NOVEDADES

Salí del cine con esa sensación de maravilla que en contadas ocasiones se experimenta de adulto y es que Tim Burton, si algo tiene a raudales, es sentido de la maravilla.
Queda demostrado que el director de Charlie y la Fabrica de Chocolate sabe rodearse de gentes que también lo poseen; llámense Johny Deep, que como siempre, esta estupendo o llámense Danny Elfmann, que para esta película se ha soltado de nuevo, componiendo una de las mejores bandas sonoras de este año.

Como adaptación de la novela de Roald Dahl es más que correcta, teniendo en cuenta los tiempos que corren, pues el escritor ya dejaba en su libro el suficiente margen a la imaginación del lector para "crear" las diferentes naves de la fabrica a su manera. Si algo incorpora de forma diferente esta nueva versión es el humor, un humor fresco y en constante evolución que por momentos llega a rozar el negro.

El apartado técnico y artístico esta a la altura del espectáculo, la película nos presenta una sucesión de salas, juegos y juguetes verdaderamente ingeniosa: ríos de chocolate, montañas de caramelo, transportes extravagantes, divertidos números musicales, trampas imposibles y acción a raudales. Todo reforzado por una planificación casi perfecta y un montaje muy picado, que no deja lugar al reposo.

También el apartado de interpretación sale airoso del meollo, los cuatro abuelos de Charlie, destacando a David Nelly, son verdaderamente entrañables. Christopher Lee, que ya habia colaborado con Burton en Sleepy Hollow, construye un Dr. Wonka terrorífico, que causara desasosiego en más de uno. Y por encima de todo Willy Wonka, interpretado por el actor fetiche del director: Johnny Deep. Muchos preferirán al Willy Wonka de la adaptación de 1971, interpretado por Gene Wilder, sin embargo, son incomparables por diferentes.

Centrémonos en su magnífica interpretación. Vale la pena: Deep es un extraterrestre.
Como siempre, no se ha limitado a seguir el guión. Se ha inventado un personaje a su medida; a ratos simpático, a ratos repulsivo, siempre extravagante. ¿Por que no? Es un personaje infantil, que a veces odia a los niños y a veces a los padres, ha tenido una infancia extraña, es desesperante, alocado, entusiasta, misterioso… un papel hecho a su medida. Sus detractores le han comparado con Michael Jackson…por favor ¡No le busquemos los tres pies al gato!

Pero algunos los han buscado con aquella frase que ya empieza a sonar repetitiva: Es un Burton menor.
Burton es Burton, punto. Ni Big Fish era tan inferior como se dijo en su momento ni Batman la obra maestra que se aseguraba (por citar dos momentos de su carrera sobradamente alejados en el tiempo). No pretendamos convertir a un director en un gran autor sólo mientras hace lo que a nosotros nos gusta. Burton es un autor y esta película es muy buena. Pregúntenles a los niños.
El director continúa recordándonos que ayer también lo fuimos pues no ha perdido ni un ápice de la imaginación de la que siempre ha hecho gala.

Lo dicho: algunos asegurarán que Burton está de capa caída, nada más lejos de la realidad. El director, que proviene de las filas de la Disney, por fin ha rodado una película íntegramente pensada para los niños y para los adultos con alma de niño, no le busquen más, cada género en su sitio. Charlie y la Fabrica de Chocolate tal vez no sea una obra maestra para todos, tampoco lo pretende. Sin embargo, a los niños les encantará, a los no tan niños también y a los que ya no tengan dentro del alma ese rinconcito infantil… lo siento.

Texto: Dani Morell

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