Miguel Carratalá de la Fuente (Un Fulgor de Moda Antónima): «Cualquier plataforma de streaming te descubre en una tarde más música de la que vamos a escuchar en la vida»

Miguel Carratalá de la Fuente es un personaje imprescindible a la hora de revisar la escena musical de Alicante en los últimos 25 años. Componente de bandas como Qualude o flyingpigmatanza, hace ya unos cuantos años que se embarcó en la aventura de organizar conciertos bajo la denominación de Un fulgor de moda antónima. Miguel y su promotora son, parcial o totalmente, los responsables de nombres que marcan cada temporada la agenda de conciertos en la provincia alicantina como Sonidos Globales, Mfest, Transtropicalia, Ciclo Alhambra Las Cigarreras o Atiende!

La reactivación de la actividad para los promotores musicales, igual que para los artistas, no está siendo todo lo fluida que nos gustaría. A las restricciones que han marcado la agenda, obligando a cancelar o aplazar algunos eventos, por su inviabilidad, se están uniendo las cancelaciones a última hora de conciertos por positivos en covid de músicos. ¿Os habéis visto muy afectados por estas circunstancias?
En los dos últimos años ha habido cancelaciones y fechas que se han tenido que posponer varias veces por causa de la COVID. En este sentido Atiende! este año ha sido muy complicado de organizar.

Acaban de terminar los conciertos de Atiende, con doble programación, y ya debe estar a la vuelta de la esquina el anuncio de la programación de Sonidos globales. ¿Nos puedes adelantar algo?
Así es, acabamos de concluir la novena edición de Atiende! En la que hemos abierto una nueva línea de programación dirigida a descubrir la historia y la cultura de Alicante, una ciudad que creemos debe empezar a creer en sus encantos y gran atractivo como posible destino cultural.
De Sonidos Globales, claro: que tiene un cartelón este año, que comienza el 12 de marzo con el concierto de Lee Fields y que sigue los siguientes meses con propuestas muy gordas como Rodrigo Leao Ensamble, Imarham o Maria Rodés.

En las redes sociales de Un fulgor de moda antónima ya hemos podido ver algunos de los conciertos previstos para el año que viene. ¿Algo que añadir?
El año que viene promete buena y variada guayaba musical. Cosas especiales como el concierto de Dean Wareham, líder de Luna, tocando en directo ‘On Fire’, el mítico disco de Galaxie 500. La presentación del ultimo trabajo del galés Gruff Rhys (Super Furry Animals), algo que nos parece de locos. El concierto de los míticos Arrested Development. Y de otro palo muy diferente, pero que nos parece un notición también, el concierto de los argentinos Damas Gratis, uno de los principales representantes de la cumbia villera.

Una de las características de tus programaciones es que hay hueco por igual para los clásicos imperecederos como para las nuevas propuestas. ¿Cómo acoge tu público los nombres menos conocidos?
Habría que preguntárselo a ellos; pero supongo que depende de la propuesta, a veces de forma sorprendente y otras muy por debajo de las expectativas.

¿Has conseguido una base de gente que, fiándose de tu criterio, acuda regularmente a los conciertos que programas independientemente de quien actúe?
Jajajaja. No te voy a negar que comenzamos en esto con esa idea, no la de instaurar mi criterio o gusto musical a nadie, pero si la de crear un sello de calidad reconocible que la gente pudiese apreciar poco a poco, concierto a concierto. Pero la realidad es que la gente reacciona a su aire, dependiendo de la propuesta o proyecto que se proponga. Ahondar más en este asunto sería ponernos ya ha hablar de sociedad, de cultura. Y de territorio.

Ya que estamos, ¿por qué no aprovechas para recomendarnos unos cuantos grupos que creas que están recibiendo menos atención de la que merecerían?
Cualquiera de las plataformas que hay en Internet te descubre en una tarde más música de la que ni tú ni yo vamos a poder escuchar en nuestras vidas. Yo voy a recomendar solo una cosa, el nuevo disco de Fajardo con Trilitrate, pero solo con la condición de que le dediquéis tiempo.

Cuando nos conocimos hace 20 años fue porque acudía con frecuencia a ver conciertos en Alicante, sobre todo en la Sala Stereo. En aquella época miraba casi con más interés la agenda de conciertos en vuestra ciudad que la de la nuestra. Después de unos años en los que se invirtió esto, hace ya un tiempo que me pasa algo parecido, no por falta de propuestas aquí, simplemente porque me llama más la atención lo que programáis promotoras como la tuya o Santa Leonor. ¿Hay alguna posibilidad de que estas programaciones crucen en algún momento la frontera provincial y se repliquen en Murcia?
Gracias. Al parecer desde la distancia se ven las cosas diferentes, porque a mi me sucede algo parecido con Murcia. La respuesta es sí, tenemos mucha ilusión y hay planes para acercar en 2023 uno de nuestros proyectos a vuestra ciudad.

Uno de los festivales de lo que mejor recuerdo guardo es el Transtropicalia, tanto en su ubicación secreta como en la Isla de Tabarca. En un futuro menos distópico, ¿te plantearías retomarlo?
Transtropicalia significa mucho para nosotros, es el evento que reúne todas nuestras deseos culturales, nunca lo hemos abandonado realmente, sin duda regresará en el mejor momento, cuenta con ello.

Para acabar, hablemos de tu otra faceta, la de músico. Después de formar parte de bandas como Qualude o flyingpigmatanza, el último grupo en el que hemos podido escucharte es Turiste Terroriste, en la que cambiabas tu habitual bajo por la batería. ¿Te queda tiempo para meterte en el local de ensayo? ¿En qué andas ocupado últimamente?
Que va, no tengo ni tiempo ni local de ensayo ahora mismo. Deseo volver a encontrarle un hueco en mi vida, me gusta mucho tocar con gente y hacer ruido. Pero acabo de ser padre hace poco. Ya sabes, ¿no?

Bigote Chino: «Está todo yendo mejor de lo esperado»

Luiggi García a la batería incitando a otro músico a montar una nueva banda. Da igual cuando leas esto. Alberto Charro tenía canciones y hasta un nombre, solo faltaba encontrar gente dispuesta a embarcarse en un nuevo grupo en tiempos difíciles. Y pronto llegaron Víctor Martínez al bajo y Antonio Viwe al teclado. Bigote Chino estaba funcionando.

Bigote chino surge como proyecto personal de Alberto Charro. ¿Se podría considerar esta banda como una evolución de aquel o algo totalmente nuevo reutilizando simplemente el nombre?
Aunque las canciones son, originalmente, composiciones de Alberto, cuando llegó el momento de proyectarlo para el directo, inevitablemente, se convirtió en una banda. Y, si éramos una banda, no tenía sentido que todo ese trabajo se publicara (y se conociera) con su nombre solo. Sí es verdad que, entre todos los nombres que se barajaron como banda, se optó por rescatar un nombre artístico que Alberto usó la primera vez que interpreto alguna de estas canciones en solitario (Bigote Chino). Un apodo que le pusieron sus sobrinos.

¿Qué aporta Bigote chino que no hubiera en Galleta Piluda o Los Malinches? ¿Y en qué momento sabes que una canción va para un grupo u otro?
Alberto: En Galleta Piluda solo hay cosas que se pueden encontrar en Galleta Piluda, puesto que, más que un grupo, era un estado mental. Eso es irrepetible y pertenece a un momento concreto, que ahora mismo se encuentra en hibernación. Y en Los Malinches, podemos encontrar otra mirada más hippie/psicodélica/orgánica/latino/retrofuturista enfocada a otro tipo de público.
Cuando me enfundo el traje de Los Malinches, las canciones me las imagino detrás de mi instrumento, que es la batería. Y lo mismo ocurre con Bigote Chino y la guitarra. Hay temas que necesito tener el peso del groove para poder expresar lo que se pretende. Sin embargo, no me vería tocando la batería en Bigote Chino. Mi aportación es en la guitarra y eso me da el enfoque para contar otras cosas que no contaría en Los Malinches.

Todos los componentes estáis o habéis estado involucrados en multitud de grupos y otros asuntos relacionados con la música. ¿Qué os llevó a embarcaros precisamente en un nuevo grupo como Bigote chino durante el pasado año, en el que podría considerarse quizás el peor momento para hacer música?
El proyecto empezó algo antes de la pandemia. Quedando como podíamos (siempre con medidas de seguridad). Ahí tuvimos tiempo de ir dándole forma a la cosa. El origen es sencillo: Alberto tenía unas canciones y Luiggi lo picó un poco para llevarlas al directo con banda. Ahí surgió la posibilidad de que se uniera Víctor que, a su vez, se lo comentó a Antonio. ¡Y ya teníamos grupo! Al principio, ensayando en casa de Alberto. Pero al segundo día, vino a quejarse su vecino. Así que empezamos a ir a los locales Underground por horas y luego ya pillamos nuestro actual local, en Sonido Industrial, compartido con Los Malinches. Todo muy natural y muy rodado.

Entre vuestros primeros conciertos, el reciente en el Ruidismo y en breve en el festival Caravaca Powerpop. ¿Os sentís identificados con este tipo de eventos más o menos temáticos?
Son dos ejemplos del tipo de festival que nos gusta y al que solemos ir como público. No necesariamente por ser “temáticos”. Es el concepto familiar y de calidad, más bien. En realidad, temáticamente, nosotros no encajaríamos en ninguno al 100% y, sin embargo, sí tenemos muchas virtudes para tocar en ambos. También influye la trayectoria musical de cada uno del grupo y toda la gente que conocemos de estos años. Se crea cierta expectación y una cosa lleva a la otra.

Siguiendo las actuales dinámicas de trabajo, vuestras primeras canciones las habéis ido grabando y publicando sobre la marcha en plataformas digitales, para finalmente recopilarlas en una edición física. ¿Cuándo y cómo?
Falta una canción aún por salir (lo hará en noviembre), que completará el EP y le dará título. Esto, en digital. En físico, irán juntas en un vinilo 7’’ que podéis pedir a los Reyes Magos, aunque igual nos llegan las copias antes de que acabe 2021. Confiamos en la magia que pueda hacer nuestro sello, Lunar Discos.

Vivimos la época con más opciones de darse a conocer de la historia, pero a la vez con mayor dificultad para hacerse un hueco entre la gran maraña de información que nos rodea. ¿Estáis satisfechos con la repercusión que están teniendo vuestras primeras canciones?
Está todo yendo mejor de lo esperado, estamos demasiado contentos. Sin dar un bolo aun, ya estábamos en Sol Música, ¿qué más quieres? Lo cierto es que, desde que empezaron a salir las canciones en formato digital, nos empezaron a llamar de todas partes. ¡Algo tendremos!

