«De listas de mejores del año… o algo», para La Tribuna del Noroeste

Artículo publicado el 4 de enero de 2013 en La Tribuna del Noroeste:

 

 

Ahora sí. Ha llegado el momento de hablar de los mejores discos del 2012. O casi. Porque siempre que alguien me pregunta por el tema, respondo que no creo que a nadie le interese cuáles son mis discos favoritos del año. Seguramente esté en lo cierto, aunque en realidad el motivo para no hacerlo no es ese, es que me da una pereza tremenda, por todo lo que ello conlleva. El simple hecho de tener que hacer recuento de los trabajos que se han publicado durante el año ya me da vértigo y si entramos a revisar las listas que han ido dando a conocer los medios especializados durante los meses de noviembre y diciembre, la cosa se pone tan complicada que mejor me ahorro la mía… Bastante tengo con aprovechar para tratar de descubrir esos grupos (o esos nuevos álbumes) que se me han ido escapando o que he ido dejando pasar sin escucharlos por falta de tiempo, es el único sentido (y utilidad) que le veo a esto de los tops. Porque eso de tener que ordenar los discos y de hacer listados con cupos concretos siempre me ha recordado más a Los 40 Principales que a lo que, a mi modo de ver, debe ser una publicación especializada en música.

 

A estas razones comentadas habría que añadirle otra más significativa si cabe. Un resultado de los tiempos que corren y de la sobrecarga de material sonoro. Y es que, siendo sincero, si me pusiera a elaborar un listado, creo que muchos de los discos que aparecerían no los he escuchado con la atención que se merecen y estarían incluidos en el mismo más que por el álbum en su conjunto, por intuición y por las buenas sensaciones que me transmiten unas cuantas canciones. Es lo que tiene la conjunción entre hacer un programa de radio, el uso de Spotify y el streaming en general y la generalizada costumbre de los grupos y los sellos discográficos de ir dando a conocer sus nuevos trabajos por entregas, que a veces más que discos parecen coleccionables. En este contexto, me pregunto muchas veces si merece la pena que algunas bandas sigan grabando discos largos. Más aún cuando muchas de ellas apenas distribuyen unos pocos cientos de copias en formato físico o incluso no llegan a fabricarlas y distribuyen su música en formato virtual a través de plataformas como Soundcloud o Bandcamp. Cada día que pasa veo más acertada la idea de mis compadres de El Estudiante Larry, que durante el 2012 se han dedicado a ir lanzando cada cierto tiempo tandas de dos canciones exclusivamente a través de la Red.

 

A pesar de lo dicho, tengo la costumbre y el compromiso de colaborar cada año en la lista de mis amigos Chema Helmet y Miguel Tébar para Festivalesdepop.com, en la que recopilan las opiniones de sus allegados dentro del mundo de la música, que son unos cuantos. Así que, a bote pronto, lo primero que me viene a la cabeza pensando en el 2012, musicalmente hablando, es que me han gustado los discos de Betunizer, Toundra, Beach Beach o The Evens, por ejemplo. Sirvan estos nombres como aportación personal a la causa. Otro día quizás fueran otros, hoy se me ocurren esos. Aunque si me paro a pensar en mis verdaderos discos favoritos de 2012, diría que son “Zuma” y “Harvest” de Neil Young, o “Do you know who you are?” de Texas is the Reason, del que ya hablé aquí hace algunas semanas. Esos vinilos que he disfrutado escuchando en los necesarios y siempre insuficientes momentos de calma. Evidentemente no son de 2012, pero… ¿a quién le importa eso realmente?

 


 

«Texas is the Reason, sois bienvenidos», para La Tribuna del Noroeste

Artículo publicado el 16 de noviembre de 2012 en La Tribuna del Noroeste:

 

 

Finales de los años noventa, eran otros tiempos, nada que ver con lo que vivimos en la actualidad. Entonces, aunque en la MTV la música aún era algo importante, a algunos los nuevos descubrimientos nos llegaban por el boca a boca y, sobre todo, por los numerosos fanzines que se editaban durante aquellos años. El grunge y el punk rock me habían marcado el camino durante la adolescencia, pero en esta época en la que ya empezaba a escribir alguna cosilla sobre música y en la que, sumergido en el mundillo de las publicaciones independientes, las nuevas amistades se multiplicaban de forma exponencial, esto empezaba a resultar insuficiente. Necesitaba algo más: hardcore, thrash metal, crossover… el cuerpo y la mente – y seguramente los prejuicios – me pedían música rápida y contundente.

 

Entonces ocurrió: una tarde cualquiera en una de esas habituales reuniones improvisadas en torno a un equipo de música, de forma inesperada Texas is the Reason se incrustaron en mi cerebro con apenas escuchar dos o tres canciones de aquel único disco que lanzaron en 1996. “Do you know who you are?”, así se titulaba aquel álbum, el único largo que la banda liderada por Norm Arenas (ex Shelter) publicó en sus escasos tres años de existencia, entre 1994 y 1997. Nunca antes algo tan “suave” me había impactado tan fuerte como la música de este cuarteto neoyorquino, cuya escueta discografía completan un EP y dos singles compartidos (con Samuel y The Promise Ring).

 

A pesar de su fugacidad se convirtieron en una clara influencia para un gran número de grupos en los años sucesivos, siendo una de las principales bandas que en aquellos tiempos se encuadraron bajo la etiqueta «emo», que tanto se ha desvirtuado y descontextualizado desde entonces (nada tiene que ver, os lo aseguro, con desproporcionados flequillos cubriendo los ojos de tragicómicos adolescentes). Como se suele decir en estos casos, ¿hasta dónde habrían llegado si no se hubiesen separado? Nunca lo sabremos, en 1997, aclamados como “the next big thing” en Estados Unidos y a punto de fichar por una multinacional, decidieron que no querían seguir ese camino y la banda se disolvió tras el último concierto de su gira europea.

 

Desde entonces se han reunido en dos ocasiones, tres conciertos en total, todos ellos en Nueva York: dos en 2006 para celebrar el 10º aniversario de su disco, uno hace apenas un mes con motivo del 25º cumpleaños de la discográfica que lo publicó, Revelation Records. Ahora, 16 años después, han decidido que es buen momento para volver a girar por el mundo. En principio hay nueve conciertos anunciados entre enero y abril del año que viene, todos ellos entre Estados y Unidos y Canadá, excepto uno, que realizarán en el Groezrock Festival de Bélgica. Regreso a Europa, donde todo acabó entonces. ¿Se ampliará la gira por el viejo continente? ¿Visitarán España? Eso espero… Gabi Ruiz, confío en ti.