
A
History of Violence ( David Cronenberg )
En
esta ocasión, el director Canadiense se vale de un cómic
de John Wagner y Vince Locke para hablarnos de algunos de sus temas
favoritos: la violencia, la mutabilidad del ser humano, la sexualidad...
La verdad es que esta vez ha sido más formal. Haciendo uso de
la clásica narrativa lineal consigue hacer más digerible
la historia, puediendo así, llegar a cualquier tipo de espectador.
Pero no nos equivoquemos, se sigue notando que David Cronenberg está
detrás de las cámaras. En Spider ya nos mostraba a un
personaje enmarcado en una realidad subjetiva y con cierta crisis de
identidad. Eso es justamente lo que sufre Viggo Mortensen en Una Historia
de Violencia: una crisis de identidad.
El detonante de esta crisis es la irrupción de un acto violento
en un momento de su vida que transcurre con tranquilidad en Millbrook,
un pueblecito de la américa profunda. Por lo que queda claro
que el director marca como epicentro del film ese acto violento y sus
consecuencias. Y es a partir de ese punto de inflexión, donde
aparece el término "mutabilidad del ser humano", que
apuntaba antes como una de las obsesiones de Cronenberg, y que se presenta
como una metamorfosis psíquica, no física, como ya nos
tenía acostumbrados por títulos como: La Mosca, Videodrome,
Cromosoma 3, Vinieron de dentro de...
Si
por algo se solía criticar negativamente al cine de Cronenberg
(yo jamás lo he hecho), era por lo espeso y confuso de su contenido
y forma. Bien, pues ahora, ni eso le podrán reprochar al maestro,
porque es increíble la sensación que queda después
de ver la película. Dura 97 minutos y parece que hayamos visto
un mediometraje. Y por el ritmo no puede ser, porque sí que está
bien llevado, pero es más bien un ritmo pausado. Así que
debe ser porque la historia te atrapa de tal forma que pierdes toda
noción del tiempo.
Podemos decir entonces, que David Cronenberg ha alcanzado el perfecto
dominio de las artes cinamatoráficas, y que está por encima
de los géneros, o que no solo hace films destinados a un tipo
muy concreto de espectadores. Objetivamente, hace buen cine. ( No quiero
escandalizar con la comparación, pero si me dijeran que A History
of Violence es la última película de Clint Eastwood me
lo creería ).
Debo
remarcar, también como punto a favor, el modo en que ha sido
tratada la violencia. El hecho de que se retrate con tanta crudeza y
rotundidad le da un realismo brutal y por lo tanto un mayor impacto.
Más aun hoy en día, cuando estamos acostumbrados a ver
la violencia en el cine con artificiosidad y frivolidad. Todo lo contrario
a lo que ha hecho Cronenberg, que consigue que los golpes le duelan
también al espectador.
Es curioso como aceptamos con agrado todas las muertes que vemos a lo
largo del metraje (con agrado pero alucinados). Empatizamos con el protagonista
y comprendemos que en esos casos la violencia es la única salida.
Y además es que esos malhechores merecen morir! Es decir, el
director de la película nos maneja a su antojo.
Hay
muchos detalles más a comentar, pero temo destripar cosas importantes
a los que no han visto la película.
Podría analizar la relación del protagonista con su mujer
antes y después de ese acto violento. Y lo mismo con su hijo.
Pero sobretodo la secuencia final en la que se prescinde del verbo y
nos lo dicen todo con las miradas. Brillante.
Con esto aprovecho para destacar todas las interpretaciones y la banda
sonora de Howard Shore, que acompaña a las imágenes con
elegancia sin estar por encima de ellas ( como pasaba a ratos en El
Señor de los Anillos ).
En
fin, una obra maestra imprescindible.
Texto:
Oscar Sueiro
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