Ya que estamos, desde una perspectiva global, ¿qué banda o bandas pensáis que deberían «viralizarse» y por qué? Nosotros (y nuestro oráculo) decimos Polo Sur (a.k.a. Pooolosur)…
Lo de “viral”, hay que decirlo menos, que es horroroso. Pero sí, Polo Sur es un trío que promete. Estamos deseando ir a un concierto suyo. En cuanto a otras bandas que creemos que tienen poca exposición para lo guapas que están, pues The Qualitons, Alavedra, Diamante Negro, Vosotras Veréis, Voodoo Beach, ĠENN, Blanketman…

Y desde una perspectiva local, ¿con qué bandas de vuestro entorno, sin contar aquellas en las que también tocáis o habéis tocado, os sentís más identificados?
Con Llueve, Capullo!, por ejemplo. Con ellos tocaremos el 17 de diciembre en Murcia (en La Madriguera), además. No tanto a nivel musical, pero sí a nivel sentimental. Es que el Real Madrid une mucho, tío. No sé si sabes de lo que hablamos. Esperamos que sí.

Por último, ¿pensáis que se hará justicia y le pondrán una cabina para pinchar en condiciones a vuestro tocayo Bigote Letal? #unacabinaparapepe
Una en medio del Tontódromo, sería guapísimo. Y él dentro, en plan José Luis López Vázquez. Pagaríamos entrada. También nos encantaría que Bigote Letal pinchara después de algún concierto nuestro, eso lo sabe todo el mundo. En una cabina que estuviera a su altura, por supuesto. Pero los conciertos suelen ser de noche y él se va temprano a la cama.

José Esteban (Octubre): «La gente que no escucha mucha música difícilmente seguirá mucho tiempo en esto»

A José Esteban Martínez-Iglesias le avalan más de 25 años de trayectoria en grupos como The Unlikes, Rumor y, sobre todo, Octubre, banda con la que públicó hace unos meses su sexta referencia, el EP ‘Epílogo’ (Hurrah! Música / Snap Records). Pero también su condición de músico imperecedero y apasionado melómano. Hablemos de ello…

Después de 25 años liados con esto de la música, ¿por qué crees que seguimos haciéndolo a pesar de estar alejados de lo que se supone que es el éxito?
Ni idea. Supongo que somos unos locos o unos frikis y nos ha dado por esto. O a lo mejor tiene que ver precisamente el no buscar el éxito y no estar quemado por no lograrlo.

Si mantenerse durante tantos años en activo, aunque sea de forma intermitente, es difícil, aún más es conservar la atención de los medios y que los discos publicados sigan teniendo buena acogida. ¿Ayuda pertenecer a un nicho específico como es el power pop?
Probablemente. Todos los géneros que hoy se consideran minoritarios o específicos tienen un público muy fiel. Saben que ellos son una parte esencial de ese género y ese sentirse parte hace que sean muy fieles, compren discos y vayan a conciertos mucho más a menudo. Hay un cierto espíritu de camaradería entre grupos y público que en géneros más masivos es imposible que pueda suceder. Por otra parte, con este último EP hemos tenido más repercusión que otras veces. No sabemos si ha sido porque los grupos más grandes se están esperando para sacar sus trabajos a que la pandemia termine y por eso ha habido hueco para nosotros en medios que hacía tiempo que no salíamos.

Habéis publicado recientemente un nuevo EP de Octubre. El título, ‘Epílogo’, podría dar a entender que supone una despedida, pero lo dudo bastante…
No lo sé. Separarnos no nos vamos a separar, pero sí que vemos un cambio de ciclo. Quién sabe si ya el último ciclo. Hemos grabado cuatro LPs y dos EPs. Está muy bien para una carrera musical. Tengo la sensación de haber dado todo lo que musicalmente podía dar. Ya no tengo la necesidad de seguir componiendo, ni de buscar conciertos. Ahora me dejo llevar. Si siguen saliendo cosas las haremos pero, si no, no pasa nada. Hemos sido muy felices y nos sentimos unos privilegiados por haber podido tocar por toda España e incluso en Liverpool y editar discos. Si ‘Epílogo’ es el último, solo el tiempo lo dirá. Eso sí, nos seguiremos juntando cuando nos apetezca y haciendo lo que nos dé la gana.

Algo que se repite en casi todos los trabajos de la banda es la inclusión de alguna versión. ¿Antes que músico hay que ser melómano?
Puede pasar en ambos sentidos. Puedes ser melómano y entonces querer ser músico, o puedes meterte en un grupo porque estudiabas en el conservatorio o son tus colegas los que lo montan y te meten pero no sabías mucho de grupos y esas cosas. En cualquier caso, si esto te va apasionando, poco a poco tienes que ir conociendo más. No concibo estar en un grupo de otra manera. La gente que no escucha mucha música difícilmente seguirá mucho tiempo en esto. Ese momento en el que escuchas por primera vez a un grupo que te recomiendan de cualquier época y, de repente, te cambia la vida es indescriptible.

Muchos grupos tratan de ocultar o incluso niegan sus influencias. Sin embargo tú las haces públicas detallando incluso canción a canción. ¿Por qué?
Es divertidísimo. Me lo paso genial buscando influencias de mis canciones. Al revés, me hace recordar cuando escuchaba esas canciones o, al contrario, canciones que no me gustan nada veo que también algún giro melódico o armónico mío las recuerda. Yo compongo intentando hacer cosas nuevas, al menos para mí, dentro de los parámetros estilísticos que me he autoimpuesto. Si no tienen algo especial que me llamen la atención, las descarto. Sin embargo, cuando las hemos terminado de grabar, empiezo a ver cosas que me recuerdan a otras canciones que ya he escuchado. Hechas a mi manera, sí. Pero eso son las influencias: La reconstrucción individual inconsciente de todo lo escuchado anteriormente.

Hace unos días estuve viendo y disfrutando la serie ‘McCartney 1, 2, 3’. Me parece una frikada maravillosa. Viéndolo, entre otras personas, me acordé de ti y pensé que, como compositor, productor, musicólogo y además fan de The Beatles, lo disfrutarías tanto como yo o más. ¿Estaba en lo cierto?
Qué bien me lo pasé viéndola. En realidad es lo que solemos hacer los grupos en el estudio: escuchar lo que estás grabando y, a la misma vez, ir hablando de música, de influencias, de trucos de grabación… Yo también me acordé de mucha gente con la que he compartido esos momentos como mis compañeros de grupo, Juan Antonio Ross, Joaquín Talismán, Antonio Illán, Antonio Cassinello… Si tienes un grupo y has grabado en un estudio es una delicia verlo.

En estos momentos de restricciones, está costando bastante que los grupos medianos y pequeños puedan volver a actuar en directo. ¿En qué situación está Octubre?
Me da pena por los demás grupos. Por los que, de verdad, están intentando vivir de esto o, por lo menos, intentar tener algo de repercusión. Nosotros tenemos la suerte de tener otros trabajos y, si ahora no se puede, pues nos adaptamos. Pero hay gente que no puede esperar. Que ahora es su momento y no están pudiendo demostrarlo. No quiero criticar a nadie que puede cambiar esta situación y sé que cualquier decisión tiene también sus consecuencias negativas, pero por favor, cuando tomen sus decisiones piensen también en todas las familias que viven de esto y que ahora mismo no están pudiendo hacer prácticamente nada.

Por último, ¿tú que crees que estará haciendo ahora mismo Daniel Romano?
Se la está agarrando con la mano (y a lo mejor está grabando otro disco).

Foto: Enrique Soler.

Pau from Marc: «Living Room Songs tiene un sentimiento esperanzador»

Podrían haber dedicado aquella avalancha de horas muertas para hacer una maratón de series interminable, sesiones conjuntas de yoga o videollamadas multitudinarias a diario, pero Paula y Marco decidieron que todo ese tiempo encerrados podría ser propicio para terminar de definir el sonido y el estilo de su incipiente proyecto musical, que finalmente, jugando con sus propios nombres, llamarían Pau from Marc. Un año después llegaba ‘Living Room Songs’, su debut y resultado de aquel trabajo que comenzaron durante el confinamiento, como una forma de entretenerse componiendo canciones juntos, en el salón de su propia casa.

Foto: Cherry

Durante este verano, a falta de conciertos, estáis llevando vuestro ‘Living Room Songs’ a los salones ajenos. De momento lleváis cuatro sesiones grabadas en vídeo. ¿En qué consiste exactamente esta idea? ¿Era algo que ya se os pasara por la cabeza mientras se gestaban las canciones? ¿Cuántas sesiones tenéis pensado grabar?
El año pasado, cuando empezaron a levantarse las restricciones y empezamos a hacer alguna reunión con amigos en casa, les tocamos las canciones que habíamos compuesto en ese tiempo de confinamiento. Ya que se había gestado en nuestro propio salón y a la vista de que todavía no había noticias sobre si las bandas más underground podrían retomar los conciertos en bares o salas, a nuestro amigo Cherry se le ocurrió la idea de traer su cámara y grabarnos en casa, para luego quizá utilizarlo en algún video. Fue entonces cuando le dimos una vuelta y pensamos que podría ser un proyecto para estar activos y probar nuestro directo, que consistiría en reproducir en diferentes salones. Tenemos grabadas cuatro canciones de las seis que pensamos hacer. Nos estamos divirtiendo haciéndolo, al mismo tiempo que tocamos nuestras canciones. Los amigos nos abren la puerta de su salón, nos reunimos y pasamos un buen rato cantando y bailando los temas.

Pau from Marc ha ido creciendo con la grabación y publicación del disco, los videoclips y ahora las grabaciones en directo, con la ayuda de un secuenciador midi para las bases, pero os seguís encargando de prácticamente todo vosotros mismos. ¿Os habéis planteado ampliar la banda para cuando se pueda tocar con normalidad en salas?
El proyecto nace de una forma muy íntima, en casa, cuando queremos y como queremos. Nuestra filosofía en sí misma es DIY. Por suerte nos encanta hacer nuestras propias movidas y ser independientes. No descartamos en un futuro contar con una banda, pero de momento nos quedamos con el formato dúo.

¿Y posibles colaboraciones esporádicas? Se hace difícil no pensar en ello viendo aparecer por vuestras redes sociales a gente como Cherry, (El Estudiante) Larry o Salva Alambre…
Nos encantaría colaborar con ellos, ya que son nuestros amigos y somos fan de ellos. Para el próximo disco estamos preparando una canción que se llama ‘Cherry in Flames’, en la cual Cherry nos ha prometido que participará.

