Me llamaban Coyote – ‘Karen Black’

Nueva temporada y nueva sección: cantantes que se meten a actores o actores que se meten a cantantes. O que han combinado a la perfección ambas carreras sin que al final sepamos qué fue antes: el huevo o la gallina. Ejemplo, ese Sinatra del que Wilder pensaba que, si se tomase en serio la carrera como actor, ningún otro de la época era comparable.

A la espera de que Toni Crespillo investigue si David Hasselhoff es de verdad un ídolo en Alemania o leyenda negra y de recuperarme de ver a Miley Cirus-Demi Moore en LOL (muy recomendable la coña-disco en la que Dan Deacon y otros versionan su We can’t stop), me encontré con la voz de la actriz Karen Black en el último disco de Cass McCombs en la canción Brighter!, que cantan primero él y luego ella (el disco Big Wheel and Others tiene 23 canciones), quien ya había colaborado con él en una canción de 2009 del disco Catacombs: Dreams come true girl.

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Me llamaban Coyote – ‘Un gran amor: John Cusack cual Romeo en la ventana de Julieta mientras suena Peter Gabriel’

A finales de los 80 Cameron Crowe dirigió, a mi juicio, la mejor comedia romántica adolescente que, bebía del teen ochentero pero también fue de las primras que encontraron su público entre la generación MTV:  Un gran amor, horrible título español de Say anything…

Con escenas inolvidables como la de la carta que John Cusack entrega en prisión a John Mahoney; el guardián de las llaves en la fiesta; mi favorita: ese final en el avión despegando en el que se anuncian turbulencias; o, la más conocida, John Cusack en el jardín de Ione Sky, despertándola con el In your eyes de Peter Gabriel (en Internet se puede ver un directo de Peter Gabriel en el que aparece John Cusack con el legendario -parezco Barney- tocata).

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Me llamaban Coyote – ‘Petra Haden, en el motel de Bates’

En la escena de la ducha de Psicósis, Bernard Herrmann le puso música -Alfred Hitchcock pretendía que no tuviera hasta escuchar el corte- al terror en el siglo cambalache.

Atreverse con ella- con su voz como instrumento – es una de las propuestas de Petra Haden -hija del contrabajista Charlie Haden- en Petra Haden goes to the movies. Una de las más conseguidas en un disco en el que en prácticamente casi todas las canciones las hace sin ningún otro instrumento aparte de su voz: Tootsie, el Padrino, el Guardaespaldas, Taxi Driver, Cinema Paradiso… No es una broma este disco, aunque por algún momento -la versión de Superman tiene más gracia cantada por un coro de amigos encurdelados- lo parezca. Y en mi caso no haya sido capaz de escucharlo entero, sino picoteando de una y otra canción.

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Me llamaban Coyote – ‘This is 40: cuando tu familia prefiere Nicki Minaj a los Pixies…’


Dejar Sony para crear una discográfica independiente y que tu mujer y tus hijas prefieran a Nicki Minaj -su Roman’s Revenge junto a Eminem (aunque también aparece con David Guetta), que quería poner desde que esta sección se llamaba Las Perversiones de Coyote y se grababa ‘ca Romu’ debajo de una sábana -pero sin hacer manitas- para aislarnos de los ruidos de la calle- antes que a los Pixies; contratar a Graham Parker pero no tener dinero para acompañarlo con The Rumour (precisamente acaba de salir en el mercado español la reunión, Three Chords Good, tras tres décadas separados), que el propio Graham Parker reconozca que vive de los derechos de autor que le da una canción suya que cantan en la serie Glee; menos mal que Ryan Adams, quien también aparece en la película -como el cantante de Green Day, aunque al igual que Eels han quitado, más para los extras, una escena muy divertida suya donde critica entre otros a Belle and Sebastian- gusta tanto a Paul Rudd como a Leslie Mann, el matrimonio protagonista de This is 40 (traducida en español con el tan poco significativo nombre de Si fuera fácil), quienes ya aparecían como secundarios en Lío embarazoso.

