemos escuchado con detalle y para descubrir otros que se nos habían escapado, pero para mí cada vez pesan más los aspectos negativos que aprecio en ellas. Desde mi forma de entender la música, no comparto esa obsesión por ordenar y jerarquizar la música (esto no es Del 40 al 1) ni la imposición de una determinada cifra de mejores (¿Por qué 5, 10, 20 ó 40 y no 27?), pero esto son cuestiones menores, supongo. Lo que más me ‘preocupa’ es el grado de programación que está alcanzando nuestra agenda musical, como reflejo de la propia existencia global, en cada momento se nos induce a hablar y pensar de unas cuestiones determinadas: ahora toca hablar de festivales, ahora de las listas de mejores del año… Y nadie parece plantearse que estamos automatizados, dirigidos, en esto también. Pero bueno, ¿quién puede luchar contra la gran bola de nieve?».