A la hora de componer las canciones del disco, en una situación tan complicada, ¿qué os inspiró? Y no me refiero solo a grupos o canciones…
El hacer el disco fue una manera de entretenernos y hacer algo en común en esa época de encierro. Fue una forma de evadirnos y dedicar tiempo en algo que nos gusta a los dos. Quizá por eso, el disco está inspirado por todas las cosas que en ese momento rondaban nuestra cabeza (series, películas, libros). Está seguramente influenciado por el momento en el que estábamos, pero también fue un parón en el tiempo en el que pudimos dedicar tiempo a otras cosas, descubrir otras muchas. Por eso, aunque ‘Living Room Songs’ vaya ligado a momentos de pandemia, tiene un sentimiento esperanzador.

No sé si estáis trabajando en nuevos temas, pero sí he leído que queréis publicar algunas canciones compuestas previamente a las de ‘Living Room Songs’, que os sirvieron de punto de partida. ¿Qué nos podéis contar sobre esto?
Antes de este primer disco habíamos grabado ya algunos temas juntos sin publicarlos. Son temas de diferentes estilos. En ese momento no teníamos claro el formato que queríamos y solo nos dejábamos llevar por melodías y ritmos. Digamos que nos ayudaron a conseguir el sonido del disco o a encaminarnos hacia lo que queríamos. Por eso queremos publicarlas en forma de EP de caras B para este otoño.

Llama la atención que para vuestros videoclips no sólo os decantéis por hacerlo por vuestra propia cuenta, sino que también habéis optado por hacerlo de forma artesanal, animando cartulinas recortadas o experimentando con agua y tintas, con la carga de horas extra de trabajo que eso supone. ¿Vais a hacer algún videoclip más en el futuro próximo o con la grabación de los directos ya os dais por satisfechos?
En principio pensamos cerrar este ciclo con las grabaciones en directo y ya centrarnos en nuestro próximo trabajo, que esperamos sacar para principios del 2022. No descartamos trabajar con alguien externo en el tema de videoclips, pero es algo que no forzamos. Si surge, pues adelante.

Cuando nace un proyecto, lo normal es que no se plantee como algo pasajero. Vuestra trayectoria muestra que este tiene intención de mantenerse cuando se superen por fin las circunstancias que casualmente dieron lugar a su creación. Pero, ¿qué hay de vuestros grupos anteriores? ¿Queréis retomar la actividad con alguno de ellos y compaginar distintas bandas o vais a centraros exclusivamente en Pau from Marc?
(Marco) Creo que de momento, entre el estudio y Pau from Marc, me deja poco tiempo para retomar viejos proyectos, pero nunca he cerrado la puerta, el tiempo dirá. Paula, además de Pau from Marc, sigue compaginándolo con su otra banda, Green Haya. Están retomando ensayos y sacando nuevas canciones.

Por último, ¿qué creéis que estará haciendo ahora mismo Daniel Romano?
Estará grabando discos, jejeje.

Santos Martínez: «En cualquier sitio puede uno no sentirse parte de nada»

En estos tiempos de inercias, se agradece cruzarte de vez en cuando con gente que conserve la inquietud y la emoción por descubrir algo distinto, que no se deje llevar solo por la facilidad de lo más visible. Santos Martínez, escritor, periodista, columnista y casi músico, se libra de la quema y puede que por ello nunca sea objeto apetecible de una entrevista veraniega. «Inyustisia», que diría aquel. Pero eso es lo bueno del underground, que no hay que dar explicaciones…

No nos andemos por las ramas, ¿la novela pa’ cuándo?
Pues espero que para antes de morirme. Al poco de publicar ‘Mañana me largo de aquí’ me puse a escribir una novela. La terminé hace dos años y me propuse dar un salto. Jugar en Primera. En Primera no quiere decir en Champions: en Primera juegan también el Alavés y el Elche. Me tiré otro año intentando colocarla (creo que quedan pocas editoriales en castellano a las que no se lo he enviado) y a 22 de agosto de 2021 podemos afirmar que…me la he comido. Intento no escuchar a quien me dice que sin padrino y desde Murcia es casi imposible y asumo que la novela simplemente era un buen zurullo. Ninguno de mis ídolos lo consiguió a la primera. Es verdad que tampoco hago autoficción y demás chorradas posmodernas. Además de mantener mi puesto de trabajo, el objetivo más concreto que tengo en mi vida ahora mismo es escribir algo tan bueno que, con mis cartas, sea inapelable para un puñado de editoriales. Siento que o consigo eso o no juego. Y sé que no hay atajos: son horas y horas y horas en calzoncillos o pijama delante del ordenador con la puerta cerrada. Y quizá ni así. Pero bueno, no es ningún drama: lo hago porque quiero e intento no calentarle demasiado la oreja a quien tengo cerca. En enero de este año empecé a escribir otra, tengo algo parecido a un primer borrador, pero queda muchísimo. Espero terminarla antes de que tú tengas otra zagala.

El verano siempre me ha parecido una época propicia para vivir anécdotas surrealistas. A falta de nuevas oportunidades para vivirlas, bien está leer las de otros. Háblanos un poco de tu Mambo Negativo…
Mambo Negativo es una columna que he venido publicando en La Opinión los miércoles de julio y agosto. Como hay pocas cosas que me den más pereza que tener que estar todo el rato opinando de algo, intenté darle la vuelta. Yo estudié Periodismo por haberme zampado a Hunter S. Thompson, a Talese… gente que salía a la calle, encontraba una historia y luego la escribía. Recuerdo una entrevista de Talese al payo que ponía los neones de los carteles de los teatros de Nueva York. Es imposible no querer ser periodista leyendo cosas así. Justo el fin de semana en que me propusieron la columna, un camionero tuvo una avería junto al periódico. Llamó a la redacción, bajé a abrirle y me montó un trajín del copón: llamé a su hermana, a su prima, a su jefe, a su mujer… mis compañeros me compadecían, pero yo disfruto esos jaleos. Luego, una compañera me dijo que ahí había una historia, y era verdad. Esas historias de gente haciendo las cosas que hace la gente en este entorno llamado ‘ciudad’ no salen apenas en la prensa. Y a mí me interesan bastante más que lo que tenga que decir un payo que se apellide Díez de Revenga. He intentado contar los momentos en que he conocido a gente así, gente casi siempre en los márgenes.

Si te descuidas un rato, tu compañero en Llueve, Capullo!, Nacho Space, se monta tres o cuatro bandas nuevas. La última creo que es Pooolosur. ¿Tienes tú algo por ahí en ciernes para equilibrar?
Pues tenemos ocho canciones casi niqueladas. Cuando tengamos un par más yo creo que grabaremos. Y nada, sin ser yo nada cercano a músico, a ver si se va poniendo la cosa en marcha para las bandas diminutas, que estamos que nos tocamos encima. Y sí, lo de Nacho no tiene nombre. Ya me podría descargar el NBA 2K21, que me lo dijo hace siete meses y aquí estoy con Pau Gasol aún en Memphis Grizzlies. ¡Viva Polo Sur!

Como consumidor de cualquier expresión artística, siempre me ha parecido algo de lo más complicado, salvo que dediques la vida a ello, estar al tanto de lo que se hace en la actualidad y dedicarle a la vez tiempo a investigar aquello que por edad no llegaste a conocer en su época. Centrémonos en la música, ¿tú cómo te organizas para intentarlo al menos?
A mí me salva la sensación crónica que tengo de que lo guapo está pasando en otro lado. Me tiro varios días escarbando en una movida concreta del pasado y a las semanas vuelvo a preguntarme qué discos están saliendo estos días. Llevo unos años sin leer apenas prensa musical, y tiro de varias decenas de sellos que tengo fichados y que suelen ser sinónimo de lo que me mola. Luego, paso de playlists casi por norma y de Spotify. Necesito tener los discos en el ordenador. Tengo el Soulseek echando fuego y me puse hace un año una norma: no tener nunca más de cinco discos o bandas descargadas sin haber escuchado. Si no, te plantas con 150 discos de 2021 sin haber escuchado. De hecho, más que eso que comentas, a lo que yo le suelo dar vueltas es a la manera en que escucho música. Me pongo un disco y varias veces no sé si no me gusta porque es una mierda o porque no le he prestado suficiente atención. Pero bueno, con esas mierdas me arreglo yo las semanas.

El mes pasado estuve viendo algunos partidos de la Eurocopa de fútbol y no conocía a casi ningún jugador, cosa que me viene pasando sobre todo desde hace unos 4-5 años. ¿Tú crees que llegará un momento en que te dé igual el fútbol? ¿Y el Real Madrid?
Qué va. Bastantes veces pierdo el interés del momento actual del fútbol, pero lo que siempre está es el cuento. Y eso es lo que me gusta a mí. El Madrid es lo más parecido en mi vida a una religión. En el sentido de que hay un dogma, unos iconos, una catedral, una parafernalia, un credo… y vivo a gusto con esa contradicción. Intento no roncerear y no le hago daño a nadie, pijo. También te digo, y esto lo tengo hablado con varias personas, que al Madrid, después de ganar tres Champions seguidas, solo le queda desaparecer. Luego vi lo de la Superliga y entendí que era puro Madrid: no iba a desaparecer, iba a destruir el fútbol. Mi equipo.

A veces pienso que, para quien se dedique a juntar letras de algún modo, leer con devoción a Hunter S. Thompson, Bukowski, Fante o Burroughs, puede ser hasta contraproducente. No vamos a llevar nunca una vida así que sirva de inspiración. Como dicen en mi barrio, ¿sabes lo que te quiero decir?
Entiendo lo que quieres decir, pero no estoy de acuerdo. De esa gente, más que el hecho de vivir en moteles y no haberse lavado los calzoncillos en su vida, a mí me interesan otras cosas. La mirada, la voz, el espíritu. A Bukowski ahora queda bien lapidarlo, pero, sin ser yo un devoto suyo, para mí es un ejemplo de compromiso con la escritura, por ejemplo, de intentarlo una y otra vez hasta que das con la tecla. Eso que decía él de ser un ejército de uno. Fante, lo mismo y, encima, con humor. Un tío que decía que nadie se ha muerto nunca por exceso de emoción. ¿Qué más quieres? Y, luego, no hace falta vivir en Los Ángeles para sentir la alienación en el pecho cada día. En cualquier sitio, ejem, puede uno no sentirse parte de nada.