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Me llamaban Coyote – ‘Las ventajas de ser un marginado: aquella música de principios de los 90’

Como la canción de los bilbaínos Zenttric, Modernos que critican a modernos, las primeras críticas que leí de Las ventajas de ser un marginado no me animaban a verla. Joric, en Jenesaispop, escribe que trata sobre el nacimiento de un hipster. Y en otra revista -creo que en Cinemanía- la califican directamente como la primera película para hipsters.

Quien haya leído ¿Qué fue de lo hipster? (Alpha Decay), coordinado por Mark Greif, probablemente se quedara tan confuso con el concepto como yo: de un uso restringido ha acabado valiendo para casi todo. Aunque en general en tono despectivo, ninguno de los participantes se definía a sí mismo como hipster. Como esos modernos que se ríen de otros modernos…

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Me llamaban Coyote – ‘El Spoiler de Airbag… aunque lleve por nombre Decepción’

¿Conoces ya a la madre de los hijos de Ted? ¿Sabes quién mató a Laura Palmer o a JR? ¿La escotilla de Lost?

Spoileadores profesionales aparte, a muchos el entusiasmo nos ha llevado a desvelar más de lo que debiéramos de una serie de televisión o película (¿películas? ¿alguien ve aún películas?), como narran con gracia Airbag en Spoiler («Por si te hablo de un libro, de alguna serie que he visto y te acabo contando siempre el final, con tal de quedar de listo, de algo de cine que he visto y te acabo contando siempre el final»), una de esas bandas que despiertan nuestras simpatías instantáneas porque hablan de pelis, de tebeos, de canciones que a muchos nos gustan, por su amor por la Guerra de las Galaxias y su facilidad para parafrasear títulos de películas: El resplandor, Tus rechazos golpean dos veces, Un día de furia… referencias continuas al universo cinematográfico sin llegar a ese Spoilers de Matador Rockets -«Aliens el Octavo Pasajero, viajan en la nave, quedan bichos en el maletero… ET vuelve a casa y a Nemo lo encuentran… Por supuesto que matan a Bill, ¿qué te habías creído?… Edward Norton y Brad Pitt son el mismo»- con Tote King (su reivindicación de Snake Pilsen, el personaje que interpretó Kurt Russell para John Carpenter -algún día tocará hablar de la música de este director que ha influido en Geoff Barrow, por ejemplo).

Echando la vista atrás, si el director Corbeaga nos demostró cómo podemos ser el Pagafantas de alguien, el grupo Airbag nos enseña que, «con tal de quedar de listo», podemos soltar casi sin respirar una lista de nuestra pelis favoritas, discos, tebeos, en una noche cualquiera a la primera chica que pase por allí… aunque lleve por nombre Decepción.


 
Imagen: cabecera de TV Spoiler Alert.

Me llamaban Coyote – ‘No culpen a Jonny Greenwood, culpen a quien pinchó antes a los Beastie Boys’

Barruntaba que me había equivocado al escoger la banda sonora de Jonny Greenwoed para The Master, esa película que, cuando se olviden todas las que han copado las listas de premios en 2012, se mantenga como un hito. No, no es una película sobre la Cienciología, es algo más ambiciosa: pretende auscultar el alma norteamericana como en Pozos de Ambición el nacimiento del capitalismo.

En el cine de Paul Thomas Anderson se hace extremadamente difícil disociar imagen y música.  No utiliza además canciones bonitas en las escenas de transición. ¿Hay escenas de transición en su cine? Podríamos definirlo como un director total en el que impacta por igual el montaje -ese uso de la elipsis-, la fotografía, la dirección de actores… y la música. Tanto que tiene sus músicos fetiches: Greenwood para The Master y (creo que aún mejor) para Pozos de ambición; y Jon Brion para Magnolia (con canciones de Aimee Mann -no se la pierdan en Portlandia) y para mi película favorita (la veo todos los años, con otras que da un poco de verguenza compartir) de Paul Thomas Anderson: Punch Drunk Love. Además, es en Punch Drunk Love donde la música acompaña mejor las escenas de Paul Thomas Anderson: instrumentos raros, percusión, para meternos en la cabeza del personaje de Adam Sandler (en lo que él piensa por ejemplo cuando su tantísimas hermanas se le acercan) y otra parte romántica, hasta pretendidamente ñoña, para las escenas de amor.

