
El
Sonido del Trueno (Peter Hyams)

Gracias
a títulos como Capricornio Uno (Capricorn One, 1978) o Atmósfera
Cero (Outland, 1981), Peter Hyams gozó durante los años
setenta y primeros ochenta de una excelente reputación como director.
Pero a lo largo de los noventa, con películas tan mediocres como
Timecop (Timecop, 1994), Muerte súbita (Sudden Death, 1995),
o El fin de los días (End of Days, 1999), su estrella se fue
apagando, como a tantos otros de su generación, convirtiéndose
en uno de esos directores que son tanto del gusto de los productores,
eficaces, con un cierto gusto por la estridencia y nula personalidad.
Y productores es precisamente lo que le sobra a este Sonido del trueno,
prevista originalmente para ser estrenada en el año 2003, pero
que debido a la bancarrota de su productora original fue pasando de
unas manos a otras, no se sabe hasta qué punto retocando el guión
original (se dice que Ray Bradbury llegó a ver unas escenas de
lo rodado en un principio y comentó que habían mejorado
su relato original en el cual está basado la película,
algo sorprendente viendo el resultado final del film) y convirtiendo
el producto final en un desaguisado absoluto.
Por muy interesante que sea la premisa original (alterar lo mas mínimo
el pasado puede tener consecuencias catastróficas en el presente),
uno llega a pensar que peor no puede hacerse con semejante material.
Ya en la primera escena, una cacería en la Prehistoria, se nos
presenta a un dinosaurio con una cierta apariencia de Parque Jurásico
(Jurassic Park, 1993) en rebajas que asusta un poco y hace pensar que
hemos conectado una consola de videojuegos por error. Sin embargo, uno
está dispuesto a pasar eso por alto si por lo menos los personajes
están bien caracterizados y el guión es inteligente. Pues
no, el desarrollo posterior va a la par con su aire de todo a cien.
Del personaje principal, Travis Ryers, interpretado por Edward Burns
(cargándose aquí ya el poco prestigio que le quedaba,
en una actuación que bien podría haber sido efectuada
por el Michael Paré o Lorenzo Lamas de turno), se nos comenta
en un principio que si trabaja para el malvado Hutton lo hace para conseguir
ADN de especies animales que fallecieron en algo llamado "gran
virus" (que no tiene la menor importancia en la película
ni en el universo donde viven), y así se justifica que tal sanote
muchacho trabaje para semejante villano horripilante en pos de una causa
justa, a pesar de que si uno lo piensa bien no tiene mucho sentido.
Charles Hutton, interpretado por un Ben Kingsley con peluquín
blanco, en el que debe ser el punto más bajo de su loable carrera,
es el clásico ser amoral que solo quiere utilizar la máquina
para sacar dinero a los millonarios que buscan vivir aventuras prehistóricas,
y que es capaz de saltarse las medidas de seguridad del aparato con
tal de ahorrarse unos pocos pavos. Ahí está Sonia Dent,
la creadora de la máquina original, que ansía advertir
de lo terrible que puede ser el mal uso del aparato. Todo ello envuelto
en un mundo futurista de tercera, con unos fondos dignos de cualquier
soap opera bastante risibles.
Por supuesto, uno de los millonarios que van a la cacería, bastante
cenutrio, por cierto, aplasta una mariposa sin darse cuenta y esto provoca
en su presente una serie de "ondas temporales", que van apareciendo
a ráfagas durante el transcurso de la película, alterando
la realidad. Poco a poco en la Tierra van dejándose caer una
especie de mezcla entre dinosaurios y gorilas con muy malas pulgas,
cucarachas devoradoras, murciélagos gigantescos o tremebundas
serpientes marinas. Y el fornido héroe y la doctora, más
el equipo que le acompaña, deben embarcarse en un correcalles
en pos, primero, de descubrir cómo se ha alterado el presente,
y segundo, de cómo volver todo a la normalidad.
No creo que le destroce a nadie que haya visto más de diez películas
de acción en su vida que el elenco de secundarios, todos ellos
penosamente descritos, son básicamente una excusa para ir cayendo
en boca de las fauces de las especies que van pululando a lo largo de
la película y que lo poco que intervienen es para sonrojar a
cualquier espectador, salvo que a la media hora ya haya aceptado que
está viendo una broma y decida seguir el juego de una película
que, sabiendo los problemas por los que atravesó durante su filmación,
uno no duda que la acabaron de cualquier manera. Así, el personaje
de Jemima Rooper suelta algo así como "hay un MediaMarket
aquí cerca" cuando descubren que su ordenador no funciona
y no pueden volver a activar la máquina temporal (dejando claro
quién financia la película, así se hace), o el
médico del equipo resulta ser un experto ladrón de coches
(cuando al guión le hace falta uno, por supuesto) soltando un
"cómo creéis que me pagué los estudios de
medicina" y quedándose tan ancho. Se intenta que resulte
un poco emotiva la primera muerte, pero a partir de la segunda ya ningún
personaje derrama una lágrima. Una actitud muy del tipo "bah,
total, vamos a volver a hacer que las cosas sean como antes" es
la que mantienen, cosa que no ayuda por cierto a hacer dudar del desenlace
del film.
Total, que nos encontramos con un producto muy en la onda de producciones
tipo Crossworlds (Crossworlds, 1996), Future Sport (Futuresport, 1998)
o baratijas de ciencia ficción de este tipo, que cumplen su función
en las cajas de "tres películas por dos euros" en las
estaciones de trenes pero que provoca una inquietante extrañeza
al ver que algo así ha llegado a las pantallas grandes...
Anécdotas
* Renny Harlin fue el primer director previsto para llevarla a cabo,
abandonándola en pos de Cazadores de mentes (Mindhunters, 2004),
aunque según dijo Ray Bradbury en el año 2001 fue despedido
porque quería hacer desaparecer a la mariposa de la trama, algo
crucial para el desarrollo del film. * El papel de Travis Ryers fue
ofrecido originalmente a Pierce Brosnan. Sylverster Stallone también
sonó para encabezar el reparto. * El estreno de la película
debería haber sido en abril de 2003, pero la Warner la retrasó
hasta el mismo mes del año siguiente. De ahí la retrasaron
hasta a agosto, y después a septiembre. Después aseguraron
que el estreno será el 8 de octubre del 2004, para después
cambiar de idea y moverlo al 11 de marzo del 2005. Finalmente vio la
luz el 2 de Septiembre del 2005.
Javier
J. Valencia (Barcelona. Madrid)

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