
No
se olviden de ella (Olvídate de mí! de Michel Gondry)
Theodor
W. Adorno (toma ya, voy a parecer culto y todo) denunció, y hablamos
de hace ya bastante tiempo, que el arte tal como lo entendemos estaba
destinado a ser una forma de comercio más. Tan sólo la
resistencia activa del espectador le diferenciaría de pasar a
ser un consumidor. "Olvídate de mi" es un ejemplo que
a servidor le escuece sobremanera de la profecía de Adorno. Por
otro lado, y haciéndome el culto por partida doble, Michel Foucault
conjuró una ontología del yo donde la identidad individual
iba a reducirse a vampirizar los estímulos (llamadlos etiquetas,
igual da) con que la sociedad construye a sus individuos, sin quedar
espacio para la existencia de un yo puro o auténtico.
Suelto estas dos parrafadas , amén de para intentar impresionar
a alguna piba con mi supuesta capacidad intelectual (lo jodido es que
a veces funciona, claro que a mi no) , porque "Olvídate
de mi" es el paciente , y nada de sentido médico, en una
relación donde los agentes activos son perfectamente reconocibles,
o lo que es lo mismo, que sin tener motivos para catalogarla como un
producto más haya acabado siendo pasto de lectores del Mondosonoro,
Rockdelux, asiduos al Fib, festival itinerantes, performances, mocosos
asiduos a los timos de la Fura dels Baus, bcore fans adictos a las converse
all star y demás fauna despreciable. Léase producto por
culpa de los productos. A día de hoy, los retazos de esa individualidad
vía el colectivo de la que habla Foucault , han enunciado leyes
no escritas mediante las cuales uno ya sabe que algo escrito por Charlie
Kaufman y dirigido por alguien como Michel Gondry (digo yo que no hará
falta decir los méritos de ninguno de ellos) es material de abrevadero
para un público tan determinado como aquel al que va dirigida
la última entrega de "The fast and the furious". Podrán
creerse especiales, a contracorriente o las monsergas que quieran, pero
el público ya es sólo consumidor y como tal acabaremos
juzgando a lo que consumen. Lo digo con acritud, y lo digo porque en
un grupúsculo social donde la desgracia, el desamor y la soledad
parecen ser un best seller y el colmo de la diversión , "olvídate
de mi" no merece esa melancolía cool de pega. Porque es
una lástima que una película con un principio y un final
tan brillante, hermoso, frágil y jodidamente humano se vea mermada
por una hora de metraje inane y autocomplaciente, y sobre todo porque
esa poca más de media hora superlativa se vea empañada
por un público que no la merece, y es que ojalá pudieramos
también algunos olvidar quienes somos para juzgarla como debería.
Texto:
Paco Latorre
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Nace
una nueva sección en esta web dedicada al cine, algo de lo que
ya venía incluyendo cosillas de vez en cuando en la sección
"otros asuntos".
Ahora, gracias a la colaboración de Oscar
Sueiro, que será quien firme la gran mayoría
de textos de esta sección, contaremos con un mayor número
de contenidos sobre cine. Esperemos que sea de vuestro agrado.
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