Firmaste tu libro de relatos como Santini Rose. En prensa, hasta donde yo he podido leer, vienes firmando con tu nombre real, algo que me congratula. Seguro que te he gritado alguna vez en un concierto por el uso del pseudónimo, con sorna, como si este fuera el nombre de algún sello discográfico. ¿Santini Rose debe morir?
Sí me lo has dicho, sí. Y no una vez. Pues me costó entenderlo, pero Santini Rose es un alter ego literario. Sin más. Sin menos, tampoco: da bastante libertad situar en el centro de la acción a alguien que no eres tú pero se parece bastante a ti. Desde hace un tiempo firmo todo con mi nombre, que luego a mi madre también le da más gusto.

Por último, ¿tú que crees que estará haciendo ahora mismo Daniel Romano?
Yo creo que se acaba de esclafar en un taburete de su cocina. Ha resoplado y ha dicho: “La primera vez que me siento en todo el día”.

Nacho Para de Bantastic Fand: ‘No creo que haya una fórmula, es lo realmente divertido de todo esto’.

En esta casa se respeta el oficio y la vocación artesanal a la hora de hacer canciones. El arreglo templado, los medios tiempos elegantes, algún que otro viaje onírico por carreteras polvorientas a prueba de antihistamínicos, las armonías vocales bien jugadas, el storytelling… Eso que de un tiempo a esta parte llamamos ‘Americana’  y que no es más (ni menos) que un montón de culturas migrantes entrelazadas en Norteamérica a través de sus géneros musicales. El ciclo lógico de las cosas devuelve la mezcla resultante a muchos rincones del mundo, incluido el nuestro.

Aquí, al lado, en Cartagena, contamos con Bantastic Fand, una de esas bandas que apuesta por continuar con una tradición que parece eterna. Una gran familia con  algunos de los mejores músicos de la zona, que adaptan a nuestro día a día mediterráneo una música con la que, en definitiva, hemos crecido. Hablamos con Nacho Para, eje sobre el que pivota el grupo, cantante, guitarrista, compositor de la mayoría de las canciones y buen conversador.

Bantastic Fand al completo. Foto: Fran Cea

Hablando de música, si uno atiende a los medios, parece que en la actualidad solo hay unos pocos géneros elegidos que recogen ‘las necesidades de expresión de la calle’. Pero el folk siempre ha estado ahí para ello, como vehículo de transmisión oral intergeneracional a través de lo lúdico. ¿Cuánto de humanismo crees que debe tener una música como la vuestra, que atiende a las raíces? ¿Y de compromiso político? O social, si quieres llamarlo así…


Yo no sé si hay que ser un elegido para recoger esas necesidades de expresión de la calle. En estos tiempos de calles desiertas, a lo mejor hay artistas que más bien necesitan recoger la expresión de los libros que leen, de los cuadros o las fotografías que contemplan o de los discos que descubren, sean nuevos o viejos. Porque ¿dónde está ahora mismo la expresión de la calle? ¿Es lo que se vomita en Twitter la expresión de la calle o es más bien la expresión de las frustraciones de los individuos? ¿Es el cacareo de las tertulias la expresión de la calle? No sé, yo ya vivía bastante aislado del ruido antes de que todo esto comenzara. He perdido un poco el impulso de seguir tanto la actualidad y tengo la impresión de que se gana perspectiva, y también se gana tiempo y vida. Bueno, yo quizá tenía una sobredosis de actualidad…


Me preguntas cuánto de humanismo, cuánto de compromiso político o social tienen que tener las canciones. No creo que haya una fórmula y eso es lo realmente divertido de todo esto, que no haya fórmulas. Te pones a escribir canciones y unas te salen epicúreas y otras de barricada. Estoy vivo, vivo en mi tiempo, sigo viajando cuando se puede. Las canciones se nutren de todo eso, también de la reflexión interior, aunque es cierto que el primer disco era más ensoñador y el último más apegado a la realidad.

Sabemos que durante mucho tiempo te has dedicado al periodismo. Con lo cual, conocerás una buena parte de las miserias y grandezas del gremio. ¿Cómo ves la que ha sido tu profesión y qué alimento has sacado de ella para tus canciones?

No me gusta mucho hablar de ello porque tengo todavía muchos amigos dentro y no quiero que mis palabras suenen resentidas. Pero está claro que el periodismo vive una larga crisis que derivará en un nuevo modelo, aún no se sabe bien cuál. La concentración de intereses económicos y partidistas en los medios conlleva cosas muy poco apetecibles, pero espero que quienes sigan teniendo sed de información de calidad acaben ganando su parcela de resistencia. Ya ocurre. Si buscas, encuentras. Otra cosa distinta es si te tragas lo que te echen. Y entonces acabas confundiendo lo que pasa en la calle con lo que te cuentan por la televisión. El periodismo, el oficio de contar lo que pasa sin pautas preestablecidas por tu empresa, es más necesario que nunca y seguro que volverá.

¿Qué alimento he sacado del periodismo para mis canciones? Sobre todo el alimento de viajar que me permitió la profesión, y la gente, especialmente la no famosa, que en ellos conocí.

 


El influjo de la música norteamericana en toda su amplitud se muestra a las claras en lo vuestro. Al final tocáis géneros que han conseguido hacer de lo local algo universal. ¿Qué tienen del sudeste español en el que vivimos vuestras canciones?

De pequeño, lo que veíamos por la ventanilla del coche cada vez que venía con mis hermanos desde Almería a Cartagena a ver a la familia, no es muy distinto a lo que luego he visto desde la ventanilla en California o Malí. Añádele a eso el sonido de una radio con canciones de los Beatles, Bob Dylan y la Creedence y ahí tienes las fuentes iniciales de las que bebe Bantastic Fand. Lo importante no es tanto donde estés, sino hacia dónde orientes la antena, pero en nuestro caso el paisaje exterior también acompaña.

Mirando los créditos, está claro que Paco del Cerro y tú sois inseparables en la composición. Luego está siempre circulando por ahí Pablo Vizcaíno en los textos. Para qué cambiar lo que funciona bien ¿no? 

Paco y yo llevamos haciendo canciones desde que éramos casi niños. El tándem con Pablo funciona desde 2016, con ‘Welcome to Desert Town’, el segundo disco, y llega hasta el último, ‘Somebody’s World’ (2019). Antes, en ‘Strong Enough to Refuse’ (2014), nos ayudaba en las letras César Bayo, que dejó este mundo en 2015. Durante el confinamiento he trabajado también letras a distancia con Isabel Márquez y Julia Guerrero, dos amigas que viven en Madrid y Sevilla, sin abandonar el trabajo con Pablo. Con la pandemia, el método de trabajo en la composición de melodías y arreglos con Paco y Fernando ha cambiado un poco dadas las condiciones de aislamiento. Sé que Paco tiene cosas por ahí y yo tengo otras por allá. En algún momento nos juntaremos a ver cómo pegamos las piezas.

En esta época de encierro se habla mucho, por motivos obvios, del parón que ha supuesto para los músicos todo esto. De la ruina también, claro. Pero quizá convenga mejor enfocarnos en algo que en muchos aspectos se ha reforzado: los lazos familiares. Desde fuera, parecéis una banda muy familiar en vuestra forma de trabajar. De hecho, vuestro último disco es el más coral. Háblanos de ello, de cómo están los lazos del grupo tras estos meses tan raros y sobre todo si tenéis ya otro disco en marcha.

Somos, sobre todo, una banda de amigos, aunque algunos seamos familia. Los amigos se eligen, incluso dentro de la familia. Bantastic Fand siempre tuvo una vocación coral, aprovechar al máximo el talento de cada de uno de sus miembros y ponerlo siempre al servicio de las canciones. ‘Somebody’s World’ es, de momento, la máxima expresión de esa vocación. Hay cuatro voces solistas: Paco y Paloma Del Cerro, Fernando Rubio y yo. Carlos Campoy y Fernando aportan también canciones y espero que ese espíritu permanezca mucho tiempo. Sin olvidar el bajo de Chencho Vilar, que supone toneladas de personalidad a nuestro sonido. Creo que este tiempo de encierro (relativo para mí, porque vivo en medio del campo) ha favorecido la creación de todos los miembros de la Fand. Fernando Rubio tiene bastante adelantado su tercer disco en solitario. Yo he compuesto también bastante, pero quizá llegue antes un disco mío en solitario que el cuarto de Bantastic Fand, entre otras cosas porque pensamos que a ‘Somebody’s World’ le queda una nueva vida pospandémica. Nos resistimos a no terminar de defender ese trabajo, aunque en 2020 pudimos girar un poco con él. Y también es cierto que algunas de mis canciones del confinamiento tienen un cariz más intimista. Una se llama ‘Only seen my face’, imagínate. Esas quizá pidan un tratamiento más espartano y menos «bantástico». Pero no hay nada definido, ya se verá…

Son ya tres discos de estudio, más el directo. Y unas cuantas giras montadas con «palos y cañicas», que decimos por aquí. ¿Estáis contentos con el público que habéis podido reclutar por el camino? Parece, además, que habéis logrado una estabilidad como banda de directo experimentada y con gusto por los buenos arreglos.

Estamos más que contentos con nuestros «palos y cañicas». Es nuestro modus operandi y hace que todo esté creciendo poco a poco y de forma natural. La banda funciona y hasta se siente cómoda en ciertos limbos de improvisación. Nunca tocamos las canciones de la misma forma, y lo hacemos así para evitar el aburrimiento, el nuestro y el del público. Este grupo no se montó con vocación de grandes audiencias, aunque tampoco las desdeñaríamos si llegaran. Quienes nos siguen suelen ser más que fans, acaban siendo amigos, y el círculo es cada vez más amplio. Eso reconforta mucho, que la gente te pida que vayas a su ciudad, y que te ayuden a conseguirlo. Además, a grupos como el nuestro, sin estructura grande ni posibilidad de hacer videoclips caros y esas cosas, la pandemia le ha traído una especie de beneficio inesperado. Nuestra música, que es más para escuchar que para bailar, encaja muy bien en teatros, festivales y auditorios. La gente la escucha en silencio en una suerte de experiencia rockera diferente. Como los aforos son reducidos, a las bandas más establecidas parece que no les sale rentable ir. Así que ahora cuentan más con gente como nosotros que nos conformamos con menos, porque ese menos es más de lo que teníamos. A veces una tragedia arroja luz a gente que vivía en la oscuridad.


Hay un cortometraje de Sean Penn, ’11’09’’01′, que ilustra muy bien esto que digo. La vida del anciano que encarna Ernest Borgnine en el filme cambia absolutamente para bien cuando caen las Torres Gemelas en el atentado, porque justo la sombra de los rascacielos era lo que impedía que florecieran las plantas de su balcón. No es que nosotros nos sintamos bien con la pandemia, no quiero que se me entienda mal, pero sí he visto que ahora hay más organizadores de conciertos que se acuerdan de grupos como el nuestro, antes más invisibles para los circuitos oficiales. Tocar en el Auditorio de Murcia es un buen ejemplo. Antes de la pandemia, casi no había otra que pagar una pasta para alquilar una sala privada…

Es un clásico entre melómanos esto de recomendarse música, y aquí nos gusta cerrar así las entrevistas. ¿Qué estás escuchando ahora que creas que nos puede gustar?

