«Nunca subestimes a Murphy», para La Tribuna del Noroeste

Artículo publicado el 2 de noviembre de 2012 en La Tribuna del Noroeste:

 

Sábado por la tarde. Todo en calma en la oficina: el estómago lleno tras degustar una comida digna de fotografiar y publicar en Instagram… si no odiara el invento de marras; el ansia calmada después de una sesión de varios capítulos seguidos de la serie de turno; y sin la tentación de ocupar la tarde viendo chorradas en Youtube gracias al visionado en las noticias de una pelea a puñetazo limpio entre Bob Esponja y Hello Kitty en la Puerta del Sol. En mi mente, sólo una idea, escuchar “Psychedelic Pill”, el segundo disco que publica Neil Young este año tras reunirse con sus Crazy Horse. O al menos la canción de 27 minutos que lo abre. Ingenuo de mí, no tuve en cuenta una variable fundamental: ¡La Ley de Murphy!

 

Unas horas antes me jactaba en las redes sociales de no recordar quién es Juan Magán y justo en el momento de sentarme frente al ordenador a escuchar al maestro mi tranquilidad se vio interrumpida por un desfile de gente disfrazada que pasaba por la misma puerta de mi casa. La música de la comparsa sonaba a un volumen tan atronador que hacía temblar hasta los cristales de las ventanas. En ese preciso instante, una canción un tanto sospechosa. – No puede ser – me dije, mientras le daba a buscar en Shazam-. Pero sí, como os podéis imaginar, aquella canción que sonaba era de Juan Magán… “Bailando por ahí” concretamente. Luego fueron cayendo uno tras otro los más destacados éxitos de reggaeton y electro latino del momento. Con ayuda del smartphone fui distinguiendo algunos de ellos: “Soy una taza”, “La noche pide fiesta”, “Danza Kuduro”… y por supuesto, las del omnipresente Pitbull y sus múltiples colaboraciones. Porque a Pitbull se ve que lo tienen encerrado en algún estudio de Miami como al tarado de Pulp Fiction y lo van sacando para colaborar en todos los discos que graban.

 

La cuestión es que al final no pude escuchar el disco de Neil Young. Pero bueno, lo intentaré de nuevo en otra ocasión, no es eso lo que más me preocupa: lo peor de todo es que nadie se dignó a pinchar el “Gangnam Style” de PSY y me quedé sin darme el gustazo de ver toda una calle repleta de gente disfrazada haciendo el baile del caballo. Con lo que hubiera triunfado eso colgado en Youtube…