

En
1978 se emitió por la BBC radiofónica un serial que consiguió
un éxito de crítica y público en un medio que ya
se daba por agotado. El fenómeno se hizo tan enorme que Douglas
Adams, creador de los guiones originales, los trasladó al universo
literario en una novela que se convirtió en un best seller por
prácticamente el mundo entero. El filón se extendería
a la pequeña pantalla en 1981 en una mini-serie de seis episodios
que emitiría la BBC repitiendo el éxito del serial y la
novela y que se convertiría en casi un precedente de la muy divertida
El Enano Rojo (The Red Dwarf), otra serie inglesa de ciencia ficción
de culto.
Después de conocer estas versiones (más otras en otros
medios como el teatro, los cómics, los juegos de ordenador o
una grabación discográfica), Adams se empeñó
en llevar a su creación a la pantalla grande, en un largo periplo
que le llevaría desde 1981 hasta su muerte en mayo del 2001.
En un primer momento, a principios de la década de los 80, iba
a ser Ivan Reitman quien llevaría a cabo el guión escrito
por Adams con Bill Murray y Dan Aykroyd, aunque abandonaron finalmente
el proyecto en pos de su éxito Los Cazafantasmas (GhostBusters,
1984). Se pasaría quince años pasando de una productora
a otra hasta que poco antes de la muerte de Adams parecía que
finalmente iba a llevarse a cabo, dirigiendo Jay Roach (uno de los productores
del film, que en un primer momento, al delegar la dirección,
se la pasó a Spike Jonze), con Nigel Hawthorne, Jim Carrey y
Hugh Laurie como protagonistas. Pero de nuevo su traslación a
la pantalla grande se detuvo.
Y no fue hasta el año pasado que finalmente se dio luz verde
al proyecto. Roach contrató definitivamente al director de videoclips
Garth Jennings (del dúo Hammer & Tongs, junto con Nick Goldsmith,
acreditado como productor de la película, y que han dirigido
videos de Blur, Pulp, REM o Supergrass, entre otros) y fichó
para el reparto de personajes principales a un elenco de actores no
demasiado famosos fuera de las islas británicas, si exceptuamos
a Sam Rockwell, guardándose en la manga las voces de los prestigiosos
Stephen Fry y Alan Rickman y un cameo de John Malkovich, en un papel
que no aparecía ni en la historia original ni en la novela y
que Douglas Adams pensó especialmente para él.
Del mismo modo que la novela no era exactamente igual al serial, la
película no es exactamente igual a la novela, lo que ha generado
opiniones bastante diversas entre los admiradores de la misma. Pero
a decir verdad, sobre todo teniendo en cuenta las horribles adaptaciones
cinematográficas que pululan por ahí y que no se quedan
contentas hasta poner patas arribas los textos originales, los cambios
no son demasiados, de hecho apenas se introducen un par de tramas nuevas,
y estas tramas están bastante en consonancia con el libro (escritor
y guionista son el mismo), amén de que se han mantenido tal cual
fragmentos de la historia que realmente uno pensaba difícil de
imaginar visualmente en pantalla grande (véase la muerte de la
ballena, los viajes espaciales usando la "improbabilidad"
-de cuyo efecto no se abusa en exceso-, o el modo brillante, a través
de animaciones, en que se muestran los comentarios de la Guía
del Autoestopista sobre tal o cual cosa. Las diferencias más
grandes existentes son principalmente la introducción del líder
religioso Humma Kavula, antiguo rival electoral del presidente Beeblebrox,
el cual da de sí una subtrama para ir en busca de un arma de
efectos muy especiales (y que dará de sí uno de los gags
más logrados de la película, gracias a Marvin, robot con
graves problemas emocionales) y que de paso justifica que Sam Rockwell
pueda pasearse por la película con solo una cabeza (y no con
dos, como en el libro), y la inevitable aparición de un romance
entre Arthur Dent y Trillian, algo por lo cual uno ya apostaba antes
de entrar en la sala de cine que iba a ser añadido, pero que
no se hace especialmente molesto. Bueno, también se cambian los
rasgos pelirrojos de Ford por los afroamericanos de Mos Def, en un intento
más de adaptarse a los tiempos de corrección política.
El resto, muy semejante al libro. El sentido del humor de la película
oscila entre lo bobalicón -sin llegar a ser ofensivo; a veces
las estupideces funcionan aunque sea por repetición, como en
el momento en que Arthur, Zaphod y Ford intentan entrar en la fortaleza
Vogona y son asaltados por una especie de matamoscas viviente, terminando
en una sucesión de golpes que, de absurda, termina por provocar
risa- y lo extravagante, como los cambios que sufren a causa de la energía
de la improbabilidad, transformándose los personajes principales
cada vez que usan esa tecnología en cosas como muñecos
de trapo o sofás.
La ligerísima carga crítico-filosófica que había
en la novela se mantiene, en esa inocente burla hacia las preguntas
sin respuesta que asolan a la Humanidad y que la computadora Pensamiento
Profundo (cuya voz está interpretada por Helen Mirren) es incapaz
de responder al no ser capaz de procesar una respuesta con sentido (en
uno de esos chistes que funcionan mejor leídos que vistos en
pantalla, todo sea dicho), así como su también liviano
toque trascendente, en ese momento -de los mejores de la película-
en el cual Arthur Dent acompaña a Slatibartfast a la creación
de un nuevo mundo.
Una película amable (¿una comedia romántica extravagante
de ciencia ficción?), con buenos efectos especiales (tanto los
diseñados por ordenador como las criaturas creadas por el equipo
del llorado Jim Henson) que, si bien no va a cambiar la historia del
género, tampoco merecía el poco bombo que se la ha dado
en nuestro país (a pesar del éxito en taquilla que ha
logrado en Estados Unidos, Inglaterra o Australia).
Anécdotas
* Existen cuatro secuelas literarias escritas por el mismo Douglas Adams
de su novela original, todas ellas editadas en España por la
editorial Anagrama: El Restaurante del fin del Mundo, La vida, el universo
y todo lo demás, Hasta luego y gracias por el pescado e Informe
sobre la Tierra: Fundamentalmente inofensiva. No sería de extrañar
una secuela adaptando el primero de ellos en breve, debido al sorprendente
éxito del film * En la escena en la cual la Guía se abre
por primera vez, justo después de que Arthur y Ford escapen de
la Tierra antes de su destrucción, suena una versión de
"The Journey of the Sorcerer", tema original de The Eagles
que era la cabecera de la versión televisiva de los 80 * El rostro
de Douglas Adams puede verse en el último salto de improbabilidad
al final del film * La película está dedicada a Douglas
Adams. Un retrato de él y su esposa puede verse en el interior
de la nave de Zaphod. * Jack Davenport y Hugh Grant fueron considerados
para el papel de Arthur. * Simon Jones, que interpretó a Arthur
en la serie televisiva, tiene un cameo como la imagen holográfica
que da la "bienvenida" a los protagonistas al planeta Magrathea.
Bibliografía
ADAMS, Douglas: Guía del autoestopista galáctico; traducción
de Benito Gómez Ibáñez. Barcelona: Anagrama, 1987.
Colección Contraseñas; 47. Traducción de: The hitch
hiker's guide to the galaxy.

Javier
J. Valencia (Barcelona, España)
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