No creo que a gente tan puesta y melómana como vosotros os pueda descubrir ninguna novedad. Además, lo último que estoy re-escuchando es de lo más viejuno: Head, Hands & Feet, el grupo que lideró a primeros de los 70 el guitarrista Albert Lee. Gracias a un proyecto editorial que llevo entre manos, estoy revisando la discografía de los músicos que participaron en el homenaje a George Harrison en 2002 o que colaboraron con él a lo largo de los años. Albert Lee no era exactamente un amigo ni un colaborador estrecho de George, pero pidió formar parte de la banda que le rindió homenaje en el Royal Albert Hall, y no hay más que verle la cara para saber cómo lo disfrutó. Aunque no todo lo que ha hecho me gusta, siempre me ha parecido un superclase, y no solo como guitarrista. También como vocalista y pianista. También estoy repasando a Leon Rusell, Gary Brooker, Jim Capaldi, Joe Brown…

Los Estanques: «Estamos encantados con las críticas, pero preferimos que el público disfrute»

Van por el cuarto álbum. Todos buenos. Ninguno ha pasado desapercibido, más bien han ido generando una creciente atención a cada entrega. ¿El motivo?, su orfebrería pop de aire progresivo e intensidades cambiantes, grabada con atención al detalle y plasmada con energía en llamativos directos. Son muy versátiles tocando, jóvenes experimentados y buenos contadores de historias. Además no le hacen ascos al humor. Son Los Estanques, más que una propuesta ‘retro’ al uso, una banda contemporánea que actualiza discursos musicales aún vigentes, pero procedentes de otras épocas. Heredan la atención al detalle y el gusto por lo orgánico, aplicando los medios de difusión actuales y su condición de jóvenes en este cambiante inicio del siglo XXI. Les lanzamos unas preguntas porque vienen a Murcia a tocar.

 

Vuestro último disco, ‘IV’, fue editado el verano pasado (tras el famoso robo del ordenador y disco duro previo), con todo esto de la pandemia encima. ¿Cuáles eran vuestras expectativas y cuáles se han cumplido?
Intentamos no pensar mucho en las expectativas y simplemente disfrutar del proceso y de cómo vaya ocurriendo, por supuesto todo lo bueno que pase con algo a lo que le hemos puesto tanto esfuerzo y cariño será muy bienvenido.

Sí, mejor vivir al día en esta época con tanto imprevisto y encierros intermitentes. Aunque si hay que estar encerrado, mejor rodeado de instrumentos. A estas alturas, se intuye que sois animales de estudio, ¿qué es lo que más disfrutáis del proceso?
Siempre mejor rodeados de instrumentos. Componer es la parte que más disfrutamos pero todo tiene su punto.

Ya habéis contado en varias ocasiones la historia del robo del ordenador en entrevistas y demás. Aparte del disgusto, ¿le sacasteis algo positivo al hecho de tener que regrabarlo todo?
Sí, superar las zancadillas que te pone la vida te hace más fuerte, o eso creemos. Además nos gusta pensar que han quedado mejor de cómo estaban, a pesar de que hay dos que no regrabamos ‘Inés Moral’ y ‘Niño soy’.

Los cuatro discos han sido recibidos con los brazos abiertos por parte de los medios de comunicación especializados. ¿Os sentís más un grupo de crítica que de público?
Estamos encantados con las críticas recibidas pero preferimos que el público disfrute de lo que hacemos.

Vuestras canciones son historias en miniatura, muy al estilo de CRAG, Vainica Doble… Siempre han sido así. Todo lo opuesto a una ópera rock, por ejemplo. Pero en este disco hay cierto aire conceptual entre todas. ¿Está en vuestra cabeza hacer, algún día, el ‘Tommy’ de Los Estanques?
Sí, se llamará ‘Jerry’ (carcajadas). El ‘Tommy’ es un discazo, ojalá algún día hagamos algo la mitad de bueno.

 

 

Además del costumbrismo y cierta poética de la rutina, el humor también tiene cabida en vuestras canciones. Y puede ser tentador, visto el tirón de canciones como ‘Soy español, pero tengo un kebap’ ¿Tenéis líneas rojas para mantener la sutileza y no caer demasiado en el chiste, o vais sin filtro?
Hablando de humor no tenemos línea roja pero hablando de amor no hay quien nos coja.

¿Cómo lleváis lo de ‘enebrar la aguja’ con los bares de copas cerrados?
Llevamos hecho siete tapetes, así que ni tan mal.

Si no llevamos mal la cuenta, os vimos en Murcia por primera vez en septiembre de 2019, con motivo del festival Lemon Pop. ¿Os dio tiempo de conocer la ciudad? ¿Hubo algo que os marcara para siempre (para bien o mal)?
Recordamos ese concierto con mucho cariño pero no pudimos visitar la ciudad de día. Deseando volver pronto.

Algo que empezó como una especie de ejercicios de práctica, se ha convertido en uno de los contenidos más interesantes en la maraña actual de las redes sociales: los vídeos en Instagram de Iñigo. Desde ponerle música a una canción de Karina a sorprendentes colaboraciones con Alma o Roberto Cubero. Cuéntanos más detalles sobre esta serie de vídeos.
Son vídeos que hago en una sesión, desde llegar con una idea o a veces incluso nada hasta acabar en 12 horas con el video montado y subido a Internet. Todo grabado en directo y lo que prima es la naturalidad y la espontaneidad de cada uno de los que participamos en él. Además estamos conociendo unos músicos muy interesantes y me parece una muy buena forma de compartir música tal y como está ahora mismo la situación.

En estos tiempos de restricciones se ha complicado más aún lo de darse a conocer en el mundo de la música. Los formatos de comunicación digitales, con las redes sociales al frente, han tomado más importancia incluso de la que ya tenían, encumbrando a nuevos nombres, ya sea por suerte/casualidad o por el buen trabajo de los equipos de comunicación. Aprovecha este hueco para mencionar 5 grupos/artistas que merecerían viralizarse según tu opinión.
Malcolm Scarpa
Jon Bap
Ombligo
Alpargata
Alien Tango.

Alguno  teníamos ya en el radar, otros los apuntamos. Encantados de charlar con vosotros.
Muchas gracias por la entrevista, un placer. Un saludo para todos los lectores.

 

 

Againsters: «Esa cosa indefinible que tiene el punk que te llena de endorfinas»

Si publiqué ayer una entrevista a Jipis Atómicos que iba destinada originalmente a Againsters, salvo alguna cosa, ¿no iba a publicar hoy la entrevista original, aunque sea del pasado mes de junio, que rescató Jordi ‘Unclu’ de algún lugar en el limbo entre su ordenador y mi correo electrónico? Las circunstancias han dado lugar a que casi 10 meses después preguntas y respuestas sigan vigentes…

Sois gente curtida en mil batallas musicales, habiendo pasado por bandas tan míticas como Mostros (Macky, voz), Budellam (Jordi, bajo), Subterranean Kids (Boliche, batería) o E-150 (Beni, guitarra), por mencionar solo algunos ejemplos en vuestros más de 20 años, o incluso más de 30 en algún caso, de trayectoria. En activo además en varias bandas algunos de vosotros cuando decidisteis formar esta nueva banda que finalmente se llamó Againsters. ¿Qué empuja para que os sigáis embarcando en nuevas aventuras y además compaginando varias a la vez?
Macky: Creo que hay cierta pulsión irresistible que te acaba llevando otra vez al local de ensayo. Yo voy bastante a mi bola y me apunto a bombardeos varios, y tenía muchísimas ganas de volver a tocar en una banda después de bastante tiempo de «sólo” hacer colaboraciones esporádicas en discos de otra gente o estar muy centrada en mis giras como road manager y mi spoken word. Pero me sigue pareciendo un milagro, como bien apuntas, coincidir a esta altura del campeonato con gente que, sólo por el rango de edad y sus correspondientes responsabilidades, tiene trabajos, familias y bandas aquí y allá, y aún tiene ganas de meterse en un sótano mal ventilado dos veces por semana. Si hay algo que nos “empuja”, creo que es esa cosa indefinible que tiene el punk rock que te conmueve, te acelera, te divierte y te llena de endorfinas. Y ya sabemos que el resto de la vida diaria tiene poco de eso, a menos que la hagas girar alrededor del punk rock, claro.
Unclu: Al principio todo fue culpa de nuestro amigo Edorta. Quedamos un día los cuatro y el amor floreció entre nosotros a la primera. Y aquí estamos. Lo raro hubiera sido que hubiéramos coincidido en el gimnasio o en clase de yoga, pero para punkrockear siempre estamos listos.

A pesar de todo, se podría decir que formáis parte de ese tipo de personas sospechosas habituales para estas cosas, siempre activas, ya sea tocando, organizando conciertos, diseñando, conduciendo furgonetas… Si bien, al menos visto desde la distancia, sorprendió el caso de Beni (guitarra), que había dicho en varias ocasiones que se había acabado lo de tocar en bandas para él tras haber pasado por multitud de ellas, como E-150, Kissin’ Cousins, Fix Me o The Urgent Kicks. Y sin embargo, creo haber leído en alguna parte que tuvo un papel principal en la formación del grupo. ¿Cómo fueron los comienzos de Againsters?
Macky: Sí, en mi caso lo de conducir furgonetas empezó muy naturalmente por ser la que menos bebía en bandas y pandillas, por disfrutar de conducir llueva o truene y por una tendencia a la alegría tonta en cuanto me pongo al volante. Todo ello dejó claro que podía ser una salida laboral disfrutable y además una solución a la precariedad a la que parece obligarte el sistema y el mercado cuando pasas de los cuarenta. Luego también está comprobado que todas las tareas periféricas de estar en una banda me producen gran placer (diseñar carteles y portadas, montar bolos y giras, la parte de comunicación, etc.). Creo que el resto de la banda también disfruta en mayor o menor medida de toda esa mandanga, o al menos se ha visto en el brete de encargarse de ello en algún momento. Ya Beni te contará, si quiere, por qué ese alejamiento de las bandas y por qué ese retorno, pero sí que fue él quien nos azuzó (ndr: No, pero ya contestaron Jipis Atómicos por él ayer). A pesar de conversar en redes desde prácticamente la época del MySpace y los foros, yo a Beni lo había visto en persona una vez, y muy recientemente. Era al que menos conocía de los otros tres. El comienzo de Againsters fue también a través de las redes: hora del desayuno sentada en la furgo, un colega me avisa de que habían colgado una foto de Mostros en un grupo de Facebook sobre bandas punk con chicas, yo reboto la foto, otro colega comenta que cuándo vuelvo a cantar, yo comento una chorrada de que ya haré una banda un día de estos y sigo conduciendo, que estaba de gira por ahí. A la hora de comer paro en una gasolinera, monto mi picnic, miro el móvil y había cuarenta comentarios. Beni dijo: “venga, hagamos esa banda. Unclu y Bolo, ¿os apuntáis?”. Estos dijeron que sí y de repente teníamos banda nueva y fecha fijada para el primer ensayo en los comentarios de un post de Facebook. La mandíbula todavía la tengo por los suelos. Fue probablemente la mayor alegría que tuve en 2019.
Unclu: Es que mis últimos 35 años han girado alrededor de todo esto, forma parte de mi vida: música, conciertos, radio, etc. No sé hacer muchas cosas más, así que la propuesta de tocar con estas tres bestias del punk rock me sedujo mucho y me hizo una ilusión tremenda. Lo estoy pasando bomba con ellos, además yo toda la vida he tocado con la misma gente del pueblo, La Roca del Vallés, y esto es una nueva e interesante manera de hacer las cosas, diferente de como las había hecho siempre.

