Un programa de Romu López para Tímpanos y Luciérnagas
Sintonía: Arthur Russell – Corn
01. The Roves – King Of Comedy 02. Carole King – Where You Lead 03. Matthew E. White – Steady Pace 04. Alondra Bentley – Effort & Joy 05. Beach House – Space Song 06. Broadcast – Tears in the Typing Pool 07. Pajo – High Lonesome Moan 08. Ulrika Spacek – Nº1 Hum 09. Doug Tuttle – Only in a Dream 10. REM – Nightswimming
Tenemos pendiente una cita en condiciones con Alondra Bentley. Radiofónica, a ser posible. Pero como vamos a nuestro aire, ella está felizmente ocupada ahora y las circunstancias no siempre se producen al gusto de todos, esperaremos al momento adecuado. Llegará, porque siempre nos agrada pasar un rato con ella.
Hace unos cuantos años ya que sus trinos comenzaron a llamarme la atención, los suficientes para poder desterrar de una vez la socorrida (y manida) comparación con un pajarillo. Bastantes para dejar de utilizar el comodín de la dulzura campestre, el “ay-qué-bonico-todo” y centrarnos en el verdadero eje vertebrador de lo que importa en la obra de Alondra. Ha conseguido, aún de lleno en su juventud, reunir una estupenda colección de canciones atemporales que gravitan sin complejos en torno a las grandes composiciones clásicas de la música popular. Es melómana, se nota, aunque eso no te hace necesariamente buena compositora, incluso puede ser un arma de doble filo tanto referente cruzado. En su caso, todo lo escuchado parece haberle otorgado una vara mágica de medir, la de saber hacer redonda una canción. Esa melodía que te atrapa, la evocación adecuada, el estribillo adictivo. Lo que importa es eso, quería decir, saber convertir lo abstracto en algo tangible, pragmático pero bello. Se trata de hacer canciones, ¿no?
Seguimos recorriendo las carreteras del talento y la actitud. El trayecto de esta semana arranca con tupé y se va ennegreciendo con moderación, hasta llegar a las antípodas para toparnos con una zurda en Melbourne y emprender a caballo la recta final del programa, que termina con un inmejorable groove. Si no habéis entendido nada es porque no se os ha ocurrido escuchar. Es tan sencillo como darle al play y el hombre orquesta comenzará a mover sus brazos.
‘La versátil dulzura de Alondra Bentley’, así titulábamos la entrada de blog dedicada al concierto para niños que esta realizó el pasado mes de noviembre en el Teatro Circo de Murcia. Nos podría servir, con más motivo aún, este titular para describir este programa especial pero nuestra filia Tarantinesca y la actitud distendida de la charla que mantuvimos con ella nos ha llevado a este ‘Alondra unchained’.
Tímpanos y Luciérnagas cumple la mayoría de edad (ya contamos 18). Qué mejor compañía que la de una amiga talentosa para compartir un buen rato de radio de sábado por la mañana. Sí, saltándonos nuestra costumbre nocturna y cervecera, la ocasión lo merecía, invitamos a Alondra a desayunar (la parte inglesa de su educación – o la española, ¡quién sabe! – hizo que intentara invitarnos ella a nosotros, pero nos adelantamos). Nada más empezar el programa ya nos encargamos entre los tres de hacer un repaso de los dulces manjares que poblaban la mesa del estudio. Aquí lo contamos todo, ya sabéis. En fin, que lo de la dulzura ya está explicado, vayamos pues con lo de la versatilidad, porque hay cosas que sorprenden para bien.
Pese a lo que se podía leer en los simpáticos adornos que coloreaban el escenario del Teatro Circo de Murcia, no estábamos, ni estamos, en «holidays». Sí que estábamos en «weekend», disfrutando de un domingo familiar con una de las mejores bandas sonoras posibles, la de Alondra Bentley presentando su disco infantil «Sings for children. It´s holidays». Se puede decir que fue un éxito, vista la empatía que tanto ella como su inseparable Nacho Ruiz (Nine Stories, The Secret Society) demostraron con los niños, y viceversa. Fue un concierto cantado, contado (sí, hubo cuento interactivo) y bilingüe, o casi, aunque Alondra se hizo entender con mucha gracia. Hubo juegos y niños afortunados que subieron al escenario a tocar. La naturalidad y sensibilidad de las canciones, verdaderas protagonistas, funcionan muy bien con pequeños y mayores, de hecho el repertorio incluía piezas del disco para niños combinadas con otras de ‘Ashfield avenue’ e incluso de su recién editado ‘ The Garden Room’. Y ya que hablamos de discos, eso también pareció funcionar a la salida, ya que el puesto se abarrotó de compradores de todas las edades mientras los niños comían golosinas, eran pintados por una voluntariosa amiga de la artista y, ojo, pedían también su cd correspondiente. Recompensa, pues, al talento de una de nuestras mejores voces (y compositoras) y muy buenas sensaciones con su llegada a la discográfica Gran Derby, sello pequeño gestionado entre amigos, con ediciones muy cuidadas y precios asumibles por los consumidores habituales de formatos tradicionales. Ya había ganas de escuchar a Alondra en vinilo, con ‘The Garden Room’ lo vamos a poder hacer, yo ya tengo el mío.