
Extrañado
a la par que sorprendido. Esta es mi reacción ante el estreno
en España de un swordplay de corte épico.
Que recuerde, en los últimos años, lo único de
este subgénero de las artes marciales que se ha dejado ver en
nuestras salas son: Tigre y Dragón, de Ang Lee, Hero, de Zhang
Yimou, y La Casa de las Dagas Voladoras, también de Yimou.
Nada que objetar a la calidad, pues las tres son obras maestras, pero
sí muy desilusionado con la cantidad.
Lo que no me ha extrañado nada, es que esta producción
netamente china, viniese de la mano de Tsui Hark. Famosísimo
poductor y director en Hong Kong, que aunque nació en Vietnam,
desarrolló la mayoría de su carrera en la ahora ex colonia
británica.
Su aportación en ambos cargos es numerosa. Ha producido cincuenta
y una películas y ha dirigido treinta y ocho. La primera en 1979.
Dentro de su amplia filmografía cabría destacar títulos
como: Zu, guerreros de la montaña mágica (1983), la saga
de Érase una vez en China, Twin Dragons (con Jackie Chan en el
92), The Blade (1995), Black Mask 2 (2002), y muchas más. Incluso
algunas en las que no aparece en los créditos pero consta que
metió mano en la dirección, como Dragon Inn (1992). Pero
bueno, vamos a hablar del film que nos ocupa.
En las películas de artes marciales suele contarse cualquier
cosa como pretexto para poder mostrar eso: artes marciales. No solemos
encontrar grandes historias detrás. Quizás Zhang Yimou
haya ido un poco más lejos, e incluso haya revolucionado un poco
el género, pero sus virtudes principales no residen en la complejidad
de la trama ni mucho menos. Y claro, Tsui Hark tampoco se caracterizaba
hasta ahora por ser un gran contador de historias, así que ha
hecho una de artes marciales a la vieja usanza. Eso sí, técnicamente
cuidadísima. Algo que le valió el premio a la mejor dirección
de fotografía en el Festival Internacional de cine de Cataluña
en esta pasada edición de 2005.
Esbozo
un poco el argumento para que os hagáis una idea.
Ha sido decretado un edicto que ordena matar a todo aquel que practique
las artes marciales, y la muerte probada de todo aquel que las practique
será recompensada. Como es lógico, hay pueblos enteros
que practican las artes marciales. Ello hace que aparezca un grupo de
crueles caza-recompensas que no harán distinciones entre hombres,
niños o mujeres. Matarán sin piedad hasta llegar a un
pueblo, en el que un fugitivo alertó previamente de su llegada
y disuadió a un chico y una chica de que fueran a pedir ayuda
a la montaña celestial. Allí un gran maestro les entregará
una espada especial a cada uno y mandará a cinco expertos espadachines
a ayudarles. A partir de ahí empezará la batalla.
Los argumentos de este tipo de películas suelen venir motivados
por la venganza del maestro asesinado, el pueblo oprimido que decide
morir luchando, el discípulo que aprende a toda a prisa y se
convierte en un experto en kung-fu, etc. Pues esta es de las del pueblo
oprimido por los villanos, como Los Siete Samuráis de Akira Kurosawa,
pero salvando las inmensas distancias.
Ya
comentaba antes lo de su excelente factura técnica. La fotografía
y la banda sonora son difícilmente superables. Pero si hay algo
que cabe destacar por encima de todo, son las coreografías de
lucha. Sobretodo las de la última secuencia de acción.
Hay un momento en que la pelea transcurre en un pasillo estrecho, y
es impresionante como aprovechan los espacios y hacen de ese momento
el más espectacular del film (bueno, eso va a gustos...).
Estas coreografías se las debemos a Xin Xin Xiong, experimentado
en la labor y habitual colaborador de Tsui Hark. También cabe
mencionar al coordinador de especialistas, Chia-Liang Liu, que lleva
en esto de los años cincuenta. Como actor y como director.
Cada espada tiene una característica que la hace única
y eso hace que las coreografías resulten originales incluso dentro
del propio subgénero.
Ahora
que ya sabéis que estamos ante una buena película de artes
marciales, vamos a ver si es también una buena película,
a secas.
Uno ya no sabe si es que es torpe para seguir una historia porque tiene
muchos personajes y algunos se parecen entre si, o es que Tsui Hark
es torpe presentándolos y desarrollando sus tramas. Quiero pensar
que es más bien lo segundo, porque ya la he visto dos veces.
Una en versión original subtitulada y la otra en su versión
doblada. Por cierto, los dichos chinos solo suenan bien en chino, y
al menos yo, no puedo evitar sonreír cuando dicen: han matado
a cabeza de piedra y trota-lodos. Así que, como casi siempre,
huid de la versión doblada. Cuya única ventaja fue que
pude recrearme mucho más en sus bellas imágenes. Además,
de todas formas os pederéis cosas porque está muy mal
narrada. (jeje). Y por supuesto, a ver quién se acuerda de todos
los nombres... yo solo recuerdo el de un caballo al que le dedican una
secuencia harto emotiva, pero de los protagonistas... casi nada.
Hablando de los protagonistas... a primera vista solo reconocí
al prolífico Donnie Yen, que ha actuado en treinta y ocho películas,
una de las cuales es la ya citada Hero, de Zhang Yimou. Este hombre
es brillante con la espada y bueno con la interpretación. Pero
bueno, en ambos aspectos todos los actores están muy bien.
En
fin, a pesar de su torpeza narrativa y su excesivo metraje, yo la recomiendo
encarecidamente. Aviso que a mí me fascina la cultura oriental,
en este caso la de la china rural. Sus andrajosos ropajes, su arquitectura,
sus costumbres, etc. Se encuentra elegancia hasta en la más inmunda
de las pobrezas. Y a eso le ayudan las maravillosas localizaciones,
que van desde inhóspitos desiertos hasta las más nevadas
montañas.
Un notable para Tsui Hark, y sobretodo, para su equipo.

Texto:
Óscar Sueiro, Dr West
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