Da la sensación de que todo ha ido muy rápido para esta banda, al menos hasta la llegada de la pandemia, pasando apenas un año entre el primer ensayo y la publicación del EP de debut el pasado mes de junio. Imagino que todo más rodado y hay pasos que directamente se saltan cuando se acumula tanta experiencia. ¿Cuál es vuestra visión al respecto?
Macky: ¿Te parece? Yo tengo la sensación de que, en un año (casi dos ya a día de hoy), en cualquier otra circunstancia, hubiéramos dado veinte bolos. Evidentemente la coyuntura es la que es, pero el ejercicio de aceptación que se nos pide en este momento, con todas las ganas y la furia, es bastante fuerte. Lo de la publicación del disco sí que es un gran paso, y fuimos afortunados de tener tantos sellos locales que quisieran colaborar. Volviendo al tema de directos, teníamos programados varios shows muy chulos que se nos han ido cayendo por la pandemia, y eso me deja la sensación de estar un poco coja. Que llevemos casi dos años, tengamos un vinilo en la calle y hayamos dado un solo bolo (en octubre de 2019) me da ganas de gritar por dentro. Pero bueno, tengo cierta tendencia al dramatismo también.
Unclu: Lo de la pandemia ha sido una putada para el grupo. Ya teníamos varios conciertos programados, varias propuestas más, el disco en la mano y se ha ido todo a la mierda. Eso sí, nos hemos centrado en hacer nuevos temas, pero eso de no poder salir del local a tocar nos ha jodido bastante, y tal como van las cosas no te extrañe que tengamos el LP grabado sin haber podido aún tocar en directo otra vez.

Como ya es habitual en el punk actual, hasta 10 sellos se han unido para la publicación de vuestro ep. ¿Se ha convertido en una práctica imprescindible y que os hayáis visto obligados a buscar o son a veces los propios sellos los que se ofrecen porque no quieren dejar de formar parte de determinados proyectos?
Macky: Sí, yo creo que a menos que vengas con un presupuesto holgado de serie o tengas algún tipo de sponsor o padrino, prensar un vinilo cuesta mucho dinero, y ninguna banda que recién empieza puede permitirse eso. Es verdad que algún que otro sello se ofreció, como tú dices, para no perdérselo. Para ello desde luego fue inestimable la influencia y experiencia de mis compañeritos de grupo, que seguro que tendrán más que contar sobre el particular. Yo soy la chica nueva en la escena catalana.
Unclu: La verdad es que a todos los sellos que les propusimos si querían sacar el disco aceptaron encantados, y a lo tonto lo que quería ser una tirada de 300 copias se ha convertido en una tirada de 650 copias. Como dice Macky, hoy en día hacer una tirada grande con solo un sello es complicado y más para un grupo nuevo que no ha tocado aún en directo, así que el sistema este de colaboración de varios sellos es estupendo y hace también que el disco este repartido por todo el estado o incluso Francia.

Habéis incluido en el EP una versión de un clásico del rock australiano de los 70, ‘Erotic Neurotic’ de The Saints. Si me pongo en vuestro papel, me parece complicado lo de ponerse de acuerdo para tocar versiones, más aún para grabarlas. Así que me pregunto, ¿por qué esta en concreto?
Macky: Ah, podríamos hacer 300 versiones si Beni no nos sujetara un poco, jajajajaja. Unclu y yo tocaríamos casi cualquier tema, nos gusta todo. A Bolo suelen gustarle más rápidos y que le planteen algún desafío. Los cuatro compartimos bandas fetiche, e hincharse a covers ha sido siempre el casillero uno de las bandas que se juntan a tocar por primera vez. Y sí que es complicado ponerse de acuerdo con cuál queda y cuál no. Por suerte tenemos ya unos cuantos temas propios, que surgen generalmente de un riff de Beni, y cada vez los covers ocupan menos espacio en nuestro repertorio. Aunque tocamos muchos en el ensayo porque nos divierten. No te diremos cuáles para no joder la sorpresa, si es que podemos volver a tocar. Creo que grabamos esa porque era corta y extremadamente divertida de tocar, en plan “si nos queda bien, la incluimos”. Era más un comodín que otra cosa. Y quedó porque, bueno, es un temazo y creo que también la pudimos llevar con éxito a nuestro terreno.
Unclu: Yo creo que hicimos esa porque sigue mucho la línea de lo que hacemos con el grupo. A mí me encanta como ha quedado, tiene una energía de la hostia. En el ensayo es un continuo de tocar versiones y probar cosas, luego ya veremos cuales se harán en directo, pero es divertido hacerlas, destensa y relaja las horas de ensayo, además estos cabrones se las saben todas. Aunque yo no estaré contento del todo hasta que hagamos una de Wilson Pickett, jajajaja.

Ibais a tocar, por mencionar un concierto concreto, en el festival Summer Blast de Barcelona en 2020, que finalmente se aplazó, como tantos otros eventos en los últimos meses por la pandemia. Luego habéis retomado los ensayos en varias ocasiones, pero sin poder volver a los escenarios. ¿Os planteáis la posibilidad de volver a actuar en directo en breve?
Unclu: This is Badalona, not Barcelona, jajaja. El Summer Blast era en el Estraperlo. Después de 3 meses sin vernos, confinados en casa, a la que pudimos volvimos a los ensayos de cabeza. Además yo con más ganas, pues los días de ensayo me libro de ir a caminar 5 kms, jajajaja.
Macky: Sí, ni bien desescalamos. Durante los primeros 3 días de reapertura de las áreas sanitarias de Barcelona durante la desescalada quedamos para ensayar 2 veces. Teníamos un mono bestial. Por supuesto nos morimos de ganas de tocar, pero no depende de nosotras ahora mismo y hay que hacer las cosas bien porque hay algo más importante en juego.

Aunque las nuevas generaciones se decantan en muchos casos por estilos de reciente esplendor, otros como el indie o el rap aguantan el tirón. Sin embargo parece que en el caso del punk cada vez es más difícil el relevo generacional. ¿Cómo veis esto desde vuestra perspectiva? ¿Conocéis gente que esté formando en la actualidad su primer grupo y este sea de punk?
Macky: No sé si primer grupo. En este caso, tener una edad es una putada, porque te diría que hay un montón de ‘gente joven’ haciendo punk y, claro, quizás esos jóvenes tengan veintiséis años, no dieciséis. Sí que he llevado de gira a veinteañeros que hacen punk, como Ratpak, ahora ya desactivados. Pero haberlos, haylos.
Unclu: Bueno, a lo mejor no hay tantos como hace años, pero vaya, aquí en el pueblo hay dos grupos de chavales que hacen punk/rock/metal y ninguno de ellos tiene ni 18 años. Sí es cierto que en los conciertos de punk se ve poca gente jovencilla, pero siempre ha sido un estilo bastante minoritario, no nos engañemos.

Para acabar, ¿cuál es el secreto para ensayar un sábado por la mañana después de haber hecho un desayuno comunal comiendo como si fuera la hora de la comida?
Macky: Que respondan los señores. Debe ser algo del país. Yo en esos casos sólo me clavo un té con leche y una tostada, que luego tengo que berrear y, si no, regurgito.
Unclu: No hay nada más bonito en esta vida que un buen desayuno, por supuesto compartido con los amigos. Es uno de mis vicios, los findes desayunar de ‘forquilla’ como han hecho toda la vida los payeses el día del mercado, y a la gente mayor y sabia se le tiene que hacer caso siempre.

Jipis Atómicos: «Aún quedan personas con las que es gratificante compartir cosas»

Recuerdo aquella vez que descubrí que un periodista musical profesional había cogido la nota de prensa de una artista, le había cambiado el nombre de la misma y cuatro cosillas más y lo había publicado en un periódico para otro grupo. Viendo el panorama, ¿no iba a coger yo una entrevista que envié hace algunos meses a mis amigos de Againsters y que finalmente no se publicó y se la iba a mandar con cuatro retoques a los también amigos Jipis Atómicos, que acaban de publicar en CD y cassette su debut, ‘Paz, amor y plutonio’? Lo de contestar lo que ellos quieran o lo que piensen que hubieran contestado Againsters dejo que lo decidan Guelo, Moncho y Peter…

Sois gente curtida en mil batallas musicales, habiendo pasado por bandas tan míticas como A Palo Seko, Chickenman, Ketchoop, Moloko Plus, Nitropollo, Culandra o Aceswords, por mencionar solo algunos ejemplos en vuestros más de 20 años de trayectoria. En activo además en varias bandas algunos de vosotros cuando decidisteis formar esta nueva banda que finalmente se llamó Againsters Jipis Atómicos. ¿Qué empuja para que os sigáis embarcando en nuevas aventuras y además compaginando varias a la vez?
Moncho: Yo de pequeño me di un golpe, creo que es eso. Supongo que tendrías que preguntarle a un antropólogo por qué las tribus ancestrales tocaban el tam tam… Será insatisfacción perpetua, hedonismo, ganas de dar la nota, ¿quién sabe? Me inclino por pensar que aún quedan personas con las que es gratificante compartir cosas. En este caso hacer canciones, y si de vez en cuando alguien te dice que le gusta lo que has hecho y te invitan a un calimocho en un tugurio apestoso, joder, eso es la vida.
Guelo: En el caso de Jipis, además, el propósito es bien claro: vernos. Es un grupo-excusa para que nosotros tres, que casi no nos veríamos si no fuera por la banda, nos veamos. Y espero que me dure mucho tiempo, siempre que no me quite tiempo para Culandra, que es lo que mantiene mi estatus económico.

