Josele Santiago: «El arte no tiene que seguir una agenda si el artista no quiere»

Josele es un tío que está de vuelta de todo, pero con la ilusión y la magia intactas. Poco vamos a contar nosotros de alguien cuyo grupo, Los Enemigos, lleva más de treinta años en la carretera y ha editado, además, cinco discos en solitario. Esta noche actúa en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia a partir de las 21 horas y nosotros llegamos por los pelos a publicar esta entrevista. Que hable el maestro.

El título de este disco lo asocias al mal, a un paisaje nada cómodo e incluso desagradable. Luego, prestando atención a las letras, todo empeora. Dejas claro que todo se va a la mierda y es irreversible. Es curioso que esta visión coincida con tu mejor momento a nivel personal. Igual era necesario y de otro modo no podrías haber parido Transilvania. ¿Lo ves así?
Pues no lo sé, no me lo he planteado nunca así. Simplemente voy escribiendo canciones y cuando encuentro que juntar una docena o así de ellas tiene sentido, aunque sea a un nivel intuitivo, las grabo. Además, el proceso de composición de un disco, al menos en mi caso, es lo suficientemente largo como para abarcar más de uno y más de dos momentos personales.

Dices que hay que cuestionarlo todo. ¿Crees que estamos más manipulados hoy en día que en otras épocas? ¿Somos más conformistas? ¿O es simplemente la misma historia siempre?
La historia se repite, eso es cierto, pero nunca ha habido tantos y tan sofisticados instrumentos ideales para manipular al personal como hoy en día.

¿Sigues firme en eso de que «la única responsabilidad que tiene el arte es conmover»? El siguiente paso debería ser concienciar. ¿Eso es imposible? ¿Siempre lo fue?
Yo sigo pensando que el arte no tiene que seguir una agenda si el artista no quiere. Otra cosa es como te posiciones en las entrevistas y las redes, ya que tienes esa oportunidad. Me encanta pescar versos en la realidad sociopolítica actual, es un magnífico caladero. Pero no me siento obligado a hacerlo. Es sólo que está ahí.

Estamos acostumbrados a ver músicos que, después de una larga trayectoria, se acomodan. En tu caso, sin embargo, siempre estás abierto a nuevas ideas. «Hay que ser consciente de que eres un eterno aprendiz y mantener la ilusión», reconoces incluso, y reivindicas que hay que echarle imaginación al asunto y no dejarlo todo al oficio. ¿En algún momento de tu carrera sentiste que te habías estancado?
Claro. Ocurre constantemente. Esa es precisamente la sensación que le empuja a uno a mover el culo, si se me permite la expresión.

En los discos de Josele Santiago siempre hay alguna/as canción que pensamos «esta podría estar en un disco de Los Enemigos». En este caso, nos pasa con «Prestao», por ejemplo. Cuando compones, ¿cómo vas mandando canciones al cajón de Josele o al de Los Enemigos? ¿Qué hace que una canción vaya a uno u otro?
En realidad no hago más distingos que los puramente musicales, si es que los hago. Quiero decir que si a una melodía le sienta bien un riff poderoso va directamente para Los Enemigos, pero hasta ahí hemos llegado. Intento centrarme en las letras y en las melodías, y el tema de si vestirlas de esta o de aquella manera viene después. La mayoría son intercambiables y depende más que nada del momento en que me pille.

Afirmas que lo importante es que las canciones resistan la prueba de la guitarra acústica. En los tiempos complicados que corren para la música en directo, se podría decir incluso que esto se ha convertido en algo casi imprescindible, ¿no?
Bueno, tampoco es tan imprescindible. Me encantan muchas canciones que son irreproducibles con una acústica. Sin embargo, es verdad que el formato folk cada día me gusta más. Me siento muy cómodo en ese terreno.

¿Cuáles son, en este sentido, las «trampas técnicas» que te permites en directo a la hora de interpretar tus canciones? O, mejor dicho, ¿cuáles son tus cacharros imprescindibles para subirte al escenario?
Ya ves, con una guitarra y una botella de agua me puedo apañar. Uso un modelo bastante raro de Martin, la Shenandoah, que es básicamente una dreadnought tipo D-35. En cuanto a las eléctricas, para Los Enemigos utilizo una Fender Telecaster y con mi banda prefiero las guitarras huecas con pastillas simples tipo P 90 como la Gibson 330 o la Duesenberg Hollow Body que llevo últimamente. Los amplis siempre Fender o similares, aunque me estoy planteando seriamente hacerme con un Vox AC30 o AC15. Ya veremos.

Pareces tener una estrecha relación con los productores y colaboradores de tus discos desde el inicio de tu carrera en solitario. Pese a que siempre mantienen tu sello inconfundible en giros melódicos, letras y demás, ¿cuál es la parte más permeable de Josele Santiago a la hora de afrontar un proceso de grabación?¿En qué te ha logrado meter más mano Raúl Refree en este disco?
Raül es un fenómeno, pero yo soy bastante estrecha, sabes. Es broma, hacía tiempo que estaba planteándome trabajar con sintetizadores y ahora que por fin estábamos trabajando juntos (hace ya más de diez años que nos lo planteamos) pensé que había llegado el momento. Sacó un montón de cacharros de los armarios de su estudio, pero no le dejé usarlos todos. La aportación de Raül ha sido fantástica a nivel de arreglos, que los hemos discutido mucho, y sobre todo en cuanto al sonido general del disco, donde le dejado hacer más entre otras cosas porque yo estoy sordo como una tapia. Ha conseguido una profundidad y un equilibrio acojonantes.

¿Por qué crees que debemos seguir a Xarim Aresté? Solo se te escuchan elogios para su música.
Bueno, me limito a recomendarlo. Escribe unas canciones maravillosas y sabe cómo interpretarlas. Realmente, Xarím Aresté es uno de los artistas más interesantes con los que yo me haya topado nunca.

Los escándalos de la SGAE «ayudan» a que cada vez más bandas y artistas opten por la autoedición de sus discos, libres de derechos, además. Hablamos de discos grabados en estudios profesionales y con una calidad evidente, no maquetas). Parece que es una realidad ya (e irá a más en el futuro) pero no tienen hueco aún en la prensa especializada, salvo excepciones. ¿Cuándo empezarán los medios a prestar atención a la autoedición? ¿Crees que se puede dar o el poder de las multis (incluso las independientes) hará que estos trabajos siempre permanezcan en el underground?
Las multinacionales y la música hecha por el simple placer de hacerla, con paciencia y dedicación, hace ya tiempo que transitan por caminos diferentes. Las excepciones, que las sigue habiendo, son cada vez menos.

T&L 31 – ‘Pink Ladies Vol. I’



Con motivo del concierto que ofrecerá mañana en el Guanábana Jam de Molina de Segura, entrevistamos a Josele Santiago por teléfono, dando paso a continuación en el estudio a Sole Destroller, Dámaris Bernal, Ana Andújar y María Jackson, oyentes del programa, amigas y compañeras de conciertos y festivales y otros proyectos varios. Con su ayuda y la de nuestros colaboradores habituales (regreso triunfal de Lisardo Ruiz de Mendoza incluido) dedicamos tres horas y media a repasar algunos de nuestros grupos locales favoritos, clásicos imprescindibles e incluso gustos musicales poco confesables (que no inconfesables). También hubo tiempo para las novedades discográficas, aunque desde un particular punto de vista, y para saldar una deuda pendiente del programa: el homenaje a los grandes «fuckers» de la historia de la música contemporánea.

Seguir leyendo T&L 31 – ‘Pink Ladies Vol. I’