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Me llamaban Coyote – ‘DJ or band?: Gavilán o Paloma en Rec3’

DJ or band es la disyuntiva para una boda en la temporada octava de How I met your mother (no, aún no conocemos quién será la madre de los hijos de Ted, aunque toca en una banda: ¿el macguffin más grande de la historia televisiva la mujer de Ted?).

En Rec3 el novio le canta a la novia, hay pincha, banda… y nos propone la s canciones para la boda más hortera que se pueda pensar: Seguridad Social, La Unión, Huecco, Platero y tu, Tino Casal… y el momento euforia con el Chup chup. ¿Existen himnos generacionales? ¿Lo fue esta canción de Australian Blonde que aparecía en Historias del Kronen (¿existen películas generacionales? ¿lo fue Historias del Kronen?) para aquellos que «pasamos de los treinta y las derrotas son eternas»? Y citar, y además mal a La Casa Roja, dónde me deja. Divagando.

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Me llamaban Coyote – ‘All my little words para una peli de extraterrestres sin extraterrestres’

Olvidada quedó mi colaboración en un lejano Tímpanos y Luciérnagas sobre la película de Nacho Vigalondo, Extraterrestre. No recuerdo la banda sonora. Leo que es de Jorge Magaz y de la Orquesta de Vitoria-Gasteiz. No la recuerdo. Sí una bellísima canción (en un momento clave del film) que en ese momento ignoraba que se tratara de All my little words de The Magnetic Fields: You are a splendid butterfly/It is your wings that make you beautiful/And I could make you fly away/But I could never make you stay».

Extraterrestre llegó tarde a la vía que abrió Carmina o Revienta. Ultrapromocionada en redes sociales, fracasó en taquilla (aunque la ovación fue la mayor que recuerdo el año que la proyectaron en Sitges). Yo apostaba al volver de Sitges que sería el Airbag -que me perdone quien venere esta película, para quien sea referente- para una nueva generación. Pero no. Y la película me parece más comercial en el buen sentido que la anterior de Vigalondo, Los cronocrímenes. Comedia romántica de extraterrestres sin extraterrestres; el prólogo de un amanecer acompañado con quien no se debiera como pocas veces se ha filmado tan divertido; secundarios graciosos, un prota con síndrome de Rick Blaine… Aún no entiendo qué paso para que en Murcia no se estrenara hasta este año y en la Filmoteca.

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Me llamaban Coyote – ‘The man comes around y Brad Pitt decidiendo en Killing them softly’

Pocas imágenes tan icónicas en el cine norteamericano como la del pistolero solitario perdiéndose en el horizonte a lomos de su caballo. El gángster en el coche lo sustituyó en su imagen de rebelde, como bien saben los devotos de Drive.

En Mátalos suavemente (Killing them softly, 2012, Andrew Dominik) aparece Brad Pitt (más carismático que nunca) en su coche y suena James Wilsey (en el programa de Tímpanos y Luciérnagas me colé y sonó la original de Johnny Cash) y The man comes around “… hay un hombre caminando por ahí apuntando nombres. Es él quien decide a quien liberar y a quién culpar. No todos recibirán el mismo trato”. Canción que define al personaje que, en sus conversaciones con Roy Jenkins, son lo más destacable de una película que a duras penas puede medirse con el gran cine de gangster.  El resto de la banda sonora, no muy presente, lo conforman Nico, la Velvet Underground, Carl Stone…

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