A pesar de todo, se podría decir que formáis parte de ese tipo de personas sospechosas habituales para estas cosas, siempre activas, ya sea tocando, organizando conciertos, publicando fanzines… ¿Cómo fueron los comienzos de Jipis Atómicos? Por cierto, ¿a vosotros os sorprendió lo de Beni (guitarrista de Againsters), después de haber dicho en varias ocasiones que se había acabado lo de tocar en bandas para él tras haber pasado por multitud de ellas, como E-150, Kissin’ Cousins, Fix Me o The Urgent Kicks?
Moncho: ¿Los comienzos? Sencillos, una vez que convencimos a Peter de que tocara con nosotros todo lo demás eran flecos sin importancia. Peter es una persona que tiene la capacidad de generar una onda expansiva de positividad mucho más poderosa que la que por ejemplo generaría Aznar en sentido inverso. No conozco tanto a Beni como para opinar seriamente, pero supongo que si de verdad quieres dejar de tocar tienes que hacer como Juanfer de Moloko Plus: poner un anuncio en Wallapop de «regalo bajo al primero que venga a por él» y no arrepentirte.
Guelo: Es lo que decía antes. Moncho me dijo que quería montar una banda para verse con Peter y yo dije “me apunto” (un poco pensando en que aquello no progresaría… y mira). Moncho nos forzó a ensayar por la mañana y en los locales más próximos a su domicilio y lo demás es historia. En cuanto a lo de Beni, anda que no hemos oído todos eso de “no vuelvo a beber nunca más” y al finde siguiente se vuelve a beber con más sed, si cabe. Con las bandas creo que es algo parecido.

Incluso habiendo sufrido estos ineludibles tiempos de cuarentenas y distanciamiento social, da la sensación de que todo ha ido muy rápido para esta banda, pasando muy poco tiempo entre la formación y la publicación de vuestro debut. Imagino que todo más rodado y hay pasos que directamente se saltan cuando se acumula tanta experiencia. ¿Cuál es vuestra visión al respecto?
Moncho: En realidad no creo que sea cuestión de experiencia, sino más bien de tiempo. No hay duda de que el confinamiento y el hecho de que hoy en día con 2 cacharros muy sencillos puedas componer cosas en casa (a ver, con todo el respeto para el verbo ‘componer’) ha facilitado mucho que hayamos podido preparar este y casi la mitad de otro ‘disco’ en un tiempo bastante breve.
Guelo: Bueno, y que Moncho ha estado disparado haciendo temas en los primeros meses de pandemia. En lo que otros hacían pan de masa madre, ejercicio, o vídeos de coña con rollos de papel higiénico, Moncho dale que te pego haciendo temas. Peter y yo a remolque, como siempre. Nos mandaba deberes y nosotros… pues cumpliendo regular. También depende, creo, un poco de lo perfeccionista que seas y de lo que te importe o no eso de “no, aún no estamos preparados para grabar/tocar”. Nos surgió la oportunidad de grabar unos cuantos temas con Paco Daytonas en Navidad y la aprovechamos, aunque no tuviéramos los temas superpulidos.

Es habitual en el hardcore punk actual que multitud de sellos se unan para la publicación de discos. A veces parece que se ha convertido en una práctica imprescindible y que incluso son los propios sellos los que se ofrecen porque no quieren dejar de formar parte de determinados proyectos. Sin embargo vosotros habéis optado por autoeditarlo. ¿Por qué?
Moncho: Sinceramente, después de tantos años a mí no me pareció que hiciera falta esperar a que un montón de gente se decidiera. Si de verdad queremos que se vaya todo a la mierda no nos puede pillar debatiendo. No nos hemos atrevido con el vinilo, que tienen un precio que roza lo obsceno… y sí, a todos nos hace ilusión ese formato, pero a veces la lógica es buena consejera: vinilo en tiempos de pandemia, sin conciertos, pfff. Las ediciones en CD son baratas y casi imposibles de vender, pero pesan poco y siempre puedes regalarlos con unas camisetas más o menos majas.
Guelo: Y además un poco por acelerar y no dejar que la grabación se enquiste esperando la edición en vinilo, juntar sellos, decidir la portada… Aunque bueno, la nuestra nos la hizo el gran Pietro Foller y pocas discusiones hubo al respecto.

Habéis incluido en el ep una adaptación de un clásico del punk rock, ‘I love to hate’ (‘Me gusta odiar’) de Screeching Weasel. Si me pongo en vuestro papel, me parece complicado lo de ponerse de acuerdo para tocar versiones, más aún para grabarlas. Así que me pregunto, ¿por qué esta en concreto?
Moncho: ¿Por qué «I love to hate»? Seguramente porque nos salió mejor que ‘Valium Housewife’ de Sofa Head, que es la otra que probamos. Y el mensaje era muy agradable y positivo, por supuesto.
Guelo: A mí, de hecho, me mola bastante más ‘I love to hate’. Y no soy yo mucho de versiones ya, a pesar de los karaokes de 7 Seconds que hacíamos con Ketchoop. Ahora lo que me apetece es hacer temas nuestros y tocar solo eso. Tenemos tanto que ofrecer al mundo, tanto talento, que no podemos gastar tiempo en tocar cancioncitas de otros.

Dadas las circunstancias, creo que aún no os habéis estrenado en directo. ¿Os planteáis la posibilidad de actuar en directo en breve?
Moncho: ¿Tocar en directo? Por favor, ¿cuándo? ¿Dónde? Supongo que eso será un gran día. Puede que además alguien pueda cantar los temas mientras los tocamos y será una sensación bastante inusual y divertida.
Guelo: Ojalá, aunque ahí yo peco un poco de aguafiestas y las poquísimas oportunidades que han surgido de tocar por los alrededores de Madrid (que son casi nulas), he pedido rechazarlas por ser en lugares cerrados. Igual peco de excesivamente prudente, pero creo que gente como nosotros, con una legión de seguidores que sigue nuestros pasos y trata de imitarnos (en lo que pueden, claro, hasta donde llegan), tenemos que dar ejemplo. Todos unidos (detrás de los líderes de Jipis, claro) saldremos de esta.

Aunque las nuevas generaciones se decantan en muchos casos por estilos de reciente esplendor, otros como el indie o el rap aguantan el tirón. Sin embargo parece que en el caso del punk cada vez es más difícil el relevo generacional. ¿Cómo veis esto desde vuestra perspectiva? ¿Conocéis gente que esté formando en la actualidad su primer grupo y este sea de punk?
Moncho: El punk es de abuelos y punto. Aunque una vez en un concierto en una okupa en Madrid vi varios jovenzuelos muy animados. Eran rollo cresta y tal, pero joder, si con 18 años ya estás contemporizando, mal vamos. De todos modos, respecto a mi esperanza en cualquier cosa que apunte al futuro me remito a Eskorbuto y la teoría de la sanación mediante plutonio.
Guelo: Yo conozco contadísimos casos. Para empezar porque en realidad, no conozco jóvenes: no me junto con ellos, no sé qué hacen. Yo soy un viejo y hago cosas de viejos. Igual tienen miles de bandas y tocan en sus lugares secretos cuando yo ya me he quedado dormido en el sofá viendo A3Series, quién sabe. Sí he visto un par de bandas los últimos años con jovencitos… yo qué sé, Bonestorm de Catalunya, que me gustaron mucho, pero poco más.

Para acabar, ¿cuál es el secreto para ensayar un sábado por la mañana después de haber hecho un desayuno comunal comiendo como si fuera la hora de la comida? (Sí, esta iba para Jordi Garrotada Smith de Againsters, pero siendo Guelo otro gran titán de los platos consistentes y además compañero de Jordi en Culandra, seguro que me la puede contestar igual o mejor)
Moncho: Lo que haga Jordi Garrotada siempre es una referencia. Eso sí, estética, que yo me decanto más por una tostada con aceite de oliva y ajo.
Guelo: No llego a la altura, no cumplo los preceptos del maestro Unclu. Para empezar, aunque me avergüence confesarlo, me ducho antes de desayunar, algo que está completamente prohibido según Jordi. Y luego que, si tengo tiempo, me gusta desayunar huevos revueltos y tostadas. Y encima, en Madrid no es fácil encontrar sitios con “esmorzar de forquilla”, que estén a mano para luego ir al ensayo… Un desastre.

iou3R: «Con la edad nos sentimos más incómodos con lo aprendido»

Lo que empezó como un divertimento paralelo a su actividad con (lo:muêso) de Juanma Medina y Raül de los Ríos, en el que intentaban flirtear con la electrónica, acabó convertido en su proyecto principal en 2017, una vez finiquitada su anterior banda. Borrón y cuenta nueva, con un backline totalmente renovado y desconocido para ellos empiezan a experimentar, dejando las ideas fluir y buscando nuevas formas de trabajarlas; incorporan sintetizadores modulares y definitivamente iou3R comienza a cobrar sentido. Con la incorporación al grupo de Karlos Navarro, también componente de (lo:muêso), se completan las piezas del proyecto, pero la evolución del mismo no ha cesado en ningún momento. Hace unas semanas lanzaban su segundo trabajo, ‘La Serp EP’, una excusa perfecta para hacer una rápida retrospectiva.

Uno de los clichés sobre los músicos de rock es que con el tiempo se acomodan, suavizan sus propuestas y van a haciendo cada vez música más «amable». Y aquí os tenemos a vosotros, que habéis evolucionado desde el indie, el noise y el post hardcore con (lo:muêso), vuestra anterior banda, en la que ya había buenas dosis de experimentación, hacia el ambient, el spacerock, el krautrock y la experimentación sonora en general y habláis de trabajar más con el concepto de pasajes y ambientes que con la idea tradicional de canción. ¿Qué es lo que no habéis entendido?
Juanma: No hemos entendido nada de nada. Pensábamos que con la edad nos volveríamos folkies y aprenderíamos a hacer canciones geniales con tan solo una guitarra acústica y algo de percusión. Vamos, el backline justo y necesario para que cupiese en un maletero estándar de un coche… pero no, con la edad nos sentimos más incómodos con lo aprendido y más curiosos con nuevas formas de trabajar. Nos gusta y motiva mucho poder trabajar el concepto de canción de una manera diferente a lo que íbamos haciendo. Con ‘Escornalbou’ intentamos explorar la improvisación con un guion mínimo. En ciertas partes de la pieza uno de los tres es quien lleva la “batuta” y los demás lo siguen esperando un gesto o movimiento para pasar a la “siguiente pantalla”. Con ‘La Serp EP’ hemos aprendido a componer a distancia. Nos enviábamos ideas por mail y las íbamos evolucionando hasta volverse los temas que conforman el EP. Y el próximo trabajo que editaremos son Synth Vicious… bueno, habrá una entrevista, ¿no?

