LA SONRISA TONTA DE AUSTRALIAN BLONDE
por JM Soriano

Gira Canciones de amor y gratitud
Sábado 7 de mayo de 2005

Garaje de la Tía María (Murcia)

Me miro al espejo antes de salir de casa: llevo la camiseta de los Jam y las topper (no hace falta gastarse un dineral en zapatillas para ser indie), y salgo preparado para una noche de power pop en el Garaje de la Tía María. Pero se me había olvidado que, como Paul Weller o yo mismo, estos chicos de Gijón han crecido. Las calles de Murcia se vuelven más grises y mi cabeza no deja de darle vueltas a la última vez que vinieron los de Sexy Sadie para recordarnos a todos lo viejos que nos hemos hecho.

Entro al Garaje y el ambiente está como nos gusta a todos, ni la asfixiante multitud de Astrud, ni la deprimente intimidad de Lou Anne y Polar. Y salen al escenario y mi primer temor se confirma, no sólo porque Tito Valdés ya no sujeta el bajo, sino por que en el rostro de Fran Fernández (guitarra y voz) y en las hamburguesas que ha tenido que zamparse Paco Loco (piano y guitarra) se refleja el implacable paso del tiempo. Qué ya no son unos chavales, ni yo el criajo que botaba en los bares cada vez que sonaba el Chup Chup. Pero lo que importa es la música ¿no?

Y empiezan con Under The Disco Lights y, joder, esto sigue sonando bien. Poco a poco pasan las canciones y me olvido de que el bajista no es Tito, porque Pablo Errea (bajo y, en ocasiones guitarra y voz) toca como si hubiese estado los últimos trece años en la banda. Y me siento bien, porque no es lo mismo crecer que envejecer y AUSTRALIAN BLONDE han sabido madurar haciendo lo que les gusta: divirtiéndose en el escenario. Y si hemos dicho que lo importante es la música, no menos importante son las emociones que transmite y las canciones con las que arrancaron los asturianos, sencillas, tiernas y frágiles por momentos, irradiaban buenas sensaciones en cada acorde, tanto que a nadie le importó que Fran estuviese "fatal de la voz", porque nadie se hubiese dado cuenta si no se lo dice a Paco Martínez (batería) al terminar Songs Of Love And Grace.

Y la noche avanza y Fran le da la guitarra a Pablo y le deja el micro, y eran verdad las amenazas que nos hacían antes del concierto. Momento de tensión: AUSTRALIAN BLONDE sin la voz de Fran. Y Pablo canta regalándonos un contrapunto más profundo y sensual, y yo no sé si es como Marvin Gaye, sólo sé que es una delicia escucharle en Happy Here, pero ¡sorpresa!, es que esta voz también es cojonuda cuando la banda quiere mostrar su lado más cañero.

Y todo vuelve a la normalidad, Pablo recupera el bajo y Fran se queda en el centro del foco. Abajo somos felices y arriba no pueden ocultar que se lo están pasando pipa, y no ya por la sonrisa tonta que ha aparecido en todos los rostros, o la risa infantil y nerviosa que se le escapa cada medio minuto a Paco Martínez o las locuras a las que nos tiene acostumbrados el otro Paco, el Loco. Es una sensación que surge de toda la banda en conjunto, y ya se sabe que si arriba se lo pasan bien, abajo se lo pasan el triple de bien. Así que la sensación va creciendo poco a poco para hacerse manifiesta, incluso para el más lelo, con el bailecillo tonto que improvisa Fran en What To Do, una auténtica explosión de buen rollo que nos dejó a todos meneando la pierna.

Pero algo pasa en el escenario. Se miran confusos, alguien grita que se ha ido la luz, Paco Loco les dice con una sonrisa en la boca que si hay que suspender el concierto se suspende, Fran se acerca al público y grita que se ha ido la luz, que cuando vuelva seguirán… y se van. Pero los focos están encendidos y la gente se mosquea, ¿acaso era mentira el buen rollo que nos transmitían?, ¿se puede engañar de ese modo al público después de trece años sobre las tablas? Algunos se acercan al escenario para ver cuantas canciones quedan. Vale, era la diez, ¡qué putada!. Pero no han pasado ni dos minutos y vuelven a salir. Sólo fue un susto, empiezan a tocar All I Want y antes del estribillo ya estamos todos con la sonrisa tonta en los labios. No sólo van a ser ellos los que se lo pasen bien ¿no?

Y llega The Last One Standing, "esta canción es monísima", amenaza Fran, y nos ataca con un tema cargado de energía y emoción, un tema que bordan, incluso sin Steve Wynn, y que justifica de sobra las risas que él y Paco Loco se echaron al final. Pero no es la única canción que las merece. Parece que el apagón les ha dado una inyección de feeling, aumentando la intensidad del concierto para fortuna de los que estábamos allí abajo.

A estas alturas el buen rollo se respiraba abiertamente, y no ya sólo entre los de siempre, que como ya hemos dicho, Pablo parecía haber estado toda la vida en el grupo, y eso quedó patente en las miradas cómplices que compartió con Fran durante casi toda Like A Boy y que acabaron en un abrazo tan tierno como divertido.

Hasta que Fran dejó la guitarra para montarse la fiesta totalmente libre de preocupaciones en Carnaval, la última del concierto, el fin de fiesta, entrar al camerino y esperar a que el público grite lo de otra, otra. Lo que pasa es que el público de Murcia ya está bastante acostumbrado a los conciertos, y sabemos que en el Garaje no se acaban hasta que el DJ vuelve a pinchar, aún así les pedimos otra, porque sabemos que a ellos les gusta, y estaba siendo todo tan divertido que se lo merecían.

…Y por supuesto regresaron, y lo hicieron para mostrarnos el lado más cañero de la banda, para hacernos bailar a ritmo de power pop, para demostrarnos que no había sido una estupidez ponerse la camiseta de los Jam, porque AUSTRALIAN BLONDE son su presente y su futuro, pero también son su pasado y merece la pena seguir recordándolo. La guinda del concierto la pusieron con Chup Chup, y si ya nos habían hecho bailar, ahora había que volverse loco, porque yo no sé que tiene esa canción, pero cuando la oigo parece que vuelva a tener dieciséis años.

Para terminar sólo puedo decir que fue un concierto cargado de buenas sensaciones y de diversión, un concierto de esos que merece la pena ver, un concierto en el que AUSTRALIAN BLONDE demostraron no sólo que están en un momento envidiable y que siguen siendo una de las mejores bandas del panorama nacional, sino que además son el ejemplo a seguir por las nuevas generaciones. Para mí, fue de lo mejorcito que hemos podido ver este año en el Garaje de la Tía María porque, si bien otros nos han hecho viejos de repente, con AUSTRALIAN BLONDE salimos de allí con más ganas que nunca de hacer las locuras que hagan falta para que el mundo sea un lugar menos aburrido y eso es el indie ¿no?

Texto: JM Soriano
Fotos: Alberto Rios

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