TEXTOS

"Érase una vez un técnico por el amateurismo conquistado" (Oscar Sueiro)

ONOMATOPEYAS (Garrotada Smith)

NO HAY COSA MÁS ABURRIDA QUE PRETENDER SER AUTÉNTICO (O Underground)
(Naxo Fiol)

 

 

"Érase una vez un técnico por el amateurismo conquistado"

Sábado 20 de marzo del 2004, las 21h, Cotxeres de sants, primer Festival de cortos de para cortos...
Allí me hallaba yo, litro(s) de cerveza en mano y amplias expectativas de diversión - avaladas por la garantía que ofrece el saber que los organizadores del evento son algunos de los que hacen posible una de las mejores semanas del año; la de La Maratón de Cine Fantástico y de Terror de Cotxeres de Sants -.
Pues bien, dichas expectativas fueron cumplidas.

La sesión empezó con un divertido mediometraje de Victor Olid; "Arsenio Lupen III, y la joya del oro". Un producto no apto para pijos estrechos de miras, un producto cuya característica principal es el sentido del humor, un producto fresco, etc (como todo lo que se proyectó esa noche). A mí me enganchó desde el primer momento gracias a la cancioncita de Lupin, serie de dibujos animados que yo devoraba mientras los pijos estrechos de miras que antes citaba estaban en catequesis.
No voy a analizar el "film" porque tendría que hacerlo tambien con el resto y me extendería hasta llegar a aburrir más que la sobrevalorada "Suspiria" (dedicado a Mon - que no la conozco pero me he leído todos los fanzines que se regalaban y con algo me he quedado -).

Cuando me planto ante cualquier producto audiovisual se activa mi chip de técnico, mi "Yo profesional" (cámara y montador) . Y es que no es fácil liberarse de todo aquello que he aprendido durante años y dejar que emerga el inocente espectador que llevo dentro. Pero... sorpresa! Los autores que en esta ocasión nos ocupan: Nacho Fiol, Rob García, Victor Olid y Chema Ponze lo han conseguido!
Despues de pasar por mis típicas fases de; uy, este encuadre... ay, el sonido... buf.. la luz... aish… este montaje..., conseguí ver todo lo que allí se estaba proyectando como lo que realmente es: cintas de video doméstico despojadas de pretensiones, o lo que es más sencillo... ganas de hacer cosas! Ganas de experimentar con aquello que tantas alegrías nos ha dado: el cine! (Y uso la palabra "cine" por todo lo que engloba y no como forma de camuflar que lo que se está haciendo es video, que para muchos snobs es un formato menor...).

En este caso, la pasión, las ganas, la originalidad... prevalecen sobre los medios, e incluso sobre las formas.
La idea de hacer un "festival de cortos para cortos" es perfecta para presentar este tipo de cine porque ya se le está indicando al espectador lo que va a ver, y de paso, es justo para los creadores, que no tienen que ver como sus obras compiten con otras quizás peores en contenido pero mejor presentadas, acentúando así las carencias presupuestarias de los cineastas caseros. - Son ligas distintas aunque los organizadores de la mayoría de festivales no se enteren -.

Esta vez tuve la suerte de acudir como espectador y no como autor (no os imagináis el alivio que esto provoca!).
Al ser un mero espectador no tenía porque estar comparando constantemente los cortos de los demás con los mios, podía verlos todos con buenos ojos y hasta con cierto aire de colegueo, pues al fin y al cabo, a ellos les gusta lo mismo que a mí.
Conclusión: pude ser más justo que de costumbre.
La impresión general que me causaron los cuatro autores como cineastas fue positiva. Todos tienen obras o trozos de obras destacables por su ingenio, originiladidad, sencillez (a veces tambien puede ser positiva la sencillez), inteción, etc.
Tambien he de reconocer que a todo esto ayudan mucho los tres litros de cerveza que llevé conmigo y que hacían que la gracia de los gags se multiplicara, jeje.
Ah! aunque el humor casi siempre esté presente, tambien hubo cortos de tono más serio o que intentaban transmitirnos algo. Y en ese campo debo destacar a Nacho Fiol y a Rob García, que se mueven cómodamente tanto por el terror y el cutre-gore, como por la creación o video experimental. (Muy a tener en cuenta el de la fábrica de Rob García como corto experimental, o el pesimismo - a pesar del tono cómico - de "Última esperanza Marte" de Nacho Fiol como corto con mensaje).

La guinda final la puso el desparpajo del cine de Chema Ponze. Y aunque quizás debería ponerme a hablar de "Soulman", su trabajo más elaborado, no puedo dejar de pensar en su corto-parodia de Terminator con un humor estilo ZAZ (los que no sabéis quién son ZAZ pegaros un tiro en la cabeza).
Ese corto es la muestra de que solo hace falta una idea y muchas ganas para abrirse paso entre el público, que es lo que realmente importa! Valen más la risas del público que el premio de un jurado de ineptos!!!

Ah! Por si fuera poco... además de lo bien que me lo pasé, gané el dvd de Soulman y un vcd con los cortos de Rob García!! Solo tuve que contestar a una de las preguntas más absurdas de la historia de los concursos. Está claro que más que regalarlos, querían desprenderse de ellos, jejeje.
Una vez concluido el evento, a la salida tuve la oportunidad de grabar una secuencia para Victor Olid, en la que él mismo era víctima de una paliza que le propinaban un atajo de indeseables (Rob García, Nacho Fiol y Chema Ponze). Aunque realmente no sé quién era el indeseable porque si el agredido llevaba un pasamontañas... por algo sería... - la secuencia en la que el director se ataviaba con el pasamontañas y discutía con Rob la grabamos un par de cervezas más tarde (aceptamos cerveza como unidad de tiempo). La magia del montaje hará el resto -.

En fin... gracias a todos los que habéis tenido algo que ver con esta iniciativa, y mierda para todos los que se supone que estudian cine y no acuden a estos festivales. La sala debería estar a petar! Me indigna la gente que cree que el cine está en los libros. A moverse coño!!

PD: Rob, no te apagues más cigarros en la piel, animal!

Viva la cinefagia y muerte a los cinéfilos pseudo-intelectuales toca-cojones!

Óscar Sueiro
DR WEST

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ONOMATOPEYAS

El presupuesto del ejército de ese pequeño y curioso país llamado Islandia, pasa por unas restricciones tales, que ya no compran ni municiones para los entrenamientos. Por eso, cuando los soldados van de instrucción, apuntan las armas contra el enemigo ficticio y, en lugar de disparar realmente, simulan el sonido con la boca:
- Bang! Bang!
La Señora Madeleine Jonasson, diputada de la oposición conservadora, ha sacado el tema a la luz con una intervención parlamentaria. Se ha quejado que la moral de las tropas está muy baja, como puede suponer con facilidad cualquiera que se imagine a unos soldados en prácticas fingiendo los tiros con la boca, como niños en la hora del recreo. El Ministro de Defensa, Svend Aage Jensby, ha contestado a la Señora Jonasson que es cierto: el presupuesto de defensa es tan bajo que no da ni para balas de fogueo. Pero ha explicado la necesidad de este presupuesto tan bajo (quien coño va a invadir Islandia y para què?) y ha asegurado que, contrariamente a lo que asegura la diputada opositora, la moral de los soldados es muy alta.
Recuerdo, de niño, haber hecho gran cantidad de prácticas militares de este tipo por los parajes de mi pueblo, al mediodía o por la tarde, cuando volvíamos de la escuela. Y, francamente, a mi y a mis compañeros de juego esto de simular el "bang!bang!" con la boca no nos bajaba nada la moral. Nuestro objetivo era matar enemigos (ya más mayorcitos, digamos adolescentes, el objetivo era pegarle a los veraneantes pijos de Barcelona que venían los fines de semana y durante las vacaciones de verano a vacilar con sus vespinos por el pueblo), pero de pequeños, simplemente era cuestión de proponérselo y de gritar "bang!bang!" con suficiente contundencia y con la mirada inflamada de odio. Es evidente que en el grupo siempre había algún empanado que decía "bang!bang!" con poca prestancia, sin chillar, con la voz débil, sin convicción. Evidentemente, este niño (que inmediatamente era menospreciado por el resto de la tropa) moría enseguida. Pero a ninguno se nos pasaba por la cabeza decir que ese niño tenía la moral baja. ¿La moral baja? Simplemente era un empanao que no sabia jugar a guerras. Y eso que ha acabado de segurata el cabroncete, pero esto ya sería otra historia.
Hablo por experiencia: con una voz lo suficiente potente, un solo soldado es capaz de matar o, como mínimo, de hacer huir a cinco o seis contrarios. El problema con el que muchos de nosotros nos encontrábamos era el cambio de voz. Hay una edad fatídica (justamente cuando más te interesas por los juegos bélicos) en que la voz cambia. Deja de ser una voz infantil para convertirse en una voz adulta. Pero mientras unos ya lucen un vozarrón que hace temblar las paredes, otros desafinan y solo consiguen una vocecita nada temible. Al contrario que a Joselito, a un niño normal el cambio de voz no le suponía ningún trauma sino una bendición. Pasabas de mocoso a chavalote. Teniendo en cuenta que los soldados islandeses ya son grandecitos, no se deben encontrar en esta situación molesta. El "Bang!bang!" no se les convertirá en un gallo ridículo. Por esta banda, ningún problema, pues.
Eso si, y vuelvo a hablar por experiencia, solo con el "bang!bang!" no se llega a ningún sitio. Además del "bang!bang!", el ejército islandés (y todos los ejércitos que, como este, se encuentren con la sabia medida de un gran recorte presupuestario en defensa) deberían ampliar la gamma de sonidos. Nosotros hacíamos servir el silbido prolongado seguido de "vrrrroooomm!" para las caídas y explosiones de bombas y granadas de mano, el "ffffffggghhh!" para el lanzallamas y el "pinyao!pinyao!" para el revólver. Pero, sin ninguna duda, el sonido que más nos gustaba simular era el de las ametralladoras. "rattattattattattá!". El "bang!bang!" está bien, no lo niego, tiene hasta su glamour onomatopéico, pero un ejército ha de saber diversificar el armamento, cojones!. Que Bono tome nota del asunto.
Y es que el mundo de las onomatopeyas está lleno de curiosidades. Acabo de leer en una revista, que la hija del stoner Mike Jagger y la modelo Jerry Hall, una chavalita preciosa, al nacer le pusieron tres nombres y un apellido: Georgia May Ayeesha Jagger. El apellido es Jagger porque su padre se llama así. Le pusieron el nombre de Georgia porque fue en Georgia donde la concibieron. El segundo nombre, May (mayo en inglés), porque la concibieron precisamente en este mes. Y del tercer nombre, Ayeesha, la revista no dice nada, pero vaya, deduciendo un poco yo diría que fue exactamente la onomatopeya que soltó Mike Jagger en el momento de la eyaculación.

GARROTADA SMITH

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NO HAY COSA MÁS ABURRIDA QUE PRETENDER SER AUTÉNTICO (O UNDERGROUND)

Cuantiosas han sido las ocasiones en las que alguien no ha dudado un instante en tildarme de auténtico o de pretender serlo. ¿Que qué pienso yo?, pues la verdad es que no lo sé, mi empanada mental no me deja razonar y que yo recuerde mi vida ha sido un caos a partir del día que decidí ser auténtico. ¿Pero qué es ser auténtico?, ¿es auténtico una manera elegante y sutil de llamarte "fracasado"?... igual que underground, ¿el que se auto-impone la etiqueta de underground y/o auténtico lo hace porque no le gusta ser consciente de que no ha alcanzado sus sueños y metas y se tiene que conformar con situarse en la retaguardia, en el rincón oscuro y húmedo en el que nadie quiere estar?. Se da el caso de muchos artistas underground cuyo sueño es ser Spielberg, pero que, mientras no logran alcanzarlo, gustan de respaldarse cómodamente en la mentada etiqueta que reconocer abiertamente(ya no para los demás, sino para si mismos) que no han logrado lo que pretendían y que, de este modo, entran a formar parte de la interminable lista de perdedores de los que el mundo está lleno. ¿No es desde esa óptica mucho más honesto reconocer que uno quiere ser Spielberg o Coppola pero que, sencillamente, no llega y punto?. El caso es que yo quería ser auténtico, y el día que empecé a tomarlo en serio la cagué, hacer lo que hacía como afición (escribir relatos de terror, dibujar cientos de cutre-comics, filmar paridas en 8mm y video, esculpir patéticos efectos especiales con plastilina, etc) dejó de ser una mera diversión sana y que me apartaba de los problemas y las angustias existenciales de un pajillero vago y soñador que teme al mundo real como era (¿o soy?) yo, para pasar a ser parte de mi caos diario. Antes filmaba y escribía o dibujaba solo para pasarlo bien, no me importaba si hacía demasiado ni qué haría luego con todo aquello, lo hacía y punto. Después lo disfrutaban algunos amigotes (tanto los tebeos como las historias de terror no las fotocopiaba, dejaba el original a la persona interesada y esta me lo devolvía al terminar... normalmente salpicado de aceite -ahí mi obsesión de lavarse las manos después de la ensalada o el bocata de jamón-) y listos. ¡Pero no!, uno se hace mayor y por alguna extraña ley impuesta en las escuelas, o a través de los medios y la sociedad en general, llegó el momento de dejarse de chorradas inútiles, crecer y aspirar a algo más serio, a ganar dinero, a comportarse como alguien respetable y emprendedor. ¿Te gusta dibujar?, pues dedícate a ello y gánate la vida como tal. ¿Te gusta escribir?, hazte un famoso novelista. Pero mientras no lo consigas, curra en la primera mierda que encuentres... con suerte te olvidarás de aquellos absurdos sueños de infancia y de todo lo que te proporcionaba felicidad y ganas de vivir. Si a ello contribuyen la boda, la hipoteca, las mil propiedades y el trabajar más para acumular mucho y no tener tiempo de disfrutarlo excepto durante un mes al año, pues muchísimo mejor.
¿Es que nadie se da cuenta de que convertir tu afición en una profesión es la mejor manera de destruirla?. ¿Qué dibujante o escritor crea en su tiempo libre?, "¡Me paso el día delante de la mesa de dibujo!, me gustaría poder desconectar de vez en cuando viendo la tele", y eso que antes para esa persona dibujar era el modo de desconectar. Pero claro, ¿cómo voy a ser feliz si me dedico a algo que no me gusta?, ese es el problema. Yo no soy quien para responder a tal pregunta ya que, como decía, durante lustros he luchado para lograr ser auténtico, y os aseguro que no es nada divertido, porque el grado de autenticidad de algo varía según las normas que alguien ha dictado con anterioridad respecto a lo que a uno le hace ser auténtico. Si os digo la verdad, y tras estudiar durante varios años el tema, he llegado a la conclusión que hay que ser muy plano y obtuso para ser auténtico. Ser capaz de creerte que lo eres, que tu camino elegido es el correcto y no plantearte la más mínima duda al respecto es de persona con un coeficiente tirando a limitado. O eso creo yo. Los más crédulos son los que rodean al artista y le lamen el culo sin cuestionarle nada, creyendo ciegamente que están ante un tótem intocable de la creatividad libre en estado puro lejana a todo interés mercantil. Hummm, pero digo yo una cosa ¿por qué hay artistas super-undergound que, a pesar de afirmar abiertamente que pasan de todo, que no les importa ganar dinero, que se la trae floja la aceptación del público, publican/editan su material y lo ponen a la venta en toda suerte de tiendas con una presentación totalmente profesional y por lo general a precios desorbitados?, si tan poco te interesa que tu arte sea consumido y dé dinero, ¿por que no te limitas a saborearlo tu en tú casa? ¿Cómo podemos creernos a un artista que afirma ser anarquista y anti-sistema y que en sus discos vayan toda suerte de advertencias legales, copyright y el terrorífico código de barras que nos tiene a todos controlados?. ¿Qué suerte de creador ajeno al sistema da forma a una obra de arte cuyo fin es provocar con el único propósito de llamar la atención de los demás y, por supuesto, de los medios?. Nos encanta reírnos de aquellas personas que, ajenas a todo, viven sin cuestionarse nada, consumen todo producto que el sistema les da fabricado y les encanta y su máxima preocupación es si el príncipe será feliz o no con su nueva parejita. Pero sin embargo,
probablemente estas personas sean muchísimo más auténticas que tu y que yo, que nos dejamos los ahorros (a través de nuestra flamante tarjeta de crédito, herramienta creada para extraer aquel dinero que, confiando en el sistema, guardamos en un banco que nos tiene fichado a través de un número y una letra) en libros, discos y películas raras con el único fin de sentirnos distintos/mejores y por encima del resto de los mortales. Esas personas, en su aparente simplicidad, disfrutan de lo que tienen y no pierden el tiempo cuestionándose si lo que hacen es propio de alguien auténtico, si eso les hace mejores y, ya de paso, no miran con lupa al de al lado intentando indagar si éste es o no underground. La verdad es que da que pensar. En la genial película "El sentido de la vida" de los Monty Python, Eric Idle le hace ver a un Terry Jones travestido -a través de una deliciosa cancioncilla- lo inmenso que es el universo y lo insignificante que es uno. A mi me ha pasado algo parecido pero a un nivel digamos "artístico". Como "buscador de artistas peculiares" que soy, me he pateado internet montones de veces buscando nombres interesantes ¿y sabéis con lo que me he encontrado?, que el mundo está lleno de artistas, estamos INVADIDOS de artistas, puede que hayan más artistas que personas "normales". ¿Y la radio?, ¿cuantas cientos y miles de canciones oyes al día?, ¿cuántos cantantes de pop-rumbero y nombre fácil de recordar (Manuel, David, Cristian, Iván...) salen diariamente anunciados en Tele 5 intentando convencerte para que inviertas en su nuevo cd?, ¡¡esto es demasiado!!, ¿para cuánto dan cuatro acordes?, ¡¡¿¿y las millones de bandas maqueteras que día a día nacen aportando su granito de arena a la sobre exposición auditiva a la que somos expuestos desde que nos levantamos??!!, ¿y cómo es posible que se estrenen tantísimas películas si todas cuentan lo mismo?. La verdad es que uno se siente una mierda al ver que el planeta está repleto de almas anónimas que creen estar haciendo algo de interés y, seguro, están convencidos (como yo lo estoy según el día) que son grandes artistas, de los de verdad, de esos que sufren para crear, y que el resto no valen nada. Ante semejante visión debería sentirme afortunado de haber sido bendecido con una película editada en dvd ya que es algo de lo que no todos pueden presumir.
Lástima que uno es como es y nada le deja del todo satisfecho... aunque en ocasiones, casi de modo milagroso, soy consciente de ello y por un momento me siento hasta un pelín privilegiado. "Bueno", pienso, "Al menos no soy uno más". ¿Son todas esas almas desconocidas, que en su tiempo libre graban con su cámara lo que pretenden sea un discurso cargado de profundidad, auténticas?, ¿son underground?... bien, aquí entramos en otro terreno que me es muy familiar. Esto que quede entre nosotros, pero suelo aborrecer a aquellos "don nadies" que gustan de poner su propio nombre como dirección de la página web en la que anuncian y venden su material. Y no sólo eso, visitando la mayoría de estas páginas te encuentras con una serie de cargantes características que desvelan las verdaderas intenciones de todos estos super-artistas marginales, y es su sed de aceptación e integración.
Veamos ejemplos: La mayoría de ellos gustan de auto imponerse adjetivos destacando cuán brillantes son (el genial cineasta, el reputado artista, el incomparable creador... ¿acaso lo ha escrito su madre?), buscan la originalidad a cualquier precio, ser diferentes, innovadores, genios, mejor que el vecino... no he encontrado ni uno que diga "Hago esto para pasar el rato y divertirme con los coleguitas", porque los que van del palo "desenfadado" solo saben hacer mierda que aspira a quitarle el puesto a Lloyd Kaufman en su nada envidiable podium de facturador de caca number one(¿por qué confundimos cine no pretencioso y divertido con caspa roñosa de humor chusco y ofensivo?). También suelen incluir los comentarios -todos positivos, claro- que de sus obras se han hecho en prensa y los medios en general. ¡Joder!, si tan independiente y underground eres ¿qué haces alardeando de cómo la prensa standard y establecida alaba tu creación (que, seguramente y en un alarde de tristeza infinita, tu les has mandado por correo para que la vean)?. Aunque existen casos peores, como el de Nick Zedd(supuesto esteta intocable del cine más guerrillero), que en su página incluye frases de famosos (incluido el actor hollywoodiense Stephen Dorff)haciéndole la rosca (?). Un aspecto que ayuda a que a todas estas almas se les vea el plumero más de lo normal consiste en que gusten de utilizar el término "Video Digital", o "Mini-DV", en lugar de video, lo que demuestra que les avergüenza hacer sus películas en ese formato e intentan disfrazarlo de la mejor manera que saben. De hecho, resulta bastante inconexo que echen
mano de términos como cineastas/filmmakers dado que probablemente no han pasado nunca de la cinta magnética. Aunque, por encima del excesivo auto-bombo, hay algo que me cabrea aún más, y es, como se da en la página de otro veterano artista marginal, Jon Moritsugu, alardear de sus flirteos con el mainstream (lo siento Jordi, tenía que decirlo), con la televisión o el cine "normal", y convertir su fracaso en el "triunfo del artista provocador que enfurece las mentes bien pensantes". Es un camino tan fácil como meterse con los Teletubbies mismamente. Si una cadena comercial de televisión te pide el guión para el episodio de una serie familiar, no metas escenas porno o de parricidio porque sabes que no te la van a aceptar, vale, quedará muy auténtico y punk para tu currículum, pero el caso es que ESO no te da de comer. No digo que hayas de seguir las reglas de nadie, pero si vas por tu propio pie a pedir el curro, juega a su juego, porque si lo que quieres es que te echen por ser un rebelde de plastilina, entonces no vayas y punto (o no aceptes el encargo, leñe). Es como esos que critican un programa de la tele-basura pero se lo tragan cada día, si en realidad no te gusta, limítate a no mirarlo. ¿No?
Recientemente he intentado recuperar un poco la actitud de cuando tenía 15 o
18 años y nada me importaba más que pasarlo bien, incluso he vuelto a filmar a solas utilizándome de "estrella", cosa esta que no hacía desde mi más tierna infancia, de cuando no tenía tantos complejos (ni amigos) y no me daba vergüenza verme en la pantalla del televisor (ya saben, uno crece y debe dejar de hacer el mandril). El invento iba funcionando hasta que editaron en dvd una de mis peliculitas y la bola de nieve volvió a rodar, ¡ahora que empezaba a aceptar mi condición y me vuelven a tentar con las mieles de la aceptación!, ¡¡perra suerte la mía!!. Si ahora hasta resultará ser un problema tener una obra mía en los estantes de grandes almacenes con su respectivo código de barras y aviso de copyright.
Como decía he intentado dar un paso atrás y disfrutar de mis cosas como lo hacía de crío... pero claro, supongo que ya estoy demasiado "infectado" como para conseguirlo al cien por cien. Es verdad que saco muy pocos números de mi fanzine y este apenas se mueve, y que mis cortos casi no van a festivales y los hago utilizando el mínimo de gente para no sentirme responsable de hacer realidad los sueños de popularidad de las entes que participan, pero al final del proceso siempre queda lo mismo: El deseo de aceptación. Agradar al que lo consumirá. Me consuelo pensando que no soy un hombre ambicioso y no necesito el fervor de una masa alocada, con el beneplácito de 10 o 20 personas me siento super-contento, aunque probablemente eso sea parte de una actitud cobarde que me ha llevado a esquivar a la crítica y a los desconocidos por miedo al rechazo y las malas reacciones, actitud que algunos han confundido con ser auténtico.
Pero no olvidemos que en ocasiones el auto-desprecio, la auto-crítica mordaz y la auto-indulgencia no es otra cosa que un modo diferente de quitar hierro a tu sensación de fracasado y, por enésima vez, sustituirla por el discutible disfraz de la autenticidad. Ai senyó...

Naxo Fiol (extraído del Suburbio 38)

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