Acabáis de estrenar el ep ‘La Serp’, vuestro segundo trabajo. Como adelanto, fue presentado con un vídeo de la canción que da título al ep, que se estrenó además en el Lavs Festival Mataró (Laboratorio de Arte Visual y Sonoro). ¿Qué importancia tiene lo visual, lo gráfico, en la obra de iou3R?
Raül: Tiene mucha importancia. El artwork de ‘Escornalbou’ estaba lleno de simbología y el de este EP es claramente una declaración de principios. Uno de los objetivos que nos marcamos con iou3R era el de acompañar los directos con imágenes. Es algo que aún no hemos llevado a cabo, pero estamos en ello. El video de ‘La Serp’ nace de esa idea, funciona como clip promocional, pero también será parte visual de los conciertos. Actualmente ya estamos trabajando en imágenes para el próximo álbum.

Lo publicáis bajo vuestra propia etiqueta, Lapena Distel, en una edición en CD limitada a 50 copias, cada uno con portada distinta hecha a mano. Imagino que en estos tiempos de plataformas y descargas digitales en esto hay más de simbolismo y romanticismo que cualquier otra cosa, ¿no?
Raül: Sobre todo de realidad. Nuestro proyecto es diminuto y nuestro público va poco más allá de la gente que puede venir a vernos a un concierto. No es una cuestión de exclusividad de la edición. La gente nos escuchará en sus dispositivos digitales, y hacer una edición así de especial tiene mucho de agradecimiento a la militancia. Nuestra idea era que solo iba a estar disponible en los directos. Las circunstancias hacen que de directos, pocos, así que decidimos que se pudiera conseguir vía Bandcamp o parándonos educadamente por la calle.
¿Lo de Lapena Distel? Queríamos ver qué pasa cuando has de controlarlo todo. Pero seguimos en nuestra idea de trabajar con el mayor número de sellos posible.

Remontémonos a vuestro debut, ‘Escornalbou’, un álbum instrumental, pensado como una única pieza de 30 minutos, creada en directo, sin nada decidido de antemano, grabada en una sola toma y con la mente en su puesta en escena, pero dividido en 6 movimientos cuyo orden puede variar en directo. Lo definíais como «un ejercicio sonoro donde poco importan las etiquetas y en el que los diferentes instrumentos y samplers se utilizan como recursos narrativos». ¿Cómo ha evolucionado iou3R y cómo se nota esto en ‘La Serp’ desde este anterior trabajo o incluso desde vuestros comienzos de experimentación electrónica?
Raül: Las sonoridades de ‘La Serp’ ya las manejábamos mucho antes del concepto de ‘Escornalbou’. Hasta este EP era algo muy libre que discurría como una transición entre dos pasajes del directo. No sé si hablaría de una evolución o de retos autoimpuestos en la banda. En ‘Escornalbou’ componíamos de una manera, y ahora lo hacemos de otra totalmente opuesta, no queremos repetir fórmulas, todo tiene que ser siempre nuevo para nosotros y nunca un problema. Los tres temas que parecía iban a ser el núcleo duro de nuestro próximo disco quedaron anulados por sus ramificaciones. Todo va muy rápido. Ha habido un proceso de desaprendizaje considerable.

Durante los últimos meses de confinamiento y desescalada se han gestado y publicado varios recopilatorios en los que habéis participado con canciones inéditas. De estos, me gustaría destacar, por afinidad, ‘Dràstik Punkaires’, el recopilatorio publicado por L’Arcada Koncerts para financiar la reforma de su sede en Granollers en el que han participado más de 70 bandas. Vosotros compusisteis ‘Tout Le Dràstik’ expresamente para la ocasión. Volem més canya?
Juanma: Sin gente como Arni de Dràstik los grupos estaríamos perdidos. Son gente que dinamizan espacios, ciudades y dan salida a propuestas menos convencionales. Siempre que podamos apoyaremos y contribuiremos a todas las acciones de gente/colectivos como el suyo. Una persona que sin haber escuchado un tema nuestro nos ofreciera una fecha para tocar… es que lo tienes que querer y apoyar por narices. La canya que no pari mai!

Curiosamente, habéis grabado una nueva versión de la canción anteriormente mencionada para ‘La Serp’. ¿Y eso?
Juanma: Cuando estábamos componiendo ‘Tout le Dràstik’ hicimos dos pruebas de canción, una con guitarras y otra sin ellas. Nos pareció super curioso cómo podía cambiar el tema y los matices de una versión y de otra. Cuando estábamos confeccionando el tracklist de ‘La Serp EP’ Raül nos propuso al resto incluir la versión sin guitarras en el EP y después de escucharlo de tirón lo vimos muy claro, tenía que estar. Además, de esta manera, el tema que hay en el recopilatorio sigue siendo exclusivo y podemos dar salida a las dos versiones de ‘Tout le Dràstik’.

Otro de los recopilatorios en el que habéis participado es un disco de versiones de Yo la tengo, publicado por Edita la servidumbre, el sello especializado en cassettes asociado a la tienda de discos barcelonesa Ultra-Local Records. La idea nace a partir de una convocatoria realizada en el programa de radio Hip-Hip Ultra, también asociado a la citada tienda. Las circunstancias actuales y la amplia respuesta a la propuesta por parte de las bandas lo han dejado en pausa, pero tengo entendido que había intención de llevar esto mucho más allá de un simple recopilatorio en Bandcamp, ¿no?
Raül: Creo que en un principio la idea era editarlo en modo físico, pero el aluvión de versiones lo hizo imposible. Paralelamente a esto se quería hacer una presentación, o bien con los grupos tocando en directo en el programa de radio, o en una sala. Cosa más imposible aún dadas las circunstancias. Pero aún no han renunciado a nada… Yo La Tengo nos encantan, así que hemos disfrutado mucho con el recopilatorio.

Sigamos hablando de versiones. Ya con (lo:muêso) grabasteis una magnífica adaptación de ‘Mistery’ de Wipers, en vuestro Bandcamp hay una carpeta titulada ‘VRSNS’, en la que de momento solo se puede escuchar una de ‘Isolation’ de Joy Division, pero se puede leer también «covers for fun». ¿Es algo que vayáis a convertir en costumbre? ¿Os sirve como puente con el que conservar el vínculo con vuestro pasado musical y con la etapa de (lo:muêso)?
Karlos: Hacer versiones de bandas que nos gustan es algo que va con nosotros desde el principio. Un principio que se remonta a mucho antes de (lo:muêso). Yo no creo que el hecho de hacer versiones tenga una relación consciente con mantener un vínculo con el pasado. Es algo que nos ha gustado siempre y que nos sigue gustando. A mi modo de ver, cuando surge una propuesta de versión y por nuestra manera de trabajar, se establece un nuevo reto. Un reto personal a la vez que para el grupo. En nuestro caso, versionar canciones forma parte de nuestras inquietudes comunes por descubrir y disfrutar experimentando. La intención es seguir haciendo versiones, siempre bajo la premisa de que no es una obligación, es más bien un capricho. Evidentemente, las compartiremos con los y las fanes en la carpeta titulada ‘VRSNS’.

Otra curiosidad de vuestro Bandcamp es que tenéis subidos varios conciertos completos, incluido vuestro debut en el AMFest de 2018. ¿Es una cuestión más de casualidad o de premeditación?
Raül: Nunca hacemos dos directos iguales, así que subirlos a Bandcamp tiene bastante sentido. Es cierto que cuando subimos nuestro primer concierto había sobre todo la necesidad de explicar de qué iba lo que estábamos haciendo. Es algo que continuaremos haciendo en el futuro.

Aunque no publiquéis los discos de iou3R con Aloud Music, es evidente que sigue habiendo vínculo con vuestro antiguo sello. Como hemos dicho, vuestro debut fue en el AMFest, festival impulsado por este sello, y ahora Sergio Picón, su capo, ha masterizado 2 de los 4 cortes de ‘La Serp’ en su Siete Barbas Estudio. ¿La familia que crece unida permanece unida?
Karlos: En la organización del AMFest del 2018 además de Aloud Music como cabeza impulsora, colaboró la gente de Befaco, una plataforma de hardware abierto centrada en el hardware musical profesional DIY, que llevan a cabo su propia investigación electrónica, musical y artística. Suponemos que el hecho de que iou3R utilicemos instrumentos electrónicos y modulares en nuestra propuesta musical, fue la razón por la que Befaco nos invitase a tocar en el festival. En cuanto a “la familia que crece unida, permanece unida”, entendemos que estas cosas dependen de las relaciones que se procuren en cada familia. En nuestro caso, y con la familia de Aloud Music, se creó un vínculo de los que molan, y que a día de hoy, todavía nos permite tenernos en cuenta y disfrutarnos a través de nuestras inquietudes musicales.

Habladnos de thëm, el proyecto en solitario de Juanma Medina, y otros asuntos paralelos.
Juanma: Siempre todos hemos tenido un proyecto en solitario. Raül con meth14, Karlos con Las Abejas Cloro y yo antes con tick, bonitahorse y ahora con thëm… Somos culos muy inquietos. thëm es un proyecto de música drone/ambient, pero ante todo es un proyecto de aprendizaje. Cuando cae en mis manos algún modulo, cacharro-mete-ruido, software, sinte, sampler o lo que sea, intento aprender cómo hacerlo sonar e incorporarlo a mi set. A veces el resultado lo propongo a los iou3R y otros me los quedo para thëm. Actualmente estoy recopilando y retocando algunas grabaciones que he ido haciendo y me gustaría editarlo y poder tocarlo en directo.

Para terminar, otro cliché de los músicos es el del ”síndrome de Diógenes» con los instrumentos, pedales, amplificadores y demás cacharrería. ¿Se incrementa esto exponencialmente cuando pones un pie en la experimentación sonora? ¿Nunca se tienen suficientes cacharros?
Karlos: Personalmente pienso que ese “síndrome de Diógenes” que suele acompañar a los músicos, más que por una insatisfacción con lo que ya tienes, puede producirse por un incremento del conocimiento, de las ideas creativas y de las expectativas para las mismas, que te van seduciendo e inyectando la necesidad de lo que no tienes. A mí, un solo cacharro de los que utilizamos en iou3R, me tendría entretenido para toda la vida. De lo que no estoy tan seguro, es que eso me exima del “